❨019❩
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Habían pasado un par de días. Devon aún no se acostumbraba del todo a su nueva vida. Todo era raro y diferente pese a que el único que había cambiado era él. Podía estar cerca de sus compañeros casi sin problemas, pero era muy complicado cuando alguien se cortaba por accidente o se lastimaba jugando y había un poco de sangre. El olor le llegaba de inmediato y debía aferrarse a algo para evitar ir directamente a atacar. Todos los Cullen eran de gran ayuda, pero sobre todo estaba Ronan, quien más ayudaba a Devon cuando sentía que estaba a punto de perder la cabeza.
Sin embargo, la idea de no ser como su padre era lo que más mantenía a Devon sobre la tierra. Simplemente sentía que perder la cabeza era igual a seguir los pasos de su padre y era lo único en todo el mundo que no quería.
Devon iba saliendo de su última clase y se dirigía a su casillero para guardar algunas cosas pero apenas abrió la pequeña puerta y sintió que alguien lo rodeaba por los hombros. Sonrió al saber que era Ronan.
—Salgamos hoy —le dijo Ronan sin dejar de mirarlo. Su rostro muy cerca de él.
Devon frunció el ceño por un momento y alejó la cara de Ronan con su mano. Ronan sacó la lengua para lamerlo y Devon se quejó con diversión limpiando su mano en la playera de su contrario.
—¿Salir a dónde?
Ronan se encogió de hombros.
—No sé. Al cine, a un restaurante, a donde sea. Tengo ganas de salir.
Devon terminó de guardar sus cosas y cerró el casillero para ahora mirar a Ronan. Había bastante gente en el pasillo que se apresuraba a guardar sus cosas para poder ir finalmente a casa.
—¿Y te refieres a salir solos tú y yo o con los demás?
Hubo un corto momento de silencio donde Ronan lo reflexionó.
—Cualquiera de las dos opciones está bien. Al final de la noche de todas formas te tendré sólo para mi.
Devon puso los ojos en blanco pero dejó salir una risa cuando Ronan volvió a abrazarlo por los hombros y colocó su nariz en su mejilla.
—Ni siquiera te ilusiones, Denali —ambos comenzaron a caminar. Ronan no se separaba de Devon— pero le preguntaré a los demás si quieren salir.
—¿Salir a donde? —escucharon una voz a sus espaldas y ambos vieron a Alice que iba de la mano con Jasper.
—Ronan quiere salir pero aún no decide a dónde. Tal vez podríamos ir al cine.
—Nosotros vamos —habló emocionada Alice— hace mucho que no vamos al cine.
—¡Genial! —habló Ronan emocionado— dile a los demás —se dirigió a Devon.
—Le mandaré un mensaje a Ángela para preguntarle —habló Devon que ya había sacado su celular.
—Yo le diré a Edward —cantó Alice quien ya tenía su celular afuera. Devon se contuvo de dirigirle una fuerte mirada y se concentró en buscar el contacto de Ángela.
No es que no quisiera que fuera, sino que el ambiente se tornaba un poco incómodo cuando estaban en la misma habitación. De hecho, era un poco raro tener que trabajar juntos en química todos los viernes.
Una hora y media más tarde Devon, Ronan, Ángela, Eric, Mike, Jessica, Alice, Jasper, Bella y Edward estaban afuera del cine. Alice se había alejado junto a Jasper para comprar las entradas.
Bella parecía un poco incómoda pero no parecía realmente disgustada de estar ahí. Probablemente estar junto a Edward era más que suficiente. Sin embargo, Edward sólo le dirigía miradas asesinas a su hermano que no soltaba a Devon y permanecía con sus brazos alrededor de él.
—Entonces... —Jessica fue quien rompió el ambiente tan tenso— ¿ustedes dos ya están... saliendo? —la pregunta iba dirigida a Devon y Ronan.
Ambos chicos se miraron mientras todos los demás les dirigieron su atención. Edward apretaba los dientes con fuerza y aunque Bella le estaba murmurando algo al oído, él no parecía escuchar.
—No —dijeron al unísono con bastante calma.
—Solo somos amigos —dijo esta vez únicamente Ronan.
Devon dejó salir una risa mientras empujaba al hombre.
—Sí. Sólo amigos —enfatizó la última palabra.
Jessica frunció el ceño pero asintió lentamente.
—Y... ¿te gustan sólo los hombres o también las mujeres? —le preguntó a Ronan con un tono ligeramente esperanzador.
Ronan miró los labios de Devon antes de contestar y enseguida miró a Jessica con una sonrisa bastante coqueta.
—Mi madre me enseñó a comer de todo —murmuró con una sonrisa.
Todos notaron cómo el rostro de Jessica se tornaba de un intenso color rojo. Devon le dio un suave golpe en el pecho a Ronan.
—No molestes a Jess —habló Devon tomando a Ronan de la barbilla para hacerlo mirarlo.
Antes de que Ronan contestara algo, Alice y Jasper regresaron con los boletos.
—La función comienza en veinte minutos. Tenemos tiempo suficiente para ir a comprar algunos dulces antes de entrar.
Todo el grupo se adentró a la dulcería pero se quedaron mirando la lista de precios y productos disponibles decidiendo qué comprar. Al final, quienes se formaron fueron Ronan, Jasper y Mike para no ser tantos en una pequeña fila.
—Iremos al sanitario —dijo Ángela que se acercaba a Bella junto a Jessica— ¿nos acompañas?
Bella miró rápidamente a Edward pero al final asintió y se fue junto a ellas.
—¿Vienes, Alice? —le preguntó Bella.
—Seguro.
Todas las chicas se marcharon, dejando a los tres chicos en un ambiente bastante incómodo y extraño.
—Yo... también voy al baño —dijo Eric quien no esperó una respuesta y se fue corriendo.
Devon quiso suspirar aunque no tenía ninguna necesidad de hacerlo pero se limitó a mirar la interesantísima alfombra llena de manchas.
—Solo amigos... ¿eh? —Edward no lo soportó más y las palabras simplemente salieron de su boca.
Devon lo miró directamente a los ojos con algo de molestia combinado con confusión.
—Sí. Ronan y yo solo somos amigos.
Edward apretó los puños por un momento pero rápidamente se relajó.
—No lo parece —murmuró y casi sonaba molesto— parece que se llevan mucho mejor de lo que dicen.
Devon dejó ver una pequeña sonrisa mientras se encogía de hombros.
—Y tú pareces estar demasiado celoso para tener novia. Te recuerdo que soy un hombre libre y puedo estar con quien quiera y besar a quien me plazca. Realmente no entiendo qué es exactamente lo que te molesta, que salga con alguien o que salga con tu hermano —se cruzó de brazos— además, tú y yo nunca fuimos nada y hablo enserio cuando digo que no sé qué es lo que te molesta.
Edward ya no sabía qué más decir. No tenía palabras pues era cierto que no tenía ningún derecho a reclamar nada. No cuando él tomó la decisión de quedarse con Bella.
Los demás regresaron poco después y nadie se perdió el ambiente tan incomodo que de pronto se sintió pero afortunadamente entraron a la sala y honestamente casi todos disfrutaron de la película. Todos excepto Edward. Incluso Bella parecía muy contenta de estar ahí.
Al salir, cada uno se dirigió por su propio camino luego de despedirse. Devon y Ronan decidieron dar una pequeña caminata por el lugar antes de regresar. Aunque no avanzaron al final de la cuadra cuando Ronan tomó a Devon de la mano y lo hizo entrar a un bonito café para comprar algo de beber y un postre.
No es que se llenaran realmente pero Devon había notado que Ronan comía mucho y él seguía comiendo como si fuera un humano promedio, tal vez un poco menos.
El lugar era agradable. Ambos se sentaron en una mesa junto a la pared y una amable mesera les tomó la orden, aunque la pobre chica, que tendría alrededor de diecisiete o dieciocho años, se sonrojó y se trabó un par de veces al hablar. Resultaba más bien adorable pero en cuanto terminó de anotar se fue lo más rápido que pudo.
Entonces sólo quedaron ellos dos en una ambiente bastante tranquilo y agradable.
—Te lo dije —habló Ronan que jugaba con una servilleta y la estaba rompiendo en pedacitos.
