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⁰⁰⁴·Dilo tres veces

Al llegar a su casa, fue como otros días: muchos empleados, nada de familia. Era una situación tan común para el pelinegro que ni siquiera podría sorprenderle, si estuviera su familia ahí eso sí lo tendría en shock. Saludó a los empleados con los que se topaba en su recorrido hasta llegar a su habitación.

Lanzó sus cosas a su suerte, estaba muy dispuesto a echarse a dormir pero no pudo evitar mirar aquel espejo que decoraba su habitación, se acercó a pasos lentos hasta estar frente a él, ¿será cierto lo que YoonGi y JiMin le contaron? Lo meditó un tiempo mientras veía su reflejo.

Fantasmas, brujas, maldiciones, muertes, conjuros, juntos sonaban como cualquier película de terror o suspenso.

—Es tan patético —mencionó.

JungKook podría llamarse un escéptico, bien, él aceptaba que había visto cosas estos días las cuales no tenían una manera de explicarlas pero de eso a invocar a un ser, no se lo creía, era ridículo pensar que quizás había "algo" encerrado en el espejo de su habitación, él sólo veía un espejo viejo que negaba salirse de la pared, no podría creer que más allá de su reflejo se hallaba alguien, que quizás estaba justo frente a él observándole disfrazado de su propia forma, sonriendo con sorna de tan sólo saber los pensamientos que poblaban su mente.

Podría imaginarlo, un hombre viviendo a través de lo que reflejaba el espejo por lo que técnicamente debería vivir en un cuarto de lo que era su habitación ¿no? JungKook rió con gracia, no era posible. Se alejó volviendo a su cama, tomó su celular y aún con esa idea en mente buscó el nombre de "Kim TaeHyung" en internet, le sorprendía la cantidad de resultados aunque la mayoría venía de viejos blogs llamados como "el rincón oscuro", "amigos de satán", "cazafantasmas", "ocultistas y el inframundo", nombres algo sosos para su gusto, aún así leyó algunas de estas páginas.

No muy diferentes a lo que escuchó de YoonGi, las historias sobre este ser eran las mismas, lo único que variaba era la cantidad de siglos desde que pasó, sólo le quedaba claro que era muuyy antiguo. Le llamó mucho la atención que entre su búsqueda de información, encontró un testimonio de alguien que logró invocar a este ser –supuestamente–, era un mensaje no muy largo y parecía ser escrito con rapidez, JungKook leyó sintiéndose algo incómodo mientras avanzaba en su lectura.

anónimo 02/12/2006 17:50

""no tengo tiempo, no sé si él me observa o ya se ha ido, fue un error, fue un error cada día es un maldito infierno, no me deja en paz, no parece haber paz

Es mi quinto día sin dormir y creo que él me observa, viene por mi lo sé lo sé, quiere matarme quiere matarme ayudenme, estoy seguro que una vez me duerma intentara asesinarme o tal vez lo haga en unos días más, es lo peor, he llorado he visto cosas que los demás no ven, es peligroso debí destruir el espejo cuando pude pero""

La publicación llegaba hasta ahí siendo seguida por otra más del mismo sujeto unos dos minutos más tarde.

anónimo 02/12/2006 17:52

""me esta viendo justo ahora,, tengo q irme""

Era muy extraño y llegaba a causar escalofríos, pero seguía sin ser totalmente creíble, era una página al fin y al cabo, cualquiera pudo haber inventado esa historia con tal de tener más lectores, siguió buscando en la misma página y en adjunto encontró la fecha de la muerte de un sujeto adulto con antecedentes de haber invocado a "Kim TaeHyung" exactamente en la misma fecha de la publicación tan sólo unas cinco horas más tarde, pero mucha gente moría a diario, incluso ahora, mientras él leía tranquilamente blogs antiguos, incluso para ti que lees esta historia en el tiempo que sea, una o más personas estaban perdiendo su vida de formas naturales o de las más trágicas, así que aquello no validaba nada.

Buscó más y está vez encontró las páginas donde explicaban la forma correcta de conjurarlo, leyó la extensa lista de cosas que se necesitaban y todos los pasos que había que hacer para sacarlo del espejo.

El tema le terminó por aburrir así que desistió de seguir leyendo sobre Kim TaeHyung, y se dispuso a ver cualquier otra cosa en su celular, mirando de vez en cuando el espejo a metros de distancia de él.

❦✠❦

20:48

Su familia ya estaba en casa, todos estaban en la cena pero era un ambiente algo tenso, JungHyun, su hermano, era el único que rompía ese ambiente hablando de todo lo genial que era la universidad, sus nuevos amigos, las materias, y por supuesto su rango de popularidad que cada vez era más grande. Su padre lo miraba con orgullo felicitando todos sus logros.

—¡Estoy tan feliz por ti, JungHyun! —dijo su madre.

—Gracias, mamá, estoy dando lo mejor de mí —sonrió con gusto de recibir atención.

—¿Y qué hay de ti, bebé? ¿cómo va tu nueva academia? —dijo desviando la atención a JungKook, quien comía callado sin tomar realmente atención a la conversación.

—Sí, veamos qué tiene que decir el bebé —mencionó JungHyun con una sonrisa ladina.

JungKook no tenía mucho que decir, luego de las maravillas que alardeaba su hermano, ¿que iba a decir? ¿que varios profesores le tenían un ojo encima por llegar tarde a las clases? ¿que hay un grupito de chicos que le molesta? ¿que todos eran unos creídos y ya casi detestaba el lugar? Bien, seguro él tendría algo mejor que decir.

—Ahm, tengo un amigo y él es... bueno —dijo pensando en YoonGi.

—Uy, ¿tu novio? —preguntó JungHyun con voz afeminada.

—No soy gay, JungHyun —respondió con enojo.

—Pues tienes toda la cara de marica —respondió y antes de que JungKook respondiera el señor Jeon respondió.

—¡Ya callense, nadie aquí es gay! —gritó, una vez hubo silencio, retomo la palabra—.  ¿Es todo lo que has hecho, Jeon? ¿un amigo? —JungKook asintió despacio—. Huh, me gustaría que fueses más como JungHyun.

Y el ambiente logró ponerse tenso nuevamente, la señora Jeon bebió agua para luego dirigirse al más pequeño.

—Me alegra que tengas un amigo, de seguro con tiempo formaras más amistades.

La señora sonrió amable intentando que su hijo no sé sintiera mal por las palabras de su marido, y aunque en el fondo JungKook lo agradecía, juraba que nada haría que él y ese hombre al que llamaba padre haría que se llevaran bien, ni siquiera si el supuesto fantasma en su habitación le hiciera elegir entre querer a su padre o morir, la muerte era una buena opción en ese caso.

22:34

JungKook estaba por vestirse con su pijama hasta que notó la hora en su reloj digital, instintivamente volvió a mirar su espejo, una idea ridícula pasó por su mente, una muy, muy tonta idea. Pero a la vez ¿qué perdía intentándolo? Tan escéptico como era, la lógica decía que sólo tiempo mal usado pero no es como si tuviera algo mejor que hacer.

Salió de su habitación y fue en busca de un par de cosas que necesitaría.

Invocar a Kim TaeHyung sonaba descabellado, él de verdad iba a hacerlo pero no es como si creyera que resultaría, tal y como dijo JiMin quien había intentado pero nunca le funcionó, no había motivo para que a él le funcionara.

23:50

Había hecho un círculo con velas negras –las cuales encontró en una caja que ni él sabe de dónde salió pero no le dio mayor importancia–, alrededor de él la luz se mantenía apagada desde hace un minuto, justo cuando él pudo prender todas las velas, lo único que hacía ahora era ver su reflejo iluminado muy levemente con la luz disparándole desde abajo que desprendían las velas, miró la hora sintiéndose ansioso, quería hacer eso rápido, darse cuenta de que no pasará nada e irse a dormir.

En su espera, quiso reírse de lo ridículo de la situación, él de verdad iba a intentar invocar a un ser de la forma más tonta que a alguien se le podría ocurrir, hasta sacrificios de humanos o animales, dar sangre de virgen y recitar palabras en latín le harían más sentido que lo que estaba a punto de hacer.

En su agonía de espera, decidió cantar una canción, la primera que pasó por su mente. Dark Paradise de Lana del Rey sonaba en acapella en un suave canto en medio de la oscuridad y luz tenue de las velas.

Y no hay remedio para la memoria, tu cara es como una melodía, no abandonará mi cabeza. Tu alma me persigue y me dice que todo está bien pero desearía estar muerto —las palabras recitadas hacían danzar las llamas—. Cada vez que cierro los ojos, es como un paraíso oscuro. Nadie se te compara...Tengo miedo de que no estés esperando en el otro lado —los ojos de JungKook se habían cerrado sumidos en la letra de la canción. Incluso su cuerpo se meneaba danzando en su propia melodía.

Al terminar la último verso, se sintió más relajado, y miró a lo lejos su brillante reloj.

23:59

00:00

Vio el cambio de hora, media noche, inmediatamente miro el espejo sin decir nada por unos segundos de repente sintiendo que el silencio de la habitación era cada vez más notorio, donde lo único escuchable eran los constantes latidos de su corazón.

—Kim TaeHyung —mencionó esperando ver algún leve cambio a su alrededor, nada pasó—, Kim TaeHyung —dijo un poco más fuerte, sin ver ningún cambio a su alrededor, se pausó a sí mismo antes de decir por tercera vez el nombre, quizás y no lo decía pero qué habría de entretenido en eso, en el fondo le gustaba el suspenso que generaba la situación—, Kim...

Un viento frío se coló en la habitación, comenzando a ondear por alrededor, moviendo objetos pequeños de su lugar y empujando las tiesas cortinas, pero sin captar la atención del menor a pesar de eso.

...Tae...

Las llamas de las velas comenzaron a temblar como si supieran que algo se avecinaban y tuvieran miedo de ser apagadas para nunca más volver a prenderse.

...Hy...

La puerta y la ventana comenzaron a moverse en un intento desesperado de abrirse, JungKook escuchó aquello, desconcertandole un poco.

...ung.

Completo el nombre apartando la vista del espejo para ver su puerta la cual estaba totalmente quieta al igual que su ventana, las velas no tenían ningún cambio, todo se veía exactamente igual que antes de que comenzará a hablar.

—Tsk, ya sabía yo que esto era ridículo —dijo al no ver ni siquiera un pequeño cambio—. Joder, ¿desde cuándo hace tanto frío? —se quejó sintiendo la baja temperatura repentina de su habitación.

Se agachó apagando cada una de las velas, una por una, hasta que sólo quedaba una llama encendida la cual dejó para poder ver en medio de aquella umbra. Miró por última vez al espejo sonriendo sin ganas, y apagó la vela una vez estuvo cerca del interruptor. Lástima para JungKook que no notó que una vez su vista había ido a otra parte de la oscura habitación, una gran silueta negra se había formado detrás de él desapareciendo justo en el momento que prendió la luz eléctrica.

Sin más comenzó a desvestirse para ponerse el pijama e ir a dormir.

De alguna forma se sentía inquieto, bajo el abrigo de las sábanas y a pesar de estar solo en su habitación se sentía observado, y por mucho que quisiera comprobar aquello, sólo vería oscuridad dejando su mente a libre imaginación de lo que podría estar justo a su lado respirandole en la nuca u observándole por el lado que él no miraba, sigilosamente justo a su lado.

Se recriminó a sí mismo por andar con cosas paranormales antes de ir a dormir, ahora sólo le jodían la cabeza. Sólo se convenció de que eran cosas que se inventaba, intentó relajarse dispuesto a dormir pero fue entonces que escuchó una risa, demasiado cerca para creer que venía de otro lugar de la casa y demasiado clara como para creer que era su imaginación. Abrió los ojos sintiéndose demasiado tenso, sólo veía su pared y no creía tener muchas ganas de moverse de su posición, algo temeroso de querer averiguar qué o quién se había reído.

Escuchó el chasquido de unos dedos y entonces todas las velas que tenía en la habitación acababan de encenderse, dándole una sensación muy clara de que alguien estaba allí. Su cuerpo se levantó automáticamente, de forma lenta como si su peso fuera demasiado como para soportarlo, giró lentamente hasta mirar a los pies de su cama un hombre de cabellos rojos, que lo miraba con una media sonrisa. Jeon JungKook tuvo todas las ganas de gritar pero su voz se estancó, ni una palabra o sonido podía emitir mientras veía al contrario.

Era muy alto, sus rasgos eran masculinos, sus ojos rasgados le daban una mirada seria, vestía la tunica de un hanbok de colores tierra, lo llevaba abierto dejando su torso desnudo expuesto con varios collares extraños colgando desde su cuello, llevaba un pantalón de los mismos tonos y era todo lo que visualizaba el menor, a parte de ese llamativo color rojo de sus cabellos que, de alguna manera, le resultaban conocidos.

Lo pensó un poco recordando aquella pesadilla.

—Kim... —susurró con una voz ahogada.

—Y dime, Jeon JungKook —la voz era grave y sonaba rasposa, el menor no sabía si ponerse nervioso con eso o con el hecho de que el sujeto le sabía el nombre. Pestañeo y ya no estaba a los pies de su cama, simplemente no estaba, buscó desesperado donde se había ido hasta que sintió la voz anterior muy cerca de su oído—. ¿A qué le tienes miedo?

«A Q U É L E T I E N E S M I E D O»

JungKook se giró para enfrentar al hombre pero no estaba detrás suyo, regresó su vista al frente encontrándolo sentado en una silla con una pierna apoyada sobre la otra, el menor se le erizaron los cabellos, había un extraño en su casa y él estaba indefenso, tomó su almohada, «pésima elección» pensó, y le apuntó con ella como si se tratara de un arma.

—¿¡Qué haces en mi casa!? —gritó esperando que alguien los escuchara, ¿cómo un hombre evadió a todos los empleados sin ser visto o escuchado?, por un momento llegó a pensar que era el fantasma pero no, seguro era un ladrón—. ¿¡Quién eres!? —gritó de nuevo al no tener respuesta.

El contrario rió en silencio de manera cínica—. Tú ya lo dijiste ¿no? —le contestó, generando sólo un silencio por parte del menor, a respuesta de aquello le dijo—. Shh. Puedes escucharlo, tu voz, tus palabras, a mí, shh, mantén el silencio —el dedo del pelirrojo reposaba en sus labios indicando la acción de callar y fue entonces que en la habitación comenzó a resonar como si fuera un eco la voz del pelinegro rebotando contra las paredes y repitiéndose múltiples veces.

«Kim TaeHyung, Kim TaeHyung, Kim... Tae... Hyung...»

JungKook soltó la almohada de la impresión, joder eso no podía ser real, que mal sueño, despierta, ¡despierta! Entonces escuchó la misma risa baja y profunda resonando con el eco de su propia voz, regresó su vista al contrario viendo unos ojos tan negros como la misma oscuridad que acompañaban al rostro que reía en tonos malvados, inspirando el caos. El menor puso sus manos en sus oídos intentando callar aquellos sonidos, despierta, ¡despierta!

¡Despierta por favor, JungKook!

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