3. Tierra.
Tienes algo...
―Y ¡Pam! El akumatizado fue vencido gracias a mi cataclismo.
Marinette rio por décima vez mientras escuchaba la anécdota de Chat Noir de como habían vencido a un nuevo akuma ese día.
―Vaya, pero, ¿Dónde estaba Ladybug?
Sabe que el omitió algunas partes de la historia, y una de ellas es que la heroína moteada jamás fue mencionada en su anécdota, aunque ella sabe perfectamente que paso, pero prefiere mantener esa ilusión de que él fue el héroe del día.
―Ella tardo en llegar ―contestó despreocupado―. Pero como siempre invocó su Miraculous Ladybug y vencimos al akuma con mayor rapidez ―dijo mientras tomaba un croissant―. Y aquí me tienes, más temprano que cualquier otro día.
―Eso explica porque llegaste unas horas antes.
―Si ―dio un trago a su vaso de leche―. Pero nada explica porque tú no me abrías.
―¡Ya te lo dije! ―exclamó―. No estaba en mi habitación, estaba ayudándoles a mis padres en la panadería.
―Si tú lo dices.
Marinette volvió a sentirse mal por mentirle a uno de sus amigos, pero aún seguía creyendo en lo que ambos habían dicho, "No importa si tienen que ocultar sus identidades, siempre confiaran el uno del otro". Y ella lo mantenía en pie.
Tomo otro croissant y vio como Chat Noir parecía disfrutarlos mientras tomaba su típico vaso de leche que estaba acostumbrado a pedir.
Esos últimos días habían sido muy pesados para ella, pero para su gatito parecía ser todo lo contrario, parecía disfrutarlo como nunca. ¿Hablaba en serio cuando dijo que su vida era muy aburrida?
―Mari ―le habló con la boca llena―. ¿Tienes más croissants?
―Los que te comiste eran los últimos.
El pareció decepcionado, pero luego sonrío.
―Bueno, ¿de qué quieres platicar?
―No lo sé ―dijo la azabache―. Yo soy la que siempre se desahoga, ahora te toca a ti contarme algo de tu vida.
―Me encantaría, princesa, pero conoces las reglas. Nada de lo que tenga que ver con mi verdadera identidad.
―Lo sé, conozco las reglas.
Duraron algunos minutos en silencio. No sabían de qué hablar o por lo menos tener una plática decente de cualquier cosa.
―¿Sabes? A veces creo que solo vienes aquí para comer.
Chat Noir negó divertido.
―Puede ser ―sonrió con dulzura―. Pero cierta chica hace que todo sea como antes.
«Como antes» Resonó en su mente.
―¿A qué te refieres con "como antes"?
―Antes de que fuera Chat Noir y blah blah. Vida perfecta y aburrida al mismo tiempo. Solo que antes de convertirme en superhéroe tenia a alguien que hacía que olvidara todo eso.
Pauso un momento. Marinette parecía analizar lo que le dijo y noto la tristeza en sus ojos.
―¿Y que paso? —pregunto a manera de susurro la azabache.
―Digamos que ya no esta con nosotros ―desvió su mirada y la chica sintió una opresión en el pecho ―. El tiempo paso y llego Ladybug, ya sabes nuestra historia de "amor" ―rio un poco porque le costaba creer que habían llegado hasta ese punto―. Después apareciste tu, la única persona que parece saber que realmente necesito a alguien con quien hablar
Quizás eso era un avance, pero eso que le dijo la hizo sentir mal y un poco egoísta. Se dio cuenta que su compañero sufre igual que ella por ser superhéroes.
―Te entiendo.
―Se que intentas ser empática conmigo, y sé que, aunque quieras no lograras entenderme.
―Claro que te entiendo.
―Te creería si fueras Ladybug.
Ouch.
―Puede que si ―susurro, lo suficiente para que el minino escuchara.
―¿¡Que?!
―No, no, ¿Cómo voy a ser Ladybug? Digo, ella es increíble, asombrosa y genial. Quiero decir... ¡Ella es una superheroína! Y yo soy yo.
Rio nerviosa, ¿eso había bastado? Si, porque algo le dijo que dejara ese tema, ya llegaría el momento de saber la verdad.
―¿Bien? ―dijo Chat Noir no muy convencido sin dejar de mirarle el rostro llegando hasta tal punto de ser incómodo.
―¿Tengo algo en el rostro? ―pregunto jocosa.
―Si ―se acercó a ella y con el dedo pulgar le quito un pequeño rastro de azúcar que quedaba del croissant.
―¡Listo! ―exclamo satisfecho.
―¿Se puede saber que estabas haciendo?
―Tenías algo en el rostro.
[―Tienes algo, Marinette...]
Recuerdos de Adrien en Nueva York. Sacudió la cabeza, debía de superarlo de una buena vez, ya no podía vivir así.
―Hablando de "tener algo" ―hizo comillas con sus dedos―. Tú tienes algo en la nariz.
―¿En serio? ―pregunto incrédulo―. ¿No será alguna broma tuya?
―Bah, sabes que yo no hago bromas ―aguanto una risa―. Además, no creo que exista una broma que tenga que ver con la nariz.
Chat no tuvo tiempo de rechistar, de un momento a otro Marinette le había pegado en la nariz, pero fue demasiado fuerte. El chico podía apostar que la tenía roja de un jalón.
―¡¿Qué te pasa?! ―reclamo.
―¡Ja! ¿No me digas que te dolió? Y se supone que aguantas golpes de villanos mucho más fuertes que yo.
Frunció el ceño.
―¡No puedes hacer eso! ¡Vivo de mi rostro!
Literalmente.
―Claro que puedo y ¡oh! ya lo hice ―sonrió retadora―. Y en serio tenías algo, ¡Tenias tierra en tu máscara, cochino!
―Con que esas traemos, Dupain.
Después de decir eso Chat empezó a perseguir a su princesa. Risas era lo que se escuchaba en la habitación en la que se encontraban.
Quien diría que todo empezó por tener algo que no sabían reconocer, pero pronto lo sabrían.
•
•
•
•
¡Hola! El día 3 publicado ✨
Es algo corto comparado con los demás, pero creo que si se cumplió la dinámica 🤷🏻♀️
Espero que les haya gustado~
Me voy a escribir más porque no he hecho nada 😭👊🏻
¡Hasta mañana!😙✌🏻
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro