Llegué esa noche agotada a casa. Al menos a las 7 de la noche los clientes se suavizan, me pude sentar a comer algo. He comenzado a odiar el trabajo desde el sábado.

El domingo lo pasé parecido, me dolía la cabeza por el largo rato expuesta a música alta, pero al menos, ya me hice a la idea de que mi tío me utiliza como su esclava. Esa noche, también vi al hombre del fin de semana pasado, ya no intentaba hacerme conversación supongo que se volverá de esos clientes fijos.

Lo que llamó mi atención esa noche, es que al llegar a casa y echarme en mi cama, me pareció el ambiente pesado, como si alguien me mirara, miré a todas partes y no había nadie, sabía que mi tío ya debía de estar acostado por lo que no debía de ser él, decidí ignorarlo y me acosté a dormir me pesaba todo el cuerpo, los párpados también, posiblemente debía de ser el cansancio que me hacía imaginar cosas.