Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33. Luke.

—¿Eres policía, cariño?

—Lo soy, Detective Luke Sawyer a tus órdenes.

La enfermera se ríe y vuelve a revisar el suero, a pesar de que acaba de hacerlo.

—Escuché que atrapaste a los malos esta tarde, ¿Es eso cierto?

—Por supuesto, y fui herido en el cumplimiento del deber. —señalo mi pierna vendada.

—Eso dejará una cicatriz, cariño. Y las cicatrices son sexys.

—¡Eso dije! —chillo—. Tengo un montón de ellas.

La enfermera me echa un vistazo rápido, pero la bata blanca que llevo cubre la mayoría de las cicatrices que me hice con el paso de los años.

—Los tatuajes también son sexys. —agrega—. ¿Tienes tatuajes?

—No, de esos no. —hago un puchero—. Mi mamá dice que no debo profanar mi cuerpo con garabatos.

—¿Tu mamá? —ella se ríe—. ¿Haces todo lo que tu mamá te pide?

—Casi todo.

Digo porque es cierto, aún recuerdo la charla de los pecados capitales y seré lujurioso pero no digo mentiras.

—Eso significa que si te invito a salir y... —ella sigue hablando pero me distrae algo afuera, o mejor dicho, alguien.

—¿Becca? —su cabello rojo está suelto y alborotado en rizos salvajes—. ¡Mamita!

La veo por la ventana de cristal del pasillo y luego se detiene en la puerta de mi habitación con una sonrisa.

—Hola, Luke.

—¿Ella es tu madre? —la enfermera la mira de arriba a abajo—. ¿A qué edad te tuvo? ¿A los 6?

¿Qué?

Las cejas de Becca se fruncen con confusión, pasando su vista de la enfermera metiche a mi y viceversa.

—Ella no es mi madre, es mi mamita —sonrío—. Ven aquí, nena. Te extrañé.

La chica de blanco aún nos mira con la cabeza inclinada de confusión y abre la boca, pero la detengo.

—Pssst, ya puedes irte —le hago un gesto con la mano—. Mi roja va a cuidarme ahora.

La enfermera hace un puchero cuando vuelve a tomar los medicamentos en sus manos y sale a toda prisa.

—¿Haciendo nuevos amigos?

—Si.

Deja caer su bolsa al pie de mi cama y se acerca, sentándose en la silla que está a un lado.

—Leila me dijo lo que pasó. ¿Cómo estás?

—Bien, —señalo el suero—. El doctor me dió algunos tranquilizantes y estoy mucho mejor. ¿Dónde están las rojas?

Sus ojos se entrecierran un poco.

—Las niñas están con Brandon en el bar, —me interrumpe antes de que pueda protestar—. Leila ya fue por ellas y las llevará a casa.

—Leila es buena, me agrada Leila.

Becca se ríe.

—¿Cuánto de esos tranquilizantes te dieron? ¿Te drogaron?

—No estoy drogado, mamita. Me pusieron anestesia porque fui herido cuando detenía a los malos, ¡Muy malos!

—Claro que si, cariño. —pasa su mano por mi cabello desordenado—. Conocí a tu madre, está afuera esperando a verte.

—¿Mamá? ¿Mi mami está aquí?

—Por supuesto que está aquí, Luke. ¿Dónde más estaría?

—Cocinando galletas para los vecinos —mis hombros se encogen—. Todo mundo ama las galletas de mamá.

—Pero es tu madre, eres importante para ella y está aquí.

—¿Como tú? —otra vez luce confundida—. ¿Soy importante para ti?

Un pequeño suspiro sale de sus labios.

—Si, eres importante para mí, Dios me ayude con eso. —cruza los brazos sobre su pecho, atrayendo mis ojos a su camisa de cuadros—. No sé si sea lo correcto, pero es lo que es. ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

—Quédate un rato, ¿Si?

—Claro. —se recuesta en la silla—. Tu madre me agrada.

—Ella es genial.

—Creo que hay mucho que no conozco de ti, ¿Tienes hermanos?

—No. Bueno, no lo sé. Podría tener medios hermanos por ahí en algún lugar.

—¿Cómo...? —no terminar de formular su pregunta.

—Mamá Judy es mi abuela, mamita. No sé quién es mi papá y mi madre me dejó con ella cuando era niño. Ella nos abandonó.

Puedo ver el shock en sus ojos, la comprensión llegando sobre mi historia familiar. Carajo, no debí decirlo, las personas siempre me miran con lástima por ser el huérfano.

—Las niñas siguen preguntando cuando van a comer pastel, ¿Sabes algo de eso? —dice de pronto cambiando el tema.

—Mamita, te aviso desde ahora que cada domingo visito a mi madre y ahora ella quiere verte a ti y a las niñas.

—¿Si? Bueno, eso es muy dulce de su parte.

—Ella es genial —repito porque es cierto. Nadie será tan buena como mi madre—. Me está dando mucha sed.

—Creo que es el efecto de la anestesia pasando, ¿Quieres una botella de agua?

—Si, por favor.

Veo a Becca salir al pasillo, tardando algunos minutos mientras pienso en lo feliz que estoy de verla. Creí que había jodido todo de nuevo cuando no fui a su casa.

La pelirroja regresa con dos botellas de agua y me entrega una.

—Gracias. —la destapo y bebo casi la mitad de ella.

—¿Mejor?

—Preferiría una cerveza fría. —ella se ríe de mi.

—Ese es el viejo Luke hablando. Cuando estés bien podemos tomar unas cervezas.

—¿Como en una cita? Mamita, ¿Me estás invitando a salir contigo?

Sus cejas se fruncen en un gesto curioso.

—Asi sonó. Supongo que si, te estoy invitando a salir.

—Vaya, eso es... —mis cejas se elevan por la sorpresa—. Debería dejar que me disparen más seguido.

—¡Luke! No digas estupideces, y deja de preocupar a tu madre así. Necesitas empezar a madurar y dejar de pensar solo en ti.

Carajo, eso intento. Es difícil pero hago lo mejor que puedo. Creo.

—El doctor dijo que pronto podrías ir a casa, ¿Qué te parece?

—Bien.

—No suenas muy emocionado.

¿Por estar solo en mi departamento?

—Si, lo estoy, es solo que... Vivo en un segundo piso, no creo que pueda usar las escaleras. Además, tendré qué cambiar los vendajes y conseguir mi propia comida.

—Luke, no irás a tu departamento. Es obvio que necesitas cuidados y tu madre va a cuidar de ti.

—¿Y tú vas a cuidar de mi?

Su nariz se arruga en un gesto extraño.

—Seguramente, aunque tu amiguita la enfermera parecía dispuesta a hacerlo.

Sonrío.

—¿Celosa, mamita? Porque me gusta que suenes toda posesiva.

—No estoy celosa —las pocas pecas en sus mejillas se pierden con el sonrojo—. Ahora cállate y duerme.

—Si, nena.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro