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23. Videojuegos.

Mario Bros y la Princesa Peach.

Sus palabras dichas se repetían en forma que le quemaban. No por ser un insulto, sino por delatarse a sí mismo y ocasionar todo un caos por esa revelación. ¿Eso era posible? Su kwami le dijo que si y se burló de él llegando a tal punto de que el queso quedara en segundo plano.

Se reprochaba a si mismo incontables veces: «¿Que estaba pensando?»

Nada era la respuesta.

Su mente estaba en blanco, solo la veía a ella, a una chica disfrazada de Chat Noir.

En pocas palabras, de el mismo.

Cuando la vio sintió su corazón detenerse, jamás pensó que ella se vería estupendamente genial vestida así, además que su cabello estaba suelto. Le resulto como ver a un ángel, o ¿un ángel gatuno?

«Estoy delirando»

No cabía duda de que era un completo enamorado.

De nuevo volvió a despeinar su cabello rubio y que sin darse cuenta hacía que su aspecto se pareciera mucho más al de Chat Noir. Con esto se delataba aún más, pero como siempre, no le importo, pues sus pensamientos estaban perdidos, sin sentido alguno.

Las mariposas en el estómago regresaron, el cosquilleo en los dedos lo sentía más que nunca y su sonrojo se podía disimular gracias a la máscara de Ladybug que traía puesta.

Adrien se podría decir que era el amante, la persona que quería meter cizaña a la relación, mientras Chat Noir era el novio que no se encontraba en esa fiesta.

Sonaba tonto describir a Adrien y a Chat como diferentes personas. Le parecía un lado de dos, una moneda, algo que es uno, pero a la vez todo.

Ese era él.

La mezcla de la perfección que lidiaba con mostrar y la imperfección que salía por si sola.

Cuando ambos lados aparecen se siente libre, y esto solo pasa cuando esta con Marinette. En su habitación jugando, platicando, haciendo y deshaciendo. Lo único que importaba era que estaban juntos todo el tiempo.

El anhelaba con todas sus fuerzas decirle quien era. Era el mismo rubio con o sin máscara, la misma persona que la había unido a ella gracias a la lluvia, y exactamente era el mismo que escuchaba constantes susurros que le decían «Te amo».

La amaba, de eso no tenía duda.

Y era tanto el amor que sentía que estaba seguro de querer besarla, para después decirle que él es Chat Noir en esa fiesta.

Como siempre, lo hizo, pero de una forma demasiado sutil que al cabo de segundos ya estaba totalmente arrepentido porque se sintió expuesto, como si lo vieran a través de la máscara. ¡Fue extremadamente obvio! Cambio su tono de voz, de ser uno angelical paso a ser uno atrevido, inclusive le dijo princesa, el único apodo que él podría decirle.

Pero nada.

Ella parpadeo con confusión. Él podría jurar que se decepciono al ver a Adrien justo en frente de ella y no a aquel superhéroe gatuno que la visita todas las noches. Sus ojos azules dejaron de brillar mientras él solo se limitó a darse la vuelta e intentar fingir que nada de eso había pasado.

Fue lo que sintió correcto.

Después, todo ya es historia.

Sus amigos se sorprendieron por su cambio tan repentino de carácter y Marinette se alejó mientras ignoraba las miradas pervertidas de otros Chat Noir's.

No hace falta decir que el verdadero protector de Paris se sintió amenazado y celoso por ello.

Apretó sus puños y decidió dejar de pensar en Marinette por un momento.

Vio el mantel blanco de la mesa en la que estaba. Sus ojos verdes se concentraron en el tratando de disfrutar, de intentar reirse de la situación.

[Estas en una fiesta, ¡Disfruta!].

La voz de su kwami resonó en su mente.

―Eso intentare.

Dejo de mirar ese mantel sin significado y levanto su vista. Vio incontables niños corriendo hacia una televisión mientras dejaban atrás los juegos infantiles de colores, de esos que había en algunos restaurantes de comida rápida y en ese tipo de salón de fiestas.

