final
Tzuyu POV
──¿Tzuyu?
──¿Si, cariño?
Sana sonrió durante unos segundos, y luego se acomodó encima de mi pecho, mirándome con sus enormes ojos chocolate.
──¿Cuándo volveremos a Seúl?
──Cuando tú quieras. ¿No quieres conocer Paris antes?
Mi castaña se mordió el labio, indecisa, mientras paseaba su índice por mi mentón.
Finalmente, sacudió la cabeza.
──Quiero ver a Chungha, y a Ken. Y quiero volver a la Universidad.
Asentí cautelosamente.
──Puedo hacer que no tengan en cuenta tu tiempo fuera, sólo...
──No, Tzuyu. ──Negó con la cabeza.──Estará bien, puedo hacerlo yo.──Se encogió de hombros.
Estreché los ojos mientras estudiaba su rostro.
Estaba nerviosa por algo.
──¿Qué más sucede?
──Bueno, yo...──Suspiró.──Me preguntaba si te... ──Se aclaró la garganta, y yo alcé una ceja, divertida. Me frunció el ceño y habló con rapidez.──Si podrías conocer a mi padre. Ya sabes, con esto del bebé y eso... ──Se encogió de hombros.──¿Puedes?──Preguntó con un hilo de voz, y le sonreí para tranquilizarla.
──Adoraría conocer a tu padre, Sana.──Sonrió, relajada, y volvió a enterrar su rostro en mi pecho.
──Gracias.
──Gracias a ti, pequeña.──Adoraba saber que ya era parte de su vida.
Nos giré sobre la cama, quedando sobre ella.
Sana soltó una risita cuando enterré el rostro en su cuello, besando su punto débil.
──¿Otra vez?──Preguntó incrédula. Asentí, sonriendo de lado, y Sana se mordió el labio, conteniendo una sonrisa.──Eres imparable.
──Eres tú. Nunca tendré suficiente de ti.──Susurré, antes de alcanzar sus labios.
──────────────────────── ♡︎
──Adoro este avión.──Sana apareció corriendo por el pasillo del Jet. Parecía una niña.── ¡¿A que no sabes?! Cuando pones las manos debajo de la máquina, el papel sale sólo.
──¡Es magia!──Me frunció el ceño antes de dejarse caer en el asiento a mi lado.
──Siento no estar tan actualizada con la tecnología, ¿Sí? Soy algo... anticuada.
──Lo noto.──Susurré al inclinarme sobre ella y besar su frente una vez.
Era increíble.
Sentía como si no pudiera mantener mis manos alejadas de ella.
Necesitaba tenerla cerca, tocarla, abrazarla, saber que estaba bien...
Cada vez que recordaba lo sucedido hace tan sólo días.
El verla golpeada, amenazada.
Me estremecí.
Nunca podría volver a pasar por algo así. Nunca lo volvería a permitir.
──¿Tzuyu?
Me giré, y Sana me miró con preocupación.
──¿Estás bien? Te has puesto serio de repente.
Inspiré hondo y sacudí la cabeza negativamente.
──Estoy bien, solo... Ven aquí.──La tomé en brazos y la coloqué sobre mi regazo.
Automáticamente, Sana se hizo un ovillo encima de mí apoyando su cabeza en mi pecho.
──Te amo, Sana.
──Y yo te amo a ti.
──────────────────────── ♡︎
Sana POV
Inspiré hondo, apretando la mano de Tzuyu más fuerte entre las mías.
──Relájate, cariño.
──Se supone que yo debería estar diciéndote eso a ti. ──Mascullé, sin apartar la mirada de la puerta.
Tzuyu soltó una carcajada, y la miré en desaprobación.
──Ya, lo siento.──Rodó los ojos, haciéndome sonreír.
──Lo siento, es que... Es mi padre.──Bufé.
La vi sonreír con suficiencia, y contuve las ganas de rodar los ojos.
En lugar de eso, inspiré hondo.
──Me portaré bien, lo prometo.──La oí murmurar, y mi corazón se estrujó en su lugar.
¿Lo haría?
Yo sabía que Tzuyu conmigo era todo lo delicada y buena que podía llegar a ser, pero... ¿Y si mi padre decía algo que no le gustaba? ¿Le haría algo?
Si, no lo había pensado desde esa perspectiva cuando le pregunté a Tzuyu si quería conocer a mi padre. Mierda.
Me estremecí justo en el momento en que la puerta se abrió.
──¡Sana!──Mi padre me miró sorprendido, antes de desviar la vista hacia Tzutu, y entrecerrar los ojos.
──Papá, hola.──Me acerqué a él, besando su mejilla y me separé para mirar a Tzuyu con una tenue sonrisa.──Ella es Tzuyu, es mi... mi novia.
Ken palideció, para luego pasar a volverse completamente rojo.
──¿Novia?
Preguntó, mirando a Tzuyu de hito en hito.
──Sí, mi novia.──Asentí, mordiendo mi labio con fuerza.
──Buenos días, señor Minatozaki. ──Tzuyu extendió su mano derecha hacia mi padre.
Ken inspiró hondo, pero terminó extendiendo su mano hacia Tzuyu.
Los modales ante todo...
Los vi sacudirse la mano con fuerza, ambos mirándose con fijeza.
Ay, papá, por favor, no digas nada malo.
──Novia.──Masculló en voz baja, y luego se aclaró la garganta.──Buenos días, señorita...
──Chou. Chou Tzuyu.
──Chou Tzuyu. ──Ken se giró hacia mí, mirándome con los ojos muy abiertos y esa típica mirada que exigía una explicación.
──Vamos adentro, papá.──Sonreí de manera forzada, mientras empujaba su brazo para que entrara en la casa.
Gruñó una vez, y se giró para entrar.
Tzuyu se inclinó sobre mi oído mientras caminaba detrás de mí hacia la sala.
──¿Se lo dirás?──La miré con una ceja alzada, y ella miró significativamente hacia mi vientre.
Inspiré hondo.
No podía soltarle la bomba ahora.
No estaba ni de cerca preparada.
──No ahora. Más tarde, cuando...
──¿Se note?──Me mordí el labio, pero asentí, y Tzuyu lo pensó durante unos segundos antes de asentir también, y colocar una mano en mi baja espalda.──Bien.
──Siéntense.──Volvió a gruñir Ken, dejándose caer sobre el único sillón de dos piezas de la casa, dejándonos sin otra opción que sentarnos separados.
Ocupé el lugar junto a mi padre, y Tzuyu se sentó sobre el sillón de un cuerpo.
──Así que, novia... ¿Eh?
──Esto, sí... Ella es mi novia.──Crucé mis piernas, mientras golpeaba el suelo con mi pie repetidamente, nerviosa.
Le dirigí una mirada a mi azabache, que me sonrió alentadoramente.
Ella no parecía nerviosa. Para nada.
En realidad, lucía increíblemente guapa. En su elemento.
A decir verdad, ella siempre estaba en su elemento.
Relajada, confiada, segura de sí misma y con aquel aire de frío distanciamiento que la rodeaba. Como si estuviera aquí, pero a la vez se encontrara muy lejos. Intocable. Inalcanzable.
Sólo cuando estábamos a solas no la sentía de esa manera. Lo cual era sumamente relajante.
──¿Se puede saber desde hace cuánto?
──¿Hace cuánto qué?──Yo formulé la pregunta, pero era a Tzuyu en quien mi padre tenía fija la mirada.
──¿Hace cuánto que están juntas? ¿Por qué Sana no me habló de ti? ──Papá, no seas tan grosero, no te metas con ella.
──En realidad, estamos juntas hace algo así como un mes.──Tzuyu sonaba tan cortés y amable.──Sólo lo hicimos oficial ahora ante el mundo por mi trabajo.──Oh, oh...──Necesitaba cierta privacidad, y era necesario ocultarlo, pero de ahora en más decidimos dar a conocer la noticia.
Ken alzó una ceja.
