【 024 】
୨ ♡ ୧
Devon se dejó caer en su cama luego de la cena familiar que su madre había organizado en algún intento de fortalecer los lazos familiares o algo así había dicho. Colocó ambas manos detrás de su cabeza y se dedicó a mirar el techo fijamente. No podía evitar pensar en algunas cosas, cosas que mayormente incluían a Ronan y Edward.
Hacia poco más de dos semanas había tenido una larga conversación con Ronan, donde él le decía muy explícitamente que no buscaba nada serio, que no estaba realmente interesado en tener ninguna clase de relación con nadie y le preguntó a Devon si estaba de acuerdo en que simplemente podían pasar el tiempo juntos, dándose algunos besos, algunas caricias y tal vez algo más si surgía el momento. Prácticamente algo parecido a ser amigos con beneficios.
Devon estaba confundido al principio. Nunca imaginó que Ronan le pudiera decir algo así pero no perdía nada con intentarlo pues después de todo... ahora era un ser inmortal y no pasaba nada si experimentaba cuanta cosa le fuera posible.
Además... siendo honesto consigo mismo... no sentía nada romántico por Ronan. Lo quería y había llegado a apreciar los momentos a su lado pero... no se acercaba ni un poco a lo que sentía por Edward.
Aún así agradecía la sinceridad de Ronan, aunque tenía ese extraño presentimiento de que Ronan no era realmente tan honesto como aparentaba y aún había muchas cosas que ocultaba. Y Devon no estaba tan seguro de querer saberlo todo, al menos no en ese momento. Prefería disfrutar un poco más del momento.
Cerró los ojos un momento, disfrutando del pequeño silencio que lo comenzaba a rodear.
—La habitación de Bella está al otro lado del pasillo —dijo sin abrir los ojos.
—Lo sé —murmuró Edward en la oscuridad mientras se cruzaba de brazos y se recargaba en la pared.
Devon abrió los ojos para mirar a Edward, aunque permaneció acostado y con ambas manos detrás de su cabeza.
—¿Qué haces aquí?
Hubo un largo silencio.
—Sinceramente, no sé —contestó por fin— yo sólo... —no continuó.
Devon se sentó en la cama y miró a Edward con el ceño fruncido.
—¿Qué sucede, Edward?
Pero Edward tenía la mirada pegada al suelo. Devon se atrevería a decir que parecía... triste.
—¿Puedo preguntarte algo? —habló sin levantar la mirada.
Devon lo pensó por un momento. Había estado evitando a Edward pero parecía que esta vez no tenía ninguna salida.
—Sí.
Edward levantó la mirada y lo miró a los ojos.
—¿Por qué él? —frunció el ceño, casi parecía dolido por haber hecho esa pregunta— de todas las personas en el mundo... ¿por qué Ronan?
Devon lo miró sin comprender y sin estar muy seguro de qué contestar.
—No sé a qué te refieres.
Edward se quedó en silencio un momento. Se sentía frustrado y molesto. No podía leer libremente los pensamientos de Devon, sólo captaba algunas ideas cuando no lo tocaba directamente pero aún así era complicado unir los puntos.
—Olvídalo —dijo por fin, luego de reflexionar sus palabras. Había sido una muy mala idea haber ido con Devon.
Por su parte, Devon quiso insistir pero se contuvo y se dejó caer en la cama volviendo a mirar el techo.
—Creí que estarías organizando algo para Bella. Mañana es su cumpleaños, ¿no?
Edward dejó salir una risa que sonó más bien como un bufido.
—Quiere que pretenda que no es su cumpleaños y es sólo un día más. Claro que Alice le organizó una fiesta sorpresa. Supongo que ya te invitó.
Devon asintió al recordar lo entusiasmada que sonaba Alice cuando le dijo.
—Intentó convencer a Charlie y Amy de lo mismo pero no funcionó del todo —sonrió— mamá ya le hizo un gran pastel y espera que me levante a primera hora para ir a la habitación de Bella para cantarle feliz cumpleaños o algo así.
Edward sonrió un poco y todas sus facciones parecieron relajarse.
—Suena lindo.
Hubo otro silencio pero esta vez se sintió incómodo.
