Capítulo único
Creciendo, mi mayor miedo era quedarme solo. Sin embargo, me acostumbré a ello porque no le gustaba a nadie.
Nunca le he gustado a nadie, citando palabras de otras personas: soy raro, estoy loco... ¿Tu también piensas eso, Isagi? De solo pensar que así sea me hace entrar en pánico porque actualmente mi mayor miedo es que te canses de mí, que te vayas de mi lado y otra vez, vuelva a estar solo.
Pero no es el concepto de soledad en si el que me inquieta, estoy diciendo que podría haberlo soportado toda una vida... si no te hubiera conocido a ti. Ahora no podría Isagi, no podría encontrar las fuerzas para aguantar ese sentimiento de vacío y soledad si una vez decides que ya no me quieres más cerca.
De hecho, en verdad, estoy seguro de que un día llegará. Es imposible que alguien como yo pudiese retener a alguien en mi circulo social, mucho menos alguien como tú.
A mis ojos brillas, no como el sol, tu luz es una más blanca y silenciosa, brillas como la luna y por alguna razón, siento que eso encaja perfectamente conmigo porqué eres esa pieza de puzzle qué extrañamente se adecua a mí.
No lo entendía al principio, pero tampoco puedo decir que lo pensé tampoco porqué solo seguí lo que la voz de mi monstruo me dijo, y él me dijo que confiara en ti.
Ahora creo saber el porqué.
El engancharme a ti fue instantáneo y rápido después de eso, nunca me cuestioné el porqué y si lo hiciera ahora, seguiría sin dar con alguna buena respuesta. Lo único que puedo decir es que me siento atraído a ti como un imán o como si un hilo intangible me uniera a ti de forma que no puedo estar mucho tiempo separado de tu ser.
Bueno, lo sorprendente de todo eso fue el hecho de que en vez de apartarme inmediatamente o irritarte, hiciste algo raro. ¿Cómo lo digo? Me hablaste, creo recordar. Me seguiste la conversación, y de forma agradable. Luego me seguiste hablando y te quedabas a mi lado.
Esto llevó a aquello y nos convertimos en mejores amigos. ¡Mejores amigos! La primera vez que me lo dijiste fue de una manera tan casual como si no fuera nada, y tal vez es verdad, pero para mí... Inmediatamente te salté encima sonriendo como idiota y no se porqué pero me dió por reír. Es que nunca había estado tan feliz.
Isagi, eres mi primer amigo, también eres mi primer mejor amigo.
Y te adoro tanto, significas tanto, tanto para mí... que no sé como no lo vi venir.
Tardé mi tiempo en reconocerlo, no porqué no quisiera, si no porqué no lo sabía, no lo entendía.
Soy extrovertido, desvergonzado y cariñoso por naturaleza y teniendo mi primer amigo quise, no sé, rociarlo de todo mi afecto porque nunca había podido hacerlo con nadie más.
Realmente pensé que era normal. Pero cada vez me encontraba con el deseo de querer darte más, más... Quería abrazarte más, acercarme más a ti, pegarme más a ti. Incluso empecé a rodar hacia tu cama a la hora de dormir, tarea fácil dado a que estamos de lado y poco a poco me atreví a enrollarme en tus extremidades, metía una pierna por donde me sentía más cómodo y los brazos los estiraba hacia tu cuello, cintura o los encogía de modo que quedaban en tu pecho. Nunca rechazaste esas acciones así que seguí haciéndolo hasta que se volvió costumbre y tu cama empezó a ser nuestra cama.
A veces me sujetabas de la cintura y eso se sentía tan bien, era como una extraña sensación de hormigueo pero agradable.
Es eso, me acostumbré a tu calor. Demasiado.
Cuando me di cuenta de ello ya era demasiado tarde, Isagi. Todo este tiempo pensé que te estaba atando a mi con esposas imaginarias pero lo cierto es que es al revés. Eres tú quien me tiene atrapado en una especie de jaula, pero no fuiste tú quien me metió, yo mismo entré en ella.
Y por eso me pregunto, ¿Si lo hubiera sabido antes, lo podría haber prevenido? ¿Cómo? Mi madre dice que no, las emociones son libres, incontrolables y es el corazón quien las domina.
Fue mi madre quién me hizo darme cuenta de que no sólo te considero mi mejor amigo, Isagi.
Te amo. Estoy enamorado de ti.
Nunca he amado románticamente a nadie, pero tampoco había querido a nadie platónicamente tampoco.
Así que, ¿qué te parece? Mi primer amigo, mi primer mejor amigo... y mi primer amor.
Me encantaría decir que eres mi primer todo pero estaría mintiendo porque no serás mi primer beso, ni mi primera vez ni nada que esté relacionado con eso, porqué tu no sientes lo mismo.
Claro que no sientes lo mismo, es obvio.
Me encantaría pedirte perdón pero eso equivaldría a exponer mis estupidos sentimientos y eso no está en mis planes.
Pero a menudo lo hago, en mi mente. Cuando haces algo que hace a mi corazón latir más de la cuenta o siento el calor subir por mi cuerpo por alguna acción tuya o palabra. Cuando eso pasa mentalmente te pido perdón por dar tanto asco.
Estar enamorado de ti es como estar en la jaula que he mencionado antes. Es preciosa, llena de rosas rojas, de un fuerte color vivo y deslumbrante. Pero cuando intento coger una para hacerla mía esta me hiere la mano con sus pinchos, dejándome con tan solo la opción de observar.
No puedo hacerte mío así que me limito a observarte y me he prometido que con eso me basta.
Excepto que en realidad no es así y los pinchos de las rosas crecen y me hieren las piernas, los brazos y me rodean clavándose en mi piel y perforando mi pecho en dónde yace mi corazón cuándo te veo con alguien más, haciéndote cercano de alguien más.
Siento que cada vez te alejas más, ¿será así o solo soy paranoico?
No quiero ser un mal amigo. No quiero hacerte sentir sofocado porqué me pego demasiado a ti. ¿Me pego demasiado a ti? No se que hago bien y que hago mal. Es que eres el único con quién quiero realmente estar y eres mi mejor amigo, ¿así que puedo estar mucho contigo, no? ¿Los mejores amigos no están siempre juntos?
Lo siento, lo siento, lo siento.
Tal vez debería desatarme de ti, romper ese hilo que nos conecta, el cual seguramente solo siento yo.
¿Qué bien te hago yo, Isagi? No quiero ver como te cansas de mí, no quiero oír tus palabras de abandono cuando llegue el día, así que tal vez debería adelantarme.
Ah, ¿me estoy haciendo la víctima? Si es así, lo siento mucho, no es mi intención. La culpa es solo mía.
Siento tanto haber jodido esto.
Oh, no, está ocurriendo otra vez, ese momento en dónde duele tanto qué no puedo soportarlo. Odio eso.
En ese momento entras en la habitación y no podías haber aparecido en el peor momento porqué ahora no sé como voy a ser capaz de mantenerlo todo dentro.
Noto el gran nudo en mi cuello, obstruyendo mi posibilidad de hablar e inhalo profundamente con todas las fuerzas que tengo para no derramar ni una sola lagrima.
Reúno las fuerzas para mirarte y sonreírte pero justo cuando creo haberlo logrado, el suave tacto de tu mano acuna mi mejilla delicadamente y con la voz más dulce, me hablas.
— ¿Bachira? ¿No me has escuchado? Es raro verte tan callado, ¿en que piensas?
Oh, no, mierda. Me arden los ojos y los siento llenarse de agua. Todas las fuerzas que había reunido se desintegran como si nada y ahora no puedo levantar la cabeza porque no quiero que me veas así. ¿Que voy a inventarme?
— ¿Porqué no me miras? ¿Bachira? ¿Porqué no respondes tampo-? —con un tono preocupado y con delicadeza, levantas mi rostro y yo ya no puedo más.
Las lagrimas me saltan solas en grandes cantidades, sin parar y me desenfocan la visión. Con ellas se suman los sollozos reprimidos que siento salir directamente de mi corazón oprimido y quiero callarme pero al contrario, mis sollozos salen más fuertes, intentando simular, demostrar lo mucho que me duele, sacar aunque sea un poco del veneno que lleva reteniendo mi corazón y pronto me encuentro temblando con los ojos cerrados.
Inmediatamente siento tus brazos rodear mi cuerpo, atrayendo mi cabeza hacia tu pecho dado que yo estoy sentado en la cama y tu estas de pie y una de tus manos viaja a mi cabeza mientras que la otra se queda en mi espalda.
Entonces oigo unos sollozos, pero no son míos y eso me hace levantar la cabeza y volver un poco en mi.
Te veo llorando también y eso me descoloca pero eres más rápido que yo y tus manos suben hacia mi nuca adentrando tus dedos en mi pelo y tus pulgares suavemente se deslizan en mis mejillas con caricias dulces que solo me hacen sentirme más vulnerable.
— ¿Te he dicho que eres como el sol?
Parpadeo aclarando mi visión y tu pregunta me deja confundido.
— ¿Q-qué? —tartamudeo por el nudo aún presente en mi cuello.
— Brillas como el sol, Bachira. La luz que emanas es como la de los rayos del sol, dan energía y felicidad —una pequeña sonrisa surca tu rostro y con los pulgares limpias mis lagrimas, aunque estas siguen brotando.
¿Que yo soy cómo el sol?
— Isagi... —empiezo, pero no sé que decir así que me quedo mudo.
— Si mi sol se apaga, ¿quién me dará energía? —tu sonrisa se distorsiona en lo que parece una mueca de preocupación y una mano abandona una de mis mejillas dejando solo el recuerdo de tu calor, enfriándose de golpe.
Me levantas el flequillo y para mi sorpresa, depositas tus labios ahí dejando un dulce beso. El frío que estaba sintiendo en mi mejilla se esfuma al sentirme entrando en calor, especialmente en mi cara.
— Lo siento —se me escapa—, lo siento, lo siento —rompo a llorar otra vez y esta vez me aferro a ti haciéndote caer conmigo en la cama. Hundo mi rostro en el hueco de tu cuello y aprieto con fuerza la tela de tu camiseta, tal vez por miedo a que te vayas, no lo sé.
Te oigo suspirar en mi oreja y temo estar molestándote pero vuelves a hablar.
— Solo quiero saber porqué estás llorando y me pides perdón. No sabes lo mucho que me duele verte tan roto —te acomodas entre mis piernas y con una mano rodeas mi cintura manteniéndome cerca de tu cuerpo, el agradable calor de tu cuerpo me tranquiliza un poco—. Cuando te he levantado el rostro por primera vez y te he visto a los ojos... ¿qué es lo que te está haciendo tanto daño? En ellos vi algo parecido a un espejo fragmentando en miles de trozos. Entre tus lagrimas me vi reflejado en ellos, tal como en un espejo, y eso sería normal... si no me hubiera visto fragmentado también. Así que lo que te pasa es algo serio y quiero ayudarte. No puedo verte así, eres mi mejor amigo Bachira.
Una sonrisa triste se asoma en mi rostro y me rio. "Los ojos son el espejo del alma"... me alegro de que seas de los que no se dan cuenta, Isagi.
– No puedes ayudarme y no puedo decirte nada.
Haces que te mire y tus orbes azules como el mar por la noche se fijan en los míos una vez más.
— ¿No hay nada que pueda hacer? —hablas bajito, después de un rato de silencio. Suenas abatido.
Trato de darte aunque sea, una pequeña sonrisa y es mi turno de acunarte la cara.
— No, pero puedes seguir a mi lado y prometerme que no te irás nunca.
Sonríes un poco y asientes.
— Pensé que eso era más que obvio, no importa lo que pase en el campo. Si somos un equipo o rivales en el fútbol, eso da igual porque lo nuestro es para siempre y tu y yo somos un pack. Eres mi alma gemela.
No sé cuando dejé de llorar pero esta vez sonrío más, genuinamente y me obligo a olvidar temporalmente de lo que siento por ti para enfocarme en esto.
— Tu también eres mi alma gemela, Isagi.
Después de eso nos quedamos un rato totalmente abrazados hasta que decidimos ver una película de estudios Ghibli porqué sabes que las amo.
Eres el primero en dormirte y a mi me cuesta conciliar el sueño cuando estamos durmiendo en la misma cama y tu brazo abraza mi cintura con tu mano por debajo de mi camiseta.
Estando cara a cara es aún más difícil pero me obsequio unos minutos para observarte atentamente ya que después de todo, es lo único que me puedo permitir.
No puedo evitar bajar mi vista a tus labios ligeramente semi abiertos y sin pensarlo, mis dedos se mueven solos hacia ellos rozándolos con las yemas de mis dedos.
Llevo esos mismos dedos a mis propios belfos y suspiro amargamente.
Espero poder deshacerme de estos sentimientos antes de que encuentres a alguien que te haga sentir lo que tu a mi, porqué no se si seré capaz de fingir bien.
Prometo esforzarme al máximo para verte solo cómo a un amigo, mi mejor amigo.
Te amo tanto que duele, cuando duele mucho es doloroso hasta respirar y quiero arrancarme el corazón.
Te amo Isagi, pero no eres mío y tampoco lo serás nunca porqué tú nunca podrías sentir lo mismo por mí. Está claro que no estoy hecho para ti de todos modos.
Cierro los ojos, dándome la satisfacción de soñar contigo porqué es solo en mis sueños, dónde puedo tenerte.
Fin
Edit 20/04/23: he retocado unos errores, por cierto, solo a mi me sale q cuando esta publicado en los guiones sale la linea corta "-" ?? Pq es un error, yo siempre utilizo la larga "—"
Tambien me pasa en los titulo, q utilizo la larga y me sale la corta y lo voy cambiando todo el rato pero no sirvo de nada. Alguien sabe ayudarme?😭
P.D: ya lo he dicho en la descripción de la historia pero me disculpo por esta mierda q no se leera nadie ni mucho menos comentará nadie
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