Le resulto un poco ilógico, ¿Por qué unos niños dejarían de jugar para ver la televisión?

Si él hubiera tenido la oportunidad de ir a uno de esos cuando era pequeño no hubiera desperdiciado ni un segundo de su tiempo.

La famosa tele estaba del otro lado del salón, sin embargo, eso no les importo. Todos fueron detrás de ella, como si fuera el regalo de la fiesta.

El aparato estaba colocado cerca de una ventana, los rayos del sol daban de frente por lo que decidieron poner unas cortinas rojas y todos esos pequeños que rondaban entre los cinco, seis y siete años se acercaron al lugar con unas sonrisas demasiado grandes que parecían algo tétricas.

Se sentaron sobre una alfombra con detalles rojos y negros. Después la madre de Manon empezó a hablar. Por lo que logro escuchar el rubio, estaba diciendo que iban a jugar.

Todos gritaron de emoción y los adultos rieron.

―¿Listos? ―pregunto con el mismo entusiasmo Nadja.

¡Siiiiii! ―contestaron todos.

Sigue sin entender porque los niños deben de alargar las palabras cuando contestan al unisonó.

Luego, observo que la reportera tomo el control para prender la televisión.

Escucho una canción extremadamente conocida mientras leía en la pantalla "Mario Kart". Muchos se notaron sorprendidos y emocionados, pero otros no tenían ni la menor idea de que era.

«¿Quién rayos no conoce "Mario Kart"?» Se pregunto incrédulo.

Él sonrió sin levantarse de su lugar. Ese era uno de sus juegos favoritos.

Vio como a Manon le entregaron un control y también le daban unos controles muy parecidos a otros niños que parecían ser los amigos más cercanos de ella.

Noto que iban a jugar en "El Circuito de Luigi", una de las pistas más fáciles de todo el juego.

―¡Oye, viejo! ―la voz de Nino hizo que dejara de ver por un momento el espectáculo que no tardaría en empezar.

―¿Qué hay, Nino? ―contesto despreocupado mientras veía que la carrera ya había iniciado.

―Debes explicarme que fue lo que vi hace media hora ―exigió el moreno.

―¿Explicar qué? ―pregunto sin mirarlo. Solo se concentraba como el niño que parecía ser el personaje de Yoshi iba en el último lugar.

«No desperdicies ese personaje, niño»

―Adrien ―lo llamó―. Un, dos, tres, tierra llamando a Adrien.

―Perdona ―se disculpó y lo miro de reojo―. ¿Qué decías?

Su mejor amigo tuvo que reprimir las ganas de tirarlo de algún lado.

A veces Adrien puede resultar ser alguien muy... desesperante.

―¿Qué fue lo que paso con Marinette?

Con tan solo escuchar ese nombre, su atención la tuvo totalmente Nino.

―No paso nada ―dijo tratando de restarle importancia―. Fue una charla normal, ¡no hay de qué preocuparse!

Cuando grita, significa todo lo contrario.

―No me preocupo, Adrien ―contestó―. ¡Me alegro!¡ Al fin abres tus ojos y dejas de ser un pollito inmaduro!

―Un, ¿pollo?

―Algún día me lo agradecerás ―le palmeo el hombro y Adrien solo lo veía confundido ―. ¿Me acompañas? Los chicos y yo queremos jugar.

«Gran forma de cambiar drásticamente de tema, Nino»

Observo como su amigo se alejaba y él le siguió el paso.

Alcanzo a ver el final de la carrera y vio que Bowser quedo en primero, la princesa Daisy en segundo (supone que es Manon) y Mario en tercero.

Sonrió al ver a los niños felices de haber ganado y sintió pena por los que no sabían que era Mario Kart.

―¿Listos para perder? ―cuestiono Kim con sorna cuando empezó a caminar a un lado de Nino, aunque este al final decidió no jugar para cederle el lugar a Marinette.

―¡Ni en tus sueños! ―le dijo Adrien sacando un poco a la luz su lado Chat Noir―. ¡Serás aplastado por mí, y Max, obviamente!

