05. nerves
CAPÍTULO CINCO
Nervios
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Eun-hyuk retiró el último papel que se encontraba en la urna, lo desdobló y enseñó el resultado ante todos.
—Nulo -Fue lo que dijo y el señor Kim se lo quitó de la mano viendo más de cerca el resultado.
—No puede ser -Se giró hacia el chico de cabello largo, quién lo ayudaba–. Oye, trae a ese idiota.
—¿Yo? -El chico se señaló nervioso.
—¡Sí! ¡Debemos deshacernos de él lo antes posible! -Alzó la voz.
—Si alguien le toca un pelo, juro que lo mataré -Sun Hee amenazó mirando al señor Kim con mucho enojo.
—No estoy de humor para lidiar con tu rebelión, niña estúpida -Desvió su vista hacia el chico que mandó–. ¡Ya! ¡Vete!
El chico salió de la habitación un poco nervioso y apresurado, no quería acercarse al infectado por miedo a que le vaya a atacar pero el señor Kim lo dominaba, ya había ejercido su miedo sobre él lo suficiente como para hacer lo que sea sin importar de arriesgar su vida por eso.
—Está advertido, señor Kim -Sun Hee le señaló y luego miró a todos los demás, quiénes la miraban expectantes–. Si alguien le hace algo a Hyun Soo, no vivirán para contarlo.
—Votación, al carajo -El señor se giró hacia Eun Hyuk y arrojó el papel al suelo–. ¿Todos están locos? ¿Ya olvidaron que alguien murió?
—¿Se opone al resultado? -Habló Eun Hyuk a sus espaldas.
—¿Qué? ¿"Ser cómplice de homicidio"? El homicidio es el asesinato de un humano, ¡No de un monstruo!
El señor Kim sacó su lado agresivo tirando la mesa al suelo pero pronto empezó a sangrar a grandes cantidades por la nariz. Todos se sorprendieron por verlo de esa manera, mientras que Sun Hee solo se regocijaba de felicidad por eso.
—Cariño -La esposa del señor Kim cubrió su boca al ver a su esposo.
—Esto es porque estoy cansado -Habló desesperado haciendo el intento de cubrirse la nariz pero la sangre era demasiada para no pasar desapercibido.
Se abrió paso entre todos quiénes se alejaban tratando de evitar entrar en cualquier contacto con el hombre.
—Señor Kim -Sun Hee lo llamó y el mencionado se giró–. Yo creo en la ley del karma y parece que su momento llegó. Suerte -Le sonrió de una manera tenebrosa y él intentó huír pero alguien se atravesó en su camino.
Todos se giraron a ver a Hyun Soo frente al señor que seguía sangrando, Sun Hee lo miró atenta esperando que el chico vaya a decir algo pero a juzgar por su comportamiento sumiso y tímido, no sería capaz de decir mucho.
—Prepárese -Le dijo Hyun Soo y el hombre empezó a temblar.
—¿Qué?
—Si no quiere que se lo coman.
Sun Hee sonrió de lado al escuchar las palabras del chico, le estaba incitando el miedo en el hombre y eso de alguna manera la hizo sentir orgullosa.
—Hijo de puta -Maldijo al chico y él pasó por su lado luego se agachó a recoger un papel.
—¿Tengo derecho a votar? -Tenía en su mano un papel con el círculo marcado y se acercó a la caja para votar–. Si meto este voto, lo echarán conmigo, ¿No? -Giró su cabeza a mirar al señor Kim pero sus ojos estaban completamente negros–. ¿Verdad?
La chica ya no podía aguantar, estaba tan feliz que su sonrisa de oreja a oreja era casi imposible de esconderla. ¿Estaría loca si piensa que esa actitud que Hyun Soo tenía en ese momento le parecía atractivo? Porque estaba dispuesta a acercarse y besarlo pero no lo haría solo por la falta de confianza entre ambos.
El señor Kim no aguantó demasiadas emociones por lo que terminó desmayandose sobre su propia sangre.
—Pondremos a Suk Hyun y Hyun Soo en la sala de juegos -Ordenó Eun Hyuk y Sun Hee se sintió más aliviada.
Algunos estaban fuera de sala de juegos hablando entre ellos sobre la escena que se dió en la guardería.
—Es un chico. Un chico lindo -Dijo la señora Hye In sosteniendo a su perro.
—¿No viste todo lo que sangró y aún así no murió? -Habló el chico de cabello largo–. No hay que juzgar por las apariencias.
—¿Sobreviviría a un disparo en la cabeza? ¿Cómo se lo mata? -Preguntó el chico más alto y miedoso.
—¿Tú sobrevivirías si te disparo en la cabeza? -Sun Hee llegó al grupo comiendo una manzana. Los demás se tensaron por su presencia y ella se apoyó contra una pared.
—¿Cómo podrías...? ¿Votaste a favor? -Preguntó la señora–. Ustedes son los cómplices.
—¿Y si se convierte? ¿Lo dejarán estando así -Volvió a preguntar el chico.
—¿Alguien me explica por qué pasa esto? ¿Es un virus?
—Es peor que un virus - Respondió Sun Hee captando la atención de los demás–. Los virus se pueden estudiar e identificar la manera de como prevenirlo, esto no se sabe ni qué es y lo que ocasiona. Ni las autoridades saben cómo funciona.
—Por favor -El chico de cabello largo miró a Sun Hee con molestia–. ¿No vieron las noticias? Es por el deseo humano.
—Sí. Debe ser la codicia del dueño del supermercado -Habló el chico de lentes.
—¿Y qué hay de Hyun Soo? ¿Cuál era su deseo? -Preguntó el chico de lentes colocándose de pie.
—Ten cuidado tú también. Parecía que no podías controlar las ganas de comer -La hermana menor de Eun Hyuk apareció y miró al hombre que habló antes.
—Es por la radiación -Dijo la señora Hye In.
—¿La radiación?
—Es nuestro castigo. Dios nos castiga -Habló por primera vez la chica que siempre acompañaba a la señora Hye In, Ji Eun.
—Sí, estoy de acuerdo. Es la respuesta más creíble que oí hasta ahora -Miró a todos–. Cómo todos somos humanos, nadie sabe... Quién sigue.
Eun Yoo miró el miedo que había dado en los demás por sus palabras, sonrió de lado un poco burlona y siguió con su camino con las manos dentro de los bolsillos de sus shorts. Es un chica muy despreocupada, sin miedo a nadie y sobre todo, con una percepción de la realidad muy cruda que destruye tus esperanzas.
A Sun Hee le agradó en su momento pero no iba a andar por ahí diciendo que pronto todos moriremos. Ella ha estado al borde de la muerte muchas veces más de las que pueda contar que ahora no tenía miedo a nada y mucho menos piensa que morirá en esa situación.
Sun Hee pasó por el pasillo siendo seguida con las miradas, jugaba con el cuchillo que tenía clavado una manzana entera mientras que en su otra mano tenía la manzana que estaba comiendo. Pasó por los pasillos tomando camino hacia la sala de los juegos, iría a visitar a Hyun Soo y no le importaba que el señor Kim esté a dentro, tomaría la oportunidad para molestarlo un rato.
—No hay más que decir -Escuchó la voz de Hyun Soo cuando Sun Hee entró.
—Uhm, huele a basura -Sun Hee cerró la puerta a sus espaldas llamando la atención de los dos hombres–. Oh, señor Kim. Por eso se me hacía conocido el olor -Fingió felicidad y se acercó al chico.
El señor Kim miró con odio a la joven y se alejó de Hyun Soo sin dejar de verlos, en especial a la chica que le tiene un poco de miedo por sus amenazas constantes con la pistola. Sun Hee miró al hombre y le guiñó un ojo con burla para luego sonreírle hasta tomar asiento junto a Hyun, quién miraba cada movimiento de la chica.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a traerte esto -Sun Hee le extendió la manzana entera que tenía clavada en el cuchillo–. No has comido en horas, pensé que podrías tener hambre aunque esto no es mucho.
Hyun miró la fruta perfectamente roja y lo tomó dudando un poco sobre si hacerlo o no, ambos aún eran desconocidos pero habían hecho muchas cosas el uno por el otro para mantenerse vivos. El chico no era alguien sociable pero de alguna manera podía sentir que esa chica le agradaría, solo debe dejar de lado su timidez para entablar una conversación más sólida.
—Gracias -Le dijo. Sun Hee lo miró atenta poniendo nervioso al chico quién la vió de reojo–. ¿Qué sucede?
—Come. ¿Te pone nervioso que te miren comer?
Me pone nervioso que me mires tú. Pensó el chico y luego frunció sus cejas confundido por su pensamiento.
—Está bien, si te pone nervioso no miraré -Cubrió sus ojos con ambas manos–. Pero debes darle una mordida ahora o me enojaré. Rápido.
Hyun Soo miró a la chica que cubría sus ojos con ambas manos y el chico sonrió de lado por su comportamiento. Sun Hee movió sus dedos y así pueda ver un poco de lo que iba a hacer Hyun, el chico miró la manzana y lo pensó unos segundos antes de darle una mordida.
—Muy obediente, Hyun Soo -Sun Hee retiró las manos de sus ojos y le sonrió de lado–. Por suerte tenía dos manzanas en mi mochila.
