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───── 10: heridas abiertas













C A P I T U L O  D I E Z



























Suelto un suspiro al ver a Maggie y al resto del grupo, la muerte de su pequeña hermana les había afectado bastante, incluso a mí, que ni siquiera la conocía. Aún —después de varios días— podía escuchar los gritos de Maggie al ver el cuerpo sin vida de su hermana, podía ver el sufrimiento cubriendo cada parte de su rostro y verse reflejada en ella.

Sabía que cada persona tenía maneras diferentes de lidiar con el dolor y la pérdida, por lo mismo no había intentado acercarme a Maggie más de lo necesario y mucho menos decirle palabras de consuelo que no le servirían, prefería preocuparme de darle un poco de agua y comida para que no se deshidratara o se desmayara. Estar a su lado en silencio y dejar que llorara a sus muertos en tranquilidad.

—¿Comió algo?— pregunta Glenn mientras se acerca a mi lado. Maggie iba un par de metros adelante caminando desganada.

—Media barra de cereal— respondo mientras hago una mueca. Veo el sufrimiento en los ojos de Glenn y también la frustración—, es la última que me queda.

Las pocas provisiones se habían acabado y aún no lográbamos encontrar un lugar estable para pasar un par de días. Estábamos cansados y hambrientos.

Veo las intenciones de Glenn de ir detrás de Maggie cuando está se introduce al bosque, lo sostengo del brazo y niego con la cabeza.

—Dale un poco de tiempo a solas.

—Quiero que hable conmigo, que sepa que estoy con ella en su dolor– él pasó su mano por su cara frustrado. La mujer que amaba también lo había alejado a él— eran mi familia también.

Lo último lo dice más como un murmullo, pero logro oír la desesperación y la angustia en su voz. No había notado la afinidad de este grupo, lo distinto que eran los unos a los otros, pero lo mucho que se querían. Y estaba quebrado por las pérdidas.

—Lo siento mucho—es lo único que soy capaz de decir. Glenn asintió y pasó una de sus manos por su rostro cansado.

—Estaré cerca de ella y veré si encontramos algo pronto— dice antes de caminar hacia el bosque.









Miró a Rick y luego a Noah, este último había convencido al grupo de ir al refugio donde supuestamente los militares estarían resguardando a los sobrevivientes, se trataba de un condominio de gente adinerada y en donde estaría su familia.

El líder del grupo asintió, estaba de acuerdo con el plan de Noah y como no, si no teníamos nada, al menos ahora existía algún lugar donde podríamos quedarnos un par de días para ver qué más podíamos hacer. Sin embargo, detestaba la idea de volver a pisar ese lugar.


El trayecto no era tan largo como esperaba, habíamos agotado los últimos litros de gasolina para llegar al lugar y sabía que debía ser sincera con Noah, con los demás y decirle la masacre que hubo en ese lugar.

Noto el temblor en mis manos y como las palpitaciones de mi corazón se vuelven aceleradas cada vez que estábamos más cerca de las rejas. El lugar estaba silencioso, no había militares como creía Noah y mucho menos sobrevivientes. Veo el rostro de los demás, estaban pensando lo mismo que yo y también veo el rostro moreno de Noah asimilando la situación.

Nos introducimos al condominio con las armas bajas, el lugar estaba casi igual a la última vez que lo pise. Lo único diferente era que las raíces habían crecido entre las paredes, los cadaveres estaban putrefactos y las casas habían perdido cierta vitalidad.

Veo a Noah correr hacia una casa en específico, los demás se ponen alerta y quieren ir detrás.

—¿Donde va?—pregunta Tara.

—Por el resto de su familia—murmuro, suelto un suspiro y miró a los demás— busquen en las casas comida y agua, estas personas siempre dejaban cosas en los sótanos. Yo iré por él.

No espero una respuesta y comienzo a caminar hacia Noah, siento el nudo en la garganta porque sé exactamente lo que voy a encontrar.

Lo veo de rodillas frente a un cuerpo y lo escucho llorar, me paró detrás y tragó con fuerza, sin embargo, soy incapaz de contener las lágrimas.

—¿Lo sabias?—pregunta él entre lágrimas— sabias que estaban muertos.

—Ninguno sobrevivió, Noah— susurro.

—Debiste decírmelo, debiste advertírmelo.

—Lo sé, pero no tuve el coraje— dije mientras me arrodillaba frente a él— siento mucho no haberlos salvado, lo intente y no pude, no llegue a tiempo.

Él se quitó la camisa y tapó el rostro putrefacto de lo que Laguna vez fue su madre. Lo dejo llorar en silencio y me levanto del suelo, me seco las lágrimas y camino un par de metros.

Suelto un sollozo y caigo de rodillas cuando veo el cuerpo a medio comer de Jason, su cabello rubio estaba manchado con sangre seca y tierra, su piel blanquecina ya estaba podrida y en esto de descomposición, pero sabía que era él. Un poco más allá podía escuchar los gruñidos y como algo se arrastraba por el suelo, misma cabellera rubia.

—Alisha—sollozo.

Tomó la navaja de mi cintura y veo las iniciales en ella, justo en el dorso veo las iniciales A.H y al otro lado una A y un corazón. Había sido ella quien se lo había obsequiado a Adam. Veo cómo se acerca poco a poco hacia mí, sostengo la navaja con mi mano temblorosa y trato de reunir el valor para hacerlo, pero igual que la ultima vez, no puedo.

Me tomo la cabeza con las manos y cierro los ojos, no puedo evitar revivir una y otra vez aquellos dolorosos recuerdos, no puedo controlar la ansiedad que se apodera de mi cuerpo y mucho menos evitar aquel sentimiento de culpa.

—¡Olive, cuidado!— escuchó alguien gritar. Abro los ojos y veo algo abalanzarse sobre mí, caímos al suelo y trato de apartar su cara putrefacta de mi rostro, observo hacia mis pies y noto que alisha está tomando mi bota.

Quizás debería acabar con esto, quizás debería dejar que me muerda y terminar con el sufrimiento de una vez. Sin embargo, no me lo permiten.

Daryl me saca el caminente de encima y le entierra un cuchillo justo en el cráneo, Merle se encarga de alejar el cuerpo de Alisha y veo las intenciones de aplastar su craneo con sus pies.

—¡No!—gritó y me levanto con rapidez para empujarlo.

—¿Que mierda?— lo escuchó decir. Me mira unos segundos y no sé exactamente la expresión en mi rostro pero lo veo alejarse un par de pasos.

—La conociste—dice Daryl mientras se gana a mi lado. Lo veo y siento que tengo la confianza para terminar de romperme, porque de alguna manera nuestro dolor se asemeja.

—Era mí cuñada—murmuro mientras seco mis lágrimas— y ese era su hermano pequeño. La última vez que estuve aquí no tuve el valor para terminar con ella.

—No tienes que hacerlo— dijo él mientras tomaba la navaja entre mis manos, sentí un cosquilleo al toque de sus dedos un poco rasposos con los míos. Una extraña sensación en mi pecho me dejo un poco aturdida, trague con fuerza y asentí.

Daryl se acercó al cadaver de Alisha y enterró el cuchillo en su cien. Los gruñidos se apagaron y una pequeña parte de mí se sintió liberada e incluso agradecida. Porque sabía que Alisha se había ido hace mucho, pero darle este final quizás haría que su alma descanse en paz donde sea que esté junto su pequeño hermanito y junto a los míos.

Merle acercó el cuerpo de Jason y lo dejó junto a su hermana, se quito la camisa y los tapó.

—Gracias—murmure.

Ambos hermanos asintieron, Daryl me miró unos segundos y luego me entrego la navaja. Mis ojos lo siguieron hasta que desapareció de mis vista.

—¿Fue aquí dónde perdiste a tus hermano, cierto?

Mire a Merle y asentí, aquí se había quedado un trozo de mí. Sin embargo, había llegado el momento de dejarlos ir, de avanzar y mantener la promesa que les hice de mantenerme viva cueste lo que cueste.






























(...)






















































Merle pasó uno de sus brazos por mis hombros y me guiñó un ojo al ver mi ceño fruncido. Sabía lo mucho que me irritaba que se acercara de esa forma y sobre todo con el ánimo de molestar.

—Que no daría por una ardilla asada– habló mientras miraba al cielo.– ¿Por qué no envías más ardillas, señor?

—Quizás porqué tu hermano está a punto de extinguirlas– murmuré con algo de burla mientras veía a Daryl. Esté volteó los ojos y soltó un bufido.

Habían pasado varias semanas desde la muerte de la pequeña hermana de Maggie, Beth. Y me gustaría decir que después de eso, el grupo se había recuperado, pero no. En el camino habíamos perdido a Tyreese y con eso, parte del grupo se había desanimado. No era cercana a él y mucho menos a Sasha —no después de lo qué pasó con Bob—pero, sentía un poco de pesar por ella, no era fácil perder a tantos seres querido de maneras tan crueles. Junto a Maggie, parecían estar en un persistente estado catatónico y ninguno podía hacer mucho, él hambre y la sed nos estaba afectando más de lo que creíamos.

Con Daryl las cosas habían cambiado un poco, conversábamos y a veces me permitía ir a cazar con él, sin embargo, podía sentir como levantaba muros a su alrededor cuando estábamos cerca. Aún no comprendía bien lo que significó la pérdida de Beth para él, pero sabía que le dolía y cargaba con la culpa sobre sus hombros. Daryl era de aquellas personas que sufrían en silencio.

No lograba comprender esa extraña necesidad de estar cerca de él, de querer ayudarlo o simplemente permanecer a su lado en silencio. Varias veces notaba cómo se separaba del grupo y se introducía en el bosque, cuando volvía sus ojos estaban rojos e hinchados, sabía que Merle se daba cuenta y simplemente me miraba y negaba.

—Es mejor dejarlo solo.

Ahora no era diferente.

—Voy a cazar– anunció Daryl, los demás decidieron parar por un momento y descansar. Llevábamos horas caminando sin rumbo por la carretera.

—Voy contigo–dije comenzando a caminar. Sabía lo que intentaba hacer y esta vez no le permitiría ir solo.

—No necesito tu ayuda.

Ahí estaba otra vez, aquel muro invisible que no me permitía pasar. Ya me había acostumbrado a sus respuestas escuetas y mordaces, eso no me detendría.

El cazador me miró unos segundos y se adentro al bosque, solté un bufido.

—Necesita afrontarlo sólo – murmuró Rick a mi lado, él también sabía por lo que estaba pasando Daryl.

—Alejarse de todos no es afrontarlo, Rick– respondí mientras veía al líder del grupo con una mueca—, aprovecharé de buscar algo de comida, no piensa dejar que Judith y Carl pasen más hambre.

Me adentré al bosque y comencé a buscar al cazador. No tenía en mente lo que diría o haría, simplemente no quería dejarlo solo y que se siguiera culpando por algo que escapaba de sus manos. Un sollozo me alertó, caminé con cuidado tratando de no llamar su atención, ahí estaba sentado bajo la copa de un árbol, cabizbajo y con un cigarro entre sus dedos.

—Lastimarte a ti mismo no es la solución, cazador– comenté al ver cómo hundía el cigarrillo encendido entre su piel.

—¿Qué haces aquí? Te dije que no necesitaba tu maldita ayuda–farfulló con molestia— vete.

—Se por lo que estas pasando y se que no soy nadie para decirte lo que debes hacer o lo que debes sentir—digo mientras me acerco a él, este me mira molesto y se levanta, veo las intenciones de querer ir y me adelanto para tomarle el brazo— Daryl, puedes hablar conmigo o ...

—¡No necesito tu maldita ayuda!– vocifera, mientras se suelta con brusquedad de mi agarre. Me mira unos segundos y dice– no somos amigos y no necesito hablar con nadie.

—Yo se por lo que estás pasando, Cazador— insisto. Daryl se acerca mas a mi y me toma de la muñeca con algo de brusquedad.

—¿¡Tú que mierda sabes, Olive!?—gritó con enojo, su pecho su subía y bajaba con rapidez— ¿Quién eres tu para venir a decir como afrontar las cosas, eh?

Él pasó por mi lado dándome un pequeño empujón y solté una risa sin gracia, por supuesto que iba a soltar todos sus descargos contra mi.

—¿Crees que eres el único que ha perdido ha alguien?– gruñí molesta, él se quedo parado y volteo a verme—¡Deja de compadecerte a ti mismo y deja de ser tan cobarde! La gente muere todo el tiempo y es una mierda, pero llorar y sentirte culpable no servirá de nada, no los traerá de vuelta.

El camina hacia mi con lentitud, su mirada fría y con la mandíbula tensa.

—¿Cobarde yo?—murmuró, se acerco mas a mi, lo suficiente para sentir su pesada respiración y lo tenso que estaba—¿Qué hay de ti? No creas que no note lo que estuvo a punto de pasar cuando te encontraste con los cuerpos de tu familia, te ibas a rendir y lo sabes. De mi puedes decir la mierda que quieras, pero ambos sabemos que la única cobarde de nosotros eres tu. 

Mi pecho subía y bajaba con rapidez, los ojos me ardían. Había dado justo en lo que mas me dolía y lo sabia. Daryl me miraba con intensidad y recién era consiente de la energía que nos rodeaba y quizás era muy tarde para alejarnos. Quizás ambos estábamos tan rotos que nuestros cuerpos pedían a gritos unir nuestras piezas. Era inevitable no caer por la gente tan rota como tu.









































NOTA AUTORA: Décimo capitulo de SURVIVORS, espero que les haya gustado, apreciaría que pudiesen votar y comentar que tal les pareció.

Aquí pueden saber un poco mas sobre Olive y su pasado, y también la evolución que ha tenido con los demás.

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