#11. Diviertete, Lilith.
Lilith mira sus uñas con detenimiento, se sentía extraño verlas tan arregladas, y además pintadas de rojo. Era noche de pijamada en su cabaña y una de sus hermanas, cuyo nombre siquiera podía recordar, se había dedicado a arreglar y pintar sus uñas. Pensaba echarse para atrás al ver el esmalte rojo en manos de la chica, pero no quiso ser grosera y se dejó llevar.
— ¿Y si jugamos verdad o reto? —propuso Drew con una sonrisa traviesa.
Un mar de cuchicheos llenó la cabaña. Lilith simplemente permaneció en silencio mientras soplaba un poco sus uñas. No quería arruinar el trabajo de su hermana... Diablos, ¿cuál era su nombre? Demasiadas chicas la rodeaban y sólo sabía el nombre de Elena, Piper, Jane y Drew. Y nada más sabía el de esta última porque no deja de fastidiarle con su cabello.
—Ummm, el último de esos no salió muy bien —recuerda Piper con una mueca y Lilith deseó saber lo que sucedió.
—Uh, sí, tuve que cortar mi cabello aquella vez —dice otra con horror mientras tocaba su cabello cobrizo en corte Bob.
La pelirroja en acto reflejo se lleva una mano a su cabello trenzado en su hombro. No quería cortarlo, le llevó mucho tiempo para que sea tan largo.
—No vamos a ser tan extremos —Drew mueve una mano sacándole importancia—. Vamos, será divertido.
Como la mayoría insistió en que se haga, Piper, suspirando derrotada, tuvo que aceptar. Pero con la condición de que sea seguro.
Lilith quiso salir corriendo cuando movieron las camas e hicieron un gran círculo. Tenía a Drew justo frente a ella, no podría esconderse. En realidad nadie con un cabello tan llamativo podría esconderse, y menos si era la única pelirroja ahí.
—Bueno —Drew carraspea—. ¿Quién desea comenzar?
Muchas alzaron sus manos, pero Drew eligió a su amiga junto a ella.
—Bueno —la trigueña sonrió con malicia mientras paseaba los ojos—. Mitchell...
—Dime, BellaBell —repondió el muchacho con media sonrisa.
—Verdad o reto.
—... Verdad.
La chica resopló desilusionada antes de pensar en su pegunta. Seguro esperaba ponerle un buen reto al chico.
Lilith rezó internamente a su madre los siguientes quince minutos. Por favor, que no me llamen, que no me llamen. Sus ojos miraban nerviosos a cada una de sus hermanas cuando ellas chasqueaban la lengua al verla.
—Drew —dijo al final Elena cuando fue su turno—. ¿Verdad o reto?
—Reto.
—Besa el inodoro —suelta como quien comenta el clima.
— ¡¿Qué?! —Drew la mira estupefacta—. ¿Perdón? No hablas en serio.
—Claro que sí, yo nunca bromeo —frunce el ceño—. Elegiste reto, ahora hazlo.
—Pero... —mira a Piper—. Dijiste que nada que podría lastimarnos... El inodoro, McLean, ¡el maldito inodoro que ha tocado traseros!
Lilith apretó los labios, no quería reírse. Sería malvado de su parte, aunque admitía que la desesperación de Drew era divertida.
—Es verdad —Piper fingió pensarlo, aunque ella quería ver a Drew besando el inodoro—. Pero tengo entendido que lo han limpiado hoy, ¿verdad, Jane?
— ¿Ah? —la morena suelta con confusión, pero luego comprende ante la mirada significativa de Piper—. Uh sí, lo limpié. Lo lustré con un cepillo de dientes —todos sueltan un sonido de asco—. Oigan, miren si usé el cepillo de una de ustedes...
Se le escapa una risita ante lo dicho por Jane, esta le mira con una sonrisa y le guiña un ojo.
—Bueno —Drew tartamudea mientras se levanta y la miran asombrados—. Dije reto, entonces a hacerlo.
Comenzaron a dar grititos ante el atrevimiento de la chica. Todos se amontonaron en la puerta mientras Drew se agachaba junto al inodoro. Lilith permaneció sentada junto a Jane, quien se mordía el labio inferior intentando no reír.
—Hoy no limpiaste el baño —le murmura la pecosa.
—Nop —resalta la p con tono travieso—. Y tampoco recuerdo cuando fue la última vez que lo limpiaron.
Se escuchan las arcadas de Drew seguidas de risas y gritos de los demás. Elena y Piper vuelven chocando las manos y riendo. Lilith las mira intentando no reir.
—Son malas —les dice cuando se sientan junto a ella.
—Oh cariño, Drew me hizo cosas peores cuando yo llegué —comenta Elena con una mueca.
Minutos más tarde nuevamente estaban en círculo, tal como hace rato. Drew se puso una especie de labial desinfectante y chasqueó la lengua.
—Lilith —dijo de inmediato, señalándola de mala gana—. ¿Verdad o reto?
—Uh, yo no juego... Sólo miraba —balbucea algo aterrada.
Drew alza una ceja burlona mientras algunas soltaban risitas.
— ¿Sólo miras? —ríe—. Nena, estás en el círculo, todo aquel que está en el círculo participa. Vamos, deja de ser tan mojigata y diviertete.
Sus mejillas se tornaron carmesí ante esas palabras. No pensaba que actuaba como una mojigata, sólo era poco... poco como ellas.
La mirada de los demás puesta en ella causó el famoso lo hago por la presión grupal. Suspiró antes de acomodarse.
—Reto —dijo tan segura como pudo.
