Cena
Mika
Estoy segura que prefiero mil veces una resaca de alcohol que una resaca post sexo rudo, no sabia que las uñas me podían doler, tengo marcas en casi todo el cuerpo, mi cabello es un desorden y no quiero moverme de la cama, pero necesito ir al baño, quería tomar valor para que mis piernas me respondieran pero mi cadera también estaba en mi contra, mire hacia mi derecha al causante de mi cuerpo molido.
El desgraciado se veía tan apacible, tiene un rostro demasiado angelical cuando duerme, si lo vez de esta manera puede causarte ternura con sus labios abultados y su linda piel blanca, además se que no le dolerá nada cuando despierte, yo estoy hecha polvo.
Te amo Michaelle Hills.
Se removió un poco y yo me asuste, recordar sus palabras me tenían algo aterrada. Quite la sabana que me cubría, para levantarme con mucha fuerza porque en este momento no quería estar cerca de Jimin.
Después de ir al baño me mire un momento en el espejo, todo mi torso estaba marcado por sus labios, me ardía un poco la espalda, pero no era una sensación molesta, me estaba dando un poco de frio, después de todo solo ando en bragas, que fueron las únicas que quedaron intactas de anoche, mis muñecas también tenían una ligera marca de las esposas, las toque con algo de deseo.
Se que no lo odio, pero amarlo es un nivel muy diferente.
Mejor me lave los dientes rápido para ir a ponerme algo de ropa, escuche que abrieron la puerta del cuarto, Lorain ya no entraba sin tocar y la pequeña intrusa adorable ya no estaba.
—¿Qué haces aquí?
Eso me puso en alerta, debajo del lavamanos Jimin tiene una pistola, nunca me lo dijo pero no era necesario, la tome y cuando salí mire a un tipo encima de él me acerque y le apunte a la cabeza.
—Mika, no amor, espera, esta bien, es Shownu.
No baje el arma si no que engatille, el sujeto no se movió puso su frente en la mira del arma y cerro los ojos.
—Después de ver el cuerpo que posees puedo morir en tus manos, dispara.
Jimin lo empujo al lado de la cama, cubriéndome con la sabana. Yo ahora tenia mas ganas de pegarle un tiro porque se burlaba de mi molestia.
Baje el arma después que Jimin beso mi mejilla, chasquee la lengua.
—La próxima vez solo voy a disparar sin preguntar, maldito imbécil.
—Dios tengo la polla dura.
—Estoy a nada de regresarle el arma Shownu mejor cállate.
Los deje hablando, mejor fui por ropa y me regrese al baño para darme una ducha y vestirme, cuando salí Jimin estaba molesto tenia esa mirada asesina en su rostro, y para mi sorpresa Shownu tenia una expresión de seriedad.
Fui a quitarle de la mano un vaso de licor, lo puse en la mesa y le di un beso para que se relajara un poco, no porque no me gustaba verlo de esta manera.
—El whisky no es un desayuno, ¿Vamos a comer algo si?
—En un momento te alcanzo linda.
—¿Seguro?
Me dio un beso largo sin importarle los carraspeos de Shownu.
—Te lo prometo.
Me gire hacia la puerta, pero antes de caminar un poco mas mire a el tipo cínico.
—Tu no estas invitado al almuerzo, así que habla lo que tengas que hablar y lárgate.
—Como ordene mi Diosa.
Fui a la cocina después de eso, Eun Ji estaba haciendo algo de avena, yo seguía sintiendo todo mi cuerpo con dolor, un dolor que me hacia pensar de manera inapropiada.
—Necesito algo que me reviva, creo que me desarmare en cualquier momento.
—Su cuello me dice el porque, se que es amante de las cosas dulces, pero ¿Quiere un poco de Tteokbokki? El picante la puede ayudar a espabilar un poco.
—Claro, ¿A Jimin que le prepara?
—Omelett y fruta, casi nunca come nada diferente.
—¿Y la avena?
—Tengo nueces y arándanos para que coma como postre.
—Suena delicioso.
Mientras Eun ji me preparaba la comida, yo estaba devorando una manzana en el comedor, tenia la cabeza en la mesa, sabia que Jimin tardaría en bajar, por eso no me moleste en esperarlo.
Estaba casi sudando con el Tteokbokki de Eun Ji, es sumamente picante pero en verdad me hacia olvidar el dolor corporal, Jimin entro al comedor y se sentó encima de la mesa aun lado de mi comida.
—Necesito pedirte un favor que no quería.
—¿Favor?
—Eun Wo acaba de ser hospitalizado porque lo van a operar del apéndice, pero necesito dos personas de confianza para ir a “cenar”
—¿Iré como tu seguridad?
—Para nada iras como mi mujer, pero llevaras tu arma, no pensaba llevarte a ese lugar, no quiero exponerte a la escoria con la que trato.
—Necesito que me des todos los detalles, TODOS Jimin, no puedo trabajar solo con lo básico.
Muy a su pesar se sentó a contarme la situación, al parecer el sujeto con el que siempre hacen tratos para importar se había cambiado a “la competencia”, se supone que tendrán una cena para cerrar un trato pronto pero el no puede permitir que le vean la cara de esta manera, menos sabiendo que su competencia también va ir. Así que es de imaginarse que todo estará muy tenso y necesita a su mejor equipo de por medio.
Me dio una carpeta con todo lo que necesitaba saber de su “competencia”, el no salió ese día se la pasa conmigo en la casa, resolviendo todas mis dudas, se que no son del todo de fiar estos sujetos, pero debo admitir que ni los Kim tienen el sistema de organización que ellos poseen, sus cuentas están mejor manejadas, sus movimientos son calculados con antelación, además de que todo lo deben de tratar con pinzas para no crear un caos con los negocios.
—Eres muy intensa en esto.
—Trato de que si soy buena en algo, no solo ser buena, si no la mejor, soy muy competitiva, no suelo dejarme ganar tan fácil.
Uso su pulgar para pasarlo por mis labios.
—Se mejor que nadie lo difícil que puedes llegar a ser —quite su mano de mi rostro — no te enfades, solo digo la verdad, nunca me había costado tanto obtener lo que quiero, sin mencionar que me sigue costando.
Me tomo de la cintura y me sentó encima de él, acomodo mi cabello atrás de mis hombros.
—Se que has estado evitando todo este tiempo el tema de anoche, lo comprendo totalmente, y no te voy a obligar a decirme una respuesta — sostuvo mi mano y la llevo a su pecho — la manera en que estas aquí es muy jodida lo se, pero ya no puedo alejarte de mi, mi decisión esta tomada.
Jale su camisa hacia mi, me sentía molesta de ver su cara confundida.
—No se que pensar sobre de ti, pero seré sincera, la atracción que tengo hacia a ti es muy particular pero no lo puedo definir como tu lo deseas.
—No iras a ningún lado, así que tenemos tiempo para que lo definas.
Esa arrogancia
Su ego
Su seguridad
Todo eso es lo que me molesta, es tan certero que no teme decirlo.
—¿Me dejaras entrenar con Jk? —cambie el tema.
—No.
—Pero necesito hacerlo, necesito sincronizarme con él, te llevaras un guardaespaldas señuelo, por eso debo estar bien con JK —menee mi cadera contra el — me he portado muy bien estos días, solo dame un día de entrenamiento con él —lo bese.
—Solo un día.
—¡Gracias! Voy a avisarle.
Salte de su regazo y fui corriendo a buscar a Jk, para informarle que mañana entrenaría conmigo.
En la casa de los Kim ya había tenido el gusto de entrenar con él, es ágil, fuerte como un toro, además de que tiene buena puntería, su combate cuerpo a cuerpo esta muy a la par de Minho, pero aun con mi cuerpo adolorido por todo el sexo de estos días seguía ganándole con algo de facilidad.
Estábamos los dos tirados en el piso del gimnasio con las respiraciones entrecortadas, esta noche era la cena y habíamos entrenado hasta el cansancio, logre conseguir mas días de entrenamiento con JK.
—Espero que si sea tu mayor esfuerzo, ¿No me dejaste ganar por estar con tu jefe o si?
—¿Estas loca? Es humillante la paliza que me das, eres demasiado buena en esto, ahora entiendo porque nadie se acercaba a los Kim, das miedo mujer.
—Entrenar era uno de mis pasatiempos favoritos en el orfanato, me solían molestar por mi apariencia, como cierto orangután que conocí la primera vez —me ayudo a levantarme y me dio una botella de agua — nunca tuve quien me defendiera, así que decidí hacerlo sola, y al darme cuenta que era buena en ello, pues me enfoque en esto.
—Si el jefe dejara que entrenes a toda su seguridad, nadie se atrevería a pensar siquiera traicionarle.
—Tu jefe ya causa bastante terror, además el no me ve como una herramienta que podría servirle.
