—Hoy juega el equipo de nuestro colegio contra los imbéciles de Campo de Robles —escuche decir mientras caminaba por el pasillo.

Creo que de alguna forma me apetecía ir, ir a ver como pierde mi colegio claro. Ojalá sea así, Liam se muera de coraje y le dé un derrame. Me reía internamente mientras pasaban pensamientos negativos contra ese simio no evolucionado.

Hasta que choque con alguien. Mire hacia la persona con desprecio, como podía ir tan distraído.

—Ah eres tu —le reste importancia pasándolo, por un lado.

—Bestia impulsiva —susurro.

—Simio no evolucionado —dije también, con un tono más elevado para que obviamente me escuche.

—Anormal.

—Cavernícola

—Loca demente.

—Imbécil —me giro y el hace lo mismo —Rezare a todos los santos que conozco para que pierdas ese estúpido partido.

Él se rio fuerte.

—Nora, creo que no me has visto jugar. Te estarás dando contra el césped viéndome victorioso.

—Eso veremos —dije antes de irme.

Ojalá que pierdan, repetía una y otra vez en mi cabeza mientras miraba fijamente un punto. Incluso en una de las clases, de tanta frustración, mordí una pluma con tanta fuerza que la tinta se salió y me manché la boca.

—Qué asco —dije antes de salir del curso sin el permiso del profesor presente.

Después de varios intentos de sacarme esta mierda en el baño, vi que los alumnos iban a la cancha a ver la derrota de los profesionales jugadores.

—¡Ojalá que pierdan! —grite, todo el mundo me quedo viendo con mala cara —¿Qué? —me reí, porque había fumado marihuana —Acaso tengo algo en la cara, ya lo sé. Es tinta. —me volví a reír más fuerte y le di un manotón en el hombro a un chico que pasaba a mi lado.

Volví a mi curso y cogí mi maleta para ir a ver a esos perdedores imbéciles de dos patas.

—Ojalá que pierdan —volví a decir con una risa.

—Nora —se me acerca Lili estando fuera del curso.

—¿Qué pasa? —pregunto con una sonrisa.

—¿Qué te pasa a ti? —pregunta angustiada Eva, al ver el estado que estoy. 

—Estoy muy feliz porque el simio no evolucionado va a perder, su equipo va a perder. —volví a reírme, aún más fuerte—. ¡Van a perder! —me sentía como la villana de las princesas, aunque pesándolo bien nunca ganaban. —Mierda —dije en voz baja.

—Creo que, a fumado marihuana, si —escuchaba a Lili y a Eva hablar supuestamente bajito —sí, mírale los ojos, los tiene rojos. Mi hermano también fuma y se les pone así los ojos. 

—Shhh —las hice callar mientras ponía cada brazo en sus hombros. —Estoy feliz, porque van a perder. Yo pude viajar en el tiempo —volví a reírme.

Ellas finalmente se quedaron calladas y llegamos relajadas a las gradas para sentarnos.

—¡Ojalá que pierdan! —alce mis brazos, como si eso fuera la victoria y una sonrisa.

—Cállate y toma asiento Nora, que nos van a retar —me dice Lili.

—Tengo sed, mucha sed —dije de repente levantandome porque me habia quedado dormida. 

—Toma, aquí tengo agua. Pero siéntate, que en unos minutos va a empezar el partido —me dijo Eva, algo molesta por mi comportamiento.

Yo solo le hice una mueca y le hice caso.

Hasta que un par de minutos hicieron su aparición los jugadores profesionales. Se dieron un apretón de mano con el otro equipo.

—¡Ojalá que pierdan! —me levante y le saque el dedo de corazón a Liam que me quedo viendo como con cara de pocos amigos. Como si ya planeaba lanzarme el balón otra vez en la cara. —Imbécil.

Me senté y no podía dejar mi pierna quieta, es como si solita se moviera de una manera tan rápida y desesperada.

—Tengo hambre, mucha hambre —dije de repente después de levantarme otra vez, el sueño me ganaba. 

—¿Qué mierda, Nora? Puedes tranquilizarte—, me habla frustrada Lili —atragántate algo o anda a la cafetería a ver si hay algo para que tragues.

Le hice una mueca de fastidio.

Baje las gradas despacio, porque me costaba enfocarme.

Pero mis piernas se fueron al camerino de los hombros, buena jugada.

¿Sera que dejo su uniforme? obvio que sí, pensé.

—Mierda, apesta a culo aquí —dije arrugando mi nariz al entrar, el lugar estaba desordenado —Bueno, ¿Dónde está tu uniforme, Liam?

Los casilleros estaban entreabiertos, creo que hasta eso le pesan de cerrar.

Lo importante aquí, es buscar el uniforme de Liam. Revisé cada casillero, hasta que por fin encontré el de él.

Me volví a reír, pero esta vez malévola.

—Vamos hacerte una travesura. ¿No te enojaras? —me reí —Claro que no, porque no sabrás que fui yo.

La verdad nunca me había reído tanto como ahora, más bien cuando ando fumada.

—Tijeras, uy, el hada de las maldades está de mi lado y con suerte —dije al ver una tijera dentro del casillero de Liam—. Vamos a hacer un adorno por aquí —cogí el pantalón y corté toda la parte del cierre en círculo—. Otro adorno por aquí —corté en círculo la parte trasera, en el lado izquierdo—. Otro por acá —hice lo mismo en el lado derecho—. Pero si va quedando genial —me reí al sostener el pantalón frente a mí—. Ahora la camisa: un hueco por la tetilla derecha, otro por la izquierda, y uno más en el ombligo.

Dejé nuevamente el uniforme doblado como estaba, con una sonrisa de satisfacción.

—¿Ahora qué hago? Estoy aburrida.

Así que volví a las gradas.

—Trajiste algo de comer. —me dice Eva.

—¿Eh? —le sonrío—. No —me río en su cara y me siento—. ¿Van perdiendo? —le pregunto a la chica que está a mi lado.

—No, van ganando. —me dice como si eso fuera bueno, para ella lo es para mí, no.

—Uy... ya van a perder. Estoy segura.

—Creo que no, porque van 3 a 2.

—¿¡Qué!? Tan rápido.

—Si —asiente con la cabeza.

—¿Quieres jugar a las cartas uno? —le pregunto enseñando mis dientes.

—¿Eh? —me miro entre extraña y confundida —¿Ahora?

—Si, ahora.

—Pues...bueno —se encoge de hombros.

Saqué las cartas de mi maleta y comencé a repartir. Eva y Lili negaron con sus cabezas como si ya estuviera fastidiando.

—Dale comienzas tu —le dije a la chica.

Lanzo carta y otra carta y luego... un +4

—¡Toma! —dijo, con una sonrisa triunfante.

Respiré hondo y cogí las cuatro cartas. El juego continuó, pero justo cuando pensaba en mi próxima jugada, me lanzó otro ataque: un +2.

—Ya no quiero jugar —lance las cartas junto a las demás.

—Que picada eres, mala jugadora —se rio, pero no fue de burla.

Y di un brinco cuando comenzaron a saltar y a gritar...

—¡Gollll! ¡Siii! 

—¡Si, perdieron! Yo sabía que las hadas malvadas me iban a escuchar. ¡Perdieron!

—¡Ganamos! —gritaron unísonos, los estudiantes de nuestro colegio.

—Ya sabía que iban a ganar, si Liam es un buen jugador. Él metió la mayoría de los goles. Además, es muy guapo —la miré con asco.

—¿Qué? ¿Cómo que ganaron? Debe ser un malentendido. —me pare y mi mirada se fue justo a la suya.

Él me estaba viendo con una sonrisa triunfante, tenía ganas de correr y destrozarle la cara. Sin embargo, solo le saque mi bendición, el dedo de corazón.

Y bajé las gradas enojada, de igual manera mi venganza estaba hecha.

El que ríe ultimo ríe mejor, dije en mi mente y me comencé a reír como loca que los demás estudiantes se asustaron. 

Antes de salir del colegio e irme a mi casa volví a fumar, no sé porque, pero esta vez me sentí más liberal.

Ya iba saliendo, cuando alguien me agarra del brazo.

—Auch —me reí quedando frente a él.

—Fuiste tú —me miró enojado.

—No te diré que fui yo —me puse la mano en la boca riendo escandalosa y la otra señalandome.

Eso le molestaba a Liam.

—¡Qué asco! —lo empuje —Apestas a culo y animal atropellado morido.

—Muerto —me corrigió.

—Muerto, animal atropellado morido —me reí, su cara me hacía reír aún más.

—Muerto —volvió a corregirme.

—Morido —me gire para irme a mi casa, no había hecho nada en el colegio, aun así, me sentía cansada, con mucho sueño.

¿Qué les está pareciendo la historia?

Teorias de que posiblemente suceda en el siguiente capítulo...

Acerca de:

Nora

Liam

Leonardo

Leyla, la barbie plástica

El director Núñez

Mike

Rebeca

Lili

Eva

Los padres de Nora