13
Llegué fastidiado al trabajo. Mi cabeza daba vueltas entre hacerle caso a mi abuelo o conseguir el empleo que quería.
Miré mis manos, era cierto lo que decía el viejo. Mientras sus manos eran suaves por una antigua vida acomodada, las mías estaba ásperas y con alguna otra vieja cicatriz por una vida pesada.
—Regresaste antes de lo esperado.— La escuché de repente a mi lado.— Luka probablemente esté aquí hasta mañana.
—No tenía mucho que platicar con mi familia.
Ella soltó un largo suspiro.
—Ya veo.— regresé a verla. Estábamos en uno de los balcones de su mansión. El viento revoloteaba entre la falda de su vestido y su cabello se alborotaba un poco.
Me inspiraba cierta tranquilidad que ahora agradecía.
—¿Quieres algo de beber?— me preguntó.
—¿Por qué aceptaría su oferta?
—Vamos, eres tan necio. Sólo es como amigos.— me dijo con una pequeña sonrisa.
—Yo no quiero su amistad.— ella rodó los ojos fastidiaba.
—Entonces es una orden.— regresé a verla. No me sentía de ánimo para discutir.
—Bueno, sugiérame algo.— le dije con una pequeña sonrisa. En seguida alzó su teléfono y pidió dos bebidas cuyo nombre desconocía.
Mientras tanto regresé mi vista a la ciudad. Seguía siendo linda a pesar de toda la pobreza que vivía en sus calles, y a pesar de todo las personas conseguían ser felices. Quizás éramos cucarachas todos, repulsivos; pero ¿Acaso no merecíamos ni un poco de respeto?
De repente la sentí su cabeza recargarse contra mi espalda.
—Mi día tampoco fue como lo hubiera querido.— sentí su aliento acariciar mi piel a través de mi camisa.—A veces solo quisiera ocultarme del mundo.
Sonreí.
Yo también, Marinette, yo también.
Subí este capítulo antes porque por estar con la emoción de que estoy conectada por fin a internet (aunque en mi casa sigue sin haber), se me olvidó publicar en el capítulo pasado este bonito fanart que me hizo Whichiii
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