Mi tío llego a las ocho al drink y se puso a jugar domino con unos amigos, incluso el señor se le unió, pero no dejaba de mirarme.

No creo que yo sea una chica muy atractiva, ni siquiera me arreglo con tanto esmeros como la demás chica, no me había preocupado por la opinión de los chicos en cuanto a mi aspecto o lo que pensaran de mí. Pensaba que cuando algún cliente me coqueteaba o miraba con lujuria, era porque simplemente era un imbécil y pervertido. Pero, en esta ocasión, por loco que parezca, no sé cómo, pero me sentí bien con las palabras de aquel señor.

Cuando llegué a casa me fui a dormir sin pensarlo mucho, ya me estaba acostumbrando a cenar chatarra en el drink, mis compañeros compraron pollo frito con papás fritas, cátchup y soda.

Me he despertado por inercia, sentía un poco de frío había comenzado a llover y las ventanas de mi habitación se encuentran abiertas, y yo me había vestido con ropa ligera, me puse un vestido de tirante, una licra corta y zapatillas. Me levante a cerrar la ventana porque el piso se estaba mojando y la cortina tenía que estar empapandose de agua. Pero me quedé petrificada, no sé si fue más por mis pies al sentir el agua lluvia fría o fue la sombra de aquel hombre bajo la lluvia viendo hacia mi ventana, mi corazón empezó a latir más rápido y mis vellos se erizaron, en automático retrocedí de la ventana soltando de mi mano la cortina. No puede ser que haya alguien a estas horas allá afuera, no pude ver bien la cara de la persona porque la luz del farol de la calle se encontraba dañada, estaba parpadeando lo que hacía resaltar más como una sombra, un hombre empapado en la noche. Me acerqué otra vez para ver, y no había nada ahí el piso estaba inundado de agua sin un alma en la calle. Cuando reviso mi celular noto que son las cuatro y cincuenta de la mañana, es que en verdad alguien me está acosando.