───── 09: No somos amigos
【 C A P I T U L O N U E V E 】
—Ten esto–Merle me lanzo un vieja y muy desgastado pañuelo— Aún tienes sangre en la cara.
Pase el paño por mi cara, tenía una idea de cómo me veía. —Como una asesina en serie, quizás.— Moví mi cabeza y traté de no pensar en la que había pasado hace apenas un par de horas, habíamos matado a sangre fría a esas personas y aunque se lo merecían, me dejaba un gusto amargo en la boca. Era el costo de sobrevivir.
—¿Piensas en Daryl?– pregunté mientras me tomaba el pelo en una coleta. Merle chasqueó la lengua e hizo un ademán con su mano.
—Darilina, sabe cuidarse bien. Lo que me causa intriga es que se haya ido con esa vieja canosa.
—¿Son pareja, no?–Pregunté con algo de curiosidad. Había visto la reacción de Daryl cuando la vio aquella vez que escapamos de Terminus. Siempre estaban juntos.
—No, bonita. Mi hermano está soltero y créeme que le hace falta una novia, ya sabes.– murmuró este con su típica sonrisa burlesca, me guiñó un ojo y me miró divertido.—¿Por qué tanto interés?
—No tengo interés en tu hermano con complejo de Robin Hood— le sonreí falsamente y le lance su pañuelo—, pero pensé que se habían escapado para una noche divertida, ya sabes.
—Para ser alguien que no está interesada, le prestas bastante atención, gatita.
—No se puede hablar contigo, imbécil.
Me quedé sentada en la entrada de la iglesia, el sol apenas estaba saliendo y ya no hacía tanto frío. Me quedé ahí, con los brazos apoyados en mis rodillas y observando el bosque. La fugaz escapada de Daryl con Carol pasó por mi cabeza, no los conocía bien pero algo me decía que no eran el tipo de personas que deja a su familia, y en este caso, el grupo lo era.
Entonces, ¿Dónde estaban?
También pensé en la pequeña discusión que habían tenido Rick y Abraham, el pelirrojo quería irse lo mas pronto a Washington y estaba dispuesto a dejar a los demás aquí con tal de proteger a Eugene, sim embargo, Rick no se lo permitiría, no mientras el resto de su familia estaba desaparecida. Ford solo le había dado hasta medio día y la hora ya había llegado.
—¿Estas segura de tu decisión?—pregunto Eugene mientras se ganaba a mi lado, ambos veíamos como Glenn y Maggie se despedían de Rick y los demás. Me gire hacia él con los brazos cruzados.
—¿Cuánto mas crees que sostendrás tu mentira, Eugene?—pregunto, lo veo removerse en su lugar y evitar mi mirada— podre ser muchas cosas, pero no soy estúpida. Si no he dicho nada hasta ahora es porque estoy esperando a que juntes algo de valentía y se los digas tu mismo. Yo me quedare, pero has lo necesario para que vuelvan por nosotros.
Camino hacia Tara y le entrego una botella de agua y una barra energética, ella me sonríe y estira su puño, lo choco y ruedo los ojos. Me acerco a Glenn y este ultimo me sonríe, se cerca a mi y me da un corto abrazo que me deja congelada en mi lugar, Maggie se acerca y hace lo mismo.
—Volveremos a encontrarnos, no hace falta tanta despedida—murmuro y la escucho reír.
Observo como el autobús comienza a andar, me apoyo en la pared y suelto un suspiro, pronto el vehículo se perdió de mi vista y decido volver a la iglesia. Rick tenia en la mano el mapa que le había dejado Ford, había un trazo con marcador rojo que indicaba la ruta que seguirían.
—Ahora eres parte de nosotros, eres familia. Y la familia se cuida mutuamente– él líder tenía sus manos en la cadera, haciendo peso en una pierna. Varias veces lo había visto ponerse así, era como un tic nervioso.
Yo sonreí de lado, lo miré con algo de burla.
—Que me haya quedado no nos convierte en familia, Rick. No confundas las cosas.
(...)
Merle estaba junto a mi en la entrada de la iglesia, ambos habíamos estado clavando tablas en las ventanas para que esas cosas—ni nadie—pudiese entrar. De vez en cuando lo encontraba con la vista perdida en el bosque y luego lo veía sacudir su cabeza y seguir martillando, sabia que pensaba en su hermano y aunque ambos no parecían ser muy cercanos, eran familia y era inevitable no preocuparse.
—¿Cómo fue que perdiste la mano?—pregunto para distraerlo, el me mira con una ceja alzada—¿Que, pregunta sensible?
—Yo me la corte—dice mientras mira su muñón metálico. Arrugo el ceño y espero a que continúe—Con mi hermano estamos desde el principio con este grupo, digamos que no teniamos una muy buena relacion y que yo era bastante idiota. Cuando nos encontramos a Rick, este me golpeo y me esposo a una tuberia en el techo de un edificio. Un tipo que estaba con nosotros perdió la llave y se fueron sin mi, supongo que me dieron por muerto, pero no iba ser una presa fácil para esos hijos de puta, así que hice un sacrifico.
Elevó las cejas algo asombrada y un poco confundida.
—Esa mierda debió doler—digo mientras hago una mueca, lo escucho reír.
—Ni te imaginas cuánto, pero aquí estoy— dice Merle mientras extiende sus brazos—, se necesita mucho más que una mano amputada para matarme.
—Ni que lo digas— escucho decir a mi espalda.
Junto a Merle volteamos y vimos a su hermano menor parado detrás de nosotros, tenía algunos hematomas en la cara y un poco de sangre seca en sus manos, pero eso no fue lo que me sorprendió.
—¿Noah?—pregunto algo aturdida.
El chico me miró unos segundos y luego abrió sus ojos asombrados, camino con dificultad hacia mí y me abrazo. Lo rodeé a los segundos y lo escuché soltar un gemido lastimero.
Había conocido a Noah y a su padre desde el principio, había llegado junto a Sam en la carretera y decidieron quedarse en nuestro campamento mientras lograban contactar al resto de su familia. Cuando nuestro campamento fue atacado, nos separamos y pensé que estaban muertos, hasta ahora.
—¿Tu padre?—pregunté una vez que nos separamos. Vi el dolor en sus facciones y supe la repuesta— lo siento.
—¿Adam y el pequeño Sammy?—pregunto él. Lo miré unos segundos y luego desvié la vista hacia el suelo, mis ojos comenzaban a escocer.
Noah me abrazo nuevamente, esta vez no le correspondí. Me quedé quieta en mi lugar, sentía como ambos hermanos Dixon me taladraban la nuca con sus miradas.
—Enserio lo siento, Olive—murmuro Noah, me separe y asentí rápidamente.
El golpeteo que hacía Sasha al destrozar los asientos de la iglesia con el hacha me tenía enferma, desde mi posición podía oír sus gemidos de lamentos y aunque tratara de negarlo yo también me sentía pésimo.
—Menos mal no estuviste aquí cuando pasó– comentó Ty, viendo con lástima a su pobre hermana.—fue una masacre.
—¿Ella está bien?–preguntó Daryl.
—¿Que clase de pregunta es esa?– pregunto molesta. Había perdido a su novio de una manera cruel, claramente no iba a estar bien. Daryl me miró unos segundos y luego continuó conversando con Ty.
Rodé los ojos y caminé hacia la salida de la iglesia, me apoyé en la pared y solté un bufido al ver al cura en la entrada, veía horrorizado cómo desmantelábamos su iglesia y de vez en cuando lo escuchaba murmurar algunas plegarias. No sabía cuánto tiempo había estaba dentro de estas cuatro paredes, pero tenía que volver a la triste y cruda realidad, un par de rezos no le brindarían seguridad.
—¿Como puedes estar tan tranquila? Mataron gente...-murmuró viendo el suelo. Se veía desconcertado.
—No era gente inocente, Padre—murmuro, era cierto. La gente que habíamos matado se lo merecía— Estuvo mucho tiempo encerrado en estas cuatro paredes, las cosas son muy diferentes ahora. Somos sobrevivientes.
Él sólo me miró, aún desconcertado y solo negó con su cabeza para dirigirse de vuelta a la iglesia.
Miró a Noah algo preocupada y luego al pequeño grupo que lo acompañará, Rick, Sasha, Daryl y Merle irían por Carol y la hermana de Maggie a la ciudad, ambas estaban en un hospital con un grupo de sobrevivientes y heridas por lo que menciono Daryl. Quería acompañarlos, pero no podía dejar a Michonne sola cuidando a los demás, mucho menos junto al cura que no me inspiraba confianza.
—Ve con cuidado— le digo a Noah y le doy un pequeño abrazo. Me acercó a Daryl— más te vale que llegue sano y salvo, Legolas.
Escucho la risa de Merle y lo volteo a ver con el ceño fruncido.
—¿No hay despedida para mí, gatita?
—Cierra la boca.
Me acerqué al altar, comence a registrar para ver si encontraba algo de vino y para mi mala suerte no habia nada. Solte un bufido enorme, ahora estaba arrepintiéndome de no haber ido a Atlanta.
Michonne pasó a mi lado junto a Judith, tratando de acallar su llanto, Carl por otra parte miraba por la pequeña abertura de uno de los ventanales, para aseguarse que estuviesemos a salvo, hasta que lo vi fruncir el ceño.
—¡Auxilio, por favor! ¡Ayuda!–me levante de mi lugar de golpe al oír los gritos.
—¿Qué carajos..?
¿Cómo mierda habías salido?
—¡Por favor, ayúdenme!- gritaba desesperado.
Tomé mi machete y comencé a quitar los tablones con los que habíamos tratado de asegurar la iglesia, Michonne se unió con su katana. Una vez abierta las puertas el Padre entro rápidamente, había una gran cantidad de caminantes, demasiados para nosotras.
—¡Corran a la sala, por ahí salí!- dijo el Padre. Lo miré molesta y comencé a deshacerme de algunos muertos.
—¡Vayan, yo los cubro!–grité mientras empujaba a algunos caminantes. Corrí detrás de ellos junto a Gabriel. Cerramos la habitación y la aseguramos con un mueble, pero definitivamente no era suficiente.— Carl, ve tu primero y espéranos.
El mencionado obedeció y se tiró por el hoyo en el piso, luego lo siguió Michonne junto a Judith, miré al padre y este asintió.
—No lo soltaré hasta que estén afuera.
Me lancé por la abertura en el suelo y me arrastre hasta llegar hasta los demás, había quedado cubierta de tierra. Me levante del suelo y corrí hacia la entrada de la iglesia, patee a una de esas cosas y me apresuré en cerrar las puertas dejando a un número considerable de muertos dentro. Carl se unió y con el mango de su pistola comenzó a clavar algunos tablones para que no puedan salir. Tampoco seria suficiente pero al menos los mantendría adentro mientras pensamos que hacer.
—¿Qué diablos hacías afuera?—le cuestioné con enfado a Gabriel.
—Ya no huiré, lo siento–dijo apenado.
Negué con la cabeza.
Las puertas ya no soportarían más , tomé el mango de mi machete con firmeza y suspiré , pero antes de que salieran los muertos, un gran camión de bomberos apareció y bloqueó la entrada. Eran Ford y los demás.
—¿Necesitaban ayuda?–dijo el pelirrojo con una sonrisa burlona.
Los demás bajaron y se deshicieron de los muertos restantes, Maggie y Glenn se acercaron a nosotros con una sonrisa algo triste y por cómo lucían los demás, imaginaba que Eugene había dejado ser un idiota cobarde y les había dicho la verdad.
—Maggie–habló carl a la castaña con una sonrisa–Es Beth, está viva. Mi padre y los demás la están buscando.
La cara de la castaña se iluminó , una sonrisa llena de esperanza apareció en su rostro, la mujer abrazó a su esposo con fuerza. Su hermana estaba viva y pronto se reencontrarían. Miré esa escena y algo se removió en mí, dejando un gusto amargo en la boca.
—NOTA AUTORA: Noveno capitulo de SURVIVORS, espero que les haya gustado, apreciaría que pudiesen votar y comentar que tal les pareció.
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