El Susurro del Olvido
En un antiguo castillo envuelto en niebla y sombras, vivía un hombre solitario llamado William. La muerte siempre había sido una presencia constante en su vida, y cada día se sumergía más en su fascinación por los misterios oscuros y los secretos de la tumba.
Un día, mientras exploraba los pasillos fríos y desolados del castillo, William descubrió una puerta oculta que lo llevaba a una cripta subterránea. Llena de tumbas yacen en silencio, parecía susurrar historias olvidadas y secretos sepultados.
William, intrigado por la presencia de la muerte que habitaba en aquel lugar, comenzó a pasar horas interminables en la cripta. Cada noche se sumergía en sus pensamientos macabros y escuchaba los ecos del pasado que resonaban en el aire.
Con el tiempo, los susurros se hicieron más fuertes y claros. William comenzó a escuchar voces de los difuntos que le contaban sus penas y angustias, compartiendo historias de vidas truncadas y tragedias insondables. La muerte se convirtió en su confidente más cercano.
Pero a medida que William se sumergía más en el mundo de los muertos, su propia existencia comenzó a desvanecerse. Su cuerpo se debilitaba y su mente se desorientaba. Estaba atrapado en un limbo entre la vida y la muerte.
Un día, mientras se tambaleaba entre las sombras de la cripta, William se encontró cara a cara con su propio reflejo en un espejo antiguo. Lo que vio lo dejó petrificado: su imagen se desvanecía lentamente, consumida por la muerte misma.
Aterrado por su inminente desaparición, William se agarró desesperadamente a la vida. Suplicó a las sombras y a los espíritus que le devolvieran su existencia. Pero la muerte no daba marcha atrás, y su reflejo se desvaneció por completo, dejando solo un vacío en el espejo.
William, en su último intento por encontrar respuestas, se dio cuenta de que él mismo era un espíritu errante, perdido en la obsesión por la muerte. Había abrazado tanto la oscuridad que se había convertido en parte de ella, en un eco del olvido.
La historia de William se convirtió en un susurro triste y olvidado en el tiempo. Un recordatorio siniestro de que la obsesión por la muerte puede llevarnos más allá de la tumba y atraparnos en un destino más oscuro de lo que jamás podríamos imaginar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro