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⁰¹²·La criatura

La palabra cansancio le quedaba corta a la pobre alma de Jeon JungKook, no tenía realmente mucha ira para estar maldiciendo al fantasma que le seguía como sombra, frustración era una palabra más correcta para él, se sentía frustrado de todo a su alrededor, diría que su vida ya era suficiente mala sin tener al fantasmita merodeando y tenerlo consigo era una catástrofe que agregar a su vida.

Se comenzaba a sentir indefenso, al principio creía que tenía cierto control de la situación, más leve de lo que podría desear pero lo suficiente para sentirse seguro en ciertas situaciones, sin embargo mientras pasaban los días daba cuenta que estaba avanzando ciego a un camino que lo llevaba a un destino desconocido, bien podría pensar que se entregó en bandeja de plata al sacar al fantasma de cabellos rojos del espejo –que por cierto, aún no salía de su pared–.

¿Quién sabe qué cosas podría llegar a hacer? Borrarle la memoria y alterar recuerdos, ya era suficiente para preocuparle.

Al entrar a su hogar, vio a la servidumbre limpiando como usualmente hacían, siendo saludado cortésmente por los empleados, saludos que devolvió en un leve asentimiento de cabeza sin ganas de hablar.

—Buenas tardes, jovencito Jeon —una de las que limpiaban el polvo.

—Buenas tardes, jovencito Jeon —un sirviente vestido en traje.

—Buenas tardes, jovencito Jeon —una de las cocineras que se dirigía a la cocina.

"..Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon

Buenas tardes, jovencito Jeon..."

Una y otra vez por cada sirviente, o quizás él escuchaba de más, el sonido del saludo entraba como un zumbido y rebotaba en su cabeza, sin parar en ningún momento.

Jeon JungKook —tétrica voz rasposa y susurrante.

Y el constante zumbido cambió a un silencio invernal.

Como si fuera en cámara lenta, el pelinegro respondió al sonido abriendo en demasía sus ojos para dirigirlos en donde sus sentidos la detectaron, viendo de reojo a una criatura de masa negra, forma amorfa, con ojos rojos brillantes y a pesar que no existía un detalle preciso de que tuviera rostro, sintió como si lo que asumió como ojos penetraran su alma haciéndolo sentir débil y con un extraño deja vú.

Sintió náuseas y sin darse cuenta cayó de rodillas vomitando.

El vómito le hizo lagrimear y todos los sirvientes cercanos fueron a ayudarle y a limpiar lo más rápido posible, le llenaron de preguntas sobre su estado cuando se detuvo, por un momento JungKook se quedó mirando a la nada mientras dos lágrimas traviesas recorrían cada mejilla, sintió un agarre con fuerza en su hombro que de alguna forma hizo que su mente recordara lo que vio hace apenas unos segundos, casi asustado giró la cabeza bruscamente a donde se supone que estaba la criatura no encontrando nada, luego sus ojos desastrosos miraron a la empleada que tenía su mano en su hombro la cual le miraba preocupada.

Lo llevaron a su habitación ayudándole innecesariamente con sus cosas, él podía por sí solo pero comprendía que lo trataran así cuando vómito de la nada en medio de la sala.

Le hicieron acostarse para que reposara, dejando en claro que llamara si necesitaba ayuda en algo, y a pesar de dejarlo en aquella posición, apenas se fueron JungKook se sentó en la orilla de la cama con los pies apoyados en el piso. Ciertamente también se encontraba abrumado con lo que acababa de pasar y tal vez debió hacer caso en acostarse, dio un suspiró antes de fijarse que frente a él se encontraba la misma masa negra, un poco más humana pero sin serlo en su totalidad teniendo defectos que sólo se mostraban de manera abstracta, y los grandes huecos rojos seguían fijos en él, JungKook sin quitarle la vista levantó los pies del suelo para acercarlos contra su cuerpo y retroceder sintiendo una especie de intimidación, buscando resguardarse, pero en un pestañeo la figura desapareció sin rastro.

Tomando más conciencia miró para todas partes buscando la figura, pues era obvio concluir que era TaeHyung y aunque aquella forma quizás lo podía tener mal por unos segundos como otras, al final sabía que era algo irreal, después de un rato de no encontrarla.

Miró su almohada y su colchón, recordando lo de ayer, –o lo que supuestamente pasó–, se acostó de todas formas y tomando el riesgo de quizás no conseguirlo de manera tranquila, decidió cerrar los ojos y dejar que el sueño lo arrastre.

TaeHyung se encontraba a los pies de la cama, la rodeó a paso lento pasando elegantemente su dedo tan lento como era su paso por el contorno del cuerpo del menor, al llegar a su rostro dormido encontró la tentación de convertirse en una pesadilla pero no era el plan, necesitaba tenerlo consciente, además desde el suceso del atrapa sueños ya le era difícil poder adentrase a la mente del otro mientras este dormía por lo cual sus opciones eran limitadas. Observó el cansado rostro ajeno estar sumido en el sueño, viendo los que antes eran atractivos ojos ser decorados por unas ojeras, siendo la piel naturalmente pálida hacerlo lucir enfermo en combinación, el pelirrojo se preguntaba: ¿qué tan mal podría poner a JungKook? Porque él recién estaba comenzando.

━⸙͎.𖤐⸙͎.━

Al despertar fue incluso una grata sorpresa darse cuenta que de verdad pudo dormir, su habitación lucía oscura y al mirar por la ventana comprobó como el cielo se abría a la noche lo cual explicaba el estado actual de su habitación, se frotó los ojos y se dirigió a prender la luz, el interruptor estando en la pared contraria a su cama, hecho su cometido giro en su lugar encontrándose frente a frente con la amorfa criatura que le ha estado persiguiendo desde que llegó a su casa, tan cerca que hasta pudo sentir como un frío aliento emanaba de aquella, el susto le hizo retroceder tan rápido que provocó que su cuerpo apretará el interruptor regresando a la oscuridad, en su pequeño estado de pánico se apuró en volver a encenderla y sin embargo ya no había nada frente o cerca de él.

Miró a todas partes quieto en su lugar, respiró profundo agarrándose la cabeza sintiendo jaqueca, decidió ir al baño a despejarse con agua fría.

El trayecto fue corto y cuando estaba por entrar de nueva cuenta a su habitación captó un característico timbre de voz.

—Te ves como si hubieras visto un fantasma —giró la cabeza viendo a TaeHyung apoyado en la pared del pasillo sonriendo por sus propias palabras, el antes dicho le devolvió la mirada aún con una sonrisa en su boca—. ¿O sólo estás feliz de verme?

JungKook frunció el ceño, mirándole molesto y sabiendo que cada día se arrepentía más de haberlo invocado pensando que nada iba a pasar, de hecho estuvo a punto de responderle en un tono desagradable pero a la entrada del pasillo sus ojos captaron la criatura observando quieta y callada, sólo estaba parada allí, por supuesto TaeHyung notó el cambio de expresión del chico pasando de una principalmente molesta a una con facciones más tensas y ojos bien abiertos mirando algo más allá de él mismo, JungKook intercalaba la vista entre el pelirrojo y la figura un par de veces, y fue en el momento que se le ocurrió pestañear que la figura desapareció al igual que TaeHyung, aunque este último no por mucho.

—¿Qué miras tanto? —sintió un susurro en el oído sorprendiéndose un poco, pues ahora TaeHyung se encontraba detrás de él mirando a la misma dirección de la entrada del pasillo.

El pelinegro cerró los ojos, inhalo y exhalo aire lentamente bajo la mirada del pelirrojo.

—Como si no supieras —después dicho se apuró a entrar a su cuarto cerrándole la puerta en la cara al contrario, aunque bien TaeHyung podía atravesar paredes, no fue la gran cosa.

—¿Sabes? intentó hacerte conversaciones civilizadas sin tener que estar dentro de ti —se detuvo un segundo pensando sus propias palabras—. Aunque eso se puede interpretar de dos formas... Si te interesa la que no tiene que ver con entrar a tu mente yo-

—Ni en mis peores pesadillas.

—¿Estás seguro de eso? —la mirada del menor fue suficiente—. Okey, okey —dijo levantando las manos—, no digas que no fui amable.

El pelinegro apretó sus puños, escuchando un par de otras barbaridades que el otro soltaba como un sonido sordo y casi imperceptible, sintiéndose nuevamente como un molesto zumbido, siempre hablando con burla, como si él no fuera el culpable de todas las cosas que últimamente le ocurrían, como tuvo –o más bien tiene– que soportar el peso de que alguien murió por su culpa, que prácticamente olvido todo lo que hizo en un día y tuvo que presenciar ciertas humillaciones por cosas que los demás no veían, como tiene que ver una criatura que seguramente era él mismo burlándose de nuevo de JungKook, sus nudillos estaban blancos y la cólera le había subido un poco de color a su rostro.

—¿Y ahora por qué estás tan tenso, JungKookie? Te estoy hablando y ni siquiera finges escucharme, eres tan malo —la vibrante voz por fin se filtró a su mente y casi en un intento inútil se giró a golpear el rostro ajeno, claro TaeHyung no tardó en desaparecer y aparecer en un lugar distinto—. Wao, que violento ¿qué mosca te picó? —un libro grueso fue dirigido de nuevo a él, suspiró y se fue de allí.

El pelirrojo apareció nuevamente frente a JungKook mirándole con una ceja levantada pero no alcanzó a formular palabra pues el otro comenzó a lanzar puñetazos a diestra y siniestra, ni siquiera pensando en lo que hacía, TaeHyung no despareció en ningún segundo tan solo limitándose a esquivar cada golpe mientras retrocedía y el contrario avanzaba, el semblante del fantasma estaba serio y cuando notó que detrás de él sólo había una pared decidió hacer algo al respecto.

El siguiente golpe que iba dirigido a él lo detuvo con su propia mano, JungKook intentó hacer fuerza pero no pudo, entonces intentó darle con su otra que estaba libre sin embargo para su pesar tuvo el mismo final que la otra, su mente que sólo maquinaba la idea de intentar hacerle daño quiso usar las piernas para patearle o algo, pero dio con la casualidad de que no podía moverlas, dando una rápida mirada a ellas se encontró con que el piso se había extendió hasta subir por sus rodillas y endurecerse cual cemento dejándolo sin posibilidad de moverse, escuchó una pequeña risa lo cual le hizo prestar atención al ente frente a él.

—Ay, JungKookie ¿es que olvidaste quién de los dos tiene la ventaja aquí? —TaeHyung negó con la cabeza mientras chasqueaba en lapsos pequeños de tiempo su lengua contra el paladar—. Muy mal. Muy, muy, muy mal —la ira de JungKook fue apaciguada como balde de agua fría cuando esos oscuros ojos se posaron en él—. ¿Crees que te he hecho sufrir mucho? Yo creo que te he tratado de lo más bien, que desagradecido —comentó lo último en un tono más bajo y grave mientras miraba la forma del puño de JungKook sostenida en su mano, se quedó en un silencio por unos segundos con la mirada fija en ella, sintiendo al contrario temblar seguramente por la adrenalina.

Un pequeño movimiento y un fuerte crujido de huesos, JungKook liberó un angustioso grito mientras apenas veía por culpa de sus ojos que se habían aguado de dolor, su muñeca rota y desgarrada, con el hueso sobresalido y chorros de sangre escapando de los espacios violentamente abiertos, no pasando mucho para que su otra muñeca pasará por lo mismo.

En esa silenciosa habitación ahora era interrumpida por los estruendosos gritos y llantos de dolor de JungKook, TaeHyung soltó los puños ya inservibles mientras sonreía frente al dolor que presenciaba.

—P-p-per-perdón —apenas módulo entre su llanto—, no sé que p-pensaba, por favor n-no —JungKook decía entre balbuceos de dolor viendo como sus manos colgaban de lo que eran sus muñecas sintiendo cada receptor de dolor haciendo un espléndido trabajo.

TaeHyung tomó desde la barbilla a JungKook para que le mirara al rostro sintiendo un inmenso placer al ver la cara del menor lleno de lágrimas con sus ojos reflejando el dolor que sentía y ese temor que pocas veces conseguía, deslizó su mano hasta llegar al pecho ajeno y con palma abierta le empujó fuerte. El pelinegro sintió como si fuera empujado varios metros atrás, su espalda terminó chocando con una pared.

Rápidamente miró a su alrededor encontrándose en una habitación blanca, tan blanca que era enceguecedor, su mente maquinó y rápidamente revisó sus muñecas encontrándolas sanas e intactas aún con un rastro de dolor en ellas, pero estaban bien, las llevó contra su pecho frotándolas nunca sintiéndose tan feliz por tener aquella parte de su cuerpo, se limpió un poco el rostro con su antebrazo, encogiéndose en su lugar al darse cuenta que ahora con él, se encontraba TaeHyung con esos ojos totalmente oscuros viéndole con una sonrisa.

En un chasquido de dedos el cuerpo de JungKook se movió involuntariamente quedándose pegado a la pared en posición estrella, y por más que lo intentó el pelinegro sólo era capaz de controlar su cabeza ya que tanto sus brazos como sus piernas estaban quietos como piedra involuntariamente.

El sonido de los pasos de TaeHyung le puso los vellos de gallina, en un silencio abrumante lo tuvo frente a él examinándolo como si fuera un objeto, levantó su mano mostrando como esta se esclarecía y alargaba en sus falanges quedando como largas cuchillas, apoyó el que debería ser su dedo índice en el inicio de las clavículas de JungKook, este apretando sus ojos ante la sensación aguda que podría darte la punta de una aguja. TaeHyung bajó su dedo hasta toparse con el inicio de la polera ajena pero sin mucha importancia continuó rompiéndola con la mayor facilidad posible dejando un hilo rojo marcado en la piel, al llegar al final ya había partido por la mitad el frente de aquella prenda dejando al aire el pecho desnudo del dueño, sin embargo no contento con eso agarró la prenda por las mangas y la arrancó del cuerpo ajeno, JungKook sintiéndose pequeño al no poder hacer nada al respecto.

Una vez que el menor se encontró sin ninguna prenda superior que le cubra, TaeHyung pareció verse satisfecho, posó sus manos que habían regresado a la normalidad, o al menos a su forma humana, en el pecho de JungKook, éste sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo pues las manos del pelirrojo se sentían tan heladas que obtuvo una sensación inmediata en su anatomía, aquellas frías y temibles manos quisieron recorrer todo su torso sintiéndose hambrientas del toque

—Sé que te sientes culpable de la muerte de tu compañero —JungKook tenía su cara arrugada sintiéndose totalmente incómodo mientras los dedos de TaeHyung seguían frotando su piel—, tsk, culpable, culpable, culpable, ¿no dejas de repetirte eso, huh? ¿Quizás te hubiera gustado estar en su lugar? —los movimientos en su cuerpo pararon y TaeHyung procedió a estirar su palma donde debía estar el palpitante corazón del menor.

No se equivocaba, un acelerado ritmo cardíaco que denotaba rebotar en su palma, la vibración viajando a su propio cuerpo sintiendo los latidos de JungKook como propios, entonces flexiono un poco los dedos dejando que estos crecieran como afiladas cuchillas nuevamente las cuales inevitablemente comenzaron a atravesar la piel y carne ajena escuchando quejidos sonoros cuales melodías, incluso sintiendo el sonido del corazón del pelinegro retumbando en la habitación, cuando creyó que fue suficiente cambió la vista del pecho con parte de sus falanges hundidos ya sacando hilos de sangre al exterior todo mientras el rostro de JungKook le temblaban las facciones quedándose quieto y con lágrimas en los ojos, pues el dolor lentamente comenzaba a gobernarle de nuevo, fue entonces que un grito desgarrador salió de la garganta del mismo que perfectamente pudo habérsela dañado pues como si no fuera nada el pelirrojo empujo el resto de su mano arrancando piel, carne, hueso y lo que hubiera a su paso hasta tener entre la jaula de sus dedos el corazón ahora con una acelerada palpitación que podría ser preocupante, el mismo TaeHyung viendo como ahora desde el agujero en el pecho que había logrado saliendo un río escarlata, escapándose también de la boca de JungKook quien seguía gritando y llorando tan fuerte pues era lo único que lograba hacer en su situación.

—Intenté que fuera lo más parecido sólo que más doloroso ¿crees que duele, JungKookie? ¿debería arrancarlo? —se tomó el tiempo de pensar mientras tenía el órgano entre su mano.

El pequeño músculo latía como si intentara escapar, la desesperación reflejada en los constantes golpeteos que TaeHyung sentía en su huesuda palma, el corazón latía con tanta determinación que creía llegar al fin, el lugar donde ya no haría más esfuerzo y se detendría para siempre, JungKook creía, JungKook sentía que su vida se estaba yendo, dejando su cuerpo atrás, y en su situación no era algo que le molestaba pero de golpe, casi de la nada, todo dolor fue dejado atrás.

JungKook parpadeo, lejos de sentir todo el dolor de hace unos segundos, apenas sintiendo una opresión en el pecho, miró a su alrededor sin notar ni una mancha roja, se miró a sí mismo su pecho desnudo pero liso, sin ninguna herida, sin nada, con ojos inevitablemente angustiados miró frente a él, el pelirrojo sonriendo de manera agradable, este se acercó un paso y el menor tragó nervioso con necesidad de retroceder pero sin la posibilidad de hacerlo.

El dedo índice de TaeHyung se apoyó en su mentón levantando un poco su rostro— Lo siento, JungKookie. No me sirves muerto —le comentó, para luego mover un mechón algo largo del cabello ajeno detrás de su oreja, sintiendo con deleite el temblor del otro—, pero no significa que no nos podamos divertir —terminó por decir guiñándole un ojo.

Por primera vez, JungKook experimento lo que era temer por su vida.

—¿Qué quieres de mi? —articuló apenas no gustándole la caricia que el otro mantenía en su oreja.

—¿Qué quiero de ti? Huh, no lo había pensado —se alejó unos pasos para mirar a JungKook de pies a cabeza un par de veces, se acercó los pasos que retrocedió y le concedió su respuesta—. No lo sé, pero creo que tomaré todo hasta que lo sepa o no quede nada de ti, lo que pase primero —dijo sin darle mucha importancia.

Apenas dicho aquello cadenas salieron de las paredes agarrando las muñecas y tobillos de JungKook para luego amarrarse entre sí, soltando al mismo de su inmovilidad en la pared pero de igual forma, sin mucha chance de movimiento.

El menor se quejó por el incómodo agarre en un gemido doloroso, ahora tirado en el piso con cadenas en sus extremidades, JungKook alzó la mirada viendo a TaeHyung caminar al otro extremo de la habitación quitándose su kimono quedando en las mismas condiciones que JungKook, y al darse vuelta sus ojos tan oscuros y quizás un poco más que otras veces invadían su rostro con moradas venas que se marcaban fuertemente alrededor de estos, sonrió mostrando una dentadura hecha únicamente de colmillos, y con un cuchillo en sus manos que el menor no tiene mucha idea de donde salió, éste volvió a acercarse agachándose hasta estar cerca de su altura.

—Ahora, ¿por qué no nos divertimos un poco?

━⸙͎.𖤐⸙͎.━

Cuando el aire pareció regresar a sus pulmones, JungKook abrió los ojos y se levantó del suelo tomando grandes bocanadas de aire, su cuerpo buscando el oxígeno vital que acababa de perder hace unos momentos, fueron minutos después de recuperar el aire que se fijó que estaba sentado en el suelo de su habitación, se levantó tembloroso también notando que estaba completamente vestido como antes de que aquella tortura empezará, miró la hora en su celular notando que apenas había pasado un minuto desde la última vez que la vio, su silencio fue interrumpido lentamente con pequeñas risas, todas provenientes de él, risas que intentaban contrastar las lágrimas que salían de sus ojos porque para él habían pasado horas, interminables horas.

—Demente, estás loco, estás loco —comenzó a balbucear agarrando mechas de su cabello tirándolo un poco—. ¡Eres un maldito desgraciado, loco de mierda!

Así un montón de insultos salieron de su boca gritando con toda su impotencia, hasta que sintió como tocaban la puerta de su habitación.

—¿Hijo? —la voz de su madre resonó a través de la madera, JungKook se calló y limpió su rostro de sus lágrimas y ordenó su cabello a tiempo antes de que la puerta se abriera mostrando a su linda madre con el ceño fruncido, no muy contenta—. Por dios, hijo ¿a quién le diriges esa clase de lenguaje? —preguntó apoyando sus manos en la cadera.

—Sí, JungKook ¿a quién le hablas de tal forma? —TaeHyung apareció a su costado, el nombrado le miró un momento luego mirando a su madre que aún le miraba a él sin inmutarse a la otra presencia.

Claro, era obvio que sólo JungKook podía ver y escuchar a TaeHyung en ese momento.

Suspiró pensando algo rápido— Perdón, má, estaba... jugando un videojuego y me enoje porque perdí.

La madre le observó y frunció el ceño, sin embargo entendiendo rápido.

—No te quiero volver a escuchar decir ese tipo de cosas, yo no te crie así, Jeon JungKook —le dijo con su típico tono de mamá enojada—. Ahora, te pediré que dejes de jugar videojuegos por hoy que ya es bastante tarde, mandaré a que te sirvan té para que te calmes —el menor asintiendo a las palabras de su madre con una línea recta en sus labios.

Una vez su madre ha de irse, JungKook soltó un fuerte suspiro cayendo rendido a su cama, sus ojos cerrándose buscando en el dormitar un escape a todo, sin embargo sintió como un brazo le rodeaba notando que TaeHyung ahora estaba recostado a su lado mientras le abrazaba, intentó quitarlo pero no pudo, incluso sintió un pequeño beso en su hombro por parte de este el cual le dio un escalofrío sintiéndose angustiado, TaeHyung parecía dormir a gusto a su lado mientras que JungKook desistió de poder dormir aquella noche.

Y en una esquina una criatura crecía un poco más, siendo algo más densa.

═════𖤐✙𖤐═════

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