─────02: Terminus
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【 C A P I T U L O D O S 】
Las cosas fueron de mal en peor cuando Glenn se despertó, pues estaba alterado y desorientado, y lo único que quería saber era si habíamos visto un autobús en el camino. Cuando Tara le conto lo que habíamos visto, no le gusto. Lo siguiente paso tan rápido, que aun estaba tratando de procesarlo.
Abraham se sobaba el cuello, justo donde lo había golpeado con la escopeta, era la única forma que soltara a Glenn.
──¡Basta! ──grito Rosita cuando Abraham hizo el amago de lanzarse contra el chico asiático nuevamente. El sargento pelirrojo se apartó un poco al ver que tenia la escopeta en posición para darle otro golpe, lo haría si era necesario y él lo sabía.
Unos disparos nos distrajeron, gire mi cuello con rapidez, tanto que me crujió y me dolió. Solté un gruñido y llevé una de mis manos hacia la zona dolorida. Eugene estaba disparando a ciegas y aquello solo llamaría la atención de esas cosas. Corrí hacia el para quitarle el arma, lo miré con rabia ¿Cómo alguien podía ser tan estúpido?
Los muertos no tardaron en ser atraídos por el ruido de los disparos, Abraham y Glenn dejaron de mirarse y ambos trabajaron juntos en acabar rápida y silenciosamente con unos cuantos, Rosita estaba protegiendo a Eugene y Tara acababa con otro que se acercaba por su lado. No me moleste en preocuparme por ellos, había cosas mas importantes, como el liquido que comenzaba a chorrear desde el convoy.
Abraham tenia los puños apretados y el rostro colorado, su mirada furiosa iba desde Eugene al convoy y desde el convoy hacia mí.
Me levante del suelo y mire a Eugene con amargura, el camión ya no servía de nada a menos que tuviéramos las herramientas necesarias para repararlo, cosa que no era así porque estábamos en medio de la nada. Glenn se movió y aprovecho la oportunidad de tomar sus cosas y largarse de aquí, Tara no tardo en seguirlo, Rosita soltó una grosería que no logre comprender, tomo sus cosas y camino detrás de los nuevos. Miré a Abraham y solté un chasquido al ver que no se movía y solo nos fulminaba con la mirada.
Me acerque al vehículo y tome las pocas posesiones que tenía, mi mochila y mi machete. Salte del convoy y me puse a caminar detrás de Rosita y poco después oi el gruñido de Ford.
¡Harris! ──gruño el pelirrojo, me detuve en mi sitio y di media vuelta── ¿¡A dónde carajos crees que vas!?
──Si estas esperando un milagro──murmure mientras me ajustaba la mochila a mi espalda──, esperas en vano, Ford.
Me di media vuelta y segui caminando, desde mi posición podía oír a Abraham soltar unas cuantas groserías, pero por sus fuertes pisadas supe que venia siguiéndonos.
Mis ojos se alternaban entre el camino y Glenn, quien a pesar de haberse despertado hace unas cuantas horas y haber recibido unos cuantos golpes de alguien que le ganaba en contextura y fuerza, parecía lleno de energía y determinado. Y lo entendía, por supuesto que sí. Solo que yo no hubiese sido capaz de ver los restos de las personas que amaba.
Era lo único que encontraría en aquel autobús.
Quizás Glenn aún tenía la esperanza de que su familia estaba bien, que estaba viva. Tal vez era la esperanza lo que lo motivaba y eso no lograba entenderlo, porque era algo que yo había perdido hace mucho tiempo, algo de lo que no me tenía permitido sentir. Tener esperanza es demasiado peligroso.
Había veces que odiaba el silencio, mis pensamientos me traicionaban y siempre terminaba en aquel lado de mi cabeza que siempre trataba de evitar, no lograba lidiar con los recuerdos. Exhale varias veces y aprete con fuerza las tiras de mi mochila, podía sentir aquel nudo en mi garganta y era asfixiante, la respiración me ayudaba, a veces.
Glenn iba unos pasos adelante mío y de vez en cuando giraba su cabeza hacia atrás y nos miraba, quizás debatiéndose si era seguro seguir con nosotros o no, quizás evaluando en que momento podía dejarnos e irse o quizás solo quería conversar. Note que aminoraba su andar y quedo justo a mi lado, su mirada me escudriño el rostro.
──¿Estas bien?──pregunto Glenn mientras caminaba a mi lado. Lo mire unos segundos con el ceño fruncido── No te vez bien.
No sabia que aspecto tenia, pero imaginaba que no era el mejor. Exhale nuevamente tratando de regularizar mi respiración y los latidos de mi corazón, no podía apartar esos pensamientos y no quería que me vieran así.
──¿Llevas mucho tiempo con ellos? ──pregunto Glenn, otra vez. Lo miré nuevamente y negué con la cabeza.
──Unas cuantas semanas ──dije. Mi voz había salido ronca y suponía que era por el nudo que aun sentía en la garganta.
──¿Crees que sea cierto, Washington y todo eso? ──pregunto él. Solté un suspiro y volteé a verlo.
──Tal vez── respondí y el asintió── yo no soy tan crédula.
──Pero él dice que sabe lo que provocó todo esto──insistió Glenn. Mis ojos volvieron a él y sonreí sin una pizca de gracia. Aquello lograba distraerme, su intento de entablar una conversación estaba funcionando.
Puede ser──me atreví a decir, Eugene era un imbécil, sí. Pero, era un imbécil inteligente, lo suficiente para engañar a los demás, pero no a mí. ── Supongo que depende de cada uno si decide creerle o no.
Glenn no me pregunto ni me dijo nada más.
Abraham había decidido que pasaríamos la noche cerca de las vías, la carretera era muy peligrosa para estar de noche y el bosque no era una opción. El grupo se había dividido, Rosita y Eugene estaban poniendo algunos alambres alrededor del perímetro, Tara y Glenn traían un poco de leña para hacer una fogata y Abraham y yo dábamos vueltas por el lugar, para asegurarnos que no hubiera de esas cosas cerca.
A pesar de que era una noche despejada, lo suficiente para que las estrellas brillaran con fuerza y la luz de luna nos iluminara, hacia frio. Había estado la última media hora cerca de la fogata, ignorando la conversación entre tara y Abraham.
──Harris, duerme un poco──sugiere Abraham. Lo miré unos segundos y negué con la cabeza, podía aguantar unas horas más ──. Nosotros haremos guardia.
──Puedo aguantar otro rato ──respondo. Esto era mejor que las pesadillas.
──Me importa un carajo── gruñe el pelirrojo. Lo mire molesta, si había algo que odiaba más que mis pesadillas, era que me mandaran──Te estoy relevando, así que anda y recompone fuerzas.
──Vete a la mierda──Murmuro. Me gane a una distancia prudente de ellos y me acomode en suelo, mire el cielo despejado y solté un suspiro.
──¿Mala noche? ──pregunta Tara. Giro mi cabeza hacia ella y asiento pausadamente.
Iba caminando un poco más atrás de los demás, necesitaba calmarme o sino me largaria a llorar y no tenía la fuerza ni el animo suficiente para dar explicaciones.
Exhale. Era un día menos.
Glenn y Tara parecían estar enfrascados en una conversación bastante animada, Eugene conversaba con Rosita y Ford iba de los últimos, vigilando. No habíamos tenido problemas durante la noche y esta mañana habíamos decidido retomar el camino y seguir a Glenn, según Ford si teníamos suerte, quizás encontraríamos a mas personas en el camino. Yo no estaba tan segura.
──Hey, Olive── dijo Glenn acercándose a mi lado── ¿Qué hacías antes de todo esto?
──Lo mismo que hago ahora──digo encogiéndome de hombros ── tratar de sobrevivir.
No siempre se trata de eso, ¿Sabes? ──murmura La vida es más que eso.
──Eres un idiota optimista──digo y Glenn se encoge de hombros con una pequeña sonrisa.
──Alguien tiene que serlo.
Ruedo los ojos y niego con la cabeza. No eran malas personas y era un pequeño milagro encontrar gente buena en medio de tanta mierda. Esperaba que Glenn nunca tuviera que perder aquel optimismo, ni la esperanza, este mundo era jodido para alguien como él y como Tara.
La tristeza no tardo en inundarme, me recordaba tanto a la persona que alguna vez fui y me dolía pensar que ya no me reconocía. seguí caminando cabizbaja y no había notado que habían parado, hasta que choque con Tara, ella y Glenn tenían la mirada fija en algo.
»Glenn ve a Terminus, Maggie.«
—NOTA AUTORA: Segundo capitulo de SURVIVORS, espero que les haya gustado, apreciaría que pudiesen votar y comentar que tal les pareció.
Probablemente haya faltas ortográficas, las corregiré más adelante.
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