Cuando Suzy volvió a la habitación con algo de comida para JungKook y SooMin, la chica se había quedado dormida en brazos del maknae. JungKookie se mostró algo avergonzado por eso, pero Suzy sonreía enternecida.

— Ustedes han tenido una linda relación, ¿No?

— SooMin es una buena chica—contestó recostando su cabeza en la almohada con mucho cuidado.

— Lo sé, he visto a muchas personas como ella venir aquí e intentar superarse—suspiró acomodando sus sábanas cubriéndola—Matthew dice que estás mejorando, no has tenido más crisis—ladeó su cabeza mirando al muchacho quien veía a la chica, a su mente vino cuando los chicos le encontraron en el baño y se había lastimado la mano al romper el espejo, él debió haber lucido igual de angustiado que Soo— ¿Jungkook?

A pesar de tener su celular, intentaba no ver mucho lo que decían en las noticias porque su tema siempre estaba en la primera página.

— Sí, yo...estoy bien—forzó una sonrisa—Gracias por el desayuno, noona.

La puerta se abrió dejando ver a Matthew en compañía del director, aclaró su garganta alejando sus manos de Soo y colocándolas detrás de su espalda. Su estómago rugió por lo bajo, pero sabía que estaba sobrando.

— Suzy, Matthew, ¿Podrían dejarme a solas con el joven Jeon? —pidió con voz suave. Ambos chicos asintieron saliendo de la habitación.

JungKookie no pudo evitar sentirse nervioso creyendo que había hecho algo malo.

— Yo...yo...lamento que...lamento lo que...pasó—vaciló mucho al hablar mirando sus zapatos—No se enoje con SooMin.

— ¿Enojarme? Jamás me molestaría con ella, muchacho—JungKook lo miró, éste se acercó a la cama observando a la chica—Estas cosas debería considerarlas normales, pero...jamás te terminas acostumbrando.

— Lo siento.

— Hice este centro de rehabilitación para ayudar a las personas, el personal siempre está siendo observado por mí, las personas que vienen buscando ayuda merecen ser tratadas con cariño, paciencia y amabilidad—explicó cruzándose de brazos—Mi nieta conoció este lugar.

— ¿Sarah estuvo internada? —levantó sus cejas.

— No lo estuvo, pero...algo me dice que lo hubiera estado—suspiró—Cuando ellas se separaron...su actitud cambió.

— Eran mejores amigas, si algo le pasara a mis hyungs...también sufriría.

El director Kwang le miró sonriendo de lado.

— Creo que por eso ambos se han llevado tan bien.

Si tan sólo supiera...

[...]

Lamentablemente el chico debía continuar con sus actividades, se sintió solo en el taller de cocina y natación, a pesar de haber pasado un mes desde lo del beso, JungKook no podía evitar sentirse solo ante lo acostumbrado que estaba a la compañía de la chica. ¿Las cosas ya estaban solucionadas después de ese brazo?

JungKook se hundió en el agua hasta tocar el suelo en lo profundo, miraba a algunos nadando y allí en el agua recordó lo dulce que había sido ese abrazo. Estaba acostumbrado a recibirlos, pero ese se sintió tan...bien.

Su mente volvió al recuerdo del beso, los labios de SooMin habían causado una corriente eléctrica en su cuerpo que le gustó, era una mezcla de adrenalina, emoción, felicidad, euforia...todo en uno.

Luego del almuerzo regresó a enfermería para verla, pero Soo ya no estaba allí, la habían subido a su habitación, sin perder el tiempo fue corriendo a verla, al tocar la puerta respiraba con algo de dificultad, notó que dos chicas unos años mayores que él, le miraban con cierto interés.

Suzy le abrió la puerta permitiéndole que pasara, SooMin estaba recostada en la cama con sus brazos vendados pero consciente, sonrió de lado al ver quien la había ido a visitar, Suzy los dejó solos y JungKook no dudó en acercarse.

— ¿Te sientes mejor?

— Un poco, me recetaron medicamentos de nuevo y....son muy fuertes—hizo una mueca—Si por la noche actúo extraña, recuerda que es la droga.

JungKook se echó a reír sentándose a su lado.

— Gracias por preocuparte por mí—dijo un poco más seria—Lamento haberme alejado de ti en este mes...

— Tenías derecho a enojarte, no debí besarte.

— JungKook... ¿Yo...te gusto?

El sonrojo se hizo presente en ambos y el corazón de JungKook se aceleró. Cualquiera diría que estaba acostumbrado a romper corazones por allí pero no, en tema de amores, Kookie se sentía como un niño, incluso sus hyungs sabían más de chicas que él mismo.

— Eres muy hermosa, Soo, eres una chica maravillosa, me gusta que seas directa y dulce al mismo tiempo...

— No soy dulce y no te golpeo por eso porque me siento débil aún—advirtió haciendo que el chico sonriera divertido y avergonzado.

— Para mí eres dulce, me gusta como eres, me gusta que seas realista, me gusta que siempre estemos juntos porque me perdería en este lugar y me sentiría peor si estuviera solo—contó bajando la vista—Yo...no lo sé, estas cosas no suelen pasarme.

— Está bien, acabas de ser honesto—SooMin asintió—Pero cuando aclares lo que sientes...procura asegurarte que la otra persona sienta lo mismo antes de besarla.

— Sí, lo siento.