—Me gusta que Ronan no tenga miedo a demostrar sus sentimientos —habló Devon en voz baja— me gusta que podamos salir tomados de la mano sin que a ninguno de los dos nos importe si alguien está mirando o darnos un beso en cualquier lugar sin importar lo que los demás murmuren. Me hace sentir... seguro.
Tenía mucho sentido. Edward aún se negaba a aceptar por completo sus sentimientos mientras que Ronan andaba por el mundo sin el mayor temor a nada. Fueran hombres o mujeres, Ronan no temía expresar sus sentimientos.
—Perdón —murmuró Edward.
Devon volvió a sentarse en la cama y miró a su contrario con confusión. No esperaba escuchar esa palabra salir de su boca.
—¿Por qué?
Se encogió de hombros.
—Por no haber sido claro con mis sentimientos al principio. Creo que yo solo... tenía miedo. No estoy seguro de por qué o de qué pero... lo tenía.
—¿Y ya no lo tienes?
Ambos se miraron en silencio un momento.
—No tanto como antes.
—Pero ahora estas con Bella.
Edward regresó la mirada al suelo y ninguno dijo nada más durante un buen momento.
—¿Sabías... sabias que Ronan controla los pensamientos que puedo leer? —Devon lo miró con confusión— a diferencia del resto de las personas, a quienes puedo leer sus pensamientos con facilidad y sin quererlo... Ronan puede elegir libremente lo que me quiere mostrar. Es muy molesto. Supongo que es cosa de hermanos.
Devon se percató de algo en lo que no había pensado antes.
—Ronan, ¿el tiene alguna habilidad como tú o Alice?
Edward parecía confundido.
—¿No te lo dijo?
—No —negó con la cabeza.
—No estoy completamente seguro de que sea una verdadera habilidad pero su olfato es ultra sensible. Lo hace ser una excelente cazador y puede oler a su presa a una distancia realmente impresionante. Él fue quien siguió el olor de James cuando atacó a Bella, nos llevó directamente a su ubicación. Es prácticamente imposible ocultarse de él aunque le ocurre lo mismo que a mi cuando estoy en un lugar con muchas personas. Por mi parte, hay demasiados murmullos en mi cabeza que resulta realmente molesto y podría asegurar que me da una jaqueca terrible —sonrió un poco— para Ronan es como si se sintiera mareado por los olores. Dice que cada persona tiene un olor diferente y nunca ha olido dos iguales pueden ser similares pero no idénticos y Ronan puede identificar cada uno de ellos. Es más fuerte con las personas a las que es más cercano.
Devon asintió en comprensión.
—No tenía ni idea.
🥀
A la mañana siguiente, Devon escuchó que alguien tocaba suavemente su puerta. Sabía que se trataba de su madre por lo que esperó un momento antes de abrir. La mujer tenía una gran sonrisa mientras sostenía un bonito pastel en sus manos.
—Vamos a despertar a Bella —susurró.
Devon asintió con una sonrisa y caminó detrás de la mujer. Charlie ya estaba frente a la puerta de su hija esperando a los otros dos para entrar.
Charlie llamó a la puerta un par de veces antes de abrir, Bella abrió los ojos justo en ese momento mientras los tres entonaban la canción de feliz cumpleaños haciendo sentir bastante incómoda a la chica.
—Quedamos que nada de regalos —murmuró Bella mirando a los tres.
—Tonterías —le dijo Amy mientras se sentaba en el borde de la cama y encendía un par de velas para que la chica soplara— no olvides pedir tu deseo.
Bella se rindió con sus protestas y apagó las velas rápidamente. Charlie le entregó un par de regalos que ella aceptó incómodamente y Devon le entregó uno más antes de salir de la habitación para evitar escuchar los reclamos de Bella. Era una pulsera lo que le había obsequiado y sabía que Charlie le había dado una cámara bastante simple que había escogido con ayuda de él y la madre de Bella le había mandado un álbum para las fotografías.
Devon regresó a su habitación para cambiarse e ir a la escuela. Había decidido adelantarse por lo que salió antes de que todos se reunieran en la cocina.
