00┆「 ✦ 𝐟𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 ✦ 」
Acelero escuchando las sirenas pitar en su oído, con su mirada desviandose al retrovisor ocasionalmente vislumbrando aún los llamativos colores de la patrulla policial, con una mano apreto y manejo con firmeza el volante mientras que con la otra armaba un nudo sobre su abdomen hecho con su suéter intentando inútilmente detener el sangrado.
Giro la curva derrapando acercandose cada vez más a los desvíos del bosque, donde podría perderse fácilmente de los ojos de la ley.
Al ver finalmente el camino de barro no dudo ni un segundo en tomarlo atropellando el letrero que impedia el paso, pero su plan no se veía siendo cumplido, la policía aún seguía su rastro apesar de ya no verlos a sus espaldas.
El auto recibía varios golpes por el camino que se volvía cada vez mas angosto, se quedaba sin lugar y su esperanza vino y se fue cuando había un camino otra vez pero este conducía a un río hondo.
Pero su ingenio brillo, freno y afortunadamente no se estrelló. Bajo del auto y tomo todas las piedras pesadas que vio colocandolas encima del pedal no sin antes con sus hileras afirmar y atar el volante a la cabeza del asiento así fuera derecho y con eso el auto fue dejándolo atrás, no perdió tiempo y corrió a lo profundo del bosque con el sol bajando.
—jodida mierda
Sería un robo cotidiano y simple, como todos lo que había hecho hasta ahora.
Había ingresado al banco habiéndolo estudiado con anterioridad, su rostro tapado y el arma falsa en mano entrando justo en el cambio de guardia tomándolo desprevenido, la gente se asusto con facilidad y cedieron a sus órdenes, mantuvo alejados a los empleados de sus sectores impidiéndole la capacidad de apretar el botón de pánico ¡incluso apago las cámaras de seguridad para bloquear la vista del dueño!
Todo estaba jodidamente bien hasta que uno se hizo el héroe, cuando llenaba los bolsos deportivos con el dinero fue derribado por un chico corpulento con más masa muscular que cerebro, sus manos habían quedado sueltas y si su arma no hubiera sido falsa, fácilmente podría haberle pegado un tiro en la cabeza pero como era falsa y no era ni un tercio de la masa de esteroides que estaba encima suyo, el ser sin cerebro tuvo el tiempo suficiente para tomar su arma pese al forcejeo, gritando a los cuatro vientos que era falsa.
Tan idiota no era pero se negaba a reconocerlo en voz alta.
La gente ya no tuvo miedo y el guardia lo redujo con su arma de verdad, pero el policía si era delgado así que pudo darle un codazo y salir corriendo esquivando casi todas las balas, subiendo al auto de escape acelerando a toda marcha.
Si, esquivo casi todas las balas excepto una.
Su remera se sentía desagradablemente pegajosa y sus gemidos de dolor por cada paso que daba se hacían menos fáciles de retener.
¿Es posible que la bala se hundiera más en él? Porque así se sentía.
Por otra parte, el señuelo había funcionado, ya no oía la molesta sirena policial.
Sin embargo todo terminaría siendo en vano si no encontraba un lugar donde curar sus heridas, moriría del dolor y la infección en su herida. Faltaba poco para el anochecer, se sentía perdido y cada vez más cansado, la pérdida de sangre ya lo estaba mareando, había sido un milagro que resistiera tanto.
Se apoyo contra un árbol sintiendo perder el sentido.
No podía morir.
No aquí.
No ahora.
Con esta vida de mierda.
¿Donde quedarían las promesas?
¿El futuro que tanto anhelaba?
Cerro los ojos y por un breve instante, en la oscuridad que comenzaba a cubrir el bosque, vio una luz.
—¿qué...es eso?
Una luz, eso era una luz ¿cierto?
Podía verlo, entre los árboles había una luz casi marchita a la distancia.
Agarrando su herida, con fuerza en cada paso apoyo su peso en los árboles, su respiración cada vez pesada apurando sus pasos sintiendo la desesperación asfixiarlo por lo cerca que estaba, la ansiedad creció hasta finalmente, entre los borrones de sus ojos, entre la sangre que embarraba sus manos, había llegado.
La puerta de una mansión abandonada, luces prendidas con un jardín desamparado y rejas abiertas casi salidas de su lugar.
¿Por qué estaban prendidas las luces si el lugar parecía abandonado?
No importaba la respuesta, ese lugar espeluznante era su única salvación.
Con un pie tras otro pudo llegar a la reja, aferrándose a sus barrotes le temblaron las piernas, ya no tenía fuerza ni para sostenerse a sí mismo.
—¡vamos, vamos, solo un poco más!
Estaba cerca, tan cerca.
Sus manos temblaron y su vista se nubló de nuevo, era demasiado tarde.
Ya había llegado a su limite.
Las lágrimas no tardaron en salir.
No queria morir, no sin cumplir sus sueños.
Dejar de ser este ser miserable, ser por fin feliz en este mundo de mierda, sin miedos, sin preocupaciones.
Pero lo tenia merecido ¿verdad? Morir sin cumplir sus sueños, sus pecados no era grandes pero eran pecados a fin de cuentas.
Un castigo divino por sus manos sucias.
Sus manos perdieron fuerza, soltando los barrotes cayendo hacia atrás.
Sintió el lodo en sus dedos, era chistoso si lo veía de esa manera.
En el lodo naciste y en el lodo morirás.
A fin de cuentas, no había cambiado nada.
Todo fue en vano, su muerte sería insignificante en el mundo, a nadie le importaba.
Enfoco la vista por una última vez antes de entregarse a la muerte, el cielo nocturno era una hermosa última vista.
Antes de que su mirada se oscureciera, el cielo borroso tenía un tono blanco palido y el silencio de la noche fue perturbado por una pesada respiración.
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