【 033 】
୨ ♡ ୧
Edward y Devon pasaron en Alaska poco más de dos semanas y media. A Devon le agradaron mucho los Denali pues era fácil conversar con ellos y pasar el tiempo. Además el lugar era agradable e ir de caza era mucho más fácil. Realmente le gustó ese lugar.
Además, no pasaron más de dos días antes de descubrir que Devon y Edward eran pareja. Para Edward aún era raro decirlo en voz alta pero no dejó de ser cercano a Devon. Por su parte, Devon comprendía a Edward y no lo presionaba en absoluto pues aún iban poco a poco, sin embargo, le gustaba que Edward no fuera uno de esos idiotas que negaba rotundamente su relación. No lo mencionaba pero sus acciones hablaban más por él.
Los Denali fueron muy receptivos al respecto pues se habían acostumbrado a Ronan y a sus diversas parejas que llevaba a casa. Fueran hombres o mujeres.
Pero no todo fue bueno, habían regresado de cazar cuando el teléfono de Edward sonó, indicando que se trataba de una llamada de Rosalie. La llamada fue corta pero precisa y mencionó que Alice había tenido una visión, no había querido decírselo a Edward pero Rosalie pensó que eso sería lo mejor.
Era sobre Bella saltando desde un acantilado. Rosalie también mencionó que no estaba segura de si había sobrevivido o no pero quería decirle a Edward lo que había ocurrido.
En todos esos meses desde que se marchó de Forks, Edward no había pensado ni una sola vez en Bella y eso lo hacía sentir muy culpable. La había dejado con el corazón hecho trizas mientras él disfrutaba su viaje junto a Devon.
—Llamaré a mamá para preguntarle —habló Devon con calma. Edward parecía intranquilo pero asintió y se sentó junto a Devon para escuchar la llamada.
La mujer atendió luego del tercer tono. Sonaba un poco ronca, como si hubiera llorado y eso los preocupó por un segundo.
—Hola cariño, no esperaba tu llamada hasta el sábado. ¿Está todo bien?
Devon frunció el ceño mientras miraba a Edward.
—Ahhh... sí. Sólo quería saber cómo estaban, estoy aburrido y llamé para saber de ustedes. ¿Cómo están Bella y Charlie?
Hubo un corto momento de silencio.
—Bella está bien —ambos chicos parecieron aliviarse por esas palabras— salió con su novio Jacob a la playa y hace poco regresaron. Pero uno de los amigos de Charlie murió ayer y no está muy bien.
—Oh... que mal escuchar eso. Dile a Charlie que lo lamento.
—Gracias, cariño —hubo otro corto silencio— ¿Seguro que todo está bien?
—Sí. Tal vez vaya pronto de visita —miró a Edward quien asintió más tranquilo— los extraño y quisiera volver a comer uno de tus postres.
La mujer sonrió aunque Devon no la vio.
—Claro que sí, Dev. Puedes volver cuando quieras.
—Gracias, mamá. Te hablo luego.
—Adiós, cariño.
La llamada terminó y ambos chicos se miraron con alivio. Parece que todo estaba bien con Bella y no había nada de qué preocuparse. Sin embargo, lo que realmente les causó curiosidad fue el hecho de que mencionara la palabra "novio". Devon realmente no pensó que Bella tendría otro novio en un largo tiempo, pero aún así, se sentía bastante feliz por saber que Isabella ahora tenía a alguien mas en su vida.
—Tal vez debamos partir a Forks mañana en la mañana —le dijo Edward— seguramente Alice irá en busca de Bella —parecía irritado— como si no la conociera. Además, quisiera ver con mis propios ojos que Bella está a salvo.
Devon asintió.
—Sí. También me gustaría regresar.
Esa misma noche comenzaron a empacar sus cosas para salir al amanecer. Devon le agradeció a los Denali que lo recibieran tan cálidamente y prometió visitarlos alguna otra vez en el futuro. Ellos por su parte, les desearon un buen viaje y mencionaron que esperaban verlos de nuevo.
—Avísame si tienes noticias de Ronan —le dijo Eleazar antes de que Edward se subiera a su camioneta.
Edward asintió.
—Sabes que no nos hablamos mucho pero le diré que se ponga en contacto si lo veo.
Eleazar asintió y abrazó a su esposa mientras se despedían con la mano cuando Edward arrancó.
El viaje fue silencioso y un tanto tenso, aunque Devon no estaba seguro de por qué. Tenía la sensación de que Edward tenía prisa por ver a Bella y no estaba seguro de si eso le gustaba. Entendía que se preocupara por ella pero realmente parecía ansioso por llegar.
—¿Estás realmente preocupado por Bella? —le preguntó Devon. Edward lo miró rápidamente pero Devon no lo estaba mirando.
—Eso creo —frunció el ceño un poco— admito que en realidad me siento culpable. Yo la estuve pasando muy bien a tu lado estos meses y ella probablemente no estuvo muy bien durante un tiempo.
Devon asintió en comprensión. Pero antes de que dijera algo, su celular sonó. Le pareció extraño que fuera Alice quien le estuviera llamando.
—¿Hola? —Edward prestó atención a la llamada.
—Devon —la voz de Alice parecía preocupada— lo siento, la verdad no sabía si debía llamarte a ti, a Edward o a los Denali.
—Alice, tranquila. ¿Qué ocurre?
Por un segundo, la línea se quedó en silencio.
—Es Ronan —dijo por fin— tuve una visión. Lo van a matar. Al parecer era parte de los Vulturi y se quiso separar de ellos pero ellos no lo permitieron y le dijeron que la única manera de... irse... era muriendo. Yo... pensé que deberías saberlo.
El auto frenó. Devon se sintió aturdido por un momento. ¿Qué debería hacer? No podía dejarlo morir. Y Edward tampoco. Aunque no le agradara del todo su hermano, aún era su hermano y no podía pensar siquiera en el hecho de saber que estaba muerto.
Edward le quitó el teléfono a Devon y lo colocó en su oreja.
—Vamos para Voleterra. Dile a los demás —fue lo único que dijo antes de colgar.
Devon lo miró sin comprender.
—¿Volterra?
—En Italia —aceleró tanto como le fue posible— no estoy seguro de por qué lo quieren matar ya que Ronan es un rastreador excelente pero tendrán sus razones. Debemos llegar antes de que eso suceda.
—No creí que tú... —Edward lo miró— no importa. Vamos.
Fue un viaje que se sintió como una eternidad. Devon y Edward estaban tensos y algo ansiosos pero al final llegaron. Para su sorpresa, Alice ya estaba esperándolos en el estacionamiento del aeropuerto con un bonito auto para llevarlos a su destino.
—Es algo difusa la visión —explicó Alice mientras manejaba por la carretera mucho más rápido del límite permitido— al principio me pareció extraño tener una visión de Ronan y me confundió aún más verlo con los Vulturi. Y luego simplemente vi imágenes de él siendo asesinado por Aro. Pero Aro no parecía muy complacido por matarlo. No sé muy bien qué está pasando.
Nadie dijo nada más. Ni Edward ni Devon sabían qué decir pues estaban más ansiosos por llegar.
—¿Crees que será un problema si nos olfatea? —preguntó Devon— podría saber que nos acercamos a él.
Edward miró rápidamente a Devon.
—Probablemente ya sabe que estamos aquí. Como te lo dije, es muy sensible a los olores —lo miró de reojo— probablemente fuiste el primero al que olfateó.
Nadie dijo nada más durante un buen rato hasta que llegaron casi a su destino. Había muchas personas en alguna clase de desfile y todos usaban túnicas rojas.
Devon ni siquiera lo pensó cuando salió del auto a toda prisa, pero no tardó mucho tiempo en darse cuenta de que no tenía ni idea de a dónde ir. Sin embargo, en un segundo Edward estuvo a su lado con una pequeña sonrisa e indicándole por dónde tenían que ir.
Caminaron entre la multitud, usando una gorra y lentes de sol para evitar que su piel estuviera expuesta y pronto llegaron a una entrada. Ronan estaba sentado en las escaleras, bajo la sombra del edificio mirando con cierta tristeza todo a su alrededor.
