15. guilty
CAPÍTULO QUINCE
Culpable
[ 337 DÍAS DESPUÉS DEL BROTE ]
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Desde donde estaba se podía ver perfectamente la ciudad completa que se encontraba abandonada, en algunos puntos destruida por todo el caos ocasionado hace casi un año atrás. La naturaleza estaba volviendo a tomar su territorio y no era extraño visualizar como algunas calles ya eran invadidas por maleza de poco más de un metro e incluso enredaderas que trepaban los más altos edificios. A esas alturas de la situación y el tiempo, era normal encontrar las calles en completa soledad a diferencia de alguno que otro monstruo que vagaba por ahí en busca de comida, ya no habían sobrevivientes cerca o al menos no se dejaban ver para así vivir un día más.
Disfrutaba bastante de los sonidos de la bandada yendo de un lado a otro y como esos animales eran uno de los pocos que aún se mantenían con vida, o al menos de los que se sabía.
Mueve la cabeza de un lado a otro antes de subirse hacia el muro de la azotea donde se encontraba y dejarse caer a una altura de más de diez pisos pero jamás tocó el suelo cuando sus alas negras se desplegaron antes de que si quiera viera los escombros de la calle. Disfrutaba volar a esas alturas, solo así se sentía tan cerca de esas lindas aves que iban de un lado a otro enseñando el tipo de libertad que gozan, una que ella había anhelado por tanto tiempo y ahora estaba disfrutando de alguna manera. No era la manera en como pensaba que sería pero el solo pensar que ya no tenía personas detrás suyo buscándola hasta por debajo de las rocas para matarla o lastimarla, le otorgaba tranquilidad.
En el camino veía más de lo mismo, edificios destruidos y autos en medio de las calles juntan polvo producto del tiempo que permanecían abandonados. Tal vez, todo tuvo que destruirse para que la dejaran vivir en paz.
Llega hasta su destino, otro edificio abandonado pero ese era diferente porque vivía ahí desde que salió viva de Bamseom. Desciende lentamente sin dejar de aletear sus alas negras que ya podía controlar mejor en los últimos meses, se sienta al borde del muro de la ventana que correspondía al apartamento donde vivía y es ahí cuando sus alas se encogen hasta volver a desaparecer en el interior del cuerpo de la chica que hace unas pequeñas muecas de fastidio por ese proceso de retorno a la normalidad. Coloca ambos pies en el suelo y mira a todos lados mientras se dirige hacia la cocina donde deja un bolso que llevaba, no demora en abrirlo volteándolo sobre la encimera para revelar todo lo que había recolectado en esa oportunidad.
—Regresaste rápido -Escucha una voz conocida y no hace falta levantar su cabeza, puede verlo de reojo caminando a paso arrastrado.
—Hoy no tuve distracciones -Comenta concentrada en mirar cada cosa que tenía enfrente, específicamente asegurándose que no le había faltado nada importante–. Quise priorizar para que no te enojes conmigo.
—No me enojo contigo -Contradice, colocándose frente a ella y siendo la encimera lo único que los separaba. A pesar de eso, ella no levanta la cabeza a mirarlo.
—Claro, solo estás al pendiente del tiempo que me demoro porque no tienes nada más que hacer, ¿cierto? -Ironiza, mirándolo un par de segundos antes de suspirar al ver que el chico bajó la cabeza apenado por lo que le dijo, una verdad que él sabía–. Traje lo que nos faltaba. Creo que debería hacer un nuevo reconocimiento a las tiendas más lejanas porque la comida se está agotando cada vez que voy -Cambia el tema de la conversación–. Parece que alguien también saca comida de ahí.
—Iré yo.
—Yo llego más rápido, Hyun-soo -Le recuerda. Coloca ambas manos sobre la encimera mirando al chico en silencio tratando de descifrar lo que sucedía en su cabeza–. Bien, podremos ir los dos. Trazaré una ruta en el mapa y veré la cantidad de comida que tenemos.
Sun-hee mira por última vez las cosas que había recolectado de una tienda de convivencia hace un par de horas atrás y pasa por el lado de Hyun con dirección desconocida hasta que el chico la toma del antebrazo interrumpiendo su camino. No quiere mirarlo para evitar seguir el hilo de un discusión pero termina girando hacia él, alza la cabeza notando levemente la angustia del chico que empieza a trazar círculos pequeños en la piel de Sun.
—No estoy enojado contigo -Repite, esta vez intentando ser más honesto o al menos hacerle saber de que decía la verdad–. Y no controlo el tiempo que te vas.
No emite ni una palabra, solo lo mira en silencio. Suelta el aire de sus pulmones cansada de la situación y recordando todas las veces que habían discutido por lo mismo, ya no quería hacerlo porque odiaba estar enojada con él y discutir le quitaba demasiadas energías.
—Estoy cansada de discutir -Confiesa, dejando caer levemente su cabeza hacia adelante apoyando su frente contra el pecho de Hyun–. ¿Entiendes por qué lo hago? Sé que dije muchas cosas sobre ellos pero me ayudaron a escapar cuando no tenía ni una sola gota de esperanza. Les debo la vida, de alguna manera.
Hyun se escudaba en su argumento de que Sun corra peligro allá afuera defendiendo a las mismas personas de las cuales huía, tenía miedo de que cualquier monstruo más fuerte que ella pudiera hacerle daño o esas mismas personas a las cuales protegía pudieran cambiar de opinión sobre ella porque, al final de todas las buenas intenciones que tenía, seguía siendo un monstruo y ellos son verdugos. Pero la realidad podría ser otra, solo tal vez Hyun también podría sentirse inseguro de que ella tuviera intenciones de cuidar y proteger a alguien más que no sea él.
Solo tal vez podría ser una de sus razones pero de las más profundas que jamás serían dichas.
—Si crees que es lo correcto -Se da por vencido. Al fin y al cabo, él también hacía lo mismo a veces pero no con esas personas, sino con alguien que últimamente salía de su refugio en el estadio y vagaba en las calles.
—Gracias -Sun-hee le murmura antes de colocarse de puntillas y dejar un beso en su mejilla antes de alejarse por completo dejando al chico.
No es que tuviera el permiso de Hyun-soo para hacerlo, pero al menos ahora estaba más tranquila al saber que no discutirían al regresar a casa. Comieron lo último que les había quedado en la alacena de la cocina y ella no perdió el tiempo en salir con dirección desconocida en busca del grupo de personas que estarían movilizándose por las desoladas calles en busca de alguna tienda en la cual puedan recolectar lo que les faltaba en el refugio.
Hacía lo mismo desde hace unos meses cuando los vio llegar al mismo lugar donde ella estaba recogiendo alimentos. Esa tarde se escondió detrás de unos anaqueles temiendo por su vida como solía hacerlo al ver a los uniformados de verde pero mientras los vigilaba pudo reconocer un rostro entre esos chicos que iba en busca de comida y repuestos para sus vehículos. Estuvo recorriendo la ciudad viendo como ellos cruzaban el puente cada ciertos días, así que ella los siguió en secreto cada vez que salían a la ciudad para así verlos desde lejos y estar al pendiente por si algo malo podría sucederles, se sentía en deuda con el hombre que la ayudó a salir de Bamseom hace tiempo atrás.
Hyun no lo entendía o al menos no quería hacerlo, Sun-hee discutió con él algunas veces en los últimos meses pero eso no la detuvo a seguir haciéndolo.
Vio la caravana de camionetas cruzar el puente y los siguió por los aires hasta que se detuvieron en un complejo de edificios totalmente abandonado como el resto de la ciudad. Recorrieron el lugar con sus armas listas para disparar de ser necesario mientras Sun-hee se encontraba en la azotea de uno de los edificios observándolos sentada al borde del muro. Detuvo sus pasos cuando se percató que ellos se detuvieron y apuntaron sus grandes armas hacia unos arbustos donde había movimiento, por lo que ella se alertó y mantuvo su mirada fija en los arbustos intentando visualizar de lo que se trataba.
Una mujer vestida de novia apareció arrastrando sus pasos pero no se les acercó a los hombres que la apuntaban, por el contrario, los ignoró y buscó algo que había en el suelo así que ellos bajaron sus armas y la dejaron ahí para seguir con su camino hacia el interior del edificio que iban a revisar. Sun-hee bajó la guardia pero no se alejó, intentó permanecer en el edificio donde ellos estaban siguiéndolos lo más cerca que podía hasta que empezó a llover.
No había ocurrido nada hasta ese entonces y Sun-hee empezaba a creer que tal vez, podría estar perdiendo su tiempo justo como Hyun-soo alguna vez le sugirió. Vio por última vez a su conocido antes de darse la vuelta para irse pero una explosión se escuchó a lo lejos rompiendo con el silencio y serenidad que había reinado la ciudad en el último año, regresó a su lugar viendo como los militares se movilizaron subiéndose a sus vehículos lo más rápido que podían por lo que ella no dudó en seguirlos una vez más pero esta vez podría significar algo mucho mayor. Una explosión no es algo que suceda todos los días ni por obra de un monstruo y para que ellos se movieran tan rápido, significaba que no era nada bueno y podrían necesitar cualquier tipo de ayuda.
A mitad de camino, ellos regresaron desviándose hacia una gasolinería que hicieron explotar llamando la atención de los monstruos hacia donde ellos se encontraban por lo que Sun entendió que tenían su base de operaciones o personas de importancia en el estadio, aquel que estaba completamente destruido por una razón que ella no comprendía. Los observó desde el edificio más cercano frente a la gasolinería y cuando estaban por irse, se detuvieron a escuchar un sonido que veía de alguna parte hasta que dieron con unos arboles moviéndose en la cercanía de donde aparecieron los monstruos que fueron guiados hasta ahí por la explosión. Ellos subieron a sus vehículos y empezaron a dispararles a los monstruos hechos por diferentes tipos de objetos que iban a cuatro patas como si se trataran de unos perros y de gran tamaño, convirtiéndose en un obstáculo bastante difícil de superar ellos solos y considerando la gran cantidad de ese mismo tipo que iban a su persecución.
Sun-hee los fue siguiendo desde arriba contabilizando de que habían más de cinco monstruos siguiéndolos, por lo que decidió accionar disminuyendo la altura por la que volaba para impactar contra esos monstruos sacándolos del camino y empujándolos varios metros. Hizo lo mismo dos veces más incluso llevándose a tres en uno solo pero iba bajando considerablemente la cantidad que los perseguía hasta que se detuvieron de pronto por lo que ella se escondió en uno de los árboles más cercanos, viendo como dispararon a distancia hacia una última carga de explosivos que había en la gasolinería.
Tenía la cabeza asomada mirándolo desde lo lejos tratando de regular su respiración sintiendo como las gotas producto de la lluvia se deslizaban sobre ella tiritando de frío. Lo vio buscarla con la mirada pero parecía no encontrarla por ningún lado hasta que se detiene en el árbol donde ella se encontraba. Pensaba que haría algo como acercarse a donde se encontraba o al menos disparar para espantarla y que se expusiera pero no hizo nada, solo se quedó quieto mirando hacia allí como si realmente supiera de quien se trataba y volvió a adentrarse en la camioneta que pronto siguió su camino hacia el estadio donde probablemente se encontraban escondidos.
Sun-hee estaba segura que la vio o al menos ahora sabía de que se trataba de ella, ¿cambiaría algo que el militar Kim la hubiera reconocido? ¿Si quiera se acordaba de ella?
Regresó a casa empapada de pies a cabeza y con un roce de herida en el brazo que ya había sanado unos minutos después de haber sido hecha pero que fue suficiente tiempo para manchar un poco la camiseta blanca que llevaba, así que eso traería un par de problemas con el chico que la esperaba.
—Sun -La nombra al verla entrar por la ventana, incluso se levanta rápidamente de su asiento en el suelo y camina hacia ella al notar las manchas de sangre en su camiseta–. ¿Qué sucedió? ¿Estás bien?
—Sí, solo un pequeño accidente -Contesta dejando que Hyun levantara la manga corta de su camiseta para revelar que ya no tenía ningún tipo de herida y que había un par de manchas pequeñas de sangre seca. El chico estaba seguro que ella se encontraba bien pero eso no significó que la dejara de mirar preocupado–. Vamos, dime todo lo que tengas que decirme.
—Fue peligroso -Empieza. Sun pasa por su lado dejándolo ahí pero este gira empezando a seguir hacia donde sea que se estuviera yendo–. Escuché tres explosiones. Estaba por salir a buscarte si te demorabas más de cinco minutos.
—Estoy bien, puedes verlo. Las explosiones ocurrieron lejos de donde me encontraba -Mintió. Al menos la primera ocurrió lejos de ella pero las últimas dos las presenció muy de cerca.
—Sé que es importante para ti pero no lo hagas de nuevo, por favor -Pide Hyun-soo viendo como Sun se quita la camiseta blanca que llevaba y la reemplaza por una gris que había en la habitación donde dormía–. No corras peligro por ellos.
—Si tengo la oportunidad de ayudarlos, lo haré -Expresa con decisión negándose al pedido del chico, por lo que este resopla y mira a todos lados sintiendo perder la cabeza de nuevo empujándolo a iniciar una nueva discusión por su terquedad–. Podrían necesitarme.
—Yo te necesito, con vida -Protesta Hyun dando pasos hacia ella hasta plantarse frente suyo mirándolo fijamente para hacerle saber de que hablaba en serio. Luego suaviza su mirada para intentar convencerla de una mejor manera tratando de evitar discutir.
—Dae-rim también te necesitaba pero no quisiste ayudarla -Sun le recuerda con dureza y él frunce sus cejas confundido por el cambio de la conversación totalmente.
—Ella tiene una madre. No podíamos quedárnosla para siempre.
—Ella no la quiere, Hyun-soo. Nunca lo quiso, ¿por qué cambiaría ahora? -Levanta un poco la voz expresando lo enojada que se encontraba. Ya no se trataba de la protección que ella le brindaba a los militares desde las sombras o del militar Kim, ahora se trataba del problema original–. Era feliz viviendo con nosotros y nosotros éramos felices viviendo con ella pero tuviste que entregársela. Sabes del daño que le hizo y aún le permites que la tenga.
Hyun la mira en silencio notando como estaba al borde del llanto, tenías los ojos cristalizados y su labio inferior temblaba. El haber entregado a la pequeña a su madre le había dejado bastante mal y aunque ya habían pasado varios meses, no lograba recomponerse del todo porque se había acostumbrado a su presencia y el hecho de vivir los tres juntos como un intento de familia en medio del apocalipsis pero eso era lo de menos, eran muy felices o al menos Sun-hee lo era. Las cosas habían cambiado notablemente desde entonces, ella se volvió un poco más callada que de costumbre y sus salidas por la tarde para cuidar de los militares se dieron por primera vez a raíz de eso.
Ahora sabía que ella lo culpaba de eso y dolía que lo hiciera.
—No podíamos quedarnos con ella -Es lo único que dice luego de un corto tiempo en silencio analizando todo y dándose cuenta del verdadero problema que había entre ambos.
—Si quieres pensar eso, hazlo.
Da por terminada la discusión cuando le da la espalda y sale de la habitación dejándolo solo siendo preso de sus pensamientos y sentimientos luego de lo ocurrido. Realmente podría ser su culpa que todo se encuentre así de mal, puede ser que no debió entregarle la niña a Yi-kyung sabiendo que ella la abandonó apenas esta nació y Hyun junto a Sun tuvieron que hacerse cargo de la niña desde entonces porque no podían dejarla morir ni vivir en medio de la catástrofe que se estaba dando esa mañana. Dedicaron tiempo y cariño a la niña que también se acostumbró a ellos, llegando a ser una familia de verdad y que acabaran con eso de un momento a otro porque Yi-kyung apareció para intentar convivir con su hija a quien odió desde que estaba en su vientre, no le pareció para nada justo a Sun-hee que desde ese momento estaba enojada, triste y decepcionada.
La miseria cayó en ambos desde entonces, Sun-hee se volvió distante y el apartamento donde vivían era un verdadero infierno para el chico que solo quería que todo regresara a la normalidad en cualquier momento pero sabía que eso no sería posible.
El apartamento estaba sumergido en el silencio luego de que ambos se alejaron del otro. Hyun salió de la habitación que compartían en el cuál se sentó a pensar un largo rato hasta que creyó que era suficiente, por lo que va hacia la sala donde encuentra a Sun-hee acostada en el suelo con la cabeza apoyada sobre una de las almohadas que tenían y sumergida en un profundo sueño. El chico regresa a la habitación por una manta la cual deja sobre el cuerpo de la chica así abrigándola ya que se encontraba durmiendo en el suelo por su orgullo de evitar entrar en la misma habitación donde estaba él. Hyun se arrodilla a su lado viendo su rostro que se mantenía únicamente sereno cuando dormía y cualquier rastro de emoción negativa en ella desaparecía por completo, era la única manera en la que se veía su alma dañada y todas las dificultades por las que tuvo que pasar.
Acaricia su mejilla con cuidado de no despertarla en una muestra de cariño, el cual jamás se iba a ir sin importar todas las veces que discutieran.
—Lo siento... por todo -Murmura el chico realmente arrepentido por el daño que le hizo sin querer. Se aleja de ella y termina por sentarse en el suelo apoyando su espalda contra la pared que hay frente a Sun, quedando ahí viéndola en silencio.
En el otro lado de la ciudad se encontraba el estadio, el cual fue atacado por armamento militar desde una base desconocida asesinando a una infinidad de sobrevivientes que llegaron allí para ir a zonas de refugio temporal en medio del apocalipsis hace un año atrás. Hubieron algunas personas que sobrevivieron junto a los militares que llegaron de otras bases para auxiliarlos, el último refugio había sido atacado así que se vieron en la obligación de buscar uno nuevo siendo recibidos por un grupo de sobrevivientes que vivían por debajo del suelo en el estadio y ahí se instalaron durante estos meses.
Casi nadie sabía sobre eso, solo los que sobrevivieron ese día en el ataque, el grupo de personas que ya vivían ahí y los militares que también sobrevivieron. Hubo poca cantidad de sobrevivientes que llegaron al refugio luego del atentado en el estadio pero aún así los aceptaron porque ese era su propósito, no podían dejar a ningún humano afuera para que muriera en manos de los monstruos.
La primera explosión no solo atrajo la atención de los monstruos, sino también de algunas personas que vivían en la ciudad y que sabían que eso fue producto de un accionar humano por lo que habrían personas cercas. Al menos eso es lo que dedujo el joven que vagaba por las oscuras calles debido a que la noche cayó para él durante su camino hacia el estadio donde esperaba encontrar la presencia de personas que creía. Silbaba con tranquilidad y caminaba a paso lento con seguridad de lo que estaba haciendo, así mismo del lugar donde se encontraba ya que ni un solo monstruo había intentando acercarse a la única persona que caminaba por el centro a esas horas.
Llega a estar frente al destruido estadio y se acerca con cuidado percatándose que habían hilos en el suelo, los cuales podrían activar alguna trampa para monstruos que hubiera cerca así mismo logró identificar las minas que estaban escondidas entre algunas hierbas secas del pasto que rodeaba el recinto.
De todos los lugares que había recorrido los últimos meses, no esperaba que hubiera personas viviendo dentro del estadio y eso que estaba seguro de haber puesto de cabeza la ciudad en busca de cualquier grupo de personas donde pudiera encontrarse la persona que buscaba pero no tuvo éxito hasta el momento. Esa vez estaba seguro de encontrar allí dentro, de lo contrario confirmará que capaz estaba buscando a alguien ya ha muerto tiempo atrás.
Detiene su paso cuando se percata qué hay un láser rojo apuntándole a la cabeza y muchos otros puntos en su pecho. Sonríe al darse cuenta que estaba siendo rodeado desde las alturas en alguna parte por lo que parecían ser francotiradores, de esa manera aseguró su primera hipótesis sobre la presencia de personas dentro pero su sorpresa fue saber de que se trataban de militares a juzgar por esa táctica preparada.
Levanta ambas manos lentamente enseñando que veía en son de paz para que no intenten dispararle o algo similar.
—¡Identifícate! -Escucha una voz demandante de algún lado que resuena por el lugar.
—Soy Park Tae-shik, un sobreviviente -Responde alzando la voz lo suficiente para que todos los presentes pudieran escucharlo.
Los militares se miran entre ellos extrañados de que apareciera un sobreviviente solitario de la nada y sin aparente estado de larga batalla en la ciudad, estaba muy bien vestido llevando un abrigo negro encima. Se muestran confundidos por la presencia del desconocido pero no podían darle la espalda a nadie que llegaba hasta ahí buscando ayuda, así que uno de ellos lanza un cuchillo que aterriza en sus pies y Tae-shik mira el arma blanca con atención.
—Hazte un corte en la palma de la mano -Ordena la misma voz de antes.
Tae-shik ríe levemente antes de inclinarse a tomar el cuchillo del suelo y se reincorpora lentamente. Mira hacia las direcciones donde los lasers lo apuntaban y donde suponía que se encontraban los militares, se nota burlón por lo que le pidieron. Alza la mano derecha lo suficiente para que se notara bien y desliza el borde del cuchillo haciéndose un gran corte del cual empieza a brotar sangre por grandes cantidades, permanece enseñando la herida en alto durante unos segundos incluso dando leves vueltas a todos los lados posibles para que a los presentes desde la oscuridad les quedara en claro que era quien decía ser.
—Acércate lentamente hacia la puerta.
Así sin más, le permitieron el ingreso a Tae Shik alejando los láseres que lo apuntaban y alejándolo del peligro.
El chico obedece a las órdenes quedando frente a una persiana negra en la cual esperaría que lo dejen entrar. Alza su mano derecha viendo como la sangre seguía saliendo empezando a gotear hacia el suelo pero no se inmutó para nada, incluso ni le dolía en lo más mínimo. Mira al frente cuando escucha sonidos viniendo desde el interior de lo que podría ser el refugio donde se encuentran los sobrevivientes y luego las puertas se abren, permitiéndole su ingreso.
—Bienvenido -Dice uno de los militares que lo recibe extendiéndole un pedazo de tela para su herida–. Es importante que lo tengas. Así sabrá el resto que pasaste la prueba de descarte.
—Sí usted lo dice, militar -Encoge sus hombros antes de recibir la tela con la mano sana.
—Ven, es por aquí.
Tae-shik lo sigue aún manteniendo la tela en su mano izquierda. Su atención recae nuevamente en su herida de la cual dejó de brotar sangre y fue cerrándose con lentitud hasta desaparecer por completo, siendo ese el momento en el que envuelve su mano con la tela que le dio para no levantar ningún tipo de sospecha sobre su verdadera naturaleza.
Un monstruo había llegado al refugio pero, ¿qué buscaba? ¿a quién buscaba?
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pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .
TAN TAN TAN TANNNNNN
ando muy productiva esta semana
cuando en realidad tengo un huevo
de exámenes finales que hacer JAJA
¿q tal? no me siento satisfecha con
este cap JAJS creo que si me pasé
al hacer a Sun y Hyun pelear y
empezar a llevarse mal :(
also, ha regresado mi obsesión por
Lee Do-hyun así que háganme sus
pedidos para sacarle fic a algún
drama sobre él que quisieran leer.
Así también como de Song Kang
no se olviden de comentar y votar<3
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