—Tienes razón, se le olvida que eres una maquina asesina y feroz, solo piensa en ti de manera romántica —bebió de la botella de agua — como un secreto entre nosotros ¿No te gusta el jefe de la misma manera?
—Es complicado, creo que su primera impresión no fue la correcta.
—Doy crédito a eso.
Ambos reímos un poco, Jimin entro al gimnasio, Jk se tenso al verlo, el se me acerco dejando un beso en mi frente.
—Ve a bañarte y deja de amistarte con mi seguridad.
Sus celos son otra cosa que no tolero.
—Si mi amo Park.
Dije en tono de burla, Jk dio una reverencia y salió del gimnasio, si sigue desconfiando de todos los que se me acercan seria tedioso estar con él todo el tiempo.
—¿Te duchas conmigo? Necesito un poco de motivación para esta noche.
Su mirada se relajo y me tomo de la mano para irnos a nuestra habitación, apenas entramos me quito la ropa deportiva sin dejar de besarme, el hizo lo propio con la suya para llevarme cargando aferrada a su cintura con mis piernas hasta el baño.
Abrió el agua sin importarle regular la temperatura, apoyo mi espalda a la pared del baño para alzarme y clavarse, empezando una deliciosa sesión de sexo, el también estaba ansioso por esta noche, tenia miedo de que algo saliera mal, teniendo yo que interceder en alguna situación de violencia, su aliento agitado en mi cuello causado por las embestidas con fuerza me tenía aferrándome a su espalda.
—Mejor no vayamos.
Dijo detenido sus movimientos.
—¿Esa es una opción?
Negó con la cabeza, tome su rostro que se negaba a mirarme.
—No es la primera vez que tienes que asistir a algo así.
—Es la primera vez que llevare algo importante para mi, no quiero exponerte a esto, mejor quédate, ya me las arreglare.
—Ni de broma, no hay negociación es esto ya, si me dejas aquí Park Jimin te matare con mis propias manos.
Me dio una media sonrisa y seguimos con lo nuestro, trato de disimular que seguía en contra todo el camino a donde seria la reunión, el restaurante lo conocía bien, hace menos de un mes casi mato a un tipo aquí, pero ahora todo estaba reservado solo para estos finos empresarios, yo iba con un vestido rojo sencillo apretado del busto y holgado de abajo, me daba acceso de ocultar mi liguero con mi arma y mis navajas.
De seguridad teníamos Jk y otro de los guardias de Jimin, como es costumbre los dejaron que anduvieran por el lugar, con la seguridad de los demás, mire que estaba al fondo el señor Gon, me solté de Jimin y fui a saludarlo.
—Mi preciosa niña esta aquí —beso mi mano —¿Cómo es que mi hijo te trajo a esto?
—No lo deje venir sin mi.
—Buenas noches Padre.
—Te noto tranquilo, eso me agrada.
—¡Pero miren que sorpresa tan hermosa!
Los tres giramos para mirar al dueño de tan escandaloso saludo, era un chico de cabello negro bastante pálido, venia un traje tan blanco como él, tenía una cicatriz en la mejilla y todo el gritaba Mafioso, aun lado venía Jay Park a ese sujeto lo conozco bien, es de cuidado.
—Veo que Park trajo a una de sus mujerzuelas, eso es nuevo, aúnque tu cariño, te vez con más clase que las demás que le he visto.
Jimin ya iba a decir algo cuando lo tome de la mano y me gire dándole la espalda al tipo.
—Señor Gon, ¿Qué cenaremos?
—Italiana princesa tu favorita —me acarició el rostro —si quieres vámonos a sentar, señor Min ¿Nos acompaña?
El señor Gon nos dio el paso, pero él tipo se nos adelantó.
—No sabía que las perras de Park sabían trucos, es más no sabía que hablaban.
—Yo no sabía que los muertos hablaban señor Min Yoongi —me encogí de hombros —disculpe mis modales.
Jay Park se me acercó de manera desafiante pero Jungkook se metió entre los dos.
—Jeon, te vez más musculoso amigo —le sacudió la chaqueta —la señorita debería de cerrar la boca.
Jimin beso mi frente.
—Ella solo le contesto a tu amo.
Min le tomo el hombro a su perro.
—Es verdad los dos empezamos con el pie izquierdo, me vuelvo a presentar —extendio su mano hacia mi —Min Yoongi un placer.
—Michaelle Hills.
Estrecho mi mano pero sabía que está cena no terminaría bien.
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