Ninguno de los recién llegados se perdió el horrible aspecto de Ronan, estaba aún más pálido que de costumbre y una especie de ojeras se marcaban alrededor de sus ojos. Era como si no se hubiera alimentado en meses.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó mirándolos desde su lugar. Sus labios se veían agrietados y secos— detecté su aroma en cuanto aterrizaron. No deberían estar aquí.
Devon miró rápidamente a Edward quien le dirigió un asentimiento y se acercó a Ronan, poniéndose de cuclillas frente a él. Tomó sus manos con cuidado y lo miró preocupado.
—Alice tuvo una visión donde morías.
—¿Y qué más da si muero? He vivido tanto tiempo y la única que vez que fui auténtica y verdaderamente feliz fue cuando estuvimos juntos —miró rápidamente a Edward— pero ahora estás con él y yo ya no tengo nada. Quise alejarme de ellos pero no me dejarán ir tan fácilmente.
Devon esta vez lo tomó de las mejillas e hizo que lo mirara a los ojos. Lo recordaba diferente, antes los ojos de Ronan eran brillantes y llenos de energía pero ahora mismo, sus ojos eran oscuros y desolados. Le dolía verlo de esa manera.
—¿Por qué no nos lo dijiste? —fue Edward quien habló al darse cuenta que Devon no decía nada.
Ronan se alejó de Devon y se puso de pie.
—Porque sabía que no estarías de acuerdo con esto.
Edward casi pone los ojos en blanco.
—¿Y desde cuando te importa lo que piense? Tal vez yo no estaría de acuerdo con esto pero sabes que los demás te apoyarían... incluso yo. Eres mi hermano, pase lo que pase.
Esta vez Ronan lo miró con tristeza.
—Siempre me ha importado lo que piensas de mi. Aunque no lo parezca —murmuró.
Ambos hermanos se miraron en silencio. Tal vez en alguna clase de conversación mental.
Pero luego de un momento, Ronan abrazó con fuerza a Devon, como si se hubiera estado resistiendo a ello durante mucho tiempo. Cerró los ojos y lo apretó contra su cuerpo con fuerza, como si nunca más quisiera dejarlo ir.
—No quiero morir —murmuró, ocultado su rostro en la curva de su cuello— pero no sé qué hacer para que me dejen ir.
Devon acarició su espalda suavemente.
—Tranquilo. No dejaré que nadie te haga daño —susurró.
La puerta detrás de ellos se abrió, dejando ver a dos hombres de vestimenta negra. Devon y Ronan se separaron.
—Cambié de parecer —dijo Ronan con un pequeño tono divertido— ya no quiero morir.
Ambos hombres estaba serios pero aún así dejaron ver una sonrisa bastante aterradora.
—Aro quiere verlos —habló el más alto, mirando primero a Edward y luego a Devon— a los tres.
Edward y Ronan sabían que ya no había escapatoria, pero Devon no tenía ni idea y aunque parecía molesto y dispuesto a irse a los golpes, Edward lo tomó del brazo suavemente y negó.
—Aro me envió para ver por qué tardaban tanto —apareció una mujer rubia de ojos rojos. Miró a todos y enseguida dio media vuelta para comenzar a caminar por donde había llegado.
Todos la siguieron de cerca, caminando por los oscuros pasillos del lugar. Sin embargo, Devon sólo podía estar alerta de su alrededor. No confiaba en ninguno de esos extraños, quienes parecían dispuestos a atacarlos en cualquier instante. Tanto Ronan como Edward se percataron de lo tenso que estaba.
Caminaron por alrededor de cinco minutos e incluso bajaron por un ascensor. Hasta que finalmente llegaron a una sala bastante grande que tenía algo parecido a tres tronos y tres hombres estaban sentados allí.
El de en medio se puso de pie con una sonrisa bastante desagradable y se acercó un poco a los recién llegados.
—Supongo que tú debes de ser Devon —se acercó a él— la mente de mi querido aliado esta llena de ti.
Devon frunció el ceño. Supuso que aquel hombre era Aro.
