—Creo... Qué no me has dicho tu... Tu nombre...—comentó Allister.

—Oh, ¿No te lo dije? Creo que lo dijeron por la televisión.

—L-lo transmiten en tiempo real, no tengo tiempo para verlo...

—Claro... Bueno, me llamo...—hizo una pausa para tomar aire— T/n, ese es mi nombre.

El chico movió las piernas como un niño emocionado. La chica miraba con melancolía la brillante luna.
Ella suspiró.

—Pobres espíritus... No pueden encontrar la tranquilidad eterna...—dijo él tras un silencio.

—¿Q-qué?

—Ellos no pueden dormir en paz...

—¿Hablas de fantasmas?

—S-si... Puedo hablar con ellos..

—¡Que habilidad tan curiosa!—dijo ella alzando un poco la voz sin darse cuenta.

—N-no grites por favor...

—Oh disculpa...

Se quedaron en silencio, solo interrumpido por el ulular del viento.

Un gastly se paseó por delante de ellos. Flotaba a como un metro sobre el suelo.

—¡Gast!

—Hola gastly,—dijo Allister— ¿Como estás hoy?

—Ga...

—A si que ha sido un día duro...

—Gast

—¿Ella?—preguntó el chico señalando a t/n—No, no es mi amiga, a penas nos conocimos hoy...

—Gastly.

—Gracias, ten una buena noche.

Y el pokémon siguió con su camino. T/n había estado escuchando la "conversación". Estaba algo confundida, había más o menos entendido de que hablaban pero se le hacía raro que un humano entendiese al pokémon.

—¿De verdad entiendes a los fantasmas? ¿Incluidos los pokémon de dicho tipo?—dijo ella.

—N-no me crees... ¿Verdad?

—No es eso... Ahg, bueno, si te creo...

—Gracias...—se quedaron en silencio de nuevo—B-bueno... Me vuelvo a... A mi casa...

Allister se bajó de la tumba y miró con sus irreales ojos morados a t/n.
La chica suspiró, se quedaría sola de nuevo.

—De acuerdo... Nos veremos otro día...

—¿Te-te vas a quedar aquí? ¿O te vas a algún si-sitio?

—Siendo sincera no lo se...

Allister siguió mirándola.
T/n también lo miró y sus miradas se conectaron por unos segundos, hasta que por los nervios el chico desvió la vista.

—Hay un pequeño hotel en la plaza...

A la chica se le iluminaron los ojos.

—¡Gra-gracias! Creo que iré allí—dijo levantándose del suelo.

El chico asintió y con pasó lento salió del cementerio. T/n se dió la vuelta cuando él salió de su vista y fue a la plaza a buscar el hotel.

Por suerte ahí estaba, era pequeño pero cumpliría su función.
Entró y se dirigió a recepción. Reservó uno de los pocos cuartos libres y fue a su dormitorio.
Allí se tumbó en la cama y se durmió casi al instante.

Se despertó a las tantas de la noche con una llamada perdida de su madre.
Tomó el móvil y vio la notificación de que su madre la había llamado. Pensó en devolverle la llamada pero sus neuronas aún no hacían sinapsis.
Así que dejó el teléfono y se volvió a dormir.

Volvió a despertarse cuando la luz del sol se filtraba por la ventana. La luz le daba en los ojos directamente así que se giró para el otro lado.

—Hm... Cinco minutos más...—murmuró

Entonces se acordó de que estaba sola en la habitación del hotel.

Se levantó con pesadez y fue al baño del cuarto.
Se remangó la camiseta y se miró los moretones. Eran de un feo color morado, se le resbalaban los vendajes de los brazos y las curitas comenzaban a despegarse.

Suspiró y volvió a la cama, pero no sé tumbó, solo se sentó.

Entonces decidió dar algunas vueltas por el pueblo, ir a algún restaurante o bar... O algo así, seguro que había algún sitio interesante a demás del mural, el gimnasio y el cementerio.

Tomó su bolsa con sus cosas y salió del hotel. Este daba directamente a una amplia plaza que tenía varios comercios.
Vió un restaurante que pintaba bien asi que se acercó a la puerta de cristal. Cuando abrió la puerta lo primero que vio la dejó helada.
Era su padre.
Rápidamente cerró la puerta quedándose ella afuera. Miró desde la puerta de cristal el interior del local.

Definitivamente era su padre y estaba con una chica muy bonita que no era su madre.

Los miró durante un rato y vió que se besaban.

Eso le causó repulsión.

Se alejó varias calles del restaurante, tomó su teléfono y llamó a su madre.

—¿Mamá?—dijo cuando su madre le atendió la llamada

—¡T/n estaba preocupada por ti! ¿Dónde estás?

—En pueblo Ladera.

—¿Qué haces allí?

—Ese no es el punto, acabo de ver a papá.

—Claro, hoy tenía un poke encargo en ese pueblo.

—Estaba en un restaurante.

—¿Qué?

—Con una chica.

—T/n esto no es gracioso.

—Y se besaban.

—Deja de decir tonterías, no sería tu padre.

—Lo reconozco cuando lo veo, estoy segura que era él con una tipa.

—Vuelves a casa ahora mismo.

—Pero mamá, me disteis permiso para viajar por Galar...

—Pero soy tu madre, vuelve a casa.

—Está bien, voy para allá.

La madre cortó la llamada de golpe.

Así que t/n llamó a un taxi volador que la llevó a la puerta de su casa.

Salió del taxi y se paró frente a la puerta de su casa. Dudó sobre si entrar o no.

Pero finalmente abrió la puerta.

Tras entrar y cerrar su madre le dijo que fuese con ella al salón.

—Hola ma.—la saludó t/n

—T/n ¿Qué me dijiste de que viste a tu padre?

—Ah eso... Estaba con una chica joven y bonita y... Creo que ya te lo dije pero se estaban besando...

—Tienes mucha imaginación t/n

—¡No es mi imaginación!—exclamó ella. La menor se dio cuenta de que su madre tenía algunas heridas que el día anterior no tenía. Un escalofrío la recorrió de arriba a abajo. Tenía un vendaje alrededor del cuello que no recordaba haber visto antes y tenía marcas en la parte baja del cuello—Mamá, ¿Cómo te hiciste eso?—preguntó señalando su cuello.

—Oh esto, no es nada...

—Mamá, ¿Papá te ha hecho algo?

—Me agarró del cuello ayer porque tú no estabas en casa, pero no es nada, no me hice nada por suerte.

A t/n se le bajó la presión y se dió cuenta de una cosa.

Definitivamente algo está muy mal.

Es el segundo capítulo que publico hoy, vaya milagro.

Estoy inspirada.

Bueno, vengo a decir que no te olvides de votar y comentar que te está pareciendo la historia.

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