Sun revisó en el bolsillo de su chaqueta recordando que tenía el chocolate que le había quitado a Hyun. Abrió el empaque y sacó el dulce para partirlo a la mitad, la chica sostuvo la mano de Hyun para dejar el chocolate en la palma y le volvió a sonreír.
—Debes comer aunque sea un dulce -Le recriminó–. Has podido perder mucha sangre, así que come lo que sea.
Hyun se sentía raro. Tenía muchas emociones dentro de él entre ellas felicidad, miedo y seguridad. Sun Hee es la primera persona de su edad que le transmite amabilidad y preocupación hacia él, durante mucho tiempo nadie le había hecho sentir igual. Su vida había sido tormentosa a su manera, no se comparaba a lo que había pasado Sun pero cada uno tiene su infierno personal. Él pasó por muchas cosas malas que le hizo perder la confianza en cualquier persona pero Sun Hee podría hacerle recobrar eso que perdió, lo podía sentir.
Le sonrió y se comió parte del chocolate bajo la atenta mirada de la chica, quién también hizo lo mismo que él. Hyun miraba a Sun Hee comer el chocolate hasta que captó una pequeña mancha que quedó en la comisura de sus redondos labios, el chico no sabía que hacer y se puso nervioso por naturaleza. De alguna manera, era la primera vez que pasaba con una chica tan cerca.
—S-Sun Hee -La llamó en un susurro–. Tienes... -Se señaló la comisura de sus labios indicandole que tenía una mancha.
—¿Aquí? -Preguntó la chica limpiando su comisura izquierda pero no era ahí.
El chico tomó aire y valentía para hacer lo primero que se le vino a la mente, acercó lentamente su mano izquierda para hacer contacto con el rostro de Sun Hee. Limpió el chocolate de su comisura derecha con delicadeza, como si se fuera a romper si hacia mucho contacto. Ambos sintieron como la sangre les subía hasta colocarse sobre sus mejillas por la vergüenza.
Ella nunca fue tocada por un hombre y él nunca por una mujer. Eran iguales de inexpertos y siendo primerizos en lo que sea que se haya dado en esa situación, tenían emociones encontradas dignas de dos jóvenes.
Hyun alejó su mano por completo y carraspeó mirando a otro lado, se sentía muy avergonzado por lo que hizo. Sun se puso de pie casi de inmediato sintiendo el ambiente muy incómodo entre ambos chicos.
—Creo que es mejor que me vaya -Señaló la puerta–. Nos vemos. Cuídate.
—Adiós -Murmuró mirando el suelo tratando de controlar los latidos de su corazón.
Sun Hee se detuvo en la puerta unos segundos y giró su cabeza para ver al hombre que estaba sentado del otro lado y había sido testigo de cada momento que ambos jóvenes habían pasado juntos. La chica lo miró mal cambiando su expresión de inmediato.
—Si le hace algo, no dudaré en matarlo -Lo señaló y terminó por salir de la sala.
Su cabeza estaba llena de pensamientos al respecto de lo vivido hace rato pero sobre todo, de las nuevas emociones que sintió. Sin darse cuenta terminó por chocarse con alguien al girar en una esquina del pasillo pero esa persona logró tomarla de la mano antes de su caída al suelo, tiró de ella haciendo que impacte contra algo duro. Ella abrió los ojos y se dió cuenta que estaba apoyada contra el pecho de alguien. Se alejó rápidamente viendo que se trataba de Eun Hyuk.
—Lo siento mucho, yo... -Habló nerviosa.
—No es necesario -La interrumpió–. Mira por dónde vas la próxima vez.
El chico siguió con su camino pasando por el lado de Sun Hee pero ella lo detuvo.
—Eun Hyuk -Lo llamó y él se giró–. No te agradecí por habernos aceptado aquí, a pesar que Hyun está infectado.
—Todos son humanos, no podía dejarlos afuera.
Fue lo último que dijo el chico de lentes antes de retomar su camino alejándose de Sun Hee, quién se había quedado en medio del pasillo.
La noche había llegado y todos estaban durmiendo, solo habían algunos pocos que estaban haciendo turno para cuidar las instalaciones y nada malo suceda. Sun Hee estaba en un lado junto a Ji Soo, la chica empezó a dar vueltas en el suelo teniendo un mal sueño pero este era diferente, no eran recuerdos, era algo más tenebroso.
Su subconsciente era en forma de ella pero de unos ojos completamente rojos con una sonrisa espeluznante.
—¿En serio piensas que todo saldrá bien? Somos una sola persona, sabemos de lo que somos capaces ¿Estás dispuesta a sacrificarlos? ¿Te gustaría derramar más sangre en tus manos? Los matarás a todos.
—¡No mataré a nadie! -Gritó Sun Hee despertando de golpe.
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