―Ten cuidado con lo que dices, bicho-gato.

Al momento de escuchar la voz de Marinette sintió que sus piernas flaquearon.

―No sabes con quien te estas enfrentando ―agregó la chica.

Adrien no tenía necesidad de verla porque sabía que estaba sonriendo de lado mientras presumía su habilidad sobre los videojuegos.

―Ya lo veremos, Marinette ―intervino Kim―. No creo que tengas tanta suerte esta vez.

―Como tú dijiste, ya veremos ―a todos les guiño el ojo y ninguno fue capaz de quitar sus ojos sobre la chica.

Todos corrieron aprovechando a que ningún niño pequeño se animaba a jugar. Algunos adultos los miraron por su forma tan infantil de actuar, pero eso no les impidió que los dejaran jugar.

Cuando Adrien miro el control sonrió. Era uno rectangular de color blanco donde los únicos botones que había eran la "A" para aceptar, el "1" para frenar, el "2" para acelerar, la "B" para lanzar objetos y la cruz o con solo mover el mando para moverse en la pista.

No se parecía nada a los del "XBOX 360", donde había más botones y jugo por primera vez Mario Kart.

Después de mucho debatir, eligieron la Senda Arcoíris. Todos la consideraban la pista más difícil del juego, inclusive Max.

Y de estar bromeando entre ellos, ahora estaban concentrados porque querían ganar, pero sobre todo divertirse.

Era Kim vs. Max vs. Marinette vs. Adrien.

Todos jugaban por su cuenta. Nadie era equipo de nadie y los demás jugadores que aparecían en la consola eran los que había decidido poner la "máquina"

Cuatro personas y los nueve personajes más solo eran el sistema.

.

.

Start.

.

.

Adrien era Mario, uno de sus personajes favoritos. Estaba atento a las señales de inicio para intentar tomar más impulso.

"1"

Apareció en la pantalla.

"2"

Todos se removieron impacientes en su lugar.

"¡3!"

Casi apareciendo el número, Adrien presiono el botón para acelerar y salir disparado.

Iba a toda velocidad en aquella bajada. Tuvo cuidado de que no lo empujaran para no caer al vacío, pues la pista es como un tipo de puente en el espacio con colores del arcoíris, y si alguien cae, se quema como un meteorito.

Después tienes que esperar cinco segundos para que "la personita en la nube" te salve y logres regresar a la carrera.

Kim, que escogió el personaje que Waluigi, cayó al vacío.
Gruño y se concentró más en la pista. No recordaba que fuera tan difícil.

Había perdido la práctica.

―¿Qué decías, Kim? ―se burló Adrien.

―Ahora verás de lo que está hecho Waluigi y yo juntos.

La primera vuelta se dio.

2° Mario/Adrien.

4° Peach/Marinette.

6° Luigi/Max.

12° Waluigi/Kim.

―¡No es justo! ―se quejo de nueva cuenta Kim.

―Silencio ―lo callo Marinette―. ¡No dejas concentrar!

La azabache se notaba enfocada mientras sonreía.

―¿Es tu juego favorito, Marinette? ―pregunto Adrien.

―Algo así ―dijo con diversión mientras pasaba una curva algo cerrada―. Me trae buenos recuerdos.

―Con tu papá, ¿cierto?

―¡Si! ―gritó con emoción―. Amamos jugar de vez en cuando videojuegos retro remasterizados.

El rubio rio y esto ocasiono que la chica casi cayera.

―¡Ya se tus intenciones! ¡No me lograras desconcentrar, Mario!

―¿Necesitas ayuda Princesa Peach? ¿De nuevo te secuestraron?

―En tus sueños. Se que nunca caeré de nuevo ―se burló―. Además, creo que Mario, ¡necesita ser rescatado!

Adrien no pudo recuperarse de caer al vacío, inclusive del susto su máscara se ladeo.

―¡En primer lugar! ―gritó Marinette―. ¡Buena suerte, princeso!

