Fue una gran sorpresa, todo en este día era una gran sorpresa para Jeon JungKook y su esposo Omega Kim TaeHyung.

— Vaya, mi amor, no puedo creer lo que el doctor nos acaba de decir — Dijo JungKook aún sin poder creer lo que había escuchado.

— Yo tampoco conejito, yo tampoco me esperaba esa gran noticia — Dijo el Omega sujetando el brazo del Alfa.

Aún no podían creer lo que les habían dicho, necesitaban más cosas entonces.

Tal vez estaban equivocados al respecto con su cachorro, no era simplemente un gran y gordito cachorro como ellos veían. No, de hecho habían tres pequeños cachorros en el interior del lindo Omega, en el vientre de TaeHyung crecían tres pequeños seres.

Tal vez JungKook tenía una muy buena puntería, ahora tenían que comprar más cosas para los tres cachorros que venían en camino.

Ahora tendrían que contarle la noticia a sus padres, tenían que saber que venían trillizos en vez de un solo cachorro.

Y a pesar de eso, ambos estaban más felices, venían tres hermosos seres a su vida, y les emocionaba tenerlos en sus vidas.

— Bien, mi amor, ¿Te parece si vamos al centro comercial a comprar más cosas? — Ofreció JungKook pasando su brazo izquierdo a la cintura del castañito.

— Está bien Alfa, tenemos que comprar más cosas, con esa cuna que compramos no alcanza para los tres — Dijo TaeHyung haciendo una mueca de decepción.

De hecho, la noticia de que esperaban trillizos les había caído como un balde de agua fría con hielo. ¿Quién se esperaría que JungKook tuviera tan buena puntería?

Aunque también les alegraba los corazones, TaeHyung ya podía comprar trajes iguales para sus bebés. Y lo primero que quería hacer era disfrazarlos de conejos, técnicamente disfrazarlos de su padre Alfa.

— ¿Qué te parece está, cariño? — Preguntó el Alfa tocando una de las cunas.

— Creo que es perfecta, aunque a dos de ellos les va a tocar compartir cuna — Dijo TaeHyung rascando su nuca.

— No importa, tesoro, podemos comprar otra cuna para el otro bebé — Dijo JungKook acercándose al Omega.

— Conejito, pero ya estás gastando mucho dinero en todo esto — Dijo TaeHyung sintiéndose avergonzado.

— Pero que dices, mi amor, eres mi Omega y el papá de mis cachorros, además como lo estoy diciendo, MIS cachorros, yo puedo gastar todo lo que quiera en ellos. Merecen una vida feliz, y cada uno merece su cuna.

— P-pero JungKookie, ya parezco todo un mantenido — Dijo TaeHyung comenzando a sollozar.

— Mi amor, no eres un mantenido, recuerda que esos pequeños también son míos y tú eres mío. Yo gasto todo lo que quiera en mis amores — Aclaró acariciando con cuidado el vientre del Omega.

— P-pero c-onejito... — JungKook puso uno de sus dedos sobre los labios del Omega.

— Mi amor, calma, tú conejito se hará cargo de cuidar a su Omega y a sus cachorros — Dijo dándole un beso en la frente

JungKook jamás se molestaría con TaeHyung, si quiera le molestaba el hecho de lo sensible que estaba el Omega. A pesar de todo, eran los cambios de humor del embarazo, a veces estaba feliz sin saber el motivo, otras veces lloraba porque si, otras veces de enojaba porque escuchaba una mosca volar, y así.

JungKook amaba a su bolita de cambios de humor, una hermosa bolita hinchadita de pequeños cachorros en su interior.

Limpio con sus pulgares las lágrimas de TaeHyung, y luego le dió un corto beso en los labios. Tal vez el castañito tenía demasiados cambios de humor, pero su mejor remedio para eso eran los besos y mimos de su Alfa.

JungKook pasó la yema de su pulgar por los gruesos labios del Omega, esos labios que amaba besar.

— Mi bolita de amor, por favor cálmate y relájate un poco, no eres un mantenido y jamás lo serás, todo lo hago por nuestros lindos cachorros.

— E-está bien Kook, prometo calmarme un poco — TaeHyung hundió su cabeza en el pecho de JungKook, oliendo el dulce aroma del Alfa, ese aroma que amaba demasiado.

A ambos no les importaba si estaban en medio del pasillo, JungKook le daría todos los mimos necesarios a su Omega en dónde sea si éste los necesitaba. Y TaeHyung amaba recibir los mimos del rubio, no había nada mejor que un Alfa mimador y cariñoso.

JungKook era todo lo que TaeHyung quería.

Y TaeHyung era todo lo que JungKook quería.

Ambos tenían esa conexión tan fuerte, que nadie dudaría que ellos son pareja, si quiera necesitaban suficientes muestras de afecto para darse cuenta. A simple vista eran la mejor pareja de todas.

TaeHyung solo froto sus ojitos con la manga de su suéter y se quedó viendo a su Alfa, quien por su parte estaba viendo las cunas, incluso probando si estás eran capaces de resistir su peso. JungKook no dudaría en meterse a la cuna si alguno de sus cachorros lo quería cerca en algún momento.

TaeHyung miraba tan enamorado a su Alfa. Su Alfa de color rosa.

Ese Alfa que lo enamoro hace años atrás y del que siempre estaría enamorado. Al único que su corazón pertenecía y al único al cual le daría todos los cachorros que este le pidiera.