Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28. Luke.

—¿Que pasa con Leila? —le pregunto a Christian cuando estamos en el campo de tiro porque la rubia se negó a acompañarnos.

Christian mira a Ethan cargar su arma de práctica y continua en voz baja.

—Las cosas entre ellos están un poco tensas.

—¿Por qué?

—No lo sé, no pregunté.

Oh.

—Eso es malo, viejo —yo también miro a Et apuntar al blanco—. Somos un equipo.

—Es un asunto personal Luke, no debemos meternos. Además, escuché a Lay decirle a Ana que está confundida.

—¿Confundida de qué? —insisto.

—No lo sé, mierda Luke, ya te dije que no es asunto nuestro.

—Carajo, Christian. ¿De qué te sirve estar casado si no te enteras de nada?

Pone los ojos en blanco antes de mirarme, pero no dice nada porque el disparo de Et suena en la cabina y gira para hablarnos.

—Fallé... Estoy fuera de práctica.

—No te preocupes, lo lograrás. —Christian lo alienta.

—A mi no me dices cosas bonitas —me quejo y ambos me ignoran.

—¿Cervezas? —Ethan cambia el tema—. Tengo muchas ganas de ir al bar de siempre.

Mierda.

Christian asiente estando de acuerdo, así que no me queda más remedio que seguirlos hasta el auto de Christian. Mi auto sigue afuera de la estación.

—Podemos ir a mi departamento —sugiero.

—No.

—Tengo cerveza.

—El bar está más cerca. —Ethan me mira—. ¿O es que ya dejaste tus días de parranda atrás?

Ignoro las palabras de mi amigo porque no quiero hablar de mi, de los bares o de la mujer con la que estoy saliendo, o durmiendo. Me recargo en el asiento trasero y espero hasta que llegamos al local.

—¿Te ayudo? —Christian señala el bastón que Et usa para caminar—. Puedes recargarte en mi o en Luke.

—Estoy bien.

Ambos caminan por delante y no notan el familiar auto en color arena estacionado del otro lado de la calle.

—¿Christian? ¿Puedes venir?

—No, Luke.

—Pero Christian...

—Ayuda o cállate —gruñe.

Jodido Grey.

—Como quieras.

Los sigo a ambos cuando pasan las puertas del bar y se dirigen a la barra como de costumbre. Yo la veo primero porque sé que está ahí, el par de idiotas frente a mi siguen en su jodida charla.

—¿Te parece bien aquí? —Christian tira del banquillo y golpea el suyo—. Lo siento mucho...

Brandon y Lay giran para mirarlo, justo al tiempo que Ethan también los nota. Bueno, esto se está poniendo interesante.

—Ho... Hey Christian. Ethan —lo saluda, aunque nos vimos hace un par de horas—. ¡Luke!

El chico de los lentes también me observa pero sus ojos se entrecierran, ignorando a 50 y a Et.

—¿Qué haces aquí? —me regaña—. Creí que tenías trabajo qué hacer.

¿Cómo mierda lo sabe?

Antes de que pueda pensar en una respuesta, Christian golpea la barra para llamar su atención.

—Tres cervezas.

Ignoro la mirada de Brandon porque es Ethan quién está mirándolo y a la incómoda Leila. Ella se levanta de su banquillo y me estira para que me siente ahí, entre ella y Christian.

—No, no —me quejo porque no quiero sentarme cerca del hermano de Becca—. Quédate tú ahí, yo me quedo parado.

—Tonterías, ¡siéntate!

El ambiente está tenso de nuevo porque mantengo mi vista en Christian, Christian mira a Ethan, Ethan a Brandon y él a mí. Carajo.

Me inclino hacia ella para que escuche.

Incómodo. —canturreo.

—Ya lo sé, será mejor que me vaya. —gira para mirar a Brandon—. Gracias por la limonada, dile a Becca que tuve qué irme.

¿Qué? ¿Becca está aquí?

Ignoro a la rubia y me vuelvo hacia el chico de la barra.

—¿Tu hermana está aquí?

—Si.

—¿Y las niñas? ¿Dónde están?

—Qué te importa —me gruñe.

¿Está molesto? ¿Por qué? ¿Becca también lo está?

Me levanto de la silla y me dirijo al final para rodear la barra y entrar, pasando junto a la chica que aún me ocasiona escalofríos.

—María.

—¡Natalie! ¡Pedazo de idiota! —me lanza un trapo sucio que no llega porque corro más rápido para alcanzar la puerta.

—¡Hey! ¿A donde vas? —grita Brandon.

No me detengo, pero supongo que sus gritos alertaron a su hermana porque sale de una pequeña puerta y se atraviesa en mi camino.

—¿Luke? ¿Qué haces aquí? —frunce las cejas rojizas—. Es solo para empleados, vete.

—Mamita, ¡Soy yo! —le sonrío.

—Ya lo sé, pregunté qué haces aquí.

Sigo sin entender su pregunta.

—¿Dónde están  las rojas? Digo, las niñas.

Da un paso y yo retrocedo.

—Ellas están bien, ahora largo.

—¿Las dejaste solas en casa? ¿Contrataste a otra niñera?

—¡Que te vayas! —me grita.

Oh oh.

—¿Están aquí? —señalo la puerta por la que salió—. ¿Las trajiste al bar?

—Sal de aquí ahora, Luke. Juro que voy a patearte las bolas si no lo haces.

—¿Por qué? —chillo encogiendo los hombros.

—¡Porque estoy muy molesta! ¡Contigo! ¡Y conmigo por creer en ti!

Me señalo.

—¿Es por lo de hoy? ¿Que no pude cuidarlas?

—Si.

Me empuja por el pecho y retrocedo dos pasos más.

—Pero te envié un mensaje, avisé que no podría ir. ¿Por qué estás enojada conmigo?

Ella agita la cabeza como si no pudiera creer mis palabras, su cabello agitándose de un lado a otro por el movimiento.

—Dijiste que me ayudarías, me convenciste de hacer esto y cuando más te necesito, ¡me dejas plantada!

—Pero... —intento defenderme.

—¡Pero nada! Puedes decir lo que quieras sobre nosotros si esta es tu forma de pasar la página, pero mis hija no son un juguete que puedes levantar un día si y un día no.

—Mamita, no. ¡No es eso, lo juro! —levanto las manos en un gesto de rendición.

—No me importa Luke, haz lo que quieras porque no pienso rogarte. Solo aléjate de mis hijas.

Doy un paso al frente para alcanzarla y besarla, esperando que eso calme su furia pero ella se apresura a levantar la rodilla hacia el señor Sawyer.

—¡Becca, no! —junto mis piernas para protegerlo—. No es lo que piensas.

—Es lo que pasó, Luke. Ahora sal de mi bar.

—Mamita... Becca... —vuelve a empujarme y esta vez no me resisto, dejo que me guíe de vuelta a la barra para que salga—. Es un malentendido, nena.

—Debiste pensarlo antes.

Mierda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro