17. jealousy
CAPÍTULO DIECISIETE
Celos
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
Nunca sintió celos en su vida. Probablemente alguna vez pensó en como sería su vida si tan solo hubiera tenido a dos padres con ella y que nunca haya terminado en las calles buscando como sobrevivir, viendo a otros niños con sus padres y siendo felices a diferencia de ella. Se imaginó siendo uno de esos niños y deseando todas esas cosas normales que ellos tenían, eso fue todo.
Hasta que sintió algo profundo por primera vez y cualquiera que se acercara a él significaba un peligro que quemaba por sus venas empujándola a convertirse en alguien irracional.
Eun-yoo siempre se mantuvo al margen y, de entre todas las personas vivas que Sun-hee conocía, jamás pensó que significaría un peligro para ella. La única vez que sintió algo negativo por ella fue cuando la encontró con Hyun-soo y sus dedos entrelazados como si hubieran cerrado una promesa y la forma nerviosa en como quiso justificarse cuando Eun-hyuk le dijo que había encontrado a su primer amor. Esa tarde, Sun-hee no solamente miró mal a todos los presentes en la escena, sino que la bilis subió lentamente ardiendo en el transcurso y las terribles ganas de golpear algo se hizo presente pero sin embargo no hizo nada. Desde ese momento, supo que debía mantener un ojo sobre ella pero nada nuevo sucedió y las cosas se complicaron mucho hasta separarse por completo.
Había pasado poco más de un año desde la última vez que la vio, creía plenamente que jamás la vería de nuevo o ya se encontraba muerta pero ahí estaba, frente suyo luego de ser salvada por Hyun-soo.
¿Esa sería una segunda vez en la que sentiría algo malo hacia Eun-yoo? Probablemente. Hasta había olvidado que fue Dae-rim quien la empujó al vació y la intención que tenía de pedirle perdón, ahora solo tenía atención para mirar la interacción que hay entre Eun-yoo y Hyun-soo.
—¡Cha Hyun-soo! -Llama Eun-yoo reincorporándose del suelo. Hyun-soo no se detiene en ningún momento dirigiéndose hacia donde se encontraba Sun-hee y Dae-rim–. ¡Cha Hyun-soo! -Se levanta por completo y aunque Sun-hee rogaba para sus adentros que simplemente la ignore, Hyun-soo termina por detenerse y gira hacia ella–. ¿De verdad te irás así?
—¿Esperabas un saludo cordial?
—Sí -Responde de inmediato–. Al menos deberías preguntarme cómo he estado.
—No me interesa -Esas palabras generan satisfacción en Sun-hee al ver como él estaba marcando límites de alguna manera porque jamás fueron amigos pero ella se preocupaba bastante por él.
—¿Fuiste tú todo este tiempo? -Le pregunta y él se queda en silencio. Sun-hee no entendía a lo que se refería aunque estaba dándose a entender que no era la primera vez que Hyun-soo la veía–. Fuiste tú quien me ayudó en la construcción, ¿no? -El silencio de Hyun-soo fue suficiente respuesta para las afirmaciones de Eun-yoo y las sospechas de Sun-hee, quien se sintió lastimada al saber que Hyun-soo la estuvo cuidando todo este tiempo y aún así se enojó con ella por hacer lo mismo con el sargento Kim–. Me arrastras a esta basura, ¿y ahora intentas huir? Di algo -Exige pero Hyun-soo no dice nada–. ¿Que? ¿Vas a huir de nuevo? ¿Vas a huir como un idiota?
—Solo estaba ahí por casualidad y solo te ayudé porque te conocía -Responde con normalidad–. Estás viva, ¿no te alcanza?
Hyun-soo se giró de regreso a retomar su camino hacia Dae-rim y Sun-hee mientras Eun-yoo tuvo intenciones de ir detrás para alcanzarlo pero las púas que sobresalían del brazo del chico se deslizan por el asfalto siendo esa la única manera que pudo detenerla haciéndole saber que no quería que lo siguiera. No fue suficiente esa clara acción de que se alejara y Eun-yoo se intentó a cercar nuevamente pero Hyun-soo hizo lo mismo una vez más esta vez dañando las puntas de sus botas militares negras. Parecía ser que Eun-yoo entendió que no la quería cerca pero ella movió sus pies intentando moverse y lo logró generando aún más molestia en Sun-hee por su insistencia, tenía las ganas de acercarse por completo y dejarle muy en claro que se alejara pero su enojo con Hyun-soo era más grande y esperaba que él se hiciera cargo para enmendar en lo mínimo su error.
Un hombre vestido de camuflaje aparece tirando fuertemente de Eun-yoo haciéndola retroceder varios pasos.
—¿Tienes ganas de morir? -Le pregunta levantando su voz en modo de reprensión. Gira hacia Hyun-soo y Sun-hee se percata que lleva un arma en sus manos, por lo que ahora se decide por dar varios pasos acercándose a su acompañante para intentar defenderlo por si las cosas se salían de control–. ¿Qué rayos hacen aquí, semimonstruos?
—Ya estábamos por irnos -Contesta Sun-hee apareciendo a un lado de Hyun-soo haciendo notar su presencia tanto para el hombre como para Eun-yoo, quien ahora la estaba mirando.
—Desaparezcan -Ordena el hombre apuntándolos con la escopeta. Sun-hee le sostiene la mirada a Eun-yoo incluso cuando toma de la mano a Hyun-soo haciéndole saber el tipo de limite que debía existir para ella. La mira una última vez antes de girar caminando con Hyun-soo hacia Dae-rim que aún permanecía en su lugar pero empezó a caminar al ver que era seguida por la pareja.
No era la primera vez que sentía esa molestia cuando alguien más se acercaba a Hyun-soo, solo lo sintió con Eun-yoo y Ji-eun cuando le ofreció de su comida. Jamás pudo entender la razón por la cual se sintió así en esas dos oportunidad pero ahora que se volvía a encontrar con Eun-yoo y sentía lo mismo, podía identificar que eran celos y era bastante extraño saberlo como tal. Quería a Hyun lo suficiente como para sentir celos de otras personas que se acercaran a él, sobre todo Eun-yoo quien se veía bastante insistente a pesar que el chico marcaba distancia con ella.
Los tres caminaron durante largos minutos en completo silencio hasta que Sun-hee suelta la mano de Hyun-soo llamando su atención de inmediato por su repentina acción, algo que no era común en ella así que le generó curiosidad saber si es que se debía a algo malo. Al girar a verla pudo reconocer su expresión neutral viéndose seria por algo aunque ya se hacía una vaga idea de lo que se debía y sabía que eso podría desencadenar en una discusión nueva entre ambos, no era para menos. Él salvó a Eun-yoo dos veces de morir y parecía que rondaba la ciudad cuando Sun-hee se encontraba fuera de casa ya sea yendo por comida o cuidando del sargento Kim, haciendo lo mismo que ella desde las sombras y discutiendo con Sun-hee por eso.
Sun-hee solamente quiso dejarle en claro a Eun-yoo que Hyun-soo no se encontraba solo pero eso no quitaba lo mucho que estaba enojada con él, así que se lo tenía que hacer saber.
—¿Qué sucede? -Le pregunta a la pelinegra pero ella no gira a mirarlo aún sabiendo que la miraba.
—No es el momento ni el lugar -Fue la única respuesta que le dio y confirmó su molestia en el tono de su voz–. Ya, Dae-rim. Tenemos que hablar.
—No tengo nada que decir -Responde la niña tajante y sin detener sus pasos estando varios metros más adelante que ellos.
—¿Por qué hiciste eso? -Cuestiona Hyun.
—Porque no me cae bien.
—¿Y por qué no?
—¡No deja de lastimar a mis amigos y desaparecer por su culpa! -Señala Dae-rim deteniendo sus pasos y girando hacia ellos expresándose con enojo–. Porque quieres protegerla. Ya no confío en ti.
—A mi tampoco me agrada ella pero no la empujo al primer hoyo que veo -Interviene Sun-hee–. No te hemos enseñado a lastimar a las personas, Dae-rim. No somos asesinos por diversión ni venganza.
—Tampoco confío en ti -Gira a ver a la pelinegra lastimándola de nuevo con esas palabras–. Te he visto ayudar a esos militares cada semana y proteges a uno arriesgando tu propia vida -Sun-hee quería excusarse pero no podía hacerlo, había hecho eso pero Dae-rim no sería capaz de entenderlo–. Al principio sentía curiosidad por los humanos. Son como mamá -Empieza a contar brevemente por la terrible experiencia que pasó y la hizo cambiar de forma–. Así que me acerqué a ellos pero solo me lastimaron. Gritaron, me lastimaron y me empujaron. ¡Quemaron a todos mis amigos! Me obligan a estar sola.
Sun-hee entendía plenamente el pensar de Dae-rim y ese terrible sentimiento de soledad, lo entendía a la perfección. Ellos tres tienen lo suficiente en experiencia para desconfiar de los humanos y tratar de acabar con ellos pero Sun-hee y Hyun-soo se resistían a convertirse en aquellos seres desalmados que los humanos creían que eran aunque, aún así, eran los humanos quienes terminaban lastimando a los monstruos. El resentimiento hacia ellos podría estar presente luego de todo el daño que les hicieron.
Hyun-soo cayó en las manos del doctor Lim donde tuvo que ver como asesinaban a un monstruo solo porque ya no les servía. Dae-rim fue acorralada por un grupo de desalmados cuando era tan solo una bebé y se divirtieron haciéndole daño. Sun-hee se sometió a todos los experimentos que le hicieron para convertirla en un monstruo y volvieron a lastimarla cuando regresó a las instalaciones secretas. Todos fueron victimas de los humanos y ellos tenían la fuerza suficiente para acabar con todos pero su humanidad y moral estaban sujetándose lo más fuerte que podían aunque, en cualquier momento, todo puede terminar por romperse.
—Solo tienen miedo... de perder a un ser querido -Hyun-soo intenta darle una justificación a lo que sucedía.
—Les haré lo mismo -Avisa la niña con los ojos cristalizados y algunas lágrimas rebeldes resbalando por su rostro–. Los haré pagar por lo que me hicieron. Toca sentir lo que sentí. Entonces, quizá por fin entiendas mi dolor.
—No tienes por qué seguir sufriendo, Dae-rim -Sun-hee quiso también tratar de convencerla de cambiar de opinión aunque incluso ella misma ya no estaba tan segura de lo que pensaba al respecto pero alguien tan joven no debería vivir con el rencor ni cegada por la venganza, solo la consumiría o en el peor de los casos, se convertiría en su propia muerte–. Puedes ser feliz, con nosotros. No tienes por qué seguir sintiéndote sola cuando nos tienes...
—Solo vine a decirles eso -La interrumpe antes que siga hablando derramando algunas lágrimas sin desviar la mirada de ambos haciéndoles ver su dolor.
—Vamos a casa, por favor -Pide Hyun-soo.
—No tenemos casa. Se está quemando -Contesta un par de segundos después generando sorpresa en la pareja–. Ahora no los necesito a ustedes ni a mamá.
Sus palabras hicieron comprender lo que estaba sucediendo, aumentando la sorpresa entre ellos por lo que había hecho.
—Dae-rim, ¿qué hiciste? -Murmura Sun-hee aún anonadada. Hyun-soo mira a todos lados antes de correr por el camino que habían tomado dejando a ambas chicas solas–. ¡Hyun-soo! -Lo llama esperando que se detuviera pero él no lo hace–. No tenías que llegar a esto -Le dice a la niña sintiendo quemar su garganta por ver en lo que se había convertido la niña a quien cuidó con tanto cariño y esperaba ser feliz en algún punto del futuro–. No tenías que convertirte en esto.
—Si quieres buscar culpables, ellos fueron.
Sun-hee la mira una última vez ya no sintiéndose conmovida por las lágrimas que derramaba, sino llenándose de decepción y dolor al desconocerla por completo. Sus ojos toman un color negro en su totalidad dando a saber que sus habilidades serían utilizadas por completo, así que sus alas se desplegaron al mismo tiempo y aletearon alejándose del lugar tomando el mismo camino por el cual Hyun-soo se había ido segundos atrás con dirección al barco donde los tres habían vivido en un principio al tener bajo su poder a la niña pero que luego se le fue otorgado a Yi-kyung para que viviera con Dae-rim.
Voló algunos segundos siendo esa la manera más rápida de llegar hasta ahí pero manteniendo su mirada tanto en el camino terrestre esperando encontrar a Hyun-soo como en busca del barco que, según lo que Dae-rim dijo, estaba incendiándose. Vio grandes cantidades de humo en la lejanía y el fuego anaranjado siendo un completo faro de luz en medio de una horrible oscuridad por la noche profunda. Sun-hee se dirigió hacia allá forzando a que sus añas se movieran más rápido hasta que estuvo lo suficientemente cerca para escuchar los gritos de Hyun-soo llamando el nombre de Yi-kyung tratando de encontrarla y luego lo vio subir hasta lo más alto del barco, así que no duda en ser ese su punto de aterrizaje.
Sus alas aletearon mientras fue bajando lentamente y en el transcurso fue capaz de apagar algunos pequeños rastros de fuego. Hyun-soo había encontrado el cuerpo inconsciente de Yi-kyung apoyada en un lado y Sun-hee lo veía tratando de pensar en una solución aunque realmente quería convencerse de hacer lo correcto.
—Dámela, la sacaré de aquí -Pide Sun-hee, decidiéndose en hacerle caso a su humanidad y no dejar que se muera ahí. Hyun-soo asiente a su pedido dándole el cuerpo inconsciente de Yi-kyung, la abraza con fuerza antes de que sus alas nuevamente aleteen tomando impulso para salir de ahí y llevarla hasta un lugar seguro.
Deja el cuerpo inconsciente cerca a la orilla del río donde se encontraban algunos pequeños botes con forma de cisnes y la coloca dentro de uno de esos botes ocupando asiento al lado de Yi-kyung tratando de recuperar el aire y descansar un momento luego de haberla cargado, no suele hacerlo y menos con personas del mismo tamaño que ella. Hyun-soo apareció en el bote unos minutos después teniendo en sus brazos al monstruo bebé que siempre rondaba a Dae-rim y que, al parecer, se encontraba en el bote durante el incendio y Hyun logró rescatarlo muy apenas aunque se veía bastante mal.
Sun-hee se reincorporó de su asiento para ver mejor a Hyun-soo que se sentó a su lado y la recorrió con la mirada asegurándose de que estuviera bien. Percibió su preocupación así que ella movió la cabeza en negación cuando los ojos del chico brillaron hacia ella antes de preguntarle pero recibió una respuesta de su parte al negar y hacerle saber que estaba bien, así que eso lo tranquilizó un poco más.
—Yi-kyung, ¿estás bien? -Hyun-soo le pregunta a la mujer que estaba a su lado abandonando la inconsciencia y tosiendo un poco luego de haber inhalado todo el humo.
—Lo arruiné todo -Contesta ignorando la pregunta de Hyun–. Quería que creciera y fuera como ustedes. Es todo lo que quería.
—No es tu culpa.
Sun-hee pensaba diferente, definitivamente lo hacía. Hace poco tiempo estaba cayendo en cuenta que ella y él eran completamente diferentes, no entendía como hicieron para hacer funcionar su relación durante un año aunque pelearon con frecuencia pero jamás se separaron ni dieron por terminado nada. Esas maneras de pensar diferente era el motivo de sus peleas pero aún seguían juntos, ¿cómo podrían hacerlo? Sun-hee hubiera podido simplemente abrir la boca y opinar diferente a lo que dijo diciéndole que Yi-kyung si tenía parte de la culpa, si tan solo hubiera dejado que Dae-rim pudiera seguir siendo cuidada por ellos, realmente hubiera sido similar a ellos como Yi-kyung quería pero ahora era completamente diferente y hacerla cambiar sería casi imposible.
Hyun-soo se aferraba a su humanidad y trataba de quitar responsabilidad de quienes tenían parte de cargo de consciencia, mientras que Sun-hee sería capaz de decirle la verdad sin importar que eso pudiera arruinarlos por completo.
—Debería haberla matado -Confiesa Yi-kyung dejando desencajada a Sun-hee, quien no podía creer lo que estaba escuchando y empezaba a replantearse el haberla salvado del incendio–. Siempre pensé en eso al criarla. Estoy segura de que sabía lo que sentía.
—No, te vi criarla -Hyun-soo interviene de nuevo intentando hacerla cambiar de opinión al respecto para hacerla sentir mejor mientras Sun-hee retenía las ganas de explotar de enojo y acabar con la vida de Yi-kyung con sus propias manos–. Vi cómo soportabas todo.
—Todo es mi culpa. Yo causé todo este desastre -Yi-kyung se niega a creer en las palabras de Hyun-soo y al menos eso daba un alivio en Sun-hee al ver que hasta ella misma sabía que no merecía perdón por sus horribles pensamientos–. Esto es lo mejor. Quizá sea mejor para mí morir aquí. Entonces, no tendré que matarla con mis propias manos.
—¿De verdad ibas a matarla? -Pregunta Hyun-soo y el silencio de Yi-kyung fue su respuesta–. ¿Por qué? Eres su mamá. Entonces, ¿por qué?
—Algunas personas se convierten en madres cuando no lo merecen en lo absoluto -Interviene Sun-hee por primera vez ganándose la mirada de los dos pero ella simplemente mira hacia el frente viendo el marco quemándose a lo lejos.
—No merezco ser mamá -Yi-kyung le da la razón–. Lo pensé cientos de veces -Confiesa entre lágrimas. La mitad de su rostro estaba quemado pero aún permanecía con vida–. "¿Por qué mi hija nació así?" "Es mi culpa" "Mis deseos la convirtieron en un monstruo"
—¿Qué tiene de malo? Ser monstruo no es un pecado -Enfrenta Hyun-soo de inmediato mientras Sun-hee chasquea la lengua y sonríe de lado al ver que Hyun-soo ahora cae en cuenta del pensamiento del verdadero pensamiento de Yi-kyung. Hyun toma el cuerpo inconsciente del bebé monstruo–. Este te protegió. Te consideraba parte de la familia. Los monstruos pueden sentir y reconocer las caras porque alguna vez fueron humanos.
Yi-kyung derramó algunas lágrimas en silencio hasta que cerró sus ojos por completo cayendo en inconsciencia. Hyun-soo gira a mirar a Sun-hee quien se ve obligada a mover su cabeza despegando su mirada del río para verlo y el estado de Yi-kyung, pudo leer en sus ojos vidriosos lo que tenía en mente y eso la hizo resoplar con fuerza al saber que ahora se moverían nuevamente para buscar la manera de salvarle la vida.
Tae-shik siguió cada uno de los pasos que el sargento Kim y el resto de los militares le habían indicado para mantener en orden el lugar realizando todas las actividades que le correspondían desde ayudando en la limpieza hasta recolectando material de los escombros para sus muros improvisados de contención. El chico pensaba todos los días en la manera de escapar pero cada vez que estaba por encontrar el momento correcto para escabullirse en busca de salidas alternas del subterráneo, era interceptado por los militares asignándole otra tarea nueva.
Normalmente nunca había sentido cansancio hasta esos últimos días desde que llegó al refugio de sobrevivientes donde lo tenían trabajando casi día y noche exprimiendo hasta en lo último de su tanque de energía. Estaba empezando a cansarse de ser tratado como un maldito empleado donde ni siquiera era retribuido con algo a cambio porque ni la comida era suficientemente buena, había conseguido mejores cosas mientras estuvo vagando en la ciudad en busca de Sun-hee antes de llegar al refugio.
—Carajo, que asco -Gruñe con molestia mientras refriega el suelo con una pequeña escobilla que le dieron para sumarse al pequeño grupo que le tocaba ese día para limpiar los pisos–. Malditos humanos. Si tan solo supieran de lo que soy capaz, me tendrían el suficiente miedo para botarme de aquí pero teniendo a esos militares aquí, me quemarán vivo -Se queja en voz baja para si mismo–. Hoy me iré de aquí, mate a quien tenga que matar.
Estaba refregando el piso hasta que un par de zapatos negros viejos se plantan frente a él volviendo a ensuciar lo que ya había limpiado por lo que Tae-shik resopla con fuerza y deja caer la escobilla en el suelo demostrando lo enojado que se encontraba.
—¿Quieres morir, hijo de puta? -Gruñe alzando la cabeza y encontrándose con la extensa sonrisa burlona del doctor Lim–. Sí, definitivamente podría matarte a ti sin necesidad si quiera de tener una razón lógica.
—¿Qué sucedió? ¿Te quedaste para un contacto más humano? -Se burla sin temor a que algo malo le sucediera mientras Tae-shik se reincorpora quitándose los guantes amarillos de la mano y arrojándolas al suelo–. Pensé que ya estarías en la ciudad hace días y probablemente hasta teniendo un reencuentro conmovedor con Sun-hee.
—Me iré pronto, no te preocupes tanto -Cuenta Tae-shik colocando ambas manos dentro de los bolsillos de su abrigo negro–. No nos veremos nunca más, así que empieza a celebrar de que tendrás una muerte no provocada por mi pero espero que sea tan dolorosa o miserable como te mereces.
—Siempre tan cariñoso -Comenta con sarcasmo. Tae-shik lo mira una última vez antes de darse media vuelta dándole la espalda para caminar por el pasillo contrario pero bastó esa distracción para que el doctor Lim se acercara por detrás y le insertara una inyección en el cuello vaciando por completo su contenido–. Pero no puedo dejar que te vayas tan fácilmente.
El doctor Lim retrocede varios pasos por precaución mientras Tae-shik detuvo sus pasos y se quitó la inyección del cuello viendo que ya todo su contenido fue insertado en su sangre, un líquido desconocido para él que no sabía exactamente lo que podría hacerle pero viniendo de ese científico loco, no significaba nada bueno.
—Tú, maldito... -Tae-shik dio un par de pasos hacia el hombre pero sus piernas temblaron haciéndolo caer al suelo donde se arrastró un poco sintiendo como su cuerpo empezaba a ser pesado y el cansancio de apoderaba de él con rapidez–. ¿Qué me hiciste?
—Te veía muy cansado así que decidí darte un pequeño empujón para que pudieras descansar. No tienes por qué agradecerme -Explica brevemente inclinándose un poco hacia el joven monstruo que estaba en el suelo luchando por levantarse o al menos movilizarse para acabar con la vida del doctor pero sus extremidades estaban dejando de funcionar–. Iremos a Bamseom para poder seguir donde nos quedamos contigo porque tengo un cliente muy importante que estaría interesado en lo que hace tu sangre milagrosa.
—Te voy a matar, hijo de puta -Dice con gran esfuerzo para mover su boca y todo lo que recibe es una corta risa nasal por parte del doctor Lim.
—Sí, no creo que puedas hacerlo del todo.
Tae-shik termina por ceder al fuerte tranquilizante que el doctor Lim había creado especialmente para él porque era el único MH que tenía un sistema con la facilidad de neutralizar cualquier tipo de sustancia que ingrese a su cuerpo y eso también influenciaba en su acelerado proceso de curación que era el doble de rápido que un MH común, volviéndolo único en su especie como el resto de MH que tuvo la dicha de crear y observar aunque los primeros y únicos sobrevivientes eran sus favoritos, ahora la lista fue agrandada para colocar el nombre de Hyun-soo.
El doctor Lim le ofreció una cura al sargento Tak, una promesa que estuvo trabajando durante meses con la sangre de Tae-shik tratando poder encontrar el secreto en su sistema para poder también desaparecer el estado de monstrualización como hacia con las heridas o cortes que se hacía en su cuerpo y curaban de inmediato. Bamseom colapsó luego de ese día donde se realizó al ataque de los estadios y varios sujetos de prueba del laboratorio secreto fueron liberados por Ui-myeong, nadie había vuelto a ese lugar y uno de los último en salir fue Tae-shik, el lugar estaba totalmente destruido así que debía sacar nuevas pruebas de la sangre de Tae-shik y tenerlo a su disposición para continuar con las pruebas donde lo dejó, así que se lo llevaría para allá con la ayuda de los militares que no sabían lo que sucedía.
—¿Qué hace él aquí? -Pregunta uno de los militares al ver el cuerpo inconsciente de Tae-shik siendo dejado en la carroza de una de las camionetas que tenían a su disposición pero fue más extraño verlo con las extremidades amarradas con extensos metros de cadena como si fuera alguien peligroso.
—Nos será de gran ayuda al llegar a Bamseom -Contesta el doctor Lim restándole importancia–. Vamos, no quiero seguir aquí.
Los vehículos militares salieron de los escombros del estadio donde se encontraba el acceso al subterráneo del refugio y se dirigieron por el camino hacia el otro lado de la ciudad donde se encontraba Bamseom. El camino fue silencioso aunque el doctor Lim se encontraba feliz tratando de admirar todo lo que la ciudad en ruinas podría ofrecerle aunque realmente solo estaba emocionado de por fin ver los rayos solares luego de tanto tiempo escondido bajo tierra.
Tae-shik fue abriendo lentamente los ojos sintiendo su cuerpo adormecido luego de haber estado un largo rato en la misma posición contrayendo sus músculos pero antes de moverse fue consciente de que se encontraba en una plataforma en movimiento y había una fuerte luz cerniéndose sobre él agregando el hecho de que el aire era más denso, por lo que suponía se encontraba fuera del refugio. No abrió completamente los ojos pero lo suficiente para ver bien lo que había a su alrededor encontrándose con la presencia del doctor Lim de pie mirando a su alrededor ignorando el hecho de que el monstruo a su lado estaba dormido.
Reconoció que se encontraba en la parte trasera de un vehículo, probablemente en una camioneta con carroza ya que el espacio era grande y no había techo de por medio. Movió sus brazos un poco notando que sus muñecas estaban juntas una con la otra siendo inmovilizadas por algo y así mismo ocurría con sus piernas, por lo que era imposible saltar del vehículo y huir.
—¡Frena! ¡Frena! ¡Frena! -Empezó a gritar el científico obligando a los militares a detenerse unos metros más adelante.
—¿Qué pasa? -Preguntó el sargento Kim desde el interior del otro vehículo que iba al lado.
—Me duele el estómago -Responde el hombre doblándose de dolor.
—Ya casi llegamos -Intenta convencerlo con seguir el camino.
—Creo que debo ir al baño ahora mismo. No tardaré mucho -Avisa antes de bajar rápidamente del vehículo tomando su maleta de ruedas negra y desapareciendo hacia los árboles más cercanos.
Tae-shik creyó que eso fue un golpe de suerte y que debía ser aprovechado de inmediato porque de lo contrario no volvería a liberarse hasta que lleguen a Bamseom, lugar al que quería ir para encontrar a Sun-hee pero definitivamente tendría una gran desventaja teniendo en cuenta que Lim pretendía volver a inducirlo a sus experimentos descabellados.
Un militar fue detrás del doctor Lim para cuidarlo de que no lo maten en el transcurso mientras el resto de los militares salieron de sus vehículos teniendo las armas en mano preparados para disparar a cualquier monstruo que pudiera acercarse a ellos al ser de los pocos humanos que se encontraban transitando en la silenciosa ciudad. El sargento Kim tenía su arma preparada aunque sabía que habían probabilidades de encontrarse con ese monstruo que salió a defenderlos la última vez, quería verlo para por fin descubrir de donde lo conocía.
El monstruo fue moviéndose lentamente tratando de quitarse las cadenas de encima pero era imposible al menos con su fuerza humana, por lo que cerró sus ojos tratando de despertar aquel lado horrible que guardaba en su interior y que fue capaz de aparecer cuando abrió los ojos nuevamente teniendo una visión diferente por el cambio. Sus ojos negros se hicieron presentes y volvió a intentar quitarse las cadenas esta vez teniendo éxito pero no de inmediato, demoró unos segundos hasta que por fin pudo lograrlo luego de ejercer la fuerza suficiente que rompió las cadenas de inmediato. Tae-shik toma el control de su cuerpo nuevamente suprimiendo ese lado horrible suyo antes de que quisiera aprovecharse del momento de libertad que le otorgó.
Contrajo más su cuerpo para que sus manos llegaran a alcanzar las cadenas de sus tobillos sin necesidad de levantarse para no ser visto por los militares que estaban en el asiento del piloto y copiloto. Pudo deshacerse de esas cadenas y cuando pretendía arrastrarse por el suelo de la cabina, se escucharon disparos y él por inercia se pegó por completo al suelo deteniendo cualquier movimiento suyo hasta que los disparos acabaron tan rápido como aparecieron. Tae-shik asomó su cabeza un poco lo suficiente para que pudiera ver como dos militares se acercaron hacia uno de los muros destruidos por donde al parecer venían los sonidos y donde el doctor Lim se fue en compañía de otro militar.
Pronto apareció el doctor en compañía del militar pero siendo perseguidos por monstruos formados por diferentes tipos de objetos desde escombros hasta pedazos de concreto y también otro tipo de monstruo que era del mismo tamaño pero un poco más normal a lo que suele encontrarse por la ciudad. Tae-shik aprovecha el movimiento para saltar del vehículo de una vez y huir tanto de ellos como de los monstruos que se estaban aproximando aunque algunos cayeron en el transcurso producto de los disparos de los militares.
Los vehículos partieron tratando de huir aún siendo perseguidos por los monstruos mientras Tae-shik se escondió detrás de uno de los tantos vehículos abandonados en medio de la autopista tratando de salvar su vida o al menos no ser perseguido por ese grupo de monstruos, su atención fue puesta en un objeto que voló por sobre encima de él dirigiéndose por el mismo camino donde los militares se fueron segundos atrás. El chico salió de su escondite tratando de reconocer aquello que se desplazaba por los aire y luego se alzó sobre el mismo dejando salir enormes púas de una de sus alas, fue ahí cuando reconoció de lo que se trataba.
El sargento Kim fue el único en bajar su arma al ver que ahí se encontraba aquel monstruo de alas atacando nuevamente a lo que podría considerarse como de los suyos pero protegiéndolos una vez más. El resto de sus compañeros siguieron disparando a los monstruos que aún los perseguían pero que cayeron uno por uno en el camino hasta librarse de ellos.
—¿Qué es esa cosa? -Pregunta uno de sus compañeros alzando su arma apuntando al monstruo que volaba cerca de ellos pero el sargento Kim coloca su mano de inmediato para que dejara de apuntarla.
—No lo hagas -Indica creando confusión en sus compañeros pero él no les devolvía la mirada, su atención estaba puesta en lo que parecía tomar como un ángel que los cuidaba–. Está con nosotros.
Sun-hee regresó por donde vino una vez que se aseguró que ningún otro monstruo estaba por ir detrás de la caravana de los militares. Fue descendiendo de los aire hasta aterrizar por completo con los pies en el asfalto de la autopista y caminando entre los autos abandonados con dirección al lugar de donde llegó y donde había dejado a Hyun-soo a cargo del cuerpo inconsciente de Yi-kyung tratando de tener esperanza de poder salvarla aunque Sun-hee tuviera de decirle que no había esperanza de nada y tirarla por el puente hacia el río para que muera de una vez, no soportaba tener que cargar con ella.
No tenía nada de lo cual preocuparse puesto que los monstruos habían aprendido a no acercarse a ninguno de los monstruos que tenían apariencia humana y rondaban por la ciudad. Hyun-soo tenía razón, ellos recordaban rostros y tenían muy presente el de Sun-hee.
La pelinegra detuvo sus pasos de inmediato cuando hubo movimiento en uno de los autos que tenía en frente. Estaba preparada para atacar de ser necesario pensando de que podría tratarse de algún humano o un monstruo pero su cuerpo dejó de estar tenso una vez que vio de quien se trataba abandonando su escondite para revelar su rostro, aquel que ella jamás pensó ver de nuevo.
—Tae-shik -Murmura la chica con sorpresa sin poder creer lo que estaba viendo.
—Sun-hee.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .
oli, disculpen la ausencia
pa quienes no sepan, soy de las personas
que tienen mil ideas por segundo y no las
suelta jamás, eso sucede con mis fics jsjs
basta que tenga una idea de plot y nadie
vuelve a saber de mi luego de dos meses
pero epa, mejor tarde que nunca dicen.
igual ya estamos en los últimos sucesos.
quise alargar este segundo acto lo más
que pude sin tocar mucho sobre los
sobreviviente porque, de verdad, me
aburrió mucho AJAJA y teniendo en cuenta
que hyun no apareció mucho, se me hace
más difícil tener una cantidad mediana
de caps para este acto pero se hace lo
que se puede y el resultado ta bueno
anyways, no se olviden de comentar y votar<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro