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【 032 】




୨ ♡ ୧




—¿Ahora a dónde nos dirigimos? —preguntó Devon mientras se subía a la camioneta.

Edward, que parecía más enérgico y feliz, le dirigió una sonrisa a Devon mientras arrojaba una maleta a los asientos traseros.

—Quiero que conozcas a unas personas —le dijo— iremos a Alaska. Allá están los Denali.

Devon frunció el ceño. Parecía un poco sospechoso que de pronto quisiera ir justamente al lugar donde probablemente se encontraría su hermano.

—¿No es donde está Ronan?

Edward se encogió de hombros.

—Si —sonó más como una pregunta que como una afirmación.

Devon casi pone los ojos en blanco peo en su lugar dejó ver una extraña sonrisa. Era un poco incómodo todo ese asunto pero prefería no pensar mucho en ello.

—¿Quieres ir a mostrarle las fotos que te he tomado? —alzó y bajó las cejas un par de veces— o tal vez quieres mostrarle las bonitas sortijas que compartimos —Devon extendió su mano, donde relucía la bonita sortija alrededor de su dedo.

Si fuera posible, Edward se habría sonrojado de pies a cabeza. Sin embargo, Edward le arrojó una chamarra a la cabeza.

—De ninguna manera dejaría que nadie además de ti las viera. Y no es como que le restriegue en la cara a todo el mundo mis manos. Como sea, Carlisle me pidió ir a recoger unas cosas para llevárselas. Ellos podrían haber ido a recogerlas pero estamos mas cerca y realmente quisiera que los conocieras.

Devon acomodó la chamarra en sus piernas mientras dejaba ver una sonrisa y se colocaba el cinturón de seguridad.

—Sí, claro —murmuró con sarcasmo.

El viaje dio inicio, serían alrededor de nueve horas pero ya se habían acostumbrado a viajar juntos sin aburrirse. Además, Devon aprovechaba para tomar algunas fotos de paisajes y de cantar a todo pulmón las canciones que sonaban en la radio mientras Edward simplemente se reía de él.

Si Devon era honesto consigo mismo... le gustaba todo eso. Le gustaba el vínculo y cercanía que se había formado con Edward y no quería que se terminara jamás.

Llegaron casi al anochecer. La casa de los Denali era grande y bonita pero estaba a la mitad de la nada. O al menos de eso se percató Devon, que no había visto ninguna casa en la cercanía, era igual que con los Cullen y su casa de Forks.

Dejaron el auto junto a una Jeep negra y tan pronto como bajaron, vieron a varias personas esperando por ellos. Devon no conocía a nadie personalmente pero había escuchado los nombres de todos gracias a Ronan, además, Edward le había contado un poco de ellos durante el camino. Dejó que Edward caminara por delante y él lo siguió de cerca esperando pacientemente a que se saludaran.

A Devon le sorprendió que realmente parecían ser familiares lejanos. Aunque no era como que hubiera conocido a muchos vampiros además de los Cullen y los nómadas que habían intentado matar a Bella.

Luego de un corto saludo y algunos abrazos, Edward colocó una mano en la espalda de Devon y lo hizo acercarse a la familia.

—Él es Devon —lo presentó— probablemente Carlisle les habló de él. Devon, él es Eleazar, Carmen, Kate, Tanya e Irina —señaló a cada uno.

—Es un placer, Devon —fue Eleazar el primero en hablar— es cierto que Carlisle nos ha hablado mucho de ti —se acercó a él y lo miró con el ceño fruncido— tienes un don bastante inusual.

Devon no estaba seguro de qué decir, por lo que miró a Edward en busca de una respuesta.

—Eleazar puede saber el don de los vampiros y qué tan fuerte es —explicó. Le hubiera gustado que Ronan o él le hubieran dicho eso antes.

—Oh, entiendo —sonrió un poco— yo en realidad no sé cuál es mi don.

Eleazar miró rápidamente a Edward pero le sonrió a Devon.

—¿Por qué no pasamos? Les preparamos un par de habitaciones para que se queden todo el tiempo que quieran —comenzaron a caminar al interior de la casa— por cierto, ¿cómo está tu hermano, Edward? Hace varios años que no sabemos nada de él.

Edward se detuvo a mitad de la entrada y le dirigió una rápida mirada a Devon.

—¿Cómo que no saben de él desde hace años? —frunció el ceño.

Eleazar lo miró sin comprender pero fue Carmen quien se adelantó a contestar.

—Ronan se marchó de la casa hace tres años, los Vulturi lo contactaron porque necesitaban un rastreador y parece que se unió a ellos desde entonces. Dijo que se los diría.

Edward podía leer la mente de todos los presentes pero no comprendía lo que estaba pasando.

—Ronan... él... ¿está con los Vulturi?

Los Denali se miraron preocupados.

—Lo siento, Edward. Creí que lo sabían.

Negó.

—Antes de marcharnos de Forks fue a casa, pero no mencionó nada al respecto. Incluso recuerdo que Carlisle dijo que había hablado contigo —se refería a Eleazar— para avisarle que Ronan se quedaría con nosotros una temporada.

Eleazar negó.

—Pues yo nunca tuve esa conversación con Carlisle. Y no les dije nada porque Ronan me lo pidió explícitamente, sabía que no estarían de acuerdo con eso pero quería ser él quien se los dijera.

—Lo siento —interrumpió Devon— pero no estoy entendiendo qué pasa. ¿Quienes son los Vulturi y por qué Edward parece molesto de que su hermano se uniera a ellos?

Se acomodaron en la sala.

—Lo Vulturi son el clan más grande y más poderoso de entre los vampiros. Ellos se encargan de hacer cumplir las leyes del mundo de los vampiros. Normalmente nunca intervienen en los asuntos de otros vampiros pero no son las mejores personas —explicó Eleazar— me atrevo a decir que tienen miedo de Carlisle y su clan. Tienen miedo de que los puedan acabar aunque sabemos que eso no le interesa a Carlisle.

—No tenía ni idea de que Ronan se había unido a ellos —murmuró Edward con la mirada perdida— supongo que lo mandaron a espiarnos. Realmente no tengo otra explicación por la cual pudo haber regresado pero ya que todos nos fuimos, tuvo que regresar con ellos.

—¿Realmente crees que hayan mandado a tu hermano a espiarlos? —preguntó esta vez Kate, sonaba preocupada.

—Supongo que sí. Después de todo no teníamos ni idea de que se había unido a ellos y era más fácil para él informales de nosotros de esa manera. De la última vez que lo vimos, no se ha contactado con nadie —miró a Devon— ¿o sí?

Devon negó.

—Realmente no he intentado comunicarme con él desde la última vez que lo vi.

—Bueno, no culpemos a Ronan de nada. Fue su decisión unirse a ellos pero una vez dentro es difícil negarse a las órdenes de Aro, lo sabes Edward.

Edward asintió y trató de dejar de pensar en ello. Tendría que hablar con su familia para contarles eso pero ya se preocuparía de eso más tarde. Ahora mismo tenía mucha más curiosidad por las palabras de Eleazar sobre el don de Devon. Ya tenía una vaga idea pero Eleazar era el experto en eso.

—Tienes razón —dijo simplemente— como sea, sigo con la curiosidad del don de Devon.

Eleazar sonrió un poco.

—Oh, sí. Bueno... podría decir que es algo así como un borrador. Puede suprimir el poder de otros vampiros con solo tocarlos, es bastante poderoso y además de Devon, sólo había conocido a una persona con un poder similar.

Devon lo miró sin comprender del todo.

—¿Un borrador?

—Sí. Creo que es la mejor forma de explicarlo —se puso de pie y se acercó a Devon y Edward— ahora mismo Edward puede leer mis pensamientos, en general, el de todos en esta habitación pero si lo tocas, dejara de hacerlo. Simplemente quedará en silencio, ¿no es cierto, Edward?

Cullen asintió.

—Sí. Lo había notado antes pero no sabía que funcionaba de esa manera.

—¿Funciona con mi poder? —preguntó esta vez Kate con una sonrisa bastante maliciosa.

Eleazar dejó ver una pequeña sonrisa.

—Supongo que sí. Pero no sabría decir con gran certeza qué tipo de habilidad puede suprimir o no.

La mujer se acercó a ellos, Devon se puso de pie sin saber qué ocurría pero aquella mujer lo tomó de la mano y la miró sin saber qué esperar. Kate pareció ser la más confundida de los dos.

—Ni siquiera siento que el poder fluya —comentó— dame la mano, Edward.

Edward la miró sin querer acercarse a ella pero al final también la tomó de la mano, pero nada ocurrió. Era como si sus poderes hubieran desaparecido de la nada.

—Kate puede liberar fuertes descargas eléctricas —explicó Carmen con calma— ¿funciona con dones que son a larga distancia?

Eleazar lo pensó por un momento.

—Supongo que no. Parece que Devon debe tocar a la persona para anular el poder. Aún así, es un don muy peculiar, es parecido a un escudo pero en lugar de repeler, lo eliminas.

Devon miró sus manos. Ya entendía a lo que se refería pero no tenía ni idea de que podía hacer eso. Nadie se lo había dicho, ni Ronan ni Edward, aunque los dos siempre parecían estar querer tocándolo.

Siguieron conversando un rato más. Más tarde, Edward y Devon fueron por las cajas que habían llevado y finalmente a la hora de dormir, no estaban seguros de si debían ir a una misma habitación para dormir juntos o ir cada uno a una diferente.

Sin embargo, fue Edward quien tomó a Devon de la mano y lo llevó a una de las habitaciones, donde luego de cambiarse por ropa más ligera se acomodaron en la cama y se quedaron dormidos uno al lado del otro.






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