𓄹⠀𓈒⠀ㅤׄ 008. ⠀ㅤ𓄼
🏹🦊
Un año y seis meses fueron suficientes para congeniar y trabajar como un perfecto equipo.
Umiko sabía cuál sería el siguiente movimiento de Clint y viceversa, se cubrían las espaldas mutuamente y gracias a eso habían logrado ganar muchas batallas.
En México se encargaron de acabar con unos narcotraficantes y de allí viajaron hacia el sur y luego a Europa.
Ahora se encontraban en Bélgica luego de haber estado en Noruega. Habían llegado rumores sobre ciertos criminales que estaban causando serios problemas con armas biológicas/alienígenas y era mejor hacerse cargo antes de que ocasionaran un caos.
Umiko había salido de la ducha y se dirigió a la habitación que compartía con Clint. Había varias armas extendidas en su cama pero nunca había abandonado su fiel katana.
El hombre seguía dormido, se notaba realmente agotado por la noche anterior cuando se enfrentaron a unos terroristas. Había sido una larga noche que incluso le dolía el cuerpo.
La chica sonrió un poco mientras secaba su cabello y se acercó un poco más al arquero. Estaba dormido boca abajo.Tenía el ceño fruncido como siempre y sin pensarlo, Umiko llevó sus dedos al rostro del hombre.
Recorrió con suavidad sus facciones bien marcadas, tenía pequeñas cortadas en la mejilla y un moretón en el ángulo de la mandíbula. Era sin duda alguna de la noche anterior.
Umiko acercó más su rostro al de él, sintió su cálido aliento en la mejilla y su corazón comenzó a palpitar con fuerza.
Miró sus labios ligeramente abiertos y la tentación por probarlos fue de pronto muy grande.
Ya llevaban un año y seis meses trabajando juntos, eran buenos compañeros aunque sin romper esa delgada línea para llegar a ser amigos.
Se puso de pie de manera brusca y sintió como Clint la tomaba de la muñeca. Seguía dormido, seguramente había sido un reflejo por su brusco movimiento.
Se asustó mucho pero de inmediato se quedó quieta. Se soltó de su agarre con cuidado de no despertarlo y salió de aquella habitación. Su corazón seguía acelerado.
Comenzó a preparar su té matutino mientras despejaba sus ideas y recuperaba el aliento.
Nunca había pensado en chicos y mucho menos había salido con alguno. Siempre había estado concentrada en su entrenamiento y trabajo dentro del clan. Además con la insistencia de su madre por presentarle diversos hombres, mucho menos quería involucrarse con ellos de una manera más personal.
Se sentó a esperar que el agua hirviera mientras leía un viejo periódico, sólo para matar tiempo.
—Buen día— saludó Clint entrando a la cocina.
Umiko no lo miró, aún centrada en su lectura.
—¿Dormiste bien?
—Aún me duele el golpe que me dio en la mejilla aquel sujeto. Pero creo que sí, tuve una buena noche.
—Me alegra— sonrió un poco— ¿quieres té?
—Hoy prefiero tomar café— Umiko asintió— ¿cómo está tu brazo?
La chica miró el vendaje en su brazo derecho, una bala la había rozado. No dolía mucho pero ardía bastante.
—Estoy bien, duele sólo un poco.
El hombre asintió mientras tomaba asiento frente a la chica. Cada uno comenzó a tomar sus bebidas. No tenían nada de qué hablar y era un poco raro el silencio, sobretodo para Umiko, que se sentía ligeramente nerviosa. Había sido muy inapropiado hacer caerse a Clint de esa manera y aunque habían estado así de cerca antes cuando se ocultaban de los enemigos, esta vez se había sentido diferente.
Escucharon un fuerte golpe en la puerta y ambos se pusieron alerta. Corrieron en busca de sus armas.
Alguien había derribado la puerta.
Tres sujetos entraron en busca de la pareja, eran hombres que habían huído la noche anterior y seguramente los habían estado buscando.
Clint peleaba contra dos y Umiko contra uno.
Rápidamente acabaron con dos de los sujetos pero el tercero apuntó con un arma a la chica y sin dudarlo mucho, disparó múltiples veces antes de salir huyendo. Para la suerte de Umiko, Clint habia sido más rápido y la había tirado al suelo antes de que las balas impactaran contra ella.
Umiko estaba en el suelo respirando con irregularidad y con Clint sobre ella.
—Gracias— dijo la chica respirando pesadamente.
Clint sonrió.
—Parece que siempre tengo que estar salvando tu vida.
Umiko sonrió mientras negaba y le daba un golpe en el pecho.
Clint miró a los ojos de la chica y luego miró sus labios. Sus respiraciones se aceleraron y de pronto se sintió mucha tensión en el aire.
Estaba mal, muy mal. Clint acercó un poco más su rostro, ambos sentían la respiración del otro sobre sus labios y era necesario sólo un pequeño movimiento para romper el espacio que los separaba.
—Lo siento— Clint regresó a la realidad y se puso de pie, luego ayudó a Umiko a levantarse— Será mejor que nos marchemos, conseguí un auto para poder seguir moviéndonos.
Umiko también reaccionó y asintió sacudiendo su espalda.
—Claro. Iré a empacar.
Cada uno se fue por caminos distintos.
Clint se golpeaba internamente, no podía hacerle eso a Laura o a sus hijos. Debía mantener distancia con Umiko. ¿Pero cómo? Después de hacer pasado todo ese tiempo a su lado fue inevitable conocerla más y fue más difícil evitar desarrollar sentimientos por ella.
nova wayne ┊ 2024 edition
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