La otra sonrió satisfecha mientras se levantaba. Desapareció hacia las camas por un minuto y luego volvió con una botella de algún licor. Lilith parpadeó confundida cuando lo puso ante sus ojos.
— ¿Qué?
—Bebe toda la botella.
—Drew —Piper se levanta—. No creo que sea bueno. Estás pasando los límites.
—Ella pasó los límites al hacerme poner mis labios en el inodoro —señaló a Elena—. Y tú no te opusiste.
Se miran con firmeza. Lilith ya podía sentir la tensión que desprendían, le hace removerse incómoda. La pijamada estaba a punto de terminar en pelea.
—Siquiera va a salir de la cabaña, sólo va a beberse la maldita botella recostada en su cama —insiste Drew.
—Aún así y... ¿De dónde diablos sacaste eso?
— ¡Nadie revisa las maletas, McLean! Por favor, no seas estúpida.
—Lo haré —soltó la pelirroja tomando la botella.
Piper le mira con el ceño fruncido, claramente no esperaba que ella hiciera eso.
—Estaré bien —insiste—. No voy a salir de la cabaña.
— ¿Lo ves? Ella lo acepta —Drew sonríe como ganadora y se vuelve a Lilith—. Tienes sesenta segundos para beberte toda la botella.
La pelirroja asiente algo asustada. Respira hondo mientras abre la botella. El olor a alcohol llega a su naris una vez abierta. Parecía algo fuerte... Tal vez esto la haga dormir sin pesadillas hoy.
— ¡Ahora!
Hace una mueca cuando la bebida toca su lengua. Era asquerosa, pero aún así siguió tomando mientras los demás aplaudían y contaban. Iban en cuarenta cuando la vista de Lilith se nubló un poco y el licor resbalaba por su barbilla.
— ¡Cincuentena y siete! ¡Cincuenta y ocho! ¡Cincuenta y nueve! ¡Sesenta! —finalizan vitereando.
Lilith baja la botella y se limpia la boca con su camiseta. Le quedaba un poco aún, pero no iba a beberlo. Quería vomitar lo que ya había tomado. Hace una mueca y baja la botella.
— ¿Ves, McLean? Sólo fue eso.
La velada siguió, pasó el tiempo y siguieron con los retos. Lilith dijo que iba a dormir para tranquilizar a sus amigas, pero cuando se alejó de ellas vio a alguien recostado en su cama. Su boca se sentó y su mundo se tambaleó, quedó en una especie de shock al ver a Dylan ahí.
Ya comenzaba a olvidarlo, bueno, obviamente no lo borraría de su memoria jamás, pero comenzaba a superarlo. Y verlo ahí sólo reavivaba sus sentimientos.
Respiró hondo antes de avanzar hacia él. Cuando estaba a pocos pasos Dylan al fin la miró fijo, pero al momento de hacerlo se mostró molesto. El rubio se levantó de la cama y Lilith jadeo intentando seguirlo. Estaba tan borracha que no notó que ya había salido de la cabaña.
—Yo lo di todo por ti —le espetó Dylan al voltearse luego de haber caminado mucho—. Y tú...
—Puedo hacer lo mismo —balbucea con la lengua adormecida, sus ojos se llenan de lágrimas—. Puedo hacer lo mismo.
Dylan alza una ceja y se inclina hacia ella. Su cuerpo irradiaba frialdad.
—Entonces hazlo. Haz lo mismo.
Se desvanece ante sus ojos y un ataque de pánico toma a Lilith. Respira con dificultad mientras tiembla de pies a cabeza.
— ¡Dylan vuelve! —intenta gritar mientras da vueltas balanceándose de un lado a otro—. ¡Vuelve por favor! ¡Perdóname!
Siguió repitiéndolo mientras las arpías al otro lado del campamento levantaban la cabeza. No era hora para que una campista esté afuera... Decidieron ir a por ella.
Nico despertó porque alguien gritaba fuera de su cabaña. Salió de la cama y fue hacia la ventana frotando sus ojos. Primero sólo vio una mancha roja que se movía, luego notó que era Lilith y parecía estar a punto de caer al suelo. Maldijo entre dientes mientras iba afuera a buscarla.
— ¡Lilith! ¡Lilith! ¿Qué haces aquí? —la toma por los brazos para que le mire a la cara, suspira al ver su rostro mojado y enrojecido—. ¿Por qué lloras?
—No hice lo mismo, tengo que hacer lo mismo —su aliento con olor a alcohol le obliga a hacer una mueca.
El ruido de las arpías acercándose le hizo despertar. Tomó a la chica en brazos y la metió a su cabaña lo más rápido aue pudo. Cuando las arpías llegaron ya no había campista para comer.
—Soy tan estúpida —llora ella de repente, con la cara contra el pecho del chico.
Nico baja la vista para observarla. Le provocaba algo en su interior verla llorar. Con miedo pasó una mano por su cabello rojo. Quería que se sintiera mejor, que sepa que él le quería y haría todo para que ella sea feliz.
—Dylan —solloza—. Dylan perdón.
Suspira posando los labios en la cabeza en la chica. Eso fue una patada a su estómago.
—Él te ha perdonado, seguro que sí, Lilith.
Ella no le creyó. Tampoco recordó eso. Durmió en la cama de Hazel, y temprano en la mañana Nico la devolvió a su cabaña para alivio de sus hermanas. Mientras ella dormía en sus brazos al caminar hacia la cabaña de Afrodita, Nico afirmó más que nunca sus sentimientos hacia Lilith. Definitivamente ella necesitaba a alguien que le haga superar ese dolor, y él sería ese alguien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro