Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

───── 14: verdades a medias.




【 C A P I T U L O C A T O R C E 】




Los días siguientes los había pasado junto a Adam y Sam, conversando acerca de este lugar que parecía un oasis en medio del desierto, sobre la gente alexandrina y otras tantas cosas sin mucha relevancia, me preguntaron acerca del grupo de personas que llegaron junto a mí, de lo que sucedió tras creer su falsa muerte, pero ninguno respondió las que yo hice.

Conocía a Adam de toda una vida, era mi hermano mayor y lo mas cercano a un padre, sin embargo, siempre había sido muy difícil saber en qué estaba pensando o lo que sentía, mi hermano mayor estaba muy lejos de ser un libro abierto. En cambio, con Sam era todo lo contrario, podía reconocer en sus facciones cuando mentia o cuando algo lo ponía feliz, a veces, sentía que lo conocía mejor que a mí misma. Prácticamente habíamos sido nosotros quienes lo criamos, pero siempre había sido más cercano a mí, más abierto a contarme absolutamente todo lo que sucediera en su cabeza.

Ahora las cosas eran muy distintas, podía notar una lejanía palpable entre nosotros y como esquivaban cualquier pregunta acerca de su paradero. Sus respuestas eran escuetas y evasivas, había cierta complicidad entre ellos, un secreto o algo que no querían decirme, podía sentirlo y ellos eran consciente de aquello, tanto que me descolocaba.

Cada vez que miraba a Sam parecía que este huía de mí, evitaba mirarme fijamente y sabia que era por las interrogantes que aparecían en mis ojos cada vez que observaba esa extraña cicatriz en su rostro, misma que recorría desde su pómulo izquierdo hasta el mentón. Parecía haber cicatrizado hace mucho y haber sido causada por algún objeto afilado. Era inevitable no fijarse en ella por mas que él tratara de cubrirla con su cabello largo.

—¿Quieres contarme que sucedió?—le pregunté mientras veía de reojo su cicatriz, este se acomodó el pelo al percatarse y miró unos segundos a Adam. Aquello no hacia mas que confirmar mis sospechas.

—Para otro momento, Livie.

Aquella había sido la misma respuesta que me entregado Adam cuando quise hablar con él. No había dudas que algo ocultaban y me preguntaba qué tan malo era como para no decírmelo. Tendría que esperar hasta que estuvieran listos.














Cuando entré a la casa lo primero que vi fue a Merle tirado en el sillón y una botella de vino en su mano. Este sonrió y me hizo una señal para que me acercara.

—Ven, gatita—murmuro con la voz algo pesada, rodé los ojos al escuchar ese sobrenombre tan ridículo que me decía de vez en cuando— siento que han pasado semanas que no te veo.

—No exageres, viejo— dije burlona— nos vimos hace dos días, pero estabas ebrio, igual que ahora, así que supongo que no te acuerdas.

—Un buen vino es lo único que me ayuda a soportar a los imbeciles de este lugar, gatita.

Solté un bufido y subí a la segunda planta de la casa, necesitaba una ducha fría para dejar de pensar tanto.

















Era medio día, el aire era cálido y por las calles de alexandria corrían niños juntos a unos perros y la gente paseaba como si nada, me sentía fuera de lugar, como todos los del grupo. La mayoría hacia el intento por acoplarse a esta nueva y extraña realidad, pero tras tanto tiempo en la intemperie, con esas cosas asechándonos por todas partes y la poca costumbre a un ambiente relajado, algo se había torcido dentro de todos nosotros, la desconfianza por esto era palpable en el grupo y tarde o temprano, nos pasaría la cuenta.

Daryl apareció en mi campo de visión, me hizo una señal con su mano y camine a paso apresurado hacia él. No había tenido ningún momento a solas con el cazador y era lo que más deseaba, necesitábamos conversar de ciertos asuntos y dejar de fingir que no había pasado nada entre nosotros.

───¿Saldrás a cazar? ───pregunto apenas llego a su lado, este pasa uno de sus dedos por su nariz y asiente───¿Puedo acompañarte? Ya no soporto estar aquí adentro.

───Somos dos───dice Daryl mientras se cuelga la ballesta en el hombro, ambos caminamos hacia los grandes portones de Alexandria.

Quien hacia guardia en esos momentos era Adam, este tenia un rifle en sus manos y estaba sobre la torre de vigilancia, sin embargo, apenas noto nuestra presencia, bajo casi de un salto y camino hacia nosotros, mas serio de lo que alguna vez lo había visto. Sus ojos desconfiados repasaron a Daryl de pies a cabeza y luego a mí.

───Está prohibido salir sin haber avisado con anterioridad───aclaro este. Alce una ceja con cierta incredulidad.

───No sabía que tenía que pedir permiso como si fuéramos niños───gruño Daryl con cierta ironía en la voz.

───Este lugar tiene reglas, si no te gustan...───comenzó a decir Adam con un tono de voz que no me agrado en absoluto.

───Iremos a cazar algo, Adam───dije llamando su atención, no me sentía cómoda con el camino que estaba tomando esa conversación───. No sabíamos que había que solicitar permiso para salir, ¿podrías hacer una excepción por nosotros?

Adam me miro unos segundos y luego soltó un chasquido para acercarse al portón y abrirlo, pasamos por su lado y este me sujeto el brazo. No entendía porque estaba actuando de esa manera.

───No te alejes tanto, Livie───murmuro Adam, su ceño seguía fruncido.

───¡Tranquilo hermano, sabemos manejarnos allá afuera!














El silencio era incomodo, lo había sido desde que nos alejamos de la comunidad.

───¿Sucede algo?–pregunte al darme cuenta de que llevábamos varios minutos en silencio. El cazador no respondió.— Daryl...

───No sucede nada–rechisto.

───¿Es por lo de Adam?–interrogue—Si es por eso, ignóralo, no se porque se comportó de esa forma.

───Tengo la vaga idea del porque───murmuró el cazador mientras ajustaba la ballesta bajo su mentón y disparaba hacia el árbol cercano a nosotros. Lo mire un poco confundida esperando a que siguiera hablando, pero este dio un par de zancadas hacia el animal muerto y le arranco la flecha───. El problemas no es que salieras a cazar, O. El problema es que saliste a cazar conmigo.

───¿A qué te refieres, cazador? ───pregunto mientras una de mis manos lo toma del codo, lo obligo a mirarme. Ahí estaba de nuevo ese muro.

───Merle y yo no le agradamos───dice con voz ronca y frunzo el ceño───. Tuvieron una discusión hace un par de noche y dejo bastante claro que no quiere a tipos como nosotros a tu alrededor.

───No sabía, Merle no me dijo nada───murmuro sintiéndome una idiota. Lo miro a los ojos y me acerco a Daryl, quedando a centímetros de su boca───. No sé qué sucede entre nosotros, pero quiero que tengas algo claro, me gustas y mucho, Cazador. Lamento mucho que Adam haya sido desagradable con ustedes, somos adultos y debería comportarse como tal.

Él acaba con todo espacio entre nosotros y me besa, es algo brusco al principio pero, lentamente baja sus manos a mi cintura, las presiona y comienza a besarme con lentitud, disfrutando cada segundo, cada movimiento, enredé mis brazos detrás de su cuello y me pegué aún más, como si eso fuera posible.

El aire estaba caluroso, demasiado diría yo, pero nada bueno podía ser eterno. El molesto ruido que provocaban los caminantes con sus gruñidos se hizo presentes.

—Están acercándose–murmure sin querer abrir mis ojos, no quería alejarme del cazador.

Daryl bufo y se alejó de mí, no sin antes dedicarme una mirada que no supe interpretar, una sonrisa bobalicona se instaló en mi rostro y eso causo que se me revolviera el estómago, pero decidí ignorar esa sensación por el momento y fui directo hacia una de esas cosas mientras empuñaba el cuchillo y lo clavaba en la cien de esta. Daryl se encargó del resto.











Llegamos a Alexandria en silencio, ya estaba anocheciendo y toda la gente que habia durante la mañana, ya no estaba. La caza habia ido bien, Daryl habia conseguido un par de ardillas y yo otro par de conejos, teníamos lo suficiente para que Carol se lucieran en la cocina y pudiéramos cenar.

—¿Crees que seremos los culpables de la extinción de las ardillas?–pregunte mirando hacia al frente, algunas personas nos veían raro, quizás era por la sangre de caminante que teníamos encima o bien era por las ardillas que colgaban de nuestros hombros, no lo se.

—Posiblemente–respondió el cazador.

—¡Livie!– gritó una voz muy conocida. Era Sam.

—Sammy–salude una vez que llego hasta nosotros. Este se acomodo su cabello y miro a Daryl unos segundos.

—Hola–saludó con cortesía, sus ojos viajaron hacia el arma que portaba el cazador y podría jurar que brillaron con cierta emoción.–¿Es tuya, Darrel?

Daryl se giro unos segundos y me vio con una ceja alzada, yo simplemente me encogí de hombros mientras aguantaba la risa.

───Parece que es de familia───gruño este───. Es Daryl y si, es mía.

───En casa tenemos una───murmura Sam mientras guarda sus manos en el bolsillo de su sudadera, se remueve un poco incomodo en su lugar y observa a Daryl───¿Crees que puedas enseñarme a utilizarla? Le diría a Adam, pero esta muy ocupado siendo un idiota.

Lo miro con los ojos entrecerrados sintiendo como esa desconfianza se acrecienta dentro de mí. Vuelvo a repetirme que nada malo pasa, pero la sensación no desparece.

───Cuando quieras, mocoso.

Daryl me quita los conejos y pasa por el lado de Sam en silencio, este lo observa irse y luego se gira hacia mi mientras suelta un silbido.

───Vaya sujeto───murmura mientras caminamos───. Tu novio es realmente intimidante, Livie.

—Primero que nada no es mi novio y segundo Daryl es como un oso de peluche–me encogí de hombros y le desordené el cabello. Me miró incrédulo ante tal comparación.

—Por supuesto, un oso de peluche capaz de asesinarte si se cabrea.















































NOTA AUTORA: Décimo cuarto capitulo de SURVIVORS, espero que les haya gustado, apreciaría que pudiesen votar y comentar que tal les pareció.

¿Que piensan de Adam? A mi no me agrada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro