【 030 】
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pequeño contenido +16
Devon regresó casi de inmediato con una pequeña maleta colgada al hombro. Tenía algunas cosas que había comprado para su cámara. Edward no sabía exactamente qué eran todos esos accesorios pero dejó que Devon hiciera lo suyo.
No tardó mucho tiempo en acomodar la habitación para comenzar a tomar las fotos, quería aprovechar la luz natural y tal vez tendrían la oportunidad de tomar unas con la luz del atardecer.
Una vez que todo estuvo acomodado, era momento de comenzar con las fotos. Devon miró a Edward con una sonrisa mientras dejaba su cámara en la mesita de noche.
—¿Quieres fotos de cuerpo completo o prefieres como las que viste en la cama? Tengo algunas ideas donde estas sentado en el sillón de allá.
Edward sintió un cosquilleo en el estómago mientras miraba los ojos de Devon oscurecerse.
—Dejaré que decidas —habló con voz suave.
Devon se acercó, colocando ambas manos en el cuello de la camisa de Edward y comenzó a desabotonarla lentamente bajo la atenta mirada de Cullen. Sus dedos rozaron suavemente la piel de Edward, quien simplemente deseaba sentir un poco más.
Una vez que llegó al último botón, regresó sus manos al pecho de Edward para deslizar la camisa fuera de su cuerpo. Era hermoso.
—No necesitas quitarte los pantalones pero podrías desabrochar el cinturón y bajarlos un poco, hasta la pelvis.
Edward acató las indicaciones, sin embargo, no dejó de mirar a Devon a los ojos. Quería volver a probar sus labios, quería acercarse y nunca más dejarlo ir pero ahora mismo tenía que ser paciente. Las cosas pasarían a su tiempo.
—¿Algo más? —preguntó Edward con una pequeña sonrisa.
Devon lo pensó un momento y se acercó a él para despeinar un poco su cabello.
—Listo, ahora te puedes acostar.
Edward se dirigió a la cama que Devon había acomodado previamente y se dejó caer en las bonitas y suaves colchas blancas. Edward se sintió un poco tonto pues no tenía ni idea de qué hacer o cómo acomodarse pues nunca había hecho nada parecido.
—Relájate, estás muy tenso —le dijo Devon mientras abría las cortinas, agradecido con la ventana de pared completa y estar en el penúltimo piso— yo te diré qué hacer.
Edward asintió, pero no podía dejar de sentirse raro. No en un mal sentido, simplemente todo se sentía tan íntimo y personal. Le gustaba pero no estaba seguro de cómo reaccionar.
—¿Está bien si me siento en tus piernas? —preguntó Devon, que ya tenía su cámara en las manos.
Edward asintió, la luz del día se reflejaba en su piel y Devon no podía evitar sentirse emocionado. Le gustaba, le gustaba más de lo que podría admitirse a sí mismo.
El chico se quitó los zapatos y se subió a la cama para sentarse en los muslos de Edward, quien lo miraba desde su lugar esperando la siguiente indicación.
—Bien. Ahora relájate y gira tu cabeza hacia la izquierda, ligeramente hacia arriba y pon tu mano derecha en tu nuca. La mano derecha ponla entre tu cuello y tu clavícula.
Edward hizo lo indicado. Aún se sentía tímido al respecto pero confiaba en el buen ojo de Devon y en general, confiaba en él.
Devon tomó un par de fotos con esa pose y luego bajó la cámara.
—Ahora coloca ambas manos detrás de tu nuca y mira hacia el lente.
Edward se acomodó y miró hacia donde Devon tenía colocada su cámara.
—¿Así?
Devon dejó ver una sonrisa.
—Edward, eres realmente hermoso y sales bien en las fotos pero en serio te ves muy tenso. No tienes que hacer esto si te sientes incómodo, podemos hacerlo otro día o tal vez otro tipo de sesión.
—Quiero hacerlo —su voz sonaba seria y firme— es sólo que nunca había esto y mucho menos había estado semi desnudo frente a nadie antes.
Devon frunció el ceño. ¿Había escuchado bien? Bajó su cámara y ladeó un poco la cabeza mientras miraba a Edward con curiosidad.
—Tú... ¿alguna vez has tenido... sexo con alguien?
Edward se tensó pero enseguida negó con cierta vergüenza.
—No —su voz sonaba tímida.
Devon sonrió y asintió.
—Eso explica muchas cosas. Aunque teniendo la edad que tienes, me sorprende bastante —pensó por un momento— entiendo que nunca antes habías estado interesado en los hombres, ¿pero ni siquiera con una mujer?
Edward volvió a negar. Se veía incluso más tímido que hace un momento.
—No.
Devon puso una expresión más seria y dejó la cámara sobre la cama un momento.
—Entonces te ayudaré a relajarte, ¿bien?
Asintió mirando fijamente los ojos de su contrario.
—De acuerdo.
Devon se quitó su playera bajo la atenta mirada de Edward y se inclinó hacia adelante hasta estar apenas a unos centímetros del rostro de Edward. Cullen pensó que lo volvería a besar pero los labios de Devon se dirigió en a su cuello. Fue una sensación extraña que lo tomó por sorpresa, nunca nadie lo había besado allí pero se sentía bien. Sin embargo, Devon sintió a Edward ponerse aún más tenso si es que eso era posible por lo que detuvo sus acciones y se alejó un poco.
—Si quieres que me detenga, sólo dilo y lo haré.
Edward, que había mantenido los ojos cerrados, los abrió y lo miró. Tenía una sensación en el cuerpo como si estuviera ebrio aunque era imposible.
—No —habló en voz baja— no quiero que te detengas.
Devon sonrió para sí mismo. Regresó a su trabajo, dejando suaves y pequeños besos en su cuello, bajando lentamente por todo su pecho. Las manos de Edward se dirigieron al cabello de Devon, donde deslizó sus dedos entre las suaves fibras de su contrario.
Los besos fuero cada vez más abajo hasta que llegó por debajo de su ombligo. Devon miró hacia arriba desde su lugar sin despegar sus labios. Edward parecía estar en un mundo completamente diferente. Jamás había sentido algo así y ahora mismo era incapaz de parar.
Más. Quería más y más de Devon.
Pero regresó a la realidad cuando se percató de que Devon había desabotonado el botón de su pantalón y había bajado el cierre. Sostuvo su cabeza con fuerza, haciendo que Devon lo mirase de nuevo, pero esta vez con preocupación.
—¿Ocurre algo? —preguntó— ¿no te gusta?
Edward negó.
—No es eso. Sólo... no tienes que hacer eso. Es un poco vergonzoso para mi.
Devon dejó ver una gran sonrisa.
—Tranquilo, prometo que te gustará —pero Edward parecía renuente— ¿confías en mi?
Asintió y dejó de empujar la cabeza de Devon pero dejó sus manos allí.
Devon continuó y bajó los pantalones junto con la ropa interior de Edward. Cullen volvió a sentir que se tensaba pero de inmediato volvió a relajarse al sentir la boca de Devon recorriendo aquella parte tan sensible de su cuerpo.
Se contuvo de liberar cualquier tipo de sonido, sin embargo, pronto descubrió que no era posible. Devon lo estaba haciendo sentir de una manera que jamás pensó que sería posible. Ni siquiera él mismo se había animado a tocarse a sí mismo, así que no tenía muchas experiencias, sin embargo, le gustaba.
—De... Devon espera —pero fue muy tarde. Tan pronto cómo terminó de decir su frase, llegó a su liberación junto con un fuerte y profundo gemido— lo siento.
Devon se separó con una sonrisa mientras limpiaba sus comisuras bucales y lamía su dedo.
—¿Eso te gustó? —preguntó.
Edward volvió a sentirse tímido, pero asintió.
—Bien —continuó Devon— ahora quédate así mientras tomo un par de fotos.
Edward sentía su mente aturdida pero era cierto que estaba más relajado.
—¿Así? —preguntó Edward luego de que Devon le indicara cómo posar.
—Perfecto —tomó otra foto y enseguida colocó una mano sobre el abdomen de su contrario para tomar otra foto donde saliera su mano— ¿me dejas poner un par de dedos en tu boca?
Edward asintió.
Devon volvió a tomar un par de fotos, sin embargo, comenzaba a sentir sus pantalones cada vez más incomodos. Edward se veía tan sensual y al no estar tenso, las fotos capturaban perfectamente todo de él.
—Ahora me bajaré, ¿puedes recostarte boca abajo?
Edward no quería que Devon se alejara, sin embargo, ya que su contrario parecía tan contento tomándole fotos, no dijo nada al respecto y continuó.
Pasaron poco más de veinte minutos de una intensa sesión fotográfica en diferentes poses. Tanto en la cama y más tarde en el sofá.
—Luego me gustaría tomar algunas fotos de tu silueta, si no te importa.
—Me complace ser tu modelo —fue lo único que dijo.
Cuando terminaron con la fotografías, Devon le entregó a Edward una bata antes de que entrara al baño para darse un baño. Devon se quedó sentado en la cama, esperando a escuchar la regadera para bajar su pequeño problema que había logrado esconder todo ese tiempo.
Una vez que escuchó que el agua comenzaba a correr el agua, desabotonó sus pantalones y metió su mano en su ropa interior. Se dejó caer en la cama mientras cerraba los ojos y pensaba en Edward desnudo debajo de él.
Su mano se movió lentamente al principio, queriendo alargar un poco el momento pero recordó que no podía tardar mucho pues Edward saldría en cualquier momento.
Estaba por llegar pero Edward salió del baño y ambos se miraron. Devon sonrió un poco mientras miraba a Cullen y en lugar de detenerse, siguió moviendo su mano bajo la atenta mirada de su contrario.
Edward no estaba seguro de qué hacer pero sabía que no quería quedarse sin hacer nada. Se acercó a Devon para besarlo con fuerza mientras llevaba su mano a los pantalones de Devon para ayudarlo con su pequeño problema.
—Lo siento —murmuró Edward cuando se separó por un momento— debí ayudarte con esto antes.
Devon negó y fue su turno de cerrar los ojos sintiendo un gran placer con ayuda de Edward. Cuando Devon sintió que estaba cerca, tomó a Edward de la nuca para besarlo de nuevo con ferocidad. Edward ya no parecía tan tímido y siguió el ritmo de Devon.
Tan pronto como terminó, se dejó caer en la cama con una risa y Edward tomó asiento a su lado.
—Es extraño —habló Devon luego de un momento— nunca pensé que tú y yo llegaríamos a esto... tan pronto.
Edward también se dejó caer en la cama junto a Devon y este se acercó a él para besarlo. Esta vez más suavemente.
—Yo... no soy bueno con estas cosas —comenzó Edward— pero me gustaría que me enseñaras más cosas. Realmente quisiera estar contigo de todas las formas que existen si tú me lo permites.
Devon sonrió un poco. Un mundo de emociones se alojaban en su interior pero todas se unían en una sola. Edward Cullen.
—Por supuesto —le dijo Devon, acariciando su rostro— pero llevemos esto con calma. No hay ninguna prisa.
Edward asintió con una sonrisa antes de volver a besarlo.
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