El objeto sagrado que los supervivientes habían llevado consigo para sellar la entidad era un antiguo amuleto de protección. Este amuleto había sido pasado de generación en generación en el pueblo, y se creía que tenía el poder de contener y neutralizar fuerzas malignas.

El amuleto estaba hecho de un material desconocido, grabado con símbolos y inscripciones sagradas que se decía que tenían un poderoso efecto de sellado. Su origen y propiedades exactas eran un misterio, pero la comunidad confiaba en su poder y lo consideraba su última esperanza contra la maldición que los había atormentado.

Sin embargo, a pesar de su creencia en la efectividad del amuleto, no sabían que este no era lo suficientemente fuerte como para contener permanentemente la entidad. Su poder solo era temporal y, eventualmente, permitiría que la maldición se filtrara y corrompiera a quien lo portara, desatando el caos y la tragedia una vez más.

El nombre del objeto sagrado que los supervivientes llevaban consigo era el "Amuleto de la Llave del Destino". El amuleto era considerado una reliquia ancestral, guardiana de poderes ocultos y capaz de sellar fuerzas oscuras. Su nombre hacía referencia a la creencia de que poseía la clave para determinar el destino de aquellos que lo utilizaban. Sin embargo, desconocían la verdadera naturaleza del amuleto y los peligros asociados con su uso