Capítulo 4: La consulta.
- ¡No iré! -gritó enojado Lars- ¡Tengo que trabajar!
- Ya te saqué hora con Jason, es una persona de confianza, ¿no? ¡Él sabrá decirte qué hacer!
- Pero... ¡estoy bien! ¡No!
- Vamos, por favor -rogó-. Un día que faltes al trabajo. Un día no más.
- Si luego ellos vienen a casa para matar a uno de nosotros, es tu culpa.
Hammett suspiró, ya iban llegando tarde a la consulta. De mala gana, se montaron en el coche para conducir al lugar, claro que llegaron tarde, por ello, tuvieron que esperar media hora adicional en la sala de espera para que Newsted acabara con su actual paciente.
- La recepcionista me da mal rollo -comentó en un susurro leve.
- Lars, no.
- El delineado de sus ojos me recuerda mucho a...
- Es sólo maquillaje. No es señal de nada.
- Pero, es como el de los faraones de Egipto y ellos son aliens encubiertos, seguro es...
- Por favor, compórtate... Llevas mes y medio con ese comportamiento y cada vez estás peor. No quiero que nuestra relación se arruine por... -mordió su labio inferior, algo dolido porque de verdad, por más rudo que aparentara verse, no lo quería dejar ir por nada.
- Vale -cruzó los brazos, enfadado.
Jason apareció para llamarlos. Y que no se noten las enorme y pronunciadas ojeras que denotaban que no durmió nada la noche anterior y no estaba en condiciones para atender clientes, con un fuerte olor a tabaco en la habitación.
Se saludaron, Kirk explicó los problemas de su novio, a lo que el especialista comenzó a realizar preguntas para formar un reporte con antecedentes familiares, y saber más de la vida de Ulrich. También explicando el origen de tanta paranoia, de esos delirios en específico, de cómo comenzó a ver tanta simbología en objetos tan simples y cotidianos.
Todo apuntaba a James.
- Lo siento mucho... -el psiquiatra dejó caer el bolígrafo con que apuntaba para cubrir su boca, la culpabilidad estaba dando frutos- Si hubiera actuado desde el primer día que le vi raro, ahora no tendría que tratar a su mejor amigo -pensó, aclaró su garganta-. De hecho, veo que su novio también delira, delirios celotípicos, se le nota demasiado posesivo con su novio, sin embargo, siempre muestra una actitud sumisa... ¿Sería así desde que Lars empezó a dejarse manipular por James? Dios, si lo hubiera controlado, ninguno de los dos estaría así... ¿Qué hago? ¿Qué hago?
Ambos se mantuvieron estupefactos ante el silencio.
- En serio, lo siento mucho -insistió-. Lars se merece un descanso de su trabajo, lo necesita. Si renuncia, todavía mejor, eh.
- ¡Para nada! -reprochó, alzando demasiado la voz, el paciente.
- Un descanso, lo merece. Por una semana, al finalizar, me visitan de nuevo, los dos. Y me cuentan el asunto, más adelante iríamos con un par de exámenes a la personalidad para llegar a un diagnóstico. Es una situación compleja, requiero que ambos vengan a cada sesión, sí o sí -declaró, tratando de suavizar un poco el asunto-. Kirk, tú que eres la persona que vive con Lars y pasas el tiempo a su lado, necesitas hacerte los exámenes tú también.
- ¿Eh? -se sorprendió- ¿Y por qué?
- Porque tú tampoco estás bien de la cabeza. No le diré a nadie, ustedes paguen por uno de los dos no más, yo los atenderé a ambos al mismo tiempo. Necesitan ayuda urgente. Estoy pensando en un trastorno de...dos, no de tres. Y si tengo mala suerte, cuatro personas.
- ¿Cuatro? ¿De qué cojones hablas, idiota? -Kirk le dio un codazo leve a su pareja por pronunciar eso.
- Sólo es una teoría. Por favor, hagan caso a lo que digo. Ambos necesitan estar en tratamiento y necesitan cambiar sus estilos... -tragó saliva con nerviosismo- Sus estilos de vida.
- ¿Por qué?
- Ustedes... tienen unos problemas, este... -no sabía cómo explicarlo- Inducidos. Necesitan relajarse un rato de sus vidas cotidianas... ¿Por qué no salen de vacaciones?
Comenzó a escribir sobre un papel una receta médica que decretaba reposo por una semana.
- En serio, reposen y salgan de casa, de la ciudad podría ser, deben descansar de todo el entorno que los envuelve, dense sus merecidas vacaciones como pareja para conectar de forma íntima y puedan resolver algunos dramas también.
Tras un poco de charla suavizando los dramas, acabaron aceptando (Ulrich no del todo) el acontecer. Se despidieron y ellos se dirigieron hacia la empresa en que trabajaba Lars para dejar la licencia.
Entretanto, el médico se aseguró de ver la lista de pacientes. El que tocaba canceló la hora. Se sintió aliviado por ello. Salió del edificio para comprar un cajetilla de cigarros. Se encerró en la consulta para proseguir fumando, sabiendo que estaba mal, que debía hacer algo, actuar. No sabía cómo, el miedo lo superaba.
Sabía que debía ayudar a James, la lista de posibles enfermedades aumentaba y se estresaba más, no sabía cómo tratar con él. Los otros enfermos podía porque sólo los soportaba por una hora en la consulta, vivir con alguien muy enfermo es diferente. Además que por culpa de eso, tenía a dos pacientes nuevos.
Recibió una llamada desde el hospital de la zona, alarmado contestó temiendo por James, efectivamente, él tuvo un accidente a causa de un episodio psicótico en el trabajo.
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