Verdadera princesa.

Era otro día normal para Marinette. Tenía que lavar ropa, limpiar su casa, atender a su padre y buscar algo que comer para ambos ya que esos últimos meses le ha sido completamente imposible conseguir algo decente.

Cada vez hay menos alimentos, y todos los precios están subiendo de tal forma de que el «reinado» se vea afectado. Hicieron malas inversiones o algo parecido, Marinette no entiende mucho acerca de esos temas por lo que prefiere decir que el Rey "esta pobre", como todos en su pueblo.

En su cabeza rondo muchas veces el empezar a robar y unirse a una pandilla de bandidos, pero la seguridad de su padre es primero por lo que tuvo que desechar esa idea de su mente lo más rápido que pudo.

Pero ese trabajo lo hacen otros y desgraciadamente ella tiene que vivir de lo que aquella pandilla roba. Y ese día iría por alimentos que ellos habían conseguido. Se puede decir que es lo único bueno de la zona, lo demás ya no sirve o le haría daño al señor Dupain.

Chat Noir es el jefe de todos esos bandidos. Inteligente, intrépido, audaz, un completo dolor de cabeza para el Rey y la Reina. Por alguna razón el entra y sale del castillo a su conveniencia, nadie parece notarlo, ni siquiera los mismísimos caballeros se daban cuenta que su peor enemigo estaba a su lado.

Aun recordaba cuando el bandido iba a comprarles pan a Marinette y a su padre, cuando todo parecía estar bien y el dinero no les faltaba. Usualmente también los acompañaba en la hora de la cena. La panadería les daba el sustento que necesitaban, pero cuando los impuestos subieron se vieron a la necesidad de cerrar, y Chat Noir desapareció. Llevaban días sin comer, muy apenas había logrado conseguir agua a un precio racional, pero no era suficiente.

Marinette sentía que ella moriría justo antes que su padre, entonces Chat Noir llego, con comida y agua para ellos. Era una muestra de agradecimiento por los panes que le regalaban cuando el bandido no tenía dinero para comprarlo y ahora a él le tocaba ayudarlos. O eso fue lo que su corazón sintió.

La azabache se enteró que su amigo robaba todo del castillo del rey, al principio no quiso aceptar esa comida porque sentía que estaba haciendo algo mal, pero la necesidad le hizo aceptarlo.

Ese viernes iría al lugar de siempre para conseguir sus raciones que debían de durar toda la semana. Todas las personas que en serio lo necesitaran estaban enteradas. Los nobles solo lo veían como un rumor ya que ni se molestaban en contar la comida.

Iba a paso rápido. Quería ser de las primeras en llegar para tratar de conseguir comida de mejor calidad y de paso saludar a Chat Noir, tenía tiempo que no lo veía ya que su prioridad es huir lo más pronto del castillo, por lo que es un tanto normal que desaparezca por unos días.

Su vestido blanco con detalles rosas estaba empezando a mancharse de lodo. Hace poco había llovido y era eso demasiado notorio. No tuvo cuidado al caminar, tenía que llegar rápido o sino no comerían bien durante toda una semana.

Empezó a escuchar voces de diferentes personas a sus espaldas. Más gente también quería conseguir lo mismo que ella, y por más egoísta que sonara no se los permitiría. Aumento el paso llegando a tal punto que parecía que estaba corriendo.

Ya veía las mesas improvisadas que hacían los bandidos y algunos de ellos estaban preparando la comida en pequeñas cajas de madera.

Sus ojos azules brillaron. De nuevo podría comer ella y su padre.

Se acerco y pudo oler la comida. Su estómago rugió, no podía imaginar como estarían los demás.

―¡No lo olviden, una fila para tomar su comida!

Afortunadamente Marinette estaba adelante por lo que su objetivo se cumplió, solo debía de tener cuidado que en el regreso a casa nadie le robara su preciada comida.

Miro a las personas que estaban atendiendo y preparando las cajas. Sintió de nuevo la emoción apoderarse de su cuerpo pues Chat Noir, el héroe de todos estaba ahí. Iba vestido con un traje de caballero, esos de metal que hacen que parezcan una especie de maquina extraña, no traía puesto el casco, pero seguía portando su máscara negra como de costumbre.

Siempre se ha preguntado cómo será su rostro sin usar su antifaz.

La fila empezó a avanzar, ya casi era su turno. No tardo mucho y ya estaba en frente, justo delante del bandido a quien consideran héroe.

―Hola, princesa.

Ella rio como de costumbre, no quería admitirlo, pero le encantaba que la llamara de esa forma.

―Ya te he dicho millones de veces que me dejes de llamar así ―dijo mientras recibía la caja con los alimentos ―. Además, no soy una, ni siquiera tengo dinero ―rio con tristeza y el rubio la miro con ternura. Sabe perfectamente lo que Marinette sufre al ver a su padre tan enfermo.

―No hay necesidad de tener un título para ser una princesa. Tu ya lo eres.

Sus mejillas se tiñeron de rojo y desvió su mirada.

―En ese caso... Caballero Chat Noir, espero que consiga lo que busca en el castillo -contesto divertida.

―A sus órdenes mi lady -hizo una reverencia y estallaron en risas.

No importaba la vida o universo que fuera, ella siempre sería una princesa y el su caballero que la protegería en cualquier lugar.

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¡Buenas! Capítulo 8 listo~

No está editado tan bien porque no ando en mi casa (así como va todo probablemente llegue hasta la noche) so, disculpen si ven alguna falta de ortografía 😅

Quizás hasta mañana lo edite y lo resuba:)))

No es el mejor capítulo porque ni siquiera tiene tantos diálogos y es cortito :'v, pero como siempre hecho con mucho amor para ustedes 💕

Creo que eso sería todo por hoy :3

Como siempre, hasta mañana ♥️✨