Ella rio y apretó mas el acelerador. No se dejaría ganar tan fácilmente.

―Ya verás princesa ―susurró―. Peach.

Logro corregir, o si no se delataría de nuevo.

―Ten cuidado, Marinette. Una tortuga va detrás de ti ―avisó Max.

―No pasa nada ―le dijo de nuevo la chica con la misma concentración―. Mi pila de bananas me protege.

Tch. Y uno queriendo que te caigas ―reprochó Kim con molestia.

―¡Buena suerte con eso! ―rieron todos y Adrien sonrió.

«Buena suerte, princesa»

―¡La segunda vuelta! ―gritó Max―. Solo falta una.

―Gracias por el dato, genio.

De nuevo todos carcajearon y siguieron concentrados. Sus espíritus de "campeones" estaban hasta el tope en esos momentos.

2° Mario/Adrien.

1° Peach/Marinette.

8° Luigi/Max.

10° Waluigi/Kim.

Otra vez pasaron por la misma bajada y tuvieron mucho cuidado de que no los empujaran.

―¿Ya vieron? ¡Baby Mario está empujando a todos! ―gritó Adrien.

―El me ha estado tirando todo este tiempo ―dijo Kim―. ¡Tengan cuidado!

Volvieron a pasar por las mismas extrañas curvas que parecían moverse. Había unas muy cerradas, otras no tanto y también debían de tener cuidado cuando aumentaban de velocidad, porque un movimiento en falso y caían al "espacio exterior".

―Ya casi te alcanzo, Marinette ―comento divertido el rubio―. No lograras ganar.

Apretó más el acelerador y eso ocasiono que la chica riera con ironía.

―Jamás lograras hacerlo, bicho-gato.

―¿Esto es venganza?

―No ―contesto mientras le lanzaba una tortuga que el logro esquivar muy fácilmente―. Solo es un juego.

―¡Ya casi te alcanzo, princesa!

―¡Ni siquiera lo pienses, gato tonto!

Suficiente error, ¿verdad? Aunque no tanto... No se dieron cuenta.

¿Ciegos? Siempre lo serán.

―¡En primero! ―dijo Marinette mientras cruzaba la línea de meta.

―Creo que el segundo no esta nada mal ―continuo Adrien mientras chocaba puños con ella―. Felicidades por no ser rescatada Princesa Peach.

―Cuarto lugar ―espetó Max mientras acomodaba sus lentes.

―¡En quinto! ―bramó Kim con entusiasmo―. ¡Logre recuperarme!

―¡Felicidades Kim! ―dijo Marinette mientras reía.

.

.

Game Over.

.

.

Ver a Marinette feliz lo ponía feliz también.

Simplemente notarla contenta le causaba una sensación de confianza y seguridad junto a ella. Agradeció pasar un buen rato con ella mientras jugaban videojuegos.

Después vio su disfraz y recordó porque estaba en un dilema interno.

«¿Es hora de que se entere de la verdad?»

Tuvo la oportunidad de decirle que era Chat Noir, la tenía a un lado, simplemente pudo haber dicho: «Marinette, yo soy Chat Noir. Tu novio»

Estuvo tan cerca, pero a la vez tan lejos de hacerlo.

Luego desvió su mirada verdosa mientras sonreía y dijo:

―Aún no ―susurró mientras la veía alejarse festejando junto a Kim y Max de su triunfo―. Aún no es el momento

Pero pronto lo sería.

.

.

.

.

¡Uno de mis capítulos favoritos y el más largo hasta ahora!
Solo procedo a decir que soy fanática de Mario Kart 🛐🥴 y mis opiniones acerca del juego están en el capitulo xd.

¡Su relación la amo! Ajxkakxks
Están bien ciegos la verdad JAJA pero pronto la ceguera se quitara, solo hay que tener confianza ;3

Mañana lo edito bien porque ya es de noche 🤧

Me encantó escribirlo y espero que a ustedes les haya gustado.

¡Hasta mañana! ✨❤

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