Estaba equivocado al pesar que me dejarías acercarme tan fácilmente, luego de San Valentín no volviste a dirigirme la mirada, eras tan confuso Jihoon, ¿cómo podías definirme como una sandía y luego dejar de hablarme?

Era martes cuando te ví muy concentrado haciendo algún tipo de garabato, parecías frustrado y yo no quería interferir pero si quería saber qué ocurría con exactitud, no era común ver algún tipo de expresión en tu rostro.

Luego de armarme de mucho valor pude acercarme, ¿lo recuerdas? A primer instante pensé que ibas a sacarme de allí, estabas solo después de todo, nisiquiera Mingyu estaba junto a tí como en cada receso. Pero en lugar de eso me hablaste, de la nada solo comenzaste a hablar de alguna cosa al azar que rondaba en tu cabeza, en esta ocasión era sobre los pétalos delicados de una rosa. No sé a qué querías llegar pero solo te escuché hasta que finalizaste.

Tenías demasiado estrés encima y lo notaba por como masajeabas tu sien repetidas veces, entonces como toda una sandía, me dispuse a hablarte. No había tenido un buen día tampoco, pero después de todo eso no era tu culpa y el verte tan afligido solo cambió mi mal humor volviéndolo en preocupación, ¿por qué debías importarme Lee Jihoon?

— ¿Quieres ir por un café?

Nisiquiera yo era consciente de lo que decía, pero sentía que debías salir de allí o estarías en medio de un posible colapso.

— Tenemos una clase más, no podemos salir ahora, piensa un poco Choi

Solo reí, nisiquiera habías rechazado mi petición. Aunque mencionaste no poder salir, allí estabas guardando todo y jalando de mi brazo para que salieramos del lugar. Hacías cosas tan contrarias a lo que decías, pero para mí no era una molestia.

Si fuimos por un café, pero apenas y pudimos hablar de los proyectos de la universidad, dijiste que querías terminar tu carrera para irte lejos y estudiar algo que realmente se asemejase más a tí, te encantaba escribir podía verlo, pero cuando pregunté si tenías alguna historia escrita solo negaste diciendo que no era eso con exactitud. Si te encantaba tanto escribir, ¿cómo es que no tenías algo? ¿Eras alguien más de poesía? Tal vez tuve que indagar más al respecto.

Recibí una llamada en medio de la conversación, no eran buenas noticias pero no podía permitir cambiar mi ánimo de un segundo a otro solo porque sí. Sin embargo, mi expresión había cambiado por completo aunque no quisiese, lo noté porque al verme parecías confundido, sabía que ibas a preguntar al respecto, por lo mismo debía adelantarme y despedirme.

Aunque mis acciones fueron rápidas, aún así mencionaste algo luego de dar un sorbo a tu café.

Parpadeé dos veces luego de asimilar todo, pero tu no mostrabas ningún tipo de expresión y sentía mis mejillas arder. Antes de siquiera cometer un error, solo salí de allí con la misma sonrisa que tenía al llegar al pequeño cafetín.

"— Seungcheol, no permitas que borren tu sonrisa... Es linda"

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