Aro entonces llegó hasta estar frente a ellos y tomó la mano de Edward sin siquiera preguntar. Devon se contuvo de decir nada y lo miró fijamente. Edward le había explicado un poco sobre las habilidades de esos vampiros y sabía que Aro podía leer las mentes igual que Edward, pero Aro necesitaba estar en contacto con la persona.
—Fascinante —murmuró Aro mientras miraba a Devon— tú eres fascinante. ¿Puedo?
Soltó a Edward y extendió la mano en dirección a Devon quien también lo miraba fijamente y no desvió la mirada mientras extendía su mano. La expresión de Aro fue bastante extraña pero una enorme sonrisa se abrió paso en su rostro.
—Extraordinario —casi gritó— realmente puedes anular los poderes. ¿Pero funciona con poderes a larga distancia? —Aro entonces miró a Jane, la chica rubia.
—¡No! —dijeron Ronan y Edward al unísono.
Al principio, Devon no comprendió hasta que vio a ambos chicos en el suelo retorciéndose de dolor.
—Es suficiente, Jane —le dijo Aro— inténtalo con nuestro invitado.
Jane miró a Devon, quien le devolvió la mirada con molestia.
—Dolor —dijo Jane.
Devon frunció el ceño, sintiendo algo recorriendo su interior. Era incómodo pero no molesto en absoluto. Aro lo miraba fascinado mientras que Jane parecía cada vez más molesta.
—Suficiente —dijo Aro y Jane regreso a su lugar— bien, entonces, ¿qué haremos contigo, Ronan?
Caminó hasta estar frente a él.
—Sabes que no puedes dejar la guardia así como si nada sin que haya una consecuencia.
Ronan lo miró fijamente con molestia.
—Pero no me necesitas. Demetri también es un buen cazador, además le diste la oportunidad a Eleazar y Carlisle.
Aro no dejó de sonreír pero parecía muy molesto.
—Es cierto que Demetri es un buen rastreador —lo miró rápidamente, pero tus habilidades son más... únicas. Pero podemos hacer un trato —miró a Devon— si este lindo chico intercambia lugar contigo, te dejaré marcharte junto a tu hermano.
—De ninguna manera —contestó inmediatamente sin pensarlo— Devon está fuera de esta discusión.
Devon iba a reprochar pero Edward se lo impidió.
—Que mal. No tengo a nadie como él y nunca antes había conocido a alguien de su clase. Con algo de entrenamiento incluso podría eliminar las habilidades de alguien a larga distancia —volvió a sonreír con satisfacción— pero en caso de que te deje ir... ¿de verdad crees que los Cullen o los Denali te aceptarán luego de que te haya mandado a espiarlos?
—Por supuesto —dijo Edward de pronto con voz firme— Ronan es de la familia y siempre lo será sin importar que cometa mil errores.
Ronan pareció conmovido con las palabras de su hermano, por su parte, Aro parecía molesto.
—Sabes que no damos segundas oportunidades, Ronan. Sin embargo —volteó a mirar a los otros dos hombres que estaban sentados— ya que nos has servido tan bien durante todo este tiempo, podríamos considerar tu petición.
El hombre de cabello oscuro que estaba sentado asintió igual que el hombre de cabello platinado. Aro parecía querer poner los ojos en blanco.
—Supongo que de todas formas sería un desperdicio matarte con tan grandiosa habilidad. No habrá más oportunidades para los Cullen, ¿entienden?
Ambos hermanos asintieron con seriedad y Devon que parecía deseoso de irse a los golpes, se mantuvo en su lugar y caminó cuando Edward lo tomó del brazo para salir del lugar. Eso había sido muy extraño pero al menos se podían ir con Ronan.
Alice los estaba esperando en el lugar por donde entraron y les dirigió una sonrisa al ver a los tres a salvo.
—Vayamos a casa, chicos —les dijo Alice con una sonrisa.
Le tomé mucho cariño a Ronan y al principio quería hacerlo el malo de la historia pero al final no pude jajan't me disculpo por eso jsjsjs digo, no es una blanca palomita y seguirá cometiendo errores pero ahora que sabe que su hermano realmente lo quiere, lo pensará dos veces. Además, ya tengo su final planeado y estoy casi segura de que les gustará 🥰
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