Devon lo miró con curiosidad.
—¿Qué cosa?
Ronan dejó salir una risita y dejó de jugar con la servilleta, en su lugar, recargó el codo sobre la mesa y colocó su barbilla en su mano.
—Que te tendría sólo para mi al final de la noche.
Devon puso los ojos en blanco mientras se dejaba caer en el respaldo de la silla pero dejó salir una risa.
—Supongo que sí.
La mesera de antes regresó con su pedido y lo dejó frente a cada uno. A la pobre chica le temblaban las manos y hacía todo lo posible para no mirar a ninguno de los dos.
—Muchas gracias, cariño —le dijo Ronan con toda la intención de ponerla aún más nerviosa. Devon le dio una patada por debajo de la mesa.
La chica miró a Ronan con los ojos bien abiertos. Ambos hombres escucharon sus latidos acelerarse increíblemente mientras asentía y se iba corriendo una vez más.
Ronan no la dejó de mirar hasta que se perdió fuera del mostrador. Devon sólo negaba con diversión.
—Me sorprende la facilidad que tienes para molestar a las personas.
Ronan hizo un rápido puchero.
—¿Celoso?
Devon rodó los ojos.
—Solo somos amigos, ¿no?
Ronan soltó un bufido y le dio un bocado a su rebanada de pastel de fresas.
—Si... —lucía pensativo— nunca me gustaron las relaciones más formales. Me gusta ser un hombre libre y sin ataduras.
Devon le dio un bocado a su pastel de chocolate.
—Espero no ser la excepción.
Ambos sonrieron. Pero Ronan no dijo nada.
Una hora más tarde cuando ambos terminaron salieron del local y volvieron a caminar rumbo a la motocicleta de Devon que estaba en el estacionamiento público a dos cuadras de distancia.
Esta vez caminaron en silencio, el cielo ya estaba oscuro y había menos personas por la calle aunque era agradable.
Pasaron por un callejón junto al cine cuando escucharon un pequeño maullido y un sonido de bolsa de plástico y Ronan se detuvo en seco. Devon lo miró con curiosidad cuando su acompañante se adentró al callejón sin dudarlo hasta una bolsa de plástico. Ronan rompió la bolsa negra y sacó a un pequeñito gato negro de ojos azules.
—Y dicen que yo soy un monstruo —murmuró Ronan cargando al felino y llevándolo a su pecho para acariciarlo.
El pequeño gato parecía aterrado pero las suaves caricias de Ronan parecían calmarlo un poco aunque él no le brindaba el calor que necesitaba.
Devon tampoco lo pensó cuando se quitó la sudadera y se la entregó a Ronan para que envolviera al gatito y entrara en calor. Ronan le dirigió una sonrisa en agradecimiento y así ambos siguieron caminando.
Al llegar a la motocicleta se acomodaron para colocar al gato en medio de los dos sin aplastarlo pero evitando que lo golpeara el aire y así avanzaron hasta la casa de Devon.
—No creo que se sienta muy cómodo entre puros vampiros —dijo Ronan una vez que llegaron. El gato ya se había acurrucado pero Ronan lo seguía acariciando sin dejar de mirarlo— amo a los gatos pero no me lo puedo quedar. ¿Crees que Charlie y tu mamá lo quieran?
Devon lo pensó un segundo.
—Definitivamente no pero si lo llevo sin avisar no tendrán el corazón para sacarlo de la casa.
Ambos sonrieron.
—Gracias, Dev.
Le entregó al gato dándole una última caricia y luego se acercó a Devon para darle un largo y profundo beso en los labios.
—Nos vemos mañana en la escuela.
Ronan asintió guardando sus manos en los bolsillos de su sudadera.
—Hasta mañana.
Devon dio media vuelta y entró a su casa. Ronan se quedó un momento más y también se fue a su propio hogar.
Afortunadamente para el pequeño gatito, Amy lo adoró de inmediato diciendo que siempre quiso tener gatos en la casa pero Charlie siempre se negaba. Ahora que ya estaba en la casa el pequeño animal, Charlie ni siquiera pudo pensar en sacarlo a la fría calle.
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