¿Por qué temer al cerrar por última vez los ojos?, ¿por qué temer a lo desconocido?
"Somos quienes decidimos si temer o no a la vida, y lo que pasará el día en que aquellas manecillas marquen el último número de tu cuenta en el tiempo", me dijeron un día, y aún lo estoy analizando.

Vivir sin temor parece casi imposible de imaginar. ¿Quién no ha sentido miedo en la vida, o el temor a que llegue el momento de exhalar por última vez?

En mi experiencia, lo que ocurre en este planeta me lleva a creer que más allá de lo que alguna vez imaginé pueden existir cosas inexplicables. La vida nos prepara constantemente para lo desconocido, y he escuchado tantas historias que respaldan lo que siento hoy. La pregunta que me hago es: ¿cuánto estamos realmente listos para aquello que no podemos ver?

Quiero explicar con claridad lo que puede perturbar la paz y la mente de cualquier ser humano, incluyéndome.

Un día vives en calma, bajo el vasto cielo, en un mundo lleno de color, sin sombras ni tormentas a la vista. Todo parece sereno, pero ese estado de perfección no puede durar para siempre. De un momento a otro, caen no solo relámpagos, sino rayos y tormentas que sacuden nuestro mundo interior. Pero, al igual que la tormenta se va, también emerge un astro más grande, una fuerza que ilumina y da firmeza. Es como si la Tierra, majestuosa, se elevara por encima del caos para mostrarse como reina ante el universo.

Vivir es, entonces, enfrentar estas tormentas, pero también es sobrevivir a ellas. ¿Será eso lo que significa vivir? No creo que sea solo eso. Creo en la fidelidad de esta Tierra que piso, que me prepara para las dificultades, pero también me recompensa cuando he superado las pruebas. Tropezamos, pero siempre se nos ofrece una mano cuando más la necesitamos. La vida, con sus altos y bajos, es un ciclo continuo de aprendizaje.

Es fácil ver la maldad que existe en el mundo, pero prefiero enfocarme en las maravillas que lo rodean. La rebeldía de la naturaleza es una enseñanza, una forma de abrir los ojos a lo que nunca pensamos posible. Y me pregunto: cuando todo esto termine, ¿qué quedará?

Si la vida nos trae penas y alegrías, ¿quizás lo que sigue sea algo completamente nuevo? Debemos estar conscientes de que lo que hay más allá podría ser igual de complejo o incluso más hermoso que la vida misma.

"Hay algo más allá, un paraíso inolvidable", dijeron una vez, y me pregunto, ¿cuánta verdad hay en esas palabras? Cerramos un ciclo en esta vida, pero tal vez hay mucho por explorar cuando ese ciclo termine. Atravesamos la oscuridad para llegar a la luz al otro lado. Quién sabe, tal vez sea algo digno de experimentar, y entonces no temeré dejar esta vida.

Para alguien entrenado por la vida misma, lo nuevo ya no es sorpresa. Piénsalo como una oportunidad, una aventura que nunca nadie ha recorrido y que está esperando ser descubierta.

No temas cerrar tus párpados; veamos qué hay más allá. Si has soportado la vida, ¿por qué no darle la bienvenida a su lazo más cercano: la muerte, que es su hermana?

Piénsalo también como un boleto de tren: hemos de esperar el siguiente para poder abordarlo. La paciencia es una de las mejores virtudes, y esperar para entrar al paraíso es simplemente esperar el turno para subir al vagón. Hasta entonces, disfruta de las hermanas, pues cada una llegará en su debido momento.