XXXIII
Capítulo 33: Nora and the Nora's Parte 4.
El sudor frío recorrió la frente de Nora ante las palabras dichas por Adrian. La culpabilidad se apoderó de la expresión de su rostro como una pintura que cobra vida, los sonidos de balbuceo salieron de su boca intentando disculparse de alguna forma ante lo que visiblemente es su culpa.
Sacándola nuevamente de un trance de disculpas y sollozos la voz de Adrian resonó en el aire como las notas de una canción discordante intentando llegar a alguna forma de armonía, cada voz superpuesta e incompleta solo una diminuta parte de todo que se superponia y entrelazaba.
"Hey eres una chica fuerte, intenta tranquilizarte" habló una de sus muchas voces mientras su mano se posaba sobre su cabello y le daba unas pequeñas palmadas en un claro intento por calmarla.
"Esto no es tu culpa" expresó un nuevo tono de voz saliendo de él, su voz suave como las olas del océano.
"Podemos resolverlo" exclamó con seguridad una nueva voz más parecida a su yo habitual que la especie de ilusión que ahora era él.
A pesar del evidente dolor que mostraba en su rostro y mirar, él le dio una pequeña sonrisa buscando calmarla de toda esta situación tan confusa y estresante.
"Él está sufriendo mientras yo no hago nada, ... soy tan inutil que no puedo siquiera ayudarlo" pensó para sus adentros Nora quien con pesar busco calmarse, No por ella sino por él.
El espero que ella estuviera lo suficientemente calmada para empezar nuevamente a hablar, con cada palabra que decía su voz parecía volverse más real pero a la vez seguía siendo tan distante de lo que debería ser realmente, un mero eco que reverberaba en la realidad como si del viento se tratase.
"Ahora que estás calmada, ¿podrías decirme qué sabes de esta situación?" dijo mientras apartaba su mano de su cabeza lentamente.
"Y-yo no lo se todo es tan confuso" empeze insegura de qué decir realmente pero continúe con el balbuceo mientras él me escuchaba y susurraba que todo estaría bien sin importar que haya pasado o pasará.
"había regresado de una misión con las chicas, estábamos buscando algo llamado cristal del tiempo pero el templo se derrumbó. Nos fuimos antes de ser sepultadas en el mar ..." hable con mi voz algo temblorosa "Y-y yo tomé uno de esos cristales, se veía inofensivo" le dije esperando alguna clase de reprimenda pero al ver su rostro solo encontre una expresión de compresión, al sentir que no sería juzgada por él continué "Llegue a casa y las chicas empezaron a discutir" por las estrellas mi voz no salía como quería, todo me ha estado abrumado.
"me fui rápidamente a buscar a papá, para el concierto, p-pero había un trailer estrellado contra el autolavado..." segui contando lo sucedido tan absorta en mi misma que sin percatarme ya no estaba en los alrededores del autolavado sino en campo de flores rojas y pasto oscuro, sentada en lo que parecía una mesa de picnic hecha de roca con Adrian al frente.
Mi mente no dio cabida a la imposibilidad que acababa de suceder, mire hacia atrás y el paisaje se desdibuja como una imagen superpuesta sobre otra mezclandose la una con la otra hasta no saber cuál era la verdadera. Ignorando la clara ruptura de la realidad continúe con algo más de tranquilidad por la mirada que me daba Adrian, una de resignación ante lo que claramente estaba haciendo, como si esto no fuera lo que quisiera que pasara.
"Solo lo pensé como algo hipotético, ¿qué pasaría si pudiera impedirlo?" le dije antes de hacer una pausa mientras él me servía una taza de té? no lo se pero el momento pareció extenderse infinitamente mientras el líquido fluia hacia la taza como un brebaje de infinitos colores y aromas.
"Fue lo que pensé solo como algo fugaz y de un momento a otro..." el tiempo pareció reanudarse pero mi voz estaba atascada, no quería recordar lo que acababa de pasar.
Adrian me miró o eso es lo que pensé, su rostro en este punto no era más que una salpicadura de sangre oscura que empezaba a incendiarse, su boca se extendió en el aire para hablar y por primera vez en este día fue su verdadera voz la que me respondió.
"No hay por qué temer a lo que ya fue ni a lo que será, pues solo él ahora tiene verdadera importancia" Hablo mientras me entregaba la taza de té con una sonrisa a pesar de que no había un rostro al cual mirar.
Aunque las palabras provenían de sus labios, su voz, como si fuera un eco que resonaba en todas direcciones y en ninguna a la vez, parecía dotarlas de un peso que se tallaba en la realidad, difuminando cada vez más la línea entre lo real y lo irreal en este lugar, hasta tal punto que todo podría considerarse "Real"
Trague saliva ante el propio peso de su voz por alguna razón pero como si de una orden se tratase me deje de temer.
Mire el líquido en la taza, arremolinándose como un torbellino de colores imposibles parecía cambiar con cada pensamiento pasajero. En mi mente dije "Al diablo" y tomé un sorbo, extrañamente no tenía un sabor que pudiera definir no era dulce, no era simple, no, no era nada de eso, su sabor era la nostalgia misma convertida en te. El abrazo de una madre, el olor de la lluvia mientras sostenía chocolate caliente, el sabor de un helado en tiempos de verano y más eufemismos de lo mismo.
El tiempo se difumino nuevamente mientras tomaba un nuevo sorbo de té en lo que pareció la eternidad misma. Hable nuevamente para seguir la clara pregunta en los "ojos" de Adrian.
"... de un momento a otro estaba en el pasado. Llegué momentos antes de que el trailer se estrellara pero estaba tan atónita por lo que acababa de pasar que ni siquiera actúe hasta que el trailer se estrelló" fue lo que dije tragando un nuevo sorbo de la bebida para calmarme.
Su voz apenas un susurro audible pronunció un "Ya veo" mientras su mano acariciaba su barbilla en un claro gesto de reflexión.
Aunque sólo pronunció un par de palabras, la manera en que lo hizo me dejó claro que sabía más de lo que decía. Pero yo no estaba aquí para desenmascarar los secretos de un amigo asi que continue.
"Con un torbellino de dudas en mi mente, decidí retroceder en el tiempo una vez más... Pero justo cuando me disponía a advertir a la chica del autolavado, una versión de mí, teñida en sangre y con la mirada perdida, me abordó. Me tapó la boca antes de que pudiera pronunciar palabra y, con lágrimas en los ojos, me imploró: 'Tienes que dejar que todo siga igual'. y entonces todo se vuelve confuso su cara paso al miedo absoluto para desaparecer de la existencia en una mancha roja" mientras hablaba el rostro de Adrian pasaba por distintas expresiones desde la preocupación hasta sutiles rastros de miedo y por último tranquilidad. Le tomó unos momentos antes de que hablara pero no estaba preparada para lo que diría.
"Se como solucionar esto" dijo, con la misma naturalidad con la que hablaría del clima
"¡¿Qué?!¿es enserio?" fueron las únicas palabras que salieron de mi boca antes de que Adrian comenzará a explicar un plan que, al principio, parecía simple, pero que se volvía una tremenda madriguera de conejo entre más lo explicaba.
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