Especial.

De nuevo, amaba esa sensación de refugio. Su pecho se sentía caliente, el aire gélido no le importaba en lo absoluto.
Le encantaba sentir a Marinette en sus brazos.

Iba a una velocidad media, no quería asustarla. De nuevo quería que ese momento se convirtiera en algo especial, así como la mayoría de sus recuerdos juntos.

Sabía que Marinette sonreía. Podía sentirlo, sentía como ella sonreía por su compañía y como esperaba con ansias su sorpresa.
Y no la culpaba, el estaba igual o lo doble que ella.

Sonreía de forma boba. Se sentía como un completo enamorado.

Quería contradecirse como las últimas noches. Le resultaba agotador repetirse a sí mismo que no se podía enamorar de otra persona, pero, ¿Quién lo dice?, ¿Su subconsciente extraño al que no acostumbra hacer caso?

Ese mismo, y ahora lo ignora.

Dejó eso de lado, y pensó en lo que tenía pensado hacer.

Al lugar donde se dirigía no era más ni menos uno que había hecho originalmente para su lady, el alguna vez sintió que seria donde pasarían bellos momentos juntos, pero no, no termino siendo Ladybug esa persona especial que tuvo el gusto de pasar una velada mágica, aquella persona termino siendo Marinette.

A Ladybug le tiene un cariño y aprecio indescriptible, pero cuando empezó a conocer más a fondo a Marinette, se dio cuenta que aquella azabache que se sentaba detrás de el era la persona que necesitaba.

Y que sin saberlo, ella lo necesitaba a él.

Durante todo el trayecto ella jamás pregunto a donde se dirigían, respetó la sorpresa que le tenía.

Lo unico que si repetía era cuando llegarían.

Ella aunque lo negará le tenía un poco de miedo ir en esa posición. Sabía como su compañero era igual de descuidado que ella y podría distraerse, para después causar una desgracia, por lo que estaba empezando a impacientarse.

―¿Cuánto falta, Chat?

―Menos que hace diez segundos ―contestó con su típica calma que empezaba a caracterizarlo.

Aunque por dentro era un manojo de nervios.

Lo cierto era que el héroe parisino estaba haciendo tiempo. Daba vueltas y vueltas a los mismos lugares porque no quería romper esa burbuja rosa en la que estaban. Sentía que alguien o algo arruinaría el momento, y creía que de esa forma duraría más.

Suspiró molesto.

Además, tenía miedo de que el mismo lo arruinará.

―¿Ya casi?

―Casi.

―¿Vamos a donde creo que es?

―Quizás ―contestó divertido―. Pero espero que esta vez sea diferente.

Eso era lo que anhelaba.

No quería comparar un momento con otro, ya sea algo que había vivido con ella o con otra persona.

Quería que fuera especial.

Miró hacia la luna. Era verdad que cuando la vio a través de la ventana de Marinette se le ocurrió algo, pero no quería repetirlo.

Volvió a mirarla esperando una respuesta.

Pero no llegó.

No perdió más tiempo. Aún con sus nervios al tope, él tuvo la capacidad de llegar a aquel techo donde Chat tenía planeado algo mágico.

Noto que los ojos de Marinette brillaron. Ella también recordó la primera vez que llegaron a ese lugar.

Solo que esa ocasión, no habían velas que simularan un ambiente romántico. Todo estaba a oscuras.

Su sonrisa desapareció un poco.

Quizás no esté a la altura de la vez anterior.

Pero luego volvió a sentirse completo cuando Marinette veía el lugar con felicidad absoluta, mientras recordaba como había conocido aquel lado blando del chico bromista que tenía como compañero.

De nueva cuenta, ignorando los pensamientos de la chica, él miró la luna.

Se acercó al barandal sintiéndose hipnotizado por la luz que emanaba aquel astro.

Cuando estuvieron ahí, también la luna fue su compañera. Vio como dos corazones rotos hablaban de sus líos amorosos.

Sintio como Marinette caminó para estar a su lado. Sus manos también las colocó en aquel barandal y junto a él observó la luna.

―Es hermosa ―dijeron ambos sin pensar, para después soltar risitas nerviosas.

Después, el rubio se dispuso a concentrar toda su atención en la luna para intentar calmar sus nervios.

Y de alguna forma lo logró.

Su corazón logró palpitar con normalidad, sus manos dejaron de sudar y sus ojos pudieron concentrarse en algun objeto por más de un segundo.

La luna brillaba.

Se repetía intentando calmarse.

La luna brillaba.

Quería intentar decir un piropo para hacer reír a su enamorada, pero no se le ocurría ninguno.

La luna brillaba como aquella vez que bailamos en Nueva York.

Es cierto que ese pensamiento ha estado en su mente esos días. Quizás por su acercamiento o los nervios que lo traicionaban.

La luna brillaba de nuevo mientras ambos la vemos.

Era extraño. La luna empezaba a significar algo mucho más preciado para el.

Quizás su corazón enamorado está delirando. O su lado cursi empezaba a moldearse.

La luna sigue brillando mientras ambos la vemos.

Siente que su corazón dejará de funcionar cuando la luna deje de brillar. Cuando sea esa noche nublada, sin luz, y por supuesto, sin Marinette.

De seguro, su corazón estará roto.

Pero ahora no debe pensar en eso, debe de pensar que la luna seguirá brillando, mientras esté junto a Marinette.

La luna brilla, pero no tanto como tú.

Miró a Marinette. La luz de la luna era reflejada en los ojos azules de ella, se veía maravillosa.

Ella se veía hermosa.

La luna es hermosa, pero no tanto como mi princesa.

Río por lo bajo.

Era un loco enamorado pensando en la belleza de su amada. Se sentía un tonto, un cobarde por no decirle todo lo que sentía.

La miró de reojo, y sonrió con completa satisfacción aunque no tuviera el valor de demostrarlo.

La luna brilla, como mi amor que siento por ti.

.

.

.

.

¡Hola! Capítulo sin editar porque es tarde y quería actualizar 👁👅👁

Un lado cursi de Chat Noir aceptando que esta enamorado de mi bebé 🤧 Y la luna como siempre presente.

Se puede decir que se acabo este "arco", "parte" o "como quieran decirle" xd De la primera cita :'3

Voy retrasada un día axkakxlsleo Espero componerme algún día 😔✌🏻

Espero que les haya gustado~

¡Hasta mañana! ✨❤