ʚ🥞ɞ Final.
Hay muchas cosas de las que Gemini no está seguro; por ejemplo, no está seguro de si vivirá siempre en Nueva York, no está seguro de si quiere tener hijos o no en un futuro, no está seguro de cuál es su serie favorita a pesar de que Peaky Blinders podría ser la que más le gusta, no está seguro de cual es su color favorito o si alguna vez dejara de beber vodka como si fuera agua.
Pero hay algo de lo que Gemini está completamente seguro; esta malditamente enamorado de Fourth
-¿Sueles mirarme así cada vez que duermo? -Fourth pregunta cuando finalmente despierta, sus ojos parpadeando lentamente para acostumbrarse a la luz del sol que entra en la habitación del pelinegro
Gemini no puede evitar sonreír, dirigiendo una de sus manos al rostro del castaño para acariciarlo con cariño.
Era algo que había asombrado a Gemini desde que había empezado a caer por Fourth. La simpleza en las cosas, que algo tan cotidiano como despertarse, pudiera convertirse en algo extraordinario y especial. Simplemente porque lo hacía junto a la persona correcta.
-No, pero hoy es tu día de suerte. -Bromea, mientras acaricia su suave piel mientras los rayos del sol lo iluminan
Fourth rueda los ojos, pero una pequeña sonrisa se mantiene en sus labios.
-Eres muy gracioso.
Y Gemini sonríe cuando ambos se miran a los ojos. Entonces todas aquellas pequeñas cosas que ama de Fourth de repente aparecen en su mente, haciéndole sentir un tanto abrumado.
¿Era posible querer tanto a alguien? ¿Era posible sentir ese pequeño fuego en su pecho que lo consumía desde el día en que lo conoció?
-Te ves jodidamente precioso mientras duermes -Gemini susurra sincero, sin apartar sus ojos de los de Fourth
Una sonrisa sincera se dibuja en el rostro del castaño.
-Que idiota. -Murmura, apartando la mirada mientras sus mejillas comienzan a teñirse de un color rosado
El mayor suelta una pequeña risa, apartando su mano del rostro de Fourth
-¿Dices eso cada vez te pones nervioso?
Fourth levanta ambas cejas, mirando divertido al mayor.
-¿Crees que me pones nervioso?
Y con una pequeña sonrisa satisfecha, Gemini responde;
-No lo creo, lo sé.
Fourth niega con la cabeza, dándose la vuelta en la cama para que Gemini no pueda mirarlo. Entonces, los brazos de Gemini envuelven la cintura del chico, pegándolo a él, comenzando a dejar pequeños besos sobre los hombros desnudos del menor.
-No hagas como que no te gusta. -Dice entre besos, y la piel del castaño se eriza.
-No se de que me hablas. -Murmura
Gemini sonríe divertido, continuando con su camino de besos hasta el cuello de Fourth
-Gen... -Suspira.
Y aquello no debería hacer que Gemini sonría de la manera en la que lo hace.
-¿Un secreto a cambio de un beso?
Fourth no puede evitar sonreír ampliamente ante aquellas palabras, ante aquel pequeño juego que Gemini se había inventado. Y aunque nunca lo admitiría en voz alta, le encantaba.
Entonces, finalmente Fourth vuelve a girarse para quedar frente a Gemini.
-Sorpréndeme. -Susurra, clavando su mirada en los ojos del pelinegro
-Cada día que me despierto contigo a mi lado pienso que es imposible que me gustes más, que te quiera más de lo que ya lo hago. -Dice en voz baja, mientras acaricia la piel en las caderas castaño.- Pero luego llega el día siguiente y me doy cuenta de que es posible, de que cada día encuentro una pequeña cosa de ti que me vuelve más loco, que me hace caer más fuerte que el día anterior.
Fourth siente como todo su ser se derrite ante las palabras, como su corazón se acelera, siente un calor desprenderse en su pecho, la sensación de flores naciendo en mitad de la nieve, lo imposible convirtiéndose en algo real.
Entonces, Fourth toma el rostro de Gemini para dejar un beso en sus labios.
-Estoy convencido de que has sido creado para ser mío. -Susurra el menor, su frente pegada a la de Gemini
El pelinegro cierra los ojos gustoso, sonriendo ante las palabras.
-Que suerte la mía, que entre todas las personas en el mundo, tenga la suerte de amarte a ti. -Susurra, haciendo que el castaño sonría ampliamente
-Eres tan malditamente cursi.
-Te encanta.
Y Fourth no puede hacer más que sonreír y asentir.
-Me encanta. -Confirma
.🥞.
