
IX
Un beso en la mejilla para mi siempre había significado un beso de cortesía, algo que hacías para quedar bien con una persona o porqué eran cercanos en cierto nivel.
Aquella tarde mi idea de beso de cortesía murió un poco, el sin duda alguna sabía cómo hacer que mi mundo diese mil vueltas, con sólo algunos gestos, leves roces de piel, sonrisas inesperadas y simples y cortos cumplidos.
Lo que a mi en lo personal me empezaba a encantar, me admitía en voz baja, cuando me miraba de forma fija con sus ojos negros llenos de un algo indescifrable, algunos podrán pensar que se me podía sentir de forma rara y que su mirada fija era escalofriante y en cierta forma lo era, tengo que admitir, pero valía la pena por sentir sus ojos fijos en mi, con una llama de deseo y no la mirada lejana de siempre.
Volviendo a la historia, aquella tarde era una tarde peculiar pues todo estaba calmado, los almas no gritaban ni hacían tanto alboroto como siempre, sin duda algo peculiar para el lugar, los fantasmas que cumplían como empleados de servicio iban de un lado a otro apurados en sus deberes con el castillo, no sabía lo que pasaba y eso era algo que no me gustaba pues yo había estado siendo informada de todo lo que sucedía allí abajo.
Había tomado uno de los tantos vestidos que tenía en la habitación, solo que este era el primero totalmente negro que usaba en mi estadía allí, y me sentía a gusto de una forma insana pues los espíritus solo se detenían sin para hacer la reverencia y murmurar algo que al fin empezaba a comprender, algo parecido a un "salve la reina Perséfone"
No quería entender porque ahora tenía cierto grado de poder en los espíritus ni porque ahora entendía mejor sus murmullos, pero era algo que no me molestaba, no me molestaba que todos allí ya pensaran que estaba con el rey, más bien, una sensación de satisfacción se instalaba en mi estómago y algo parecido al orgullo brillaba en mi.
Le topo cuando estaba llegando al salón del trono, el iba con un traje negro a juego con mi vestido y llevaba el cabello desordenado, dando la sensación de que se había estado pasando la mano por el hace nada, no pude apartar la mirada un momento, dioses, se veía hermoso.
Cuando sus ojos me notaron un destello de algo parecido a la felicidad se vio en ellos y yo solo pude sonreír, como empezaba a hacer de forma más seguida en aquel lugar cuando estaba con él, y por primera vez pudo ver como en sus labios se formaba una pequeña sonrisa yo me había acercado sin miedo, no había notado que el estaba sólo, observando un puto fijo y perdido en sus pensamientos antes de que yo llegase.
—Hoy te ves bien.
—Gracias, tu también lo haces.
Empezamos un leve coqueteo, sentía mis mejillas calientes por su cumplido que apenas había podido responder sin tartamudear, observe como su sonrisa crecía un poco más, aquello hizo que la mía siguiera su ejemplo y cuando pude notar ambos estábamos sonriendo de forma tonta en medio salón del trono.
Entonces el se empezó a acercar lentamente y mi respiración se empezó a cortar, cuando nuestros rostros estaban lo suficientemente cerca como para que nuestros alientos se mezclasen el solo se inclino hacía mi, pensé que me sería un beso en los labios pero no fue así, el beso mi mejilla y se acercó a susurrar una sola palabra en mi oído.
"Gracias"
Después de aquello Hades solo se alejo y me volvió a sonreír, sentí que mi pecho podría explotar en cualquier momento gracias a los movimientos de mi alocado corazón y tan solo había sido un beso en la mejilla, el se río un poco y emprendió rumbo a la salida.
Yo seguía en un estado de shock, lleve mi mano a mi mejilla mientras sentía que podía morir de emoción.
Y en ese momento me di cuenta de que mis sentimientos definitivamente habían cambiado y que no había vuelta atrás.
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