──¿Su trabajo?──Ahora se giró hacia mí, y yo abrí y cerré la boca como una idiota un par de veces antes de lograr hablar.
──Eh, si... Ella, esto... ──Tzuyu, a espaldas de mi padre, formó la palabra Seguridad con los labios, y asentí en su dirección. Tzuyu me fulminó con la mirada. Oh, cierto, hazte la tonta. Volví a mirar a mi padre.──Tzuyu es guardaespaldas.
Ok, ¿Qué?
Mi padre y Tzuyu me miraron con el ceño fruncido al mismo tiempo, pero Tzuyu cambió de expresión inmediatamente cuando mi padre se giró hacia ella.
──¿Guardaespaldas?
──Sí, eso... ──Por primera vez, parecía algo desconcertada. Bien, no había entendido su señal, ¿Qué otra cosa esperaba que dijera cuando sólo me daba la palabra seguridad?──Soy el guardaespaldas de un grupo de empresarios. Es necesario que mantenga mi vida privada en secreto. Ya sabe, ellos reciben amenazas constantemente...
Ken asintió, de acuerdo.
Si supiera que realmente, ella es la amenaza.
──Sí, lo entiendo, pero... ¿Eso no es peligroso para Sana? Quiero decir, estar junto con alguien que corre tantos peligros.──Ken nos miró atentamente, evaluando nuestras reacciones.
Intentando hacer acopio de las lecciones de teatro recibidas en el instituto, puse mi mejor cara de póker.
Diablos, cuánto miedo tenía por mi padre.
¿Y si molestaba a Tzuyu con sus comentarios? Cielos, papá, no.
Volví a mirar a mi cobrizo, que mantuvo una perfecta expresión de circunstancia.
──En realidad, creo que yo soy una de las personas más calificadas para mantenerla segura, ¿No le parece?──Comentó, y Ken lo pensó unos segundos antes de responder.
──Supongo que tendremos que verlo... ──Murmuró, definitivamente no muy convencido, y me levanté de mi lugar como un resorte.
──¿Alguien quiere algo para comer? ¿O beber? Traeré algo, sí.──Me giré sobre mis talones, ignorando sus expresiones incrédulas, pero volví a frenar de golpe un metro más allá. No podía dejarlos solos. Ni loca. Volví a girarme.──Tzuyu, ¿Podrías acompañarme?
Me miró, con una ceja alzada, pero Ken respondió por ella.
──Estoy hablando con ella ahora, Sana. Tú ve.──Fruncí el ceño, preocupada, pero decidí que lo mejor sería hacerlo rápido, así que prácticamente corrí hacia la cocina.
Estaba sacando los vasos a toda velocidad de su compartimiento, cuando dos manos se posaron en mis hombros.
Asustada, solté uno de los vasos.
La rápida mano de Tzuyu lo atrapó en el aire, y luego tomó el otro vaso que seguía sosteniendo, depositándolos sobre la encimera.
Volvió a tomar mis hombros y me giró en redondo.
──Estás muy nerviosa, Sana...──Murmuró, mirándome ceñuda.
Juré internamente, pero sacudí la cabeza.
──Estoy bien.
Arqueó una ceja y luego bufó.
──Dime qué sucede, Sana.
──No sucede nada, es sólo que... ──Rodé los ojos, incómoda.──Los comentarios de mi padre.──Sacudí la cabeza.
──No me molestan. Es entendible.──Respondió, encogiéndose de hombros.
──Ya lo sé, pero si dice algo que te molesta, y tú... ──Volví a sacudir la cabeza, sin poder terminar de aclarar mis ideas.
El rostro de Tzuyu se mostró confusa, pero me mordí el labio cuando su expresión se tornó enfadada.
Muy enfadada.
──No puedo creerlo.──Soltó mis hombros, y rió. Su risa sonó seca, enfadada y sin una pisca de humor.
──¿Qué? ¿Qué dije?
──Me tienes miedo. Yo... No puedo creerlo.──Repitió, sacudiendo la cabeza.
Fruncí el ceño, mientras la veía pasar sus manos por sus cabellos, despeinándose.