Gemini no puede dejar de pensar en ello, no puede evitar la sensación que recorre su cuerpo cada vez que unos de sus amigos mencionan a Fourth como "su novio", no puede evitar quedarse despierto por las noches pensando en que en realidad, no lo era.
Oficialmente, Fourth no era su novio todavía. Y cuando Gemini se acordaba de ese pequeño detalle, un sentimiento de necesidad se instalaba en su cuerpo.
Quería a Fourth en todos los sentidos, lo quería como su amigo, como su amante, como su novio...
Y quizás era una tontería, quizás ni siquiera tenían decir nada, porque ambos ya que habían dejado claro sus sentimientos por el otro, quizás no necesitaban decir nada más. Pero el pelinegro no podía evitar sentir que era algo importante, que era algo necesario, que en el pasado ya habían jugado con los sentimientos del castaño y él no quería hacer las cosas confusas.
Quería ser claro con él, hacer la gran pregunta tan solo por si acaso. Tan solo para que Fourth supiera a la perfección la forma en la que lo quería. Así que un sábado por la noche, Gemini se esfuerza en hacer aquella noche especial para su chico. Se esfuerza en limpiar su apartamento con la ayuda de sus mejores amigos, se esfuerza en buscar recetas por internet y en buscar la ropa perfecta que utilizaría aquella noche.
Sin embargo, todo parece complicarse.
Gemini sabía cocinar lo justo, sabía hacer el desayuno más sencillo y normalmente comía comida precalentada. Pero no imaginaba que preparar una simple pasta fuera a ser tan malditamente complicado.
Había dejado la pasta cociéndose antes de salir de su apartamento para acercarse a la floristería más cercana a su edificio. Encontrando allí tan sólo margaritas, las cuales le habían hecho sentir un tanto decepcionado. Él quería comprar las flores favoritas del castaño, pero sabía que las margaritas eran mejor que nada, así que las compra de todas formas.
Y cuando vuelve al apartamento, el agua en la olla se había evaporado, la pasta estaba completamente cruda y pegada a la olla y nubes de humo llenaban la cocina.
Un completo desastre.
Sin embargo, se dice a sí mismo que aún tiene una hora hasta que Fourth llegase, una hora para hacerlo todo de nuevo
-¿Gemini? -Fourth pregunta entrando en el apartamento del pelinegro
O no.
-Mierda. -Murmura, cerrando los ojos con fuerza
Y cuando los vuelve a abrir, ahí está Fourth, con sus skinny jeans y su suéter suave y blanco, con su cabello aparatado hacia un lado y sus ojos avellana que lo miraban con confusión.
Y Gemini odia no poder ser suficiente, no poder hacer algo tan básico como una cena para él.
-¿Por qué has vuelto tan pronto? -Es todo lo que el pelinegro puede decir, su voz sonando más baja de lo que le gustaría, más débil
-Mi turno ha terminado antes -El castaño mira alrededor de la cocina, captado todo el desastre que Gemini había creado, sus ojos deteniéndose en las margaritas sobre la encimera.- ¿Que ha pasado?
El pelinegro se siente tan vulnerable allí en medio, en mitad del desastre, bajando la mirada al suelo porque no se atreve a afrontar a Fourth. No se atreve a ver la decepción en sus ojos.
Y aquello solo hace que la preocupación en Fourth crezca, que se acerque lentamente al pelinegro para intentar entender que estaba ocurriendo.
-Amor ¿Estás bien?
Es entonces cuando Gemini explota, levantando la cabeza para mirar a Fourth
-Quería hacer una jodida cena romántica, quería cocinar para ti, pero al parecer necesitas agua para hacer pasta. -Empieza, la molestia clara en su voz
Una pequeña sonrisa se dibuja en el rostro del castaño, a pesar de que intenta ocultarlo.
-Gem...
-Y quería comprar tus flores favoritas pero ya era tarde y la floristería solo tenía margaritas así que no he hecho ni una sola cosa bien. Nada de lo que quería hacer a salido bien.
El castaño aprieta los labios en una pequeña sonrisa y abre los brazos para Gemini.
-Ven aquí.
Y Gemini no pierde ni un segundo en acercarse a Fourth para abrazarlo con fuerza, perdiéndose en su olor, en la calidad de sus brazos que le hacen sentir mejor.
-Lo siento. -Susurra, y Fourth niega
-No hay nada que sentir, precioso.
Pero Gemini no lo siente así, Gemini realmente quería tener una noche perfecta. Una noche para ellos dos, para hacer algo especial por su chico.
-Quería hacerlo perfecto para ti, mereces más que esto.
Fourth se separa levemente para tomar el rostro del pelinegro entre sus manos anilladas.
-Cállate, eres perfecto, soy muy feliz con el chico que no sabe cocinar pasta. No lo cambiaria por nadie más.
Y aquello de alguna manera consigue que Gemini sonría, que sienta un peso menos sobre sus hombros.
-Gracias. -Dice en voz baja, una pequeña sonrisa apareciendo en sus labios
Fourth se aparta levemente para mirar al pelinegro a los ojos, colocando ambas de sus manos en su rostro para dejar suaves caricias.
-¿Que te parece si intentamos hacerlo juntos? -Dice en voz baja, una pequeña sonrisa en sus labios.
Gemini cierra los ojos, dejando salir un pequeño suspiro antes de asentir.
-Suena bien. -Murmura.
Y entonces, Fourth finalmente lo besa.
-Eres un idiota. -Murmura cuando se separan, apoyando su frente contra la del pelinegro
-Es parte de mi encanto natural. -Gemini no puede evitar sonreír.
Fourth suelta una pequeña risa, y Gemini siente que todo ha valido la pena en aquel momento.
-Creo que eso fue lo que me cautivó en primer lugar.
Y así, tiempo después, Fourth termina sentado sobre la encimera de la cocina, indicándole a Gemini cómo debía hacer cada cosa, cada paso, para que la cena salga bien esta segunda vez, a pesar de que el mayor se empeñaba en querer hacerlo todo él.
-Estoy tan orgulloso de ti, no has quemado el edifico. -Fourth dice cuando Gemini termina, haciendo que el mayor ruede los ojos.
-Eres muy gracioso, cariño. -Responde con ironía, sin embargo, Fourth sonríe ampliamente
-Lo sé, gracias.
Gemini rueda los ojos de nuevo, llevando los platos con la cena hasta la sala.
Una vez allí, ambos cenan con una de las películas favoritas de Fourth reproduciéndose en el televisor, mientras hablan de su día.
De algún mondo, Gemini consigue olvidar el desastre y los nervios que había sentido durante todo el día, y de repente solamente quiere lanzar la tonta pero importante pregunta que lleva en su cabeza desde hacía días.
Así que se levanta del sofá para tomar las flores y dárselas con una pequeña sonrisa, y entonces, los ojos de Fourth brillando en la sala de su apartamento le hacen sentir la persona más afortunada del mundo.
-¿Puedo saber ya la razón por la que has hecho todo esto? -Pregunta, tomando las flores mientras sus mejillas se encienden levemente.
Gemini lo mira sonriente y se limita a encogerse de hombros.
-Porque te quiero.
Y Fourth sonríe con las pequeñas arruguitas que el pelinegro tanto adora, y siente que quizás en aquel preciso momento se enamora un poco más de él.
Si es que acaso aquello era posible.
-Yo también te quiero, Gem
Y es algo tan simple, pero se siente tan bien.
-Y en realidad, también porque quiero que seas mi novio, oficialmente. -Lo dice finalmente y Fourth parece un tanto sorprendido.- Quizás de alguna manera ya siento que lo eres, pero quiero confirmarlo, quiero poder afirmar con seguridad que eres mío de la misma manera que yo soy tuyo. Quiero absolutamente todo contigo, Fourth
Y Gemini está seguro de que puede ver los ojos del castaño llenarse de lágrimas, pero no puede hacer nada al respecto porque en apenas un pestañeo, Fourth se encuentra sobre él, abrazándolo con fuerza.
-¿Es eso un sí? -Pregunta con una sonrisa, abrazándolo de vuelta mientras su corazón late alegremente en su pecho
-Sí, por supuesto que quiero ser tu novio. -Dice, y la emoción en su voz hace que el cuerpo de Gemini vibre
Y eso es todo lo que necesita escuchar,es todo lo que ha falta para apartarse y tomar el rostro de su novio para finalmente besarlo.
Y aunque esta no es la primera vez que se besan, de algún modo se siente especial.
-Te voy hacer tan feliz. -Dice, acunando el rostro del castaño entre sus manos
-No lo dudo.
Fue una promesa, quizás aquella noche en aquel pequeño apartamento en mitad de las calles de Nueva York, ambos prometieron entre besos, sonrisas y caricias hacer feliz al otro, durante el resto de sus vidas.
FIN
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De las historias fav.
Ame de principio a fin está obra cuando la leí, es bellísima.
Todxs merecemos una relación así.✨♡
Nos vemos en otras historias. (:
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