🌻Dieciocho🌻
❝𝙀𝙡 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙖𝙧 𝙙𝙚 𝙇𝙤𝙨 𝙃𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙋𝙞𝙡𝙖𝙧❞
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—Creo que vienen de algo importante— JoJo rasca su nuca con algo de nerviosismo.
Los dos chicos salen de su tranque parpadeando con rápidez para saber si de verdad el británico estaba aquí y no era una ilusión.
—¿Qué haces aquí?— pregunta con molestia, baja a la chica de sus brazos y la pone en el piso.
—Necesito de tu ayuda— le responde algo incómodo —¿Podríamos hablar en un sitio más privado?
Le dedica una mirada de pocos amigos, no quería hablar con él ni mucho menos ayudarlo, pero algo dentro de él quería saber que ocurría.
—Vamos a mi habitación— indico —Lia, espera aquí. Por favor— le dio un corto beso en su cabeza.
Esa acción hizo que los ojos de JoJo se girarán con irritación por la escena.
Los dos adolescentes subieron las escaleras del segundo piso en un absoluto silencio, las pisadas de las pesadas botas de JoJo resonaban en el piso.
Caesar abrió la puerta de su habitación e indico que pasará primero el castaño y así lo hizo.
Miro después de tanto tiempo la habitación del joven, seguía oliendo a perfume varonil con un toque de flores, los pósters de The Beatles seguían pegados en sus blancas paredes, fotos Polaroid de él con Lia también estaban pegadas en la pared, un escritorio de madera y una lámpara para iluminar las noches estaban al rincón de la habitación.
Tantos recuerdos se le venían a la mente.
Tomo asiento en la suave cama del chico que lo miraba recargado en la puerta.
—Habla Joseph Joestar— las cejas gruesas y rubias se encontraban fruncidas.
—Hmmmm— mueve su cabeza con algo de diversión —¿Recuerdas aquella vez que te lleve a la zona de investigación dónde trabajan mis abuelos y me hiciste una paja?
Su mandíbula se tenso por lo último que dijo Joseph, entre cerro los ojos y lo miro fulminante.
¿Se estaba burlando de él?
—Si, lo recuerdo perfectamente...— le responde rechinando sus dientes.
—¿También recuerdas que tuvimos una pequeña discusión dónde se encontraban Los Hombres del Pilar?— mueve sus piernas mientras le pregunta.
—¿A que quieres llegar con todo esto?
—A lo que quiero llegar es...— detiene el movimiento de sus piernas —que esos tipos despertaron, y necesito que me ayudes a vencerlos.
Al escuchar lo que dijo soltó una risa sarcástica.
—Después de romperme el corazón, hacerme sentir insuficiente y abandonarme —camina de un lado a otro mientras aprieta el puente de su nariz—vienes a mi casa descaradamente a pedirme que te ayude a vencer a unos tipos que probablemente nos terminen matando— se para en seco y lo mira fijamente —¿En serio crees que te voy ayudar?
—Sip.
—Realmente eres un estúpido— rueda los ojos con enojo, se da media vuelta para no verlo y enojarse aún más.
—¡Shiza tienes que ayudarme!— se para de la cama y se acerca un poco a él para rogarle—Eres la única persona que conozco que entrena hamon y que sea bastante bueno.
—No creo que sea prudente ayudarte.
—Maldita sea, olvida por un momento lo que paso entre nosotros y ayúdame — murmura.
—Para ti es fácil de olvidarlo, para mí no— escupe las palabras con rabia.
—Esto no solamente se trata de mí, se trata de salvar a las personas que amamos y que no ocurra una catástrofe en toda Venecia. Mi abuelo ya no está en condiciones para que pueda ayudarme, así que tú eres el único. — puso su mano en el hombro del italiano —Por favor Shiza, ayúdame, te necesito.
El tacto del contrario hizo que se quedará inmóvil, sintiéndose nervioso y con una terrible ansiedad.
Quería ayudarlo pero, ¿cómo si no podía estar junto con él por mucho tiempo porque lo ponía mal?
Aparte no se podía dar el lujo de ser egoísta en estos momentos, lo necesitaba JoJo y sus seres queridos. Si no luchaba podría perder a sus padres y Lia.
Estaba acorralado.
《¿No puedo escaparme al campo de girasoles?》
—JoJo— lo llamo en voz baja.
—Dime.
—¿De verdad me amaste?— cuestionó de repente.
—¿Cómo?— pregunto con confusión ante su pregunta fuera de lugar.
El más bajo se giró para mirarlos a los ojos, tenía sus cejas rubias fruncidas, la miraba del italiano mataba internamente a Joseph.
Retiro con lentitud su mano de su mano, trago saliva sin saber que responder.
Estaba a centímetros de distancia, podría besarle y decirle que si, que lo seguía amando y que lo perdonará.
Pero algo dentro de él sabía perfectamente que no lo haría.
No merecía ningún perdón.
—Tu silencio lo dice todo— giro su rostro molesto y se alejo del chico de uno punto noventa y cinco.
—Lo siento, no escuche lo que dijiste por verte, Shiza— se excusó.
Se le paro el corazón, si, el corazón por escuchar aquella tontería que soltó el británico. Se giró con brusquedad para observarlo y ver que esto no era una jodida broma.
—Deja tus malditas bromitas, esto no es un juego Joseph Joestar— le reclama.
—¡No estoy bromeando! De verdad me distrae viendo tu rostro molesto — habla — Es jodidamente sexi.
—Deja de decir estupideces, porque en primera no quiero ilusiones y en segunda tienes novia— se acerca con furia hacía él — Así que deja de estar de "coqueto" conmigo. Si lo único que quieres es que te ayude, lo hago pero con una condición —apunta su dedo hacía él — dejarás tus bromas, coqueteos de a lado y déjame tranquilo.
—Ush— gira sus ojos esmeralda con molestia —. Siempre tan aguafiestas — los ojos de Caesar se entre cerraron con molestia, Joseph al verlo se cruzo de brazos e hizo un puchero —Está bien, lo que tú quieras Shiza-chan.
—Bien— se retira el sombrero de copa dejando ver sus rebeldes cabellos —. ¿A que hora partiremos?
—Ahora mismo— responde —, no hay tiempo que perder.
—Espera un momento...— camina a su guardarropa —pondré ropa más cómodo.
Comenzó a buscar la ropa, mientras que Joseph se recostaba boca abajo en su cama para esperarlo. Su rostro En sus almohadas estaba el olor de su shampoo.
《Sigue utilizando el mismo shampoo de manzanilla》sonríe inconsciente ante su pensamiento.
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Los dos chicos bajaron de nuevo a la sala de estar del hogar de los Zeppeli, ahí se encontraba la albina tomando té con la madre del rubio.
—¿Te marchas de nuevo, mi niño?— pregunto tan dulce su mamá.
—Si— se avergonzó un poco por lo último —¿Podrías dejarme hablar con Lia por un momento?
Ella asintió con gusto, se puso de pie y comenzó a caminar.
—JoJo, ven, te daré galletas— dijo Quinn.
—¡Voy enseguida!— se giro de inmediato y camino detrás de la mamá de su compañero.
Solamente Caesar movió su cabeza de un lado hacía otro por el acto de este. Tomo asiento a lado de la joven y dio un gran suspiro.
—¿Qué paso con JoJo?— pregunto con curiosidad.
—Quiere que lo ayude en algo muy importante— acomodo su listón en su cabeza.
—Caesar...— le dedica una mirada con una pizca de molestia.
—Tranquila, no tiene nada que ver lo que paso entre nosotros, es un tema algo...— hace un gesto para encontrar la palabra perfecta mientras pone un guante en cada mano—bizarro, tiene que ver con la cultura mexicana.
—No confío en que vayas con él— deja a un lado su taza — presiento que pasará algo malo.
—Todo estará bien, confía en mí— da unos pequeñas caricias en su cabeza —. No pasará nada entre nosotros. Solamente le ayudaré en esto y nos volveremos de nuevo en extraños...— al decir lo último en un suspiro, sintió cómo dolió algo dentro de él.
—Está bien...
—Cambiando de tema, no podré llevarte a tu casa. Perdóname— hace un gesto triste.
—No te preocupes, llamaré que mi padre venga por mí. Tú haz lo que debas hacer— le dedica una pequeña sonrisa.
—Tan linda que eres— acaricia su mejilla —Te lo voy a recompensar.
—Caesar, ya debemos irnos— interrumpe Joseph con muchas galletas en su manos —mi abuelo ya está aquí.
—Okay— se levanta y enseguida de él lo hace Lia para despedirlo.
Los brazos de Lia lo envuelven en un cálido abrazo, el hace lo mismo pero la levanta dando una pequeña vuelta haciendo que el hermoso vestido de la peliblanca luciera.
Su madre los despidió con un beso en la mejilla y diciéndole a Caesar que volviera temprano, su hijo le dijo que no sabría a que hora volvería a casa dándole a entender que no llegaría está noche.
Subieron al auto, Jonathan y Speedwagon saludaron a los chicos con una pequeña sonrisa. El auto arranco y se dirigieron al lugar correspondiente.
En el camino le explicaron con más detalles al italiano lo que estaba pasando referente a Los Hombres del Pilar.
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El soldado Mark, se tomo ese día sus vacaciones para poder ir a su país natal para por fin poder cumplir uno de sus sueños; casarse con su mujer.
El Pilar estaba rodeado por la armada alemana, quiénes ahora les correspondía vigilar.
—¿Lo ve? ¡Hay que está mal!
—¿Que es eso?— pregunto uno con cierto temor.
Todos miraban al extraño agujero que había en uno de esos hombres extraños.
—Cálmense, ellos no se pueden mover mientras tengamos las luces encendidas. ¡Mejor ve y mira que es, con cuidado!— ordeno uno de los superiores de ahí.
—Entendido.
Dl soldado se acerco a investigar. Dio un vistazo pero no podía ver por la luz.
—La luz no me deja ver.
—Observa más de cerca— sugirió su compañero.
Al acercarse y ver aún mejor, pudo ver que aquel agujero comenzó a succionar aire hacía adentro.
—¿Que es ese sonido?— pregunto con algo de temor.
En unos segundos, un cuerno salió disparado hacía la cabeza del individuo causándole la muerte.
Todos miraron la escena sintiendo escalofríos.
—!Un cuerno!— grito una persona.
—!Él está...— abrió la boca el superior del lugar. El pilar se torno rojo carmesí indicando, los ojos de aquel ser extraño se abrieron— despierto!
Todos comenzaron a correr con miedo.
—¡Aumente la intensidad de la luz!
—¡Está bien!— respondieron.
El hombre del Pilar comenzó a mover su cabeza, y empezó a asesinar a los soldados haciendo que su sangre y partes de sus cerebros logren tapar las luces ultravioletas. Su cuerpo salió poco a poco de aquel pilar en el cuál estuvo encerrado. Salto de una forma dramática enseñando su rostro con una marca extraña en su rostro, una vestimenta bastante peculiar y llevaba unos pendientes muy grandes en sus orejas. Ya en el suelo, torció su cabeza analizando lo que había ante sus ojos.
—¿Cómo habrá cambiado el mundo primeras dormía?— se pregunto a si mismo —pero viendo estas débiles invenciones puedo imaginármelo.
—¡Habló!
—¡¿Acaso creen que pueden detener a Wham con su luz artificial?!
En cámara lenta pasa por todos los soldados que se encuentran ahí fusionando sus manos. Unos soldados comienzan a gritar por lo ocurrido. Con terror el superior mira al hombre que despertó, este encaja su dedo en su frente absorbiendo de todo su cuerpo humano haciendo que caigan todos y queden sus cuernos en una consistencia gelatinosa.
Al absorber esto, camina hacía el compañero de Pilar y se para enfrente suyo, se gira y levanta uno de sus dedos para poder tocarlo.
—¡Wham! Es hora de despertar, mi maestro.
Este también despierta perdiendo el color blanco rocoso haciendo lucir su vestimenta y los colores que lo caracterizan.
Hacen sus respectivas poses para poder mover cada uno de sus músculos.
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Speedwagon abrió la puerta que conducía a la zona de la investigación, cada uno puso un pie dentro y comenzaron a caminar.
—A estás horas de las noches se vuelve más siniestro, abuelo Speedwagon— habla Joseph con algo de escalofríos.
—No me gusta este ambiente— comenta el italiano —Por casualidad, Señor Joestar y Joseph. ¿No han intentado de utilizar el Hamon a través de ellos mientras duermen?