──No te tengo miedo.
──No temes por ti. Temes por tu padre. ¿De verdad, Sana?
──¿De verdad, qué?
──¿Realmente piensas que sería capaz de hacer algo así? ¿Qué si tu padre soltara un comentario que no me gusta, haría que lo eliminaran? ¿En serio piensas eso de mí?──No solo estaba furiosa. Estaba dolida.
Se me encogió el corazón dentro del pecho, e inspiré una bocanada de aire.
──Tzuyu, no-
──Pensé que me estaba portando bien, de veras lo pensé, pero claro, soy lo que soy. No podría esperar que pienses de mí de otra forma, ¿Verdad?──Su voz, resignada, triste, causó estragos dentro mío.
──No... ──Me acerqué a ella, tomando su chaqueta entre mis dedos.──No, no, Tzuyu, yo... ──Gruñí, ¿Dónde estaban las palabras cuando uno las necesitaba? Dejé caer mi cabeza sobre su pecho y me abracé a ella. Tzuyu no me rodeó con sus brazos.──Te amo, Tzuyu. Y lo siento. Lo siento tanto...──Quiso a hablar, pero volví a cortarla.──Estoy nerviosa, ¿Si? Por mi cabeza cruzaron miles de estupideces, pero esto fue demasiado, y lo sé. Lo siento. Por favor...
Solo entonces sus brazos rodearon mis hombros, estrechándome todavía más cerca.
La sentí besar mi frente con ternura, y mi corazón dio un vuelco.
¿Cómo había podido pensar eso de ella?
Tzuyu nunca había sido incivilizada ni cruel frente a mí. Nunca había hecho algo tan horrible como lo que yo estaba pensando, entonces, ¿Por qué había pensado de esa forma de ella?
Era una idiota.
La había hecho sentir dolida...
──Lo entiendo, está bien.──Susurró.
──¡No!──Creo que mi grito sonó demasiado alto, pero no me importó. Volví a mirar en sus profundos ojos marrones.──No está bien. Soy una idiota...
──No hables así de ti misma, no es cierto...
──Sí, lo es, Tzuyu, ni siquiera yo entiendo por qué...
──Pues, yo sí, deja de torturarte...
──Te lastimé y lo siento, yo...
No pude seguir interrumpiéndolo porque su mano cubrió mi boca, impidiéndome hablar.
──Basta. Deja ya de hablar sobre esto. Lo sientes, lo sé.──Intenté hablar, pero volvió a presionar su mano contra mi boca.──Está bien ahora, cariño. Solo quiero que entiendas que te amo, y que nunca, nunca, haría nada que pudiera dañarte de alguna manera, ¿Lo entiendes? Aparte de eso, yo no daño a las personas arbitrariamente, sólo porque me molestó algo que dijeron. ¿Quedó claro?
Asentí, y Tzuyu retiró su mano.
──Lo sie...
──Sana.
Rodé los ojos.
──Bien, como quieras.
Volví a abrazarla con fuerza.
──Te amo, Chou.
──Y yo a ti, Minatozaki. Sólo quiero que confíes en mí.
──Lo hago, lo hago, de verdad...
Inspiró hondo, abrazándome con más fuerza.
──Oh, por esto tardaban tanto las bebidas.──Ambas nos giramos al sentir la voz de Ken a nuestras espaldas, pero no nos soltamos.
──Lo siento, papá. Me entretuve.──Solté una risita, sintiéndome realmente relajada por primera vez en mi vida, y me giré para servir las bebidas mientras oía a Ken y Tzuyu conversar.
Creo que se llevaban bien. O algo así...
En mitad de la conversación, Tzuyu me miró, y a espaldas de Ken me guiñó un ojo.
Divertida, le lancé un beso, y ella sonrió traviesamente.
Cielos, cuánto amaba a esa mujer.
Definitivamente, nunca volvería a tener miedo de ella.
Era mi mujer. La madre de mi hijo.
Mi Tzuyu.
Y sabía que mientras estuviera con ella, mientras fuera suya, nunca nada andaría mal.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro