Louis ve la oportunidad de acercarse a Harry un miércoles por la tarde. El día estaba nublado y parecía que una tormenta se acercaba, así que Louis aprovecha para salir a comprar unas cosas que necesitaba para su estudio cuando se encontró con el rizado. Al
cerrar detrás de él la puerta de su apartamento, ve a Harry con las llaves en su mano y unas bolsas de la compra en el suelo.

—Hola, vecino. -Lo saluda amablemente, con una sonrisa en sus labios-

—Oh, hola -Harry murmura y lo mira de nuevo por un corto segundo, antes de girarse para abrir la puerta de su casa.-

—¿Has visto las noticias? -Es lo primero que sale de la boca de Louis, y enseguida se arrepiente.-

Harry se gira para mirarlo con el ceño fruncido, con las llaves aún dentro de la cerradura. Entonces Louis sonríe levemente, porque al menos ha captado la atención del rizado.

—Ya sabes, la tormenta -Explica, apretando los labios en una pequeña sonrisa-

—Oh, sí, supongo.

Louis asiente, como si de aquellas cortas palabras pudiera sacar una conversación. Harry no lo estaba poniendo fácil, pero Louis no se rinde tan rápidamente.

—Parece que será fuerte, por lo menos lloverá durante una semana.

Todo lo que recibe a cambio es un asentimiento de cabeza, y sinceramente no sabe que esperaba sacar de aquello, pero supone que algo más que eso. Algo más que palabras cortas dichas en voz baja, asentimiento de cabeza y mirada apartada.

Aunque bueno, quizás el tema de conversación no era lo más interesante del mundo. ¿Pero de que otra cosa va a hablar con el nuevo vecino que parece odiarle?

Quiere decir algo más, pero antes de poder abrir la boca Harry ya se encuentra metiendo las bolsas en su apartamento para seguidamente cerrar la puerta detrás de él.

Y bueno, Louis definitivamente tiene que seguir intentándolo.

***

El viernes por la noche, Louis vuelve a ver a Harry en la cafetería. Afuera hacia frío, y las primeras gotas de lluvia habían comenzado a caer pocos minutos antes de que Louis entrara en el cálido local. Suspira cuando el aire caliente lo recibe y el olor a café lo envuelve, y una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios cuando ve que no hay mucha gente.

Después de pasar el día tatuando y diseñando, un buen vaso de café caliente era su manera favorita de terminar el día.

—Hola, Harry -Louis lo saluda alegremente cuando llega a la barra, con la mayor sonrisa en sus labios-

A pesar de que Harry no parecía querer absolutamente nada que ver con él, Louis sigue queriendo acercarse al rizado. Demostrarle que pueden ser amigos, o simplemente llevarse bien.

Y si a pesar de eso Harry sigue siendo un idiota, al menos podrá decir que lo ha intentado.

—Hola -Harry responde apretando los labios y metiendo uno de sus mechones de cabello detrás de su oreja-

Y a Louis no debería de parecerle un gesto encantador, pero lo hace.

—Un café americano, por favor. -Harry asiente-

—¿Tamaño?

Louis sonríe divertido, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta vaquera.

—Grande.

Y es una tontería, algo tan simple como una broma que no estaba seguro de si Harry entendería. Pero parece que sí, porque consigue hacer sonreír levemente al rizado y Louis puede jurar que sus mejillas hoyueladas se encienden en un leve color carmesí.

Y Louis solo puede sonreír ampliamente mientras mira con determinación como el rizado escribe su nombre en el vaso, aun con esa pequeña sonrisa puesta en sus labios.

Quizás no debería sentirlo como un logro, pero lo hace.

—Serán cinco dólares. -Dice, y hay algo en la manera en la que su voz se suaviza, como si todas las otras veces hubiera estado demasiado tenso.-

Y bueno, Louis cree que es un avance. Al menos, había hecho a Harry sonreír.

***

Lo escucha cantar la noche del sábado.

Aún era pronto, el sol se estaba escondiendo y la oscuridad estaba lista para rodear la ciudad de Nueva York. Louis entonces se encontraba calentando su cena en el microondas cuando una suave voz le llama la atención.

Se detiene en su lugar, escuchando con atención cada palabra que se escuchaba flojamente. Y entonces, lo sabe, es Harry.

Harry estaba cantando, y Louis no puede evitar sorprenderse al escucharlo. Canta bien, demasiado bien, tanto que el castaño podría salir al pasillo para sentarse frente a su puerta tan solo para poder escucharlo un poco más de cerca.

Se concentra en descubrir que canción está cantando, el microondas se detiene y todo lo que puede escucharse en el apartamento del castaño es la voz de Harry flotando como si de un fantasma se tratara.

"A dream is a wish your heart makes"
Cuando Louis se da cuenta, siente como algo crece en su pecho. Harry está cantando una jodida canción de Disney y Louis tan solo quiere gritar, quiere gritar porque es malditamente adorable escuchar a su vecino cantar una maldita canción de Disney un sábado por la noche. De entre todas las cosas que podría estar haciendo, de entre todas las cosas que podría estar cantando, Harry está cantando como si fuera una princesa sacada de una película Disney.

E incluso cuando se detiene, cuando la canción termina y todo lo que le rodea es silencio, Louis aún puede escucharlo. Louis, que no había escuchado esa canción desde que era un niño, parece tener cada palabra memorizada en lo más profundo de su mente, mientras la voz de Harry sigue retumbado en su cabeza. Lejana, suave y dulce.

Y le provoca algo que no entiende, algo que le hace fruncir el ceño y querer arrancarse el corazón para que deje de latir de aquella manera tan extraña. Es frustrante, y aquella noche, Louis tiene su maratón de Castle sin poder prestarle realmente atención a la serie. Demasiado ocupado pensando en como su vecino, realmente era jodidamente encantador.