La noche anterior, Edward se había quedado en la habitación en completo silencio y después se marchó en algún momento de la noche sin decir nada más. Devon quería comprenderlo pero no podía.
Luego de las aburridas y tediosas clases, Devon regresó a casa para cambiarse de ropa por algo un poco más formal y bonito para la ocasión. Luego se dirigió a la casa Cullen en su motocicleta y estando allí, ayudó a Alice con algunos arreglos y adornos que colocaron por toda la sala.
Alice lo había planeado todo muy cuidadosamente. Primero recibirían a Bella y le entregarían sus obsequios, luego tendrían una cena familiar a la luz de las velas y para finalizar la noche, comerían pastel mientras Edward tocaba el piano. Sí. Todo debería salir perfecto.
Pero la realidad fue otra.
La noche comenzó bastante bien pese a que Bella parecía más incómoda que nunca en su vida. Todos le estaban entregando sus obsequios uno a uno hasta que llegó el turno de Esme y Carlisle. Mientras Bella abría el bonito sobre de papel que contenía un par de boletos de avión, de alguna manera que Devon no comprendía, Bella se hizo una cortada en el dedo.
Desde que se transformó, no había tenido contacto directo con la sangre humana, así que había logrado contenerse pero por primera vez olió la sangre fresca que goteaba del dedo de su hermanastra y una intensa sed llegó a él. Pero no fue el único. Jasper fue el primero en perder el control y mientras intentaban detenerlo de atacar a Bella, la pobre chica humana fue lanzada contra una mesa que tenía un jarrón de vidrio haciendo que más sangre escurrir era por su brazo. Emmett se hizo cargo de Jasper junto con Alice pero Devon estaba pasmado haciendo todo lo que le fuera posible para no ir tras de Bella.
Fue Ronan quien lo hizo contenerse, tomándolo del brazo y sacándolo de la habitación. A diferencia de Jasper, no había intentado atacar a Bella pero realmente estuvo a punto de hacerlo. Realmente quiso ir y beber cada mililitro de sangre que corría por su cuerpo.
El aire del exterior lo hizo entrar en razón y sentirse más relajado.
—¿Estás bien? —le preguntó Ronan mientras colocaba una mano en su nuca y lo miraba con preocupación.
Devon asintió.
—Ya me siento mejor. Nunca antes me había pasado algo así.
Ronan negó suavemente con una sonrisa.
—A todos nos pasa alguna vez. No te preocupes por eso.
—Gracias.
—¿Quieres regresar a casa? No creo que esta fiesta continúe luego de lo que pasó.
—Sí, creo que prefiero irme —lo pensó un momento— ¿crees que Jasper esté bien?
—Se sentirá un poco culpable pero estará bien. Hacia mucho tiempo que no perdía el control de esa forma.
Devon asintió.
—Entonces lo veré otro día cuando se sienta más calmado. No es su culpa.
—Vamos, hoy yo te llevo a casa.
Devon le entregó las llaves de su motocicleta y sin despedirse de nadie ambos se marcharon. Esa noche Ronan se quedó a dormir con Devon en su habitación, abrazado como un koala a Devon mientras este acariciaba su cabeza y pasaba sus dedos entre su cabello.
Devon no podía dejar de pensar en esa horrible sensación de casi perder el control. No había pasado nada gracias a que estaba con Ronan pero, ¿qué pasaría cuando estuviera solo? ¿Y si su madre se cortaba accidentalmente mientras cocinaba? ¿Y si Charlie se lastimaba con algo? ¿O qué tal si Bella se volvía a lastimar? Antes no había pensado en ello pero ahora mismo... no podía dejar de pensarlo.
No quería hacerle daño a su familia. Estaba realmente aterrado de la posibilidad de que algún día en algún momento pudiera perder el control y lastimarlos e incluso matarlo. Pero no sabía qué podía hacer al respecto. ¿Irse de casa? No. No podía hacer eso. Mientras los Cullen estuvieran en el pueblo, no tendría nada de qué preocuparse. Ellos le habían mostrado cómo mantener o calma y aún había muchas cosas que tenían por enseñarle.
Entonces sí. Todo estaría perfectamente.
Pero eso estaba por cambiar.
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