Antes de crear la Máscara de Ébano, la vida del artesano Ambrose Van den Eyden era tranquila y próspera. Era reconocido en su comunidad por su talento y habilidad en la escultura, y su trabajo era altamente valorado en toda la región.

Ambrose vivía en un pequeño taller junto a su amada familia. Estaba casado con una mujer de belleza radiante y juntos tenían una hija, su tesoro más preciado. Su hogar era un refugio de calidez y felicidad, lleno de risas y amor.

Cada día, Ambrose se entregaba a su pasión artística, esculpiendo con maestría figuras que parecían cobrar vida bajo sus manos talentosas. Sus obras eran admiradas y apreciadas por su habilidad para capturar la belleza y la esencia de la vida misma.

La comunidad reverenciaba a Ambrose y su nombre era sinónimo de excelencia en el arte de la escultura. Su taller era visitado por admiradores y coleccionistas de arte que buscaban adquirir sus preciosas creaciones. La vida de Ambrose estaba llena de satisfacción y éxito, y su familia era su mayor fuente de alegría y apoyo.

Sin embargo, todo cambió cuando Ambrose creó la Máscara de Ébano. Fue en ese momento que el equilibrio de su vida se tambaleó, y la oscuridad se infiltró en su ser y en su existencia tranquila. La maldición de la máscara se apoderó de él, desgarrando la armonía que había disfrutado anteriormente.

A partir de la creación de la máscara, la vida de Ambrose se vio envuelta en una sombra opresiva. La maldición lo consumió lentamente, y su mundo se convirtió en una pesadilla de paranoia y desesperación. La felicidad que había experimentado antes quedó eclipsada por la presencia ominosa de la Máscara de Ébano y las fuerzas oscuras que la acompañaban.

La vida del artesano Ambrose Van den Eyden, una vez llena de amor y creatividad, se transformó en una existencia marcada por el tormento y la tragedia. Su familia, su obra maestra más preciada, también se vio afectada por la maldición de la máscara. El peso de la culpa y la desesperación recaía sobre sus hombros, consumiendo su alma hasta llevarlo al borde de la perdición.