—El Hamon solo funciona en objetos vivientes, no podemos hacer nada si están petrificados — le responde Jonathan —Así que debemos esperar a que despierten.
—Oigan— habla Speedwagon iluminando el lugar con una linterna —¿La armada no está aquí, o a dónde fueron?
—No los veo por ninguna parte— le responde su nieto Joseph buscando con la mirada a alguien —¡Todo está muy silencioso!
—¿No te puedes quedar quieto?— Caesar le pregunta a JoJo mirándolo un poco irritado.
—Es raro... debería de haber una guardia aquí— Jonathan examina el lugar sin comprender que está pasando.
Caesar observa con las manos cruzadas. Joseph da un paso y algo suena debajo de su pie haciéndolo gritar.
—¡Hey, acabo de pisar algo! Y es algo bastante asqueroso— levanta de nuevo su pie sintiendo mucho asco —¿Que demonios es esto?
Sus abuelos se giran hacía él, Caesar prefiere ignorarlo y seguir observando el lugar. El más viejo ilumina el lugar dónde piso y pueden ver el cuerpo flácido de una persona, con curiosidad y terror comienzan a iluminar todo el piso y pueden ver que hay cada vez más cuerpos en ese estado de la armada.
—Abuelo Jonathan, ¿esto es...?— lo mira sintiendo un nudo en la garganta.
—Piel humana— murmura impactado.
El italiano al escuchar lo último se gira para mirar las catástrofe que ocurrió en este lugar. Sintió cómo se le revolvía un poco el estómago.
—Parecen que todos han sido eliminados— habla con nerviosismo Speedwagon.
Comenzaron a caminar hacía lo más oscuro con mucho temor, la mano de Speedwagon temblaba por lo que podría haber en ese lugar.
Cuando se acercaron lo más cerca posible vieron que se veían dos grandes sombras.
—¡¿Qué?!— grito Joseph sin poder creerlo.
— Son ellos...— los ojos de Jonathan se abrieron sin poder creerlo.
—Ellos están...
—Despiertos— completa la frase el rubio apuntando a aquellos seres.
Los dos grandes hombres los analizaron y prefirieron darse la vuelta e ignorar aquellos humanos sin importancia.
Aquella acción hizo que los dos adolescentes apretaran sus mandíbulas con fuerza.
Quién era Wham, se inclinó hacía el piso y agacho la mirada hacía el otro Hombre.
—¿Afuera aún está oscuro, verdad Wham?— preguntó.
—Así es, ¿que deberíamos hacer?
—Es obvio que buscaremos la piedra roja de asía, donde quiera que este —levanta la máscara que trae consigo —, si la encontramos, la máscara estará finalmente completa y cumpliremos el sueño del señor Kars.
—Pero AD/CD, parece que la cultura ha cambiado dramáticamente. Escuche el rumor de que un emperador romano tenía la piedra, pero imagino que esos días ya pasaron.
—Entonces debemos localizar primero la piedra...
—Si Roma poseía la piedra, debe de haber dejado algún rastro de ella.
—Yo la encontraré— le dijo AC/DC a Wham —Mientras tanto, deberíamos ver lo que los humanos han hecho con su civilización.
Comienza a caminar indicando que ya termino su conversación.
—Vamos, Wham.
—¡Si!— se pone de pie y comienza a seguir a su maestro.
—¡Esperen!— los llama Joseph.
Estos voltean y pueden observar que esos humanos, también se encontraban posando de una forma característica. Esto les atrajo un poco.
Caesar y Joseph sentían cómo en su sangre corría adrenalina para luchar contra ellos y salvar Venecia.
¿Tenían miedo?
Bastante, pero no se iban a dejar vencer por esos hombres desconocidos.
El corazón de Jonathan latía con fuerza al ver a su nieto y al nieto de Will luchar por primera vez juntos.
Le recordó mucho a William y a él cuando pelearon la primera vez contra los secuaces de Dio.
《Que viejos recuerdos...》
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Holi boli brócoli~
¿Cómo están? Yo estoy emocionada por escribir todo esto, no saben cuánto espere para esto.
Familia, SE VIENE AÚN MÁS DRAMA Y BATALLAS AAAAAA.
Espero les guste!
Los amo! ♡
Me despido! 3:
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