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08. basement

CAPITULO OCHO
Sótano

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Jae-hun había arrastrado a Sun-hee debajo de un carro para que el monstruo no le hiciera nada, hizo lo mismo con Eun Hyuk cuando el monstruo se distrajo. Sun Hee se sentía un poco incómoda ya que no había suficiente espacio para los tres, por lo que Eun Hyuk tuvo que pasar su brazo por la cintura de ella acercándola a su cuerpo.

—Te voy a matar -Le susurró en la oreja.

—Ya tendrás tiempo para hacerlo.

Eun Hyuk sacó la llave de un auto y oprimió un botón haciendo que la alarma sonara, el monstruo corrió hacia el vehículo y esa fue la alerta para que salieran de su escondite. El chico volvió a oprimir el botón haciendo sonar otro auto y el monstruo salió corriendo hacia ahí. Hizo sonar dos autos más y fue lo suficiente para que todos los autos hagan lo mismo. Todos aprovecharon para escapar.

Sun Hee tuvo intención de acercarse hacia Sang Wook, Ji Soo y Hyun pero Eun Hyuk la sostuvo de la muñeca impidiendo que fuera.

—Ven.

No tuvo tiempo de reaccionar cuando ya estaba siendo arrastrada por el chico hacia una pequeña minivan azul. Eun Hyuk se subió como piloto, Jae Hun y Sun Hee estaban en la parte de atrás. El monstruo iba a aprovechar que los otros tres se habían caído para atacarlos, Eun Hyuk pisó el acelerador atropellando al monstruo. Jae Hun abrió la puerta dejando que los demás subieran.

—¡Suban rápido! -Gritó Jae Hun abriendo la puerta.

Sang Wook subió primero al lado del copiloto, Sun Hee y Jae Hun ayudaron a subir a Hyun.

—¿Estás bien? -Sun Hee acunó el rostro de Hyun entre sus manos preocupada.

—Sí, estoy bien -El chico asintió repetidas veces.

—¿Tienes permiso? -Ji Soo le preguntó a Eun Hyuk.

—Pasé el examen escrito -Respondió.

—¿Y el de manejo? -Preguntó Sang Wook y Eun Hyuk aceleró para luego detenerse de pronto dando a entender que no sabía manejar.

—Sujétense -Fue lo único que dijo antes de emprender camino por el estacionamiento siendo seguidos por varios monstruos.

Uno de ellos impactó contra el techo del vehículo haciéndole una gran abolladura. La ventana fue rota y un monstruo se colgó del vehículo tirando de Ji Soo que se encontraba al lado. Jae Hun se disculpó con la chica antes de cortar su cabello con la katana, la chica pudo liberarse y utilizó la cuchilla de su bate de béisbol para darle en el rostro al monstruo de muchos ojos y lograron vencerlo.

Otros monstruos siguieron estando encima del vehículo rompiendo ventanas intentando llevarse a alguien pero todos pudieron evitarlo. Hyun vio todo el alboroto a su alrededor por lo que tomó a Sun Hee apretándola contra su cuerpo y así intentando protegerla de cualquier ataque.

El vehículo perdió el control terminando por estrellarse contra un montón de arena. Eun Hyuk bajó primero para abrir la puerta trasera a los demás seguido de Sang Wook, quién le dió el primer golpe a un monstruo con su martillo. Jae Hun venció a otro monstruo con su katana mientras Ji Soo y Sun Hee llevaban a Hyun que aún no tenía mucho equilibrio mientras Sang Wook les cuidaba las espaldas y Eun Hyuk iba al frente.

El monstruo velocista apareció pero fue atrapado por el lanzallamas del señor Ahn.

—¡Te agarré! -Dijo el hombre moviendo su arma de fuego para quemar a todos los monstruos cerca.

Todos subieron hacia el primer nivel dándose cuenta de la presencia de un monstruo tipo araña que estaba acorralando a los que se habían quedado. Eun Hyuk corrió hacia su hermana y Hyun estaba siendo ayudado por Ji Soo y Sun Hee.

—Necesitan... Ayuda -Dijo a penas y Ji Soo corrió a ayudar a sus amigos dejando sola a Sun Hee con su compañero.

—Estás débil, Hyun...

—Morirán -Giró a verla y ella vio la insistencia de su amiga, por lo que ella se doblegó.

—Está bien, pero te ayudaré.

Ambos se concentraron en dejar salir el demonio que llevaban dentro que siempre intentaba dominarlos por parte de la monstrualización. Sun Hee era la que más se resistía pero no era momento para dar la vuelta atrás, sería la primera vez que sacaba lo que verdaderamente llevaba dentro y temía lastimar a alguien.

Sus ojos se volvieron negros por completo al igual que el de Hyun, ambos se miraron y sonrieron de manera espeluznante. Hyun tomó su arma y se acercó al monstruo clavándole el cuchillo en el pecho y dándole los toques eléctricos. Sun Hee corrió hacia el monstruo y dio un salto hasta estar sobre el hombro del monstruo y con sus manos apretando su cuello con fuerza mirando a los demás expectantes temerosos.

Tenemos público. Dijo el lado monstruoso de Sun Hee.

La chica se quiso lucir, por lo que su fuerza se excedió hasta que terminó sacándole la cabeza al monstruo haciéndolo rodar en el suelo dejando a todos con la boca abierta. Ambos chicos terminaron con la vida de ese monstruo y todos los veían sorprendidos, algunos pocos asustados pero sobre todo tenían la atención en Sun Hee. Ella nunca demostró su intento de monstruo como Hyun, fue una primera vez bastante sorprendente.

Nadie sabía que Sun Hee estaba "infectada", todos creían que simplemente ayudaba a Hyun con las cosas que le tocaba recolectar en los pisos superiores.

El chico había resultado herido, una de las patas del monstruo logró hacerle una herida en su hombro muy cerca a su cuello y encima había pasado por todo lo del sótano, se encontraba agotado. Sun Hee luchó con su parte monstruosa para tomar el control de su cuerpo pero lo logró luego de varios segundos. Ella estaba intacta pero no estaba acostumbrada a quedar fuera del control, así que la había cansado.

Se dio vuelta hacia Hyun cuando olió sangre y escuchó su respiración agitada, vió la herida de su hombro así que lo ayudó para dirigirse hacia la sala de juegos y ambos puedan descansar. Rogaba para que la herida no haya sido tan grave, cada vez era más tiempo el que se tomaba para curarse.

—Resiste, Hyun -Sun Hee le susurró estando muy cerca de la puerta. Los demás los siguieron preocupados por el estado del chico.

—Si iban a encerrarlo, ¿Para qué lo salvaron? -Preguntó Jae Hun cruzado de brazos.

—Hyun Soo -Ji Eun llamó al chico y Sun Hee volteó al mismo tiempo que el mencionado–. Lo siento. Te lo hemos puesto difícil.

El chico se quedó en silencio viéndolos hasta que la presencia de Eun Hyuk llamó la atención de Sun Hee.

—Esta vez, puedes elegir -Dijo el chico de lentes mirando a Sun Hee.

Hyun giró a ver a Sun Hee esperando encontrar la respuesta en ella o que lo pueda ayudar en eso, en cambio recibió una sonrisa tranquilizadora que le relajó el alma al chico.

—Elige tú, Hyun.

Pasaron unos segundos mientras él pensaba en su elección hasta que terminó cerrando la puerta de la sala indicando que ya no quería volver ahí, quería estar junto a los demás sin ser aislado y tampoco quería lo mismo para Sun Hee.

Ambos se encontraban en el suelo a las afueras de la guardería. Sun Hee estaba preocupada por Hyun y la herida que estaba tomando mucho tiempo en sanar, creía que si se provocaba una herida más profunda en una próxima vez era muy probable que no sane. Hyun pensaba en muchas cosas, pero sobre todo en su relación con Sun Hee. Últimamente estaba pensando mucho en ella, más desde el día del sueño dónde la besaba.

Ella lo había salvado un par de veces, se preocupaba mucho por él y nunca lo dejaba solo aunque pusiera su vida en riesgo por eso. Él la había salvado muchas veces y siempre intentaba protegerla cuando subían a buscar las cosas para los demás, estaba aprendido sobre sentirse protector con alguien ya que estuvo parte de su vida aislado sin conocer personas. Con ella sentía confianza y seguridad, sentimientos que no había sentido por mucho tiempo y que en algún momento lo lastimó.

No confiaba en nadie, pero estando con Sun Hee era todo diferente. ¿Por qué? Esa era la pregunta que Hyun intentaba responder pero no encontraba respuesta. ¿Debería pedir consejos a alguien? Sería una vergüenza total, no quería que nadie se enterase de su pequeño gran problema.

—Hyun, deberías comer un poco. Ya están sirviendo la cena -Sun Hee se puso de pie y le extendió la mano al chico–. Vamos, te acompañaré.

El chico miró la mano de su compañera y la tomó poniéndose de pie pero sin soltar su mano dejando su mirada sobre el rostro de ella. Sun Hee se sintió nerviosa por la mano de Hyun en la suya y la forma como la miraba, era mucho para ella y se sentía extraña, como cosquillas en el estómago.

Entraron a la tienda de conveniencia que en algún momento fue del señor Kim, se había convertido en un pequeño comedor donde se servía la comida y algunos se quedaban a comer ahí. La señora Lim era la encargada de servir y los demás detuvieron sus acciones para centrarse en los dos recién llegados jóvenes, les tenían miedo en especial a Sun Hee. Aquella escena de la chica sacándole la cabeza al monstruo quedaría grabado en sus cabezas para siempre.

Hyun tomó una bandeja y la señora Lim le colocó la ración correspondiente de cada uno, Ji Eun se puso de pie y se dirigió hacia donde estaban ambos. Sun Hee pudo notar que la mirada de la chica estaba puesta en Hyun y eso la hizo sentir un poco de fastidio.

—¿Quieres más? Toma de la mía -Extendió su bandeja con un poco de comida hacia el chico.

Sun Hee sintió ganas de gritarle que se fuera pero pensó en el escándalo que haría haciendo eso, así qué tragó sus ganas de hacerlo y le sonrió de oreja a oreja haciendo que Ji Eun la viera por primera vez.

—No, gracias -Hyun le respondió y su acompañante sonrió victoriosa.

—Yo si quiero. Eres tan amable con nosotros, Ji Eun -Sun Hee agarró la bandeja de la chica y ella se quedó congelada–. Si eso era todo, te puedes ir.

Caminaron por los pasillos en busca de algún lugar donde puedan comer pero no encontraron nada, así que terminaron rindiéndose a compartir un lugar con Sang Wook, quién también estaba solo. Los tres se miraron pero no querían compartir lugar, pero apareció el señor Ahn sentándose primero.

Se miraron entre sí y dieron la vuelta para irse cada uno por su lado hasta el señor Ahn habló.

—¿Se van a ir a otro lado? -Los tres miraron al señor–. Siéntense. Me distraen.

Fue cuestión de minutos cuando el señor Ahn y Sun Hee ya habían terminado lo de su bandeja hasta lo último. Ambos suspiraron felices de tener sus estómagos llenos al fin y sonrieron.

—Qué rico -Dijo el señor Ahn antes de eructar.

—Estuvo bueno -Habló Sun Hee encontrándose con la mirada de Hyun, quién la miraba sorprendido por la rapidez en qué comió la chica–. ¿Qué?

Hyun bajó la cabeza sonriendo levemente y empezando a comer con lentitud lo que estaba en su bandeja, no tenía hambre a pesar que no había comido nada en casi todo el día.

—¿Qué les pasa? -Miró a Hyun y a Sang Woo–. Incomodan a todos. Pero estamos solos, pueden relajarse -Miró a Sang Wook–. Deja de fruncir el ceño, que ya con esas cicatrices me quitas el apetito.

Sun Hee soltó una pequeña risa ganándose una mirada mala por parte del hombre, ella solo le pidió disculpas haciendo una pequeña reverencia pero no se arrepentía de haberse reído.

—Y tú, ¿Qué haces con esas cicatrices en la muñeca? -Señaló el brazo de Hyun y este se bajó la manga de su casaca. Sun Hee nunca había visto esas cicatrices–. ¿Qué es? ¿Una competencia?

El señor Ahn se subió la camisa mostrando una enorme cicatriz en su abdomen. Empezaba desde el centro de su cuerpo hasta el lado derecho cerca a la pelvis. Los tres quedaron sorprendidos por el gran tamaño de su cicatriz.

—¿Qué les parece? ¿Les da miedo? -Miró a los más jóvenes y ellos no respondieron. El hombre bajó su camiseta–. No tenía ni un solo órgano sano dentro del cuerpo. El estúpido médico no me daba ni seis meses. Lo dejé mal parado -Rio–, sigo vivo a esta edad -Siguió riendo–. ¿Les cuento cuál es mi secreto? Comer bien, idiotas. ¡Cómanse todo el plato! Debemos comer y sobrevivir.

Parece que dichas palabras tocaron algo en ambos hombres porque Sang Wook fue el primero en llevar una gran cucharada de arroz a su boca empezando a comer al igual que Hyun.

—Gracias, señor Ahn -Habló Sun Hee-. De no ser por su historia, Hyun jamás hubiera terminado de comer -Le sonrió al hombre–. Así como lo ve tímido, es muy terco.

Sun Hee rio junto al señor Ahn por lo dicho. Hyun solo miraba pensando lo hermosa que era la sonrisa y risa de Sun Hee, se podría quedar mucho tiempo solo viéndola hacer eso.

—¿Y tú? ¿También tienes cicatrices, niña? Pareces alguien muy aguerrida -Sun Hee borró lentamente su sonrisa volviendo el ambiente un poco tenso.

—Tengo unas cuantas. Todas ellas me recuerdan a mi pasado -Respondió y Hyun estaba escuchando cada palabra de ella. No conocía casi nada sobre lo que ella pasó, pero sabía que no fue fácil–. No es algo de lo que me guste hablar, señor Ahn. Lo siento.

—No te preocupes. Todos tenemos sucesos tormentosos que no queremos hablar.

Eun Hyuk, Ji Soo, Jae Hun, Hyun y Sun Hee habían sido enviados al almacén de comida para organizarla y calcular cuánto quedaba para alimentar a todos. Pasaban cajas con comida dentro entre ellos organizando lo último que quedaba hasta que Seung Wan entró muy alterado.

—Quietos -Fue lo primero que dijo y todos obedecieron sin quitarle la mirada de encima–. ¿Creyeron que no notaría que escaparían? -Eun Hyuk apareció en escena–. ¡Denme mi parte!

Se abalanzó a la mesa agarrando todos los alimentos que pudo.

—Basta, por favor -Jae Hun intentó detenerlo pero su mano estaba fracturada, así que no pudo hacer mucho.

—¡A la mierda! ¡Ya no confío en nadie!

—Tranquilo, hablemos -Insistió Jae Hun tomando del brazo al chico desesperado.

—No me toques, imbécil -Empujó a Jae Hun contra los congeladores y lo amenazó con un cúter. Sun Hee quiso acercarse pero Hyun la sostuvo de la muñeca impidiéndolo–. No me voy a morir acá así. Me voy a ir solo -Giró a ver a Eun Hyuk–. Tú, dame las llaves del auto.

—Eun Hyuk, no -Sun Hee dijo en advertencia y Seung Wan apuntó a la chica con la cuchilla.

—Cállate, perra -Levantó la voz. Se acercó más a Eun Hyuk–. ¡Dame las llaves del auto, estúpido! -Por detrás, Sang Wook se acercó lentamente–. ¡Dame las llaves, hijo de...!

Seung Wan no pudo terminar su frase cuando fue jalado por detrás y ser estampado contra la mesa por Sang Wook y luego darle un puñetazo haciendo que el chico terminase contra unas cajas. Sang Wook agarró del cuello al chico y lo arrastró por la tienda hasta tirarlo al suelo fuera de ella.

—Si no fuera por Sang Wook, lo hubiera hecho yo -Sun Hee gruñó cruzándose de brazos y ganándose la mirada de Hyun y Eun Hyuk–. ¿Qué? Me sé defender sola, tontos.

Todos salieron a ver qué sucedería con Seung Wan, más cuando gritó.

—¿Qué haces? -Apareció el señor Ahn–. ¿No tienes vergüenza? Hay niños.

—¿Qué importa la diferencia de edad? ¡Igual nos vamos a morir todos! -Gritó desesperado y luego de eso hubo un corto silencio.

—No -El señor Ahn se acercó a Seung Wan–. No todos -Se arrodilló frente a él–. Los estúpidos como tú, que se dejan llevar por el miedo, son los que mueren primero. ¡Contrólate! Encárgate de sobrevivir.

El drama de Seung Wan ya había pasado pero Eun Hyuk solicitó una reunión de emergencia con todos en la guardería. Estando todos dentro y sentados en sus respectivos lugares, Eun Hyuk empezó a escribir varias cosas en la pizarra con tizas de diferentes colores.

—Hay que salir a investigar -Se giró hacia todos–. Solo queda comida para cinco días. Empezaremos con las tiendas más cercanas.

—¿No es muy peligroso? -Preguntó Jae Hun.

—Estamos preparados. El señor Ahn investigó la zona. Y el señor Han está mejorando el auto.

—Espera, cuatro ojos -Habló Byeong Il–. ¿Quién irá? ¿Vamos a hacer un sorteo?

—Es una misión importante, así que irán los más fuertes.

La reunión había terminado ahí, solo fue para comunicar sobre la exploración de los más fuertes fuera del edificio.

Sun Hee se encontraba en una habitación sola mirando a la nada mientras pensaba en muchas cosas, sobre cómo había cambiado su vida en los últimos días y en dónde estaría en ese momento si no fuera por estar encerrada en ese edificio. Lo más probable es que ella siguiera viva si ese día se hubiera apresurado a salir del edificio hacia un hotel, ella siempre ha sobrevivido por su cuenta.

Hyun llegó al lugar donde ella estaba sentada y ocupó lugar a su lado, también mirando un punto muerto de alguna pared pero la verdad es que se sentía incómodo. Quería hablar más con Sun Hee, tenía muchas cosas dentro de él que la involucraban a ella y quería aclarar sus pensamientos y sentimientos de una vez.

—Toma -Hyun le entregó un chocolate, el mismo que ella compartió con él la vez que lo visitó en la sala de juegos.

—Gracias -Sun Hee sonrió de lado y abrió el dulce. Lo sacó por completo, lo partió a la mitad y se lo entregó a Hyun quién lo recibió de inmediato.

Ella le dio la primera mordida al chocolate acompañada de Hyun, quién imitó su accionar unos cortos segundos después mirando de reojo a la pelinegra. Sus manos sentían cosquillas y sus piernas no dejaban de moverse por los nervios.

—Hyun -Sun lo llamó y sonrió burlona cuando pudo ver un poco de chocolate en los labios del chico–. Eres tan torpe para comer.

Acercó su mano al rostro del chico para limpiar los restos de chocolate en la comisura de sus redondos labios. Él la miraba atentamente sintiendo sus mejillas empezando a quemar por la vergüenza y teniéndola tan cerca sintiendo su respiración chocar contra los labios de él. Sun Hee se dio cuenta de la corta cercanía de ambos y su corazón empezó a latir muy rápido, casi como si hubiera corrido una maratón.

Por instinto miró los labios del chico, siempre le habían parecido bonitos y hasta un día se le vino a la mente besarlo, cuando enfrentó al señor Kim mientras votaban. ¿Sería el momento perfecto para probarlos por primera vez? De solo pensarlo se ponía más nerviosa pero las ganas de hacerlo se incrementaban. No pudo aguantar mucho más y terminó por acunar el rostro de Hyun con ambas manos y estampar sus labios con los de él.

Hyun fue tomado por sorpresa pero terminó cerrando los ojos disfrutando del tacto de sus labios con los de ella, tal como en su sueño solo que ahora lo estaba viviendo y se sentía aún mejor. Sun Hee movió sus labios con lentitud mientras el chico intentaba seguirle el ritmo a pesar de no haber velocidad de por medio. Ella había besado un par de veces pero ese beso fue diferente, ese beso le hizo sentir muchas emociones dentro de ella que desconocía hasta ese momento.

Ambos labios se movían con lentitud y sus manos buscaban explorar más. Las manos de Sun Hee pasaron al cuello de Hyun jugando con los cabellos de su nuca mientras el chico se atrevió a colocar sus manos en el cuerpo de ella, tomándola a penas por la cintura. El deseo por más de Sun Hee se hizo presente, terminando por acelerar el beso transformando algo lento a hambriento.

Empezó a tirar de los cabellos del chico y este dio firmeza a su agarre en el cuerpo de la chica. Ella se puso de rodillas sin romper el beso para tomar altura y así poder pasar su pierna derecha por encima de las piernas de Hyun quedándose sentada en su regazo estando frente a frente y teniendo una mejor posición para seguir besándose.

Las lenguas entre ambos se vieron involucradas cuando Sun Hee mordió ligeramente el labio inferior del chico sacándole un pequeño quejido y abriendo su boca para que la lengua de ella ingresara. Ambos eran un desastre tratando de comerse la boca prácticamente. Sun Hee seguía tirando de los cabellos del chico y él bajaba sus manos con lentitud hasta terminar posándolo en su espalda baja. Ella se movió hacia adelante estando completamente pegados pecho con pecho y sus manos se deslizaron hacia los anchos hombros del chico.

¿Eres capaz de amar a alguien? Solo destruyes a las personas de tu alrededor.

Sun Hee se separó de inmediato alejándose por completo de Hyun como si su cuerpo le hubiera quemado.

—¿Sun Hee? -Hyun le preguntó viendo que ella estaba asustada.

La chica salió corriendo del lugar dejando a un Hyun confundido y un poco apenado por el beso. ¿Había algo mejor que dar tu primer beso en un apocalipsis? Fue su primera experiencia besando y era un hecho que no fue la primera de Sun Hee, temía que no haya sido lo suficientemente bueno para ella o peor, que no haya sentido lo mismo que él sintió.

La pelinegra había corrido lo suficiente para quedarse sentada en un pasillo muy lejos de su compañero. Se sentía mal, se odiaba a sí misma en especial a esa voz que le recordaba lo que realmente era. Ella no podía amar a nadie, todos terminaban heridos o muertos. No quería tener más pérdidas en su vida, ya había sido lo suficientemente duro para dejarla con cicatrices que nunca se irán. Había una enorme nube negra sobre ella que le impedía ser feliz, su pasado estaba grabado en cada parte de su cuerpo.

¿Quién la iba a amar? ¿Quién iba a querer a un monstruo?

—¡Sun Hee! -Ji Eun apareció agitada y preocupada.

Lo primero que Sun Hee pensó en algo que le haya podido pasar a Hyun.

—¿Qué sucede? -La chica se puso de pie inmediatamente.

—Es Ji Soo, se desmayó en el baño.

Ambas chicas corrieron hacia donde se encontraba Ji Soo. Todos estaban a su alrededor preocupados, su estado era muy deplorable y estaba pálida.

—¿Hace cuánto te duele? -Eun Hyuk estaba al lado de Ji Soo.

—Estoy bien -Respondió a penas.

Eun Hyuk hizo a un lado los brazos de la chica para tocarle el abdomen y ella hizo un quejido de dolor.

—Veamos si duele cuando la quito -Avisó. Eun Hyuk quitó su mano y Ji Soo volvió a quejarse–. ¿Será apendicitis?

—¿Qué es eso?

—Inflamación del apéndice.

—¿Qué hacemos? ¿Cómo sabes? -Preguntó la señora Hye In.

—Debería saberlo. Lo admitieron en la facultad de medicina -Respondió Eun Ji.

—¿Qué hacemos? -Habló la pequeña Su Yeong asustada.

—No le pasará nada -La señora Cha colocó una mano sobre la niña para tranquilizarla.

—Se está acabando el momento de oro de ambos lados -Dijo la señora Hye In preocupada.

Sun Hee giró su cabeza cuando notó la presencia de alguien acercándose, se trataba de Hyun quién la miró unos cortos segundos pero luego desvió, estaba un poco avergonzado sobre lo ocurrido antes. La pelinegra necesitaba aclarar algunas cosas con Hyun pero a pesar de que ella era valiente para enfrentar a todos, no era valiente para expresar sus sentimientos.

La pelinegra se acercó a Eun Hyuk luego que todos se dispersaran dejando descansar a Ji Soo.

—Eun Hyuk -Lo llamó y el chico se giró hacia ella–. Si Ji Soo necesita cualquier cosa de afuera, cuenta conmigo para ayudarla. Haré lo que sea.

—Gracias, Sun Hee. Pero necesito hablar primero con Jae Hun, hacer algo ahora sin experiencia podría ser riesgoso.

—Está bien -Asintió y estaba a punto de irse pero Eun Hyuk la tomó de la muñeca impidiéndolo. Hyun dio un paso para acercarse a ambos.

—Sun Hee -Miró a la chica durante unos segundos–, ¿Estamos bien?

—Sí -Le sonrió de lado y asintió–. Estamos bien, Eun Hyuk.

Eun Hyuk salió del lugar donde se encontraba Ji Soo descansando, Hyun ya tenía su arma preparada esperando solamente las órdenes de Eun Hyuk para acatar.

—Haré la cirugía -Comunicó y Sun Hee se le puso de nervios. A pesar que el chico sabía de medicina, no era profesional–. Necesito anestesia, antibióticos, sueros e instrumentos quirúrgicos.

—Yo iré -Dijo Jae Hun muy decidido.

—¿Quieres que te maten? -Sang Wook apareció–. Serás un obstáculo en ese estado.

—Yo también iré -Dijo Yu Ri.

—De ninguna manera -Habló el señor Ahn.

—Hay muchos instrumentos quirúrgicos. A menos que se traigan todo el hospital, necesitan a alguien que sepa qué buscar.

El señor Ahn se puso de pie acercándose a Yu Ri y luego miró a Eun Hyuk, quién también hizo lo mismo.

—Ayúdenos.

—Yo también iré -Anunció Sun Hee llamando la atención de todos.

—No -Hyun dijo de inmediato y la chica giró a verlo.

—No estoy pidiendo permiso. Prometí ayudar a Ji Soo en lo que sea que necesite.

No era una opción discutir con Sun Hee, Hyun sabía que la chica no daría su brazo a torcer con facilidad porque era muy terca, así que no le quedó de otra que ceder. Al menos estarían juntos, así que podría vigilarla de cerca.

En el auto Sang Wook iba de piloto mientras que atrás estaba Yu Ri y Sun Hee, solo faltaba Hyun que se acercó pero fue retenido por Eun Hyuk antes que abriera la puerta del copiloto.

—Si algo sale mal, vayan al hospital. La comida es secundaria. Salvar a Ji Soo es primordial -El chico asintió y Eun Hyuk lo dejó ir pero habló una última vez–. Cuídala bien.

Hyun sabía a quién se refería. No hacía falta que él se lo diga, Hyun siempre la iba a proteger mientras esté con vida.

Sun Hee sentía que las cosas estando fuera no iban a ser fáciles, algo iba a suceder y ella estaba dispuesta a enfrentarlo. Colocó su mano sobre el antebrazo del brazo izquierdo de Hyun que iba en el copiloto. El chico se congeló y la miró de reojo, puso su mano derecha sobra la de ella entrelazando sus dedos brindándose seguridad mutua mientras el auto salía del edificio.

Fue cuestión de minutos antes que algo golpeara el auto haciendo que diera varias vueltas terminando casi destrozado.

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