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⁰⁰⁷· Atrapasueños

Calmado, se sentía calmado después de mucho tiempo, respiró sintiendo el aire recorrer su cuerpo, se dejó caer hacia atrás preso de su relajación sintió la suave arena bajo su espalda y cabeza, escuchaba como las olas del mar se quebraban en la orilla, lugares como en el que se encontraba siempre le habían gustado a pesar de que usualmente ya no iba tanto a la playa como le gustaría, ni siquiera recordaba porque ahora sí se encontraba en una pero le daba igual.

Sintió peso a sus lados, JungKook abrió sus ojos que tenía cerrados hasta hace un momento, viendo a YoonGi con una sonrisa mirándolo sentado a su lado derecho mientras que en el izquierdo visualizaba a JiMin quien le miraba aparentemente enojado pero supuso que eso era normal. ¿Por qué ellos se encontraban aquí? Quién sabe.

Cerró sus ojos nuevamente sintiendo el cálido sol sobre él, la arena entre sus dedos y el sonido de las olas en sus oídos. Todo era perfecto, hasta que en medio de su tranquilidad escuchó un estruendoso trueno, sobresaltado abrió los ojos visualizando que su playa paradisiaca ahora era un caos natural, el cielo era gris, llovía y truenaba, el mar se movía descontrolado llegando a ser peligroso para cualquiera que se acercarse, YoonGi y JiMin ahora no eran más que esqueletos a sus costados. Su corazón golpeaba fuerte en su pecho, viendo como todo a su alrededor era un desastre sin seguridad alguna, un trueno se dirigía a su cabeza y JungKook despertó al instante quedando sentado en su cama respirando agitado.

Sólo había sido un mal sueño, se dijo a sí mismo mientras volvía a tranquilizarse y a distinguir la realidad de lo onírico. Estuvo a punto de volver a recostarse pero la alarma sonó a su lado anunciando las siete de la mañana.

Ugh, tenía que ir a la academia para tontos.

❦✠❦

Llegó más rápido de lo que hubiera querido ya que esta vez fue con su patineta y el camino al ser tan corto incluso caminando, fue cosa de minutos antes de estar frente a la entrada de rejas doradas, antes de entrar tuvo la precaución de tomar su patineta en mano en vez de seguir patinando hacia dentro.

«Hoy tiene que ser normal, sin faltas, sin interrupciones, sin un tonto fantasma y, esperemos, sin tontos con ganas de molestar.» se dijo a sí mismo mentalmente mientras abría su casillero para guardar la patineta y sacar algunos libros necesarios para ese día.

Al girarse vio a JiMin acercarse por el lado del pasillo, pensó en saludar así que sonrió elevando levemente sus comisuras y levantando la mano pero el pelirrosa siguió de largo sin siquiera fijarse en su presencia, JungKook se sintió avergonzado por quedar como un idiota que saluda al aire por lo que la mano que había elevado la llevó hasta su cabello fingiendo arreglarlo mientras un rosa le cubría las mejillas. Luego siguió con sus curiosos ojos a dónde se dirigía el otro, notando que se juntaba con ChanYeol y sus lamebotas que se encontraban unos pasos más allá compartiendo un alegre saludo.

Claro, se le había olvidado que JiMin era parte de ese grupo.

Dejó de tomar atención a lo que hacía el rosado y se dispuso a dirigirse a su primera clase.

Dos largas horas pasaron antes de que se escuchara el timbre que anunciaba el comienzo del primer receso. El pelinegro solía salir de los últimos tomándose su tiempo para que todos salieran antes y al final él saldría sin chocar con nadie en la puerta.

—Estudiante Jeon —escuchó la voz de su profesor de Historia, JungKook detuvo su caminar hasta la puerta para tomarle atención.

—¿Sí?

El profesor Choi estiró su camisa y arreglándose los lentes le regaló una sonrisa a su alumno— Verá, ahora mismo tengo que ir a una importante reunión entonces agradecería si usted pudiera dejar estos papeles en el cuarto de almacenamiento —dijo señalando una carpeta llena de hojas blancas que aparentaban ser guías de trabajo.

El menor miró las hojas, realmente no quería pero no se sentía capaz de negarle algo a su superior sumándole el hecho que no tenía un gran motivo para negarse, no tenía nada que hacer. Asintió y preguntó dónde se encontraba aquella sala.

—Sigues derecho a tu izquierda a salir por el pasillo hasta llegar al fondo, hay una puerta verde, entras y vas por la primera puerta a tu derecha, ah ten —le ofreció una llave—, esto la abrirá, mañana me devuelves la llave eh Jeon, me das la impresión de ser un buen chico así que confiaré en ti —dio una amigable sonrisa que remarcaba sus regordetas mejillas mientras miraba la hora por su reloj de muñeca—. ¡Cielos! Me tengo que ir, adiós y gracias —dijo rápido a la vez que comenzaba a correr directo a la puerta del salón con su maletín en mano dejando al menor completamente solo.

Proceso la información un rato para luego dejarse la llave en el bolsillo de su pantalón y tomar la carpeta, salió del salón de clases mirando el pasillo a su izquierda y se dispuso a caminar entre la multitud de jóvenes adolescentes.

Varios le chocaron en el camino tanto como los que realmente no se habían fijado como los que lo hacían intencionalmente, de todas formas el pelinegro protegió bien la carpeta sin que esta tocara el suelo y se esparciera. En cierto punto dejó de haber tanta gente, obviamente al final del pasillo habían más oficinas de profesores, bodegas y ese tipo de cosas que alumnos en general no les importa como para estar a su alrededor.

JungKook vio tres puertas, dos de madera barnizada y una verde, a partir de aquí ya no recordaba mucho las palabras del profesor Choi pero supuso que era obvia la respuesta y entró a la verde.

¡Que sorpresa! ¿por qué habían más puertas ahí dentro? Eran tres del mismo color y tamaño, nada las diferenciaba, no sabía si el profesor Choi le había dicho alguna puerta en específico pero le dio una llave así que prefirió ver cual le abría primero, fue por la primera a la izquierda pero desistió de usar la llave ya que está tenía un sistema de contraseña eléctrica «lo que hace el dinero» pensó Jeon, quedaban dos puertas a su derecha, prefirió intentar con la más lejana y la primera que estaba más cerca para después.

Insertó la llave y la giró, la puerta se abrió inmediatamente, JungKook sonrió para sí mismo al haber encontrado la puerta en el primer intento. Prendió la luz ya que la habitación estaba oscura, sin embargo escuchó un grito agudo que por el susto lo hizo gritar de igual forma.

Rápidamente se calló al igual que la procedente del primer grito, era una chica de cabello gris, parecía de su edad y tenía un círculo con muchos hilos entremedio de sus manos.

—Pensé que nadie venía aquí... —susurró la chica.

—Uh, yo venía a dejar esto en la sala de almacenamiento... —dijo mostrando la carpeta—. ¿Qué es eso? —no evitó mostrar su interés por lo que la chica tenía en sus manos.

Ella se sentó en una mesa que había ahí mirándole con recelo—. La sala de almacenamiento es la de al lado, esto sólo es una pequeña bodega de cosas que ya no se usan —le contestó, el menor pensó que quizás su llave era una maestra, o sea que abría cualquier puerta de ese lugar, lo que condenó su plan desde el inicio—. Y esto es un atrapasueños... en proceso —dijo haciéndole ver que estaba a medio hacer.

JungKook abrió la boca asintiendo— Nunca había visto uno antes —admitió—, pero creo que te está quedando bien —le dijo honestamente, la chica sonrió—, soy Jeon JungKook.

—Kim YooHyeon —respondió la peligris.

El menor miró como la otra parecía menos tensa y continuaba entrecruzando hilos dorados en el marco de círculo que yacía en sus manos, pensó que sería bueno intentar ser amigo de alguien más, en especial porque ella parecía inofensiva.

—¿Por qué enredas los hilos de esa forma? —dijo acercándose para ver el objeto, YooHyeon se quedó en silencio un rato, ahora mismo se encontraba a la defensiva, es decir, su mejor escondite había sido descubierto e intentaba actuar calmada ante ello.

—Porque de esa forma atrapa los sueños malos, he tenido muchas pesadillas últimamente y requiero uno con mucha insistencia —la peligris vio algo de confusión en JungKook—, ya sabes, funciona como la tela de una araña, de hecho me estoy inspirando en la tela abandonada que está por allá.

Señaló una de las esquinas del techo que tenía la tela colgando solitaria como si fuera decoración.

—No entiendo, qué tiene que ver eso con esto —señaló la tela y el atrapasueños respectivamente.

YooHyeon pensó cómo explicarselo, tomó aire y comenzó a hablar:

—Cuando ves la tela de araña colgando en la pared o en algún otro sitio ¿qué ves? Los blancos tejidos de una araña probablemente mortal o totalmente inofensiva, ella crea una red para atrapar a su presa aprovechar la vulnerabilidad de aquella que quede atrapada entre sus hilos y devorarla, imagina si fueras una pequeña mosca descansando en esos hilos para finalmente darte cuenta que estas en terreno de un depredador y en cuanto este quiera podría asesinarte —la mente de JungKook divagó en su situación actual, ¿acaso él ahora mismo era una pequeña mosca y TaeHyung una araña? Esperemos que no—, los atrapasueños funcionan de forma parecida, entre sus hilos las pesadillas quedan atrapadas y finalmente son desaparecidas apenas la luz del día las toca, es una gran forma de mantener sueños agradables ¿no crees?

El contrario asintió fascinado, pensó en su pesadilla de hoy, quizás él también necesite uno. Dejó la carpeta de lado encima de la mesa observando en silencio como las ágiles manos de la contraria continuaban un indeterminado patrón.

Él no tenía muchas amistades, principalmente porque no era muy parecido a la mayoría de los chicos de su academia y la mayoría solía tratarle mal por ello, así que llegó a la conclusión de que la chica a su lado parecía ser una buena candidata para intentar una nueva amistad.

—Nunca te he visto hasta hoy, ¿en qué grado estás?

Ella sin detenerse en su trabajo respondió:— Undécimo grado, casi siempre estoy acá escondida quizás por eso —el contrario preguntó el por qué—, odio este lugar, un grupo de chicas siempre me tratan de rara, dicen que soy una bruja. Una vez intentaron quemarme por chiste, no pasó a mayores pero si tengo una pequeña quemadura bajo el mentón... —dijo casi con rabia.

—Y... entonces no eres bruja ¿no? —no culpen a JungKook, el pobre ni siquiera creía en fantasmas pero resulta que ahora vive con uno tenía sus razones para dudar. Ella le miró mal y él levantó sus manos en señal de paz—. Okey, lo siento. Pero entiendo tu punto, este lugar apesta, un grupo de chicos también suele molestarme, dicen que soy un "vándalo" sólo porque ando en patineta y me gusta dibujar en cualquier parte.

—Y no eres un vándalo ¿no? —JungKook abrió y cerró la boca para luego reír junto con la chica por la pequeña broma—. Soy una persona más bien espiritual pero no creo que sea una bruja —sonrió dulcemente mientras subía sus hombros—. Es una lástima, me caíste bien, no suelo conocer gente agradable en este lugar y yo mañana me voy de aquí  —dijo con pena, la cara de JungKook cambio de una feliz a una un poco más triste, que mal, justo cuando ya parecían tomar confianza—. Si alguna vez te vuelvo a ver te regalaré uno de estos —dijo levantando su atrapasueños.

—Estaría genial —le sonrió sincero—, la hora de receso se va a acabar así que mejor me apuro en guardar la carpeta... Fue un gusto conocerte, YooHyeon —dijo estirando su mano.

Ella miró su mano unos segundos y finalmente la estrechó a la vez que decía «un gusto en conocerte, JungKook», sin embargo al hacer contacto con el agradable muchacho no pudo evitar ver algo, lo que provocó que se tensara mientras miraba preocupada al contrario, finalmente le soltó la mano lentamente forzando una sonrisa.

—Que te vaya bien —bisbiseo viendo al chico marcharse del lugar con la carpeta en mano. Ella de verdad esperaba que el otro fuera a estar bien.

❦✠❦

El resto del día JungKook lo considero "normal", con éxito no llegó tarde a ninguna clase, en los pasillos una que otra persona hacía que se tropezara, en los recesos se juntó con YoonGi (sin la presencia de JiMin), a quien le contó sobre la chica que conoció hace un rato y sorprendiendose cuando el mayor se refirió a ella como «la bruja», el pelinegro preguntó porqué se le conocía así.

—Es... difícil de explicar, ella es muy extraña, yo diría que se ganó el apodo —comentó recordando—, una vez hicimos un trabajo de ciencias juntos y ella comentó que a veces solía tener visiones o algo por el estilo, me dijo que yo sería capitán del equipo de baloncesto, en su momento fue extraño y poco creíble pero terminó acertando, también adivino cuando Minnie, una chica de un año mayor, se iba a romper la pierna, eso dio miedo, pero aún así es una buena chica.

JungKook asintió, pensando un poco en ello, después desviaron el tema a deportes y cosas espontáneas que les habían pasado. Luego de ello, terminó su jornada escolar y se marchó a su casa.

Por alguna razón creía que en algún momento vería al fantasma al llegar de su casa pero eso jamás pasaba, al parecer TaeHyung sólo aparecía después de media noche y desaparecía antes de que amaneciera.

Cuando dieron las doce, JungKook ya se encontraba en pijamas acostado bajo las sábanas y entonces vio al mayor sentado a los pies de su cama con las piernas cruzadas como si estuviera meditando.

Apretó la tela en sus manos esperando alguna acción brusca del parte de fantasma. No pasó nada por durante un buen tiempo, JungKook entonces se atrevió preguntar:

—¿No vas a hacer nada?

El pelirrojo sonrió mientras negaba.

—¿Por qué? ¿quieres que te haga algo? —preguntó en un tono sugerente haciendo sentir al menor incómodo.

—No —respondió serio—. Me alegra que no hagas nada extraño.

Sin más JungKook se dio la vuelta dándole la espalda para cerrar sus ojos y entrar al mundo de los sueños ignorando el hecho de que el pelirrojo lo observaba con una sonrisa de oreja a oreja esta vez sentado a su lado. Cuando verificó que el menor se quedó profundamente dormido, TaeHyung se hizo humo y no dudo en entrar a la cabeza ajena.

Esto sería divertido.

❦✠❦

JungKook se encontraba en su casa, la cual estaba completamente sola a excepción de él y por supuesto era muy raro, usualmente siempre estaba llena de empleados que cuidaban y limpiaban todo el día por lo cual el menor estaba más que extrañado cuando al recorrerla no encontró ni a una mosca.

Sin embargo de cierta forma le gustaba así, su casa se veía menos ajetreada y no sentía la necesidad de esconderse en su habitación, fue a parar en el jardín zen que había en un patio central típico de esas casas antiguas, se sentó para admirarlo por su cuenta, tomó aire sintiendo tranquilidad pero al mirar frente suyo vio como entre las vigas que sostenían un pequeño techo antes de dar con el jardín le salían un par de cuerdas que se entrecruzaban unas con otras.

Se quedó hipnotizado en el movimiento, las cuerdas eran doradas y algo gruesas por lo que era un acto maravilloso de ver mientras estas seguían enredándose como si tuvieran vida propia. Cuando terminaron JungKook notó que era igual al atrapasueños de YooHyeon, era precioso al verlo mil veces más grande, una de las cuerdas se estiró hasta envolver la muñeca del pelinegro, comenzó a tirarlo para que estuviera más cerca por lo que el otro se mantuvo obligado a levantarse y prácticamente correr por la fuerza en que era tirado.

De cerca las cuerdas relucían con fuerza, al contrario de lo que debería su pupila se dilató al notar aquel esplendor, sintió la necesidad de tocar la red, por lo que estiró su mano hasta que tocó una de las gruesas cuerdas, sin embargo apenas hizo el contacto todas las cuerdas gotearon el líquido dorado hasta desaparecerlo revelando un color blanco grisáceo, se quedó sin palabras notando como su cuerpo tenía algunas de estas manchas doradas y la red dorada ahora era más parecida a una telaraña, quiso soltarse pero no tenía movilidad en sus dedos, lo intentó una vez más pero no tuvo resultado, su agarre era ligero por lo que dedujo que se había pegado a la cuerda.

Aplicó más fuerza durante un tiempo, negándose a dejar su mano pegada a una red, tiró con muchas ganas llegando a pensar que tal vez cortarse la mano era mejor opción, en medio de sus pensamientos escuchó una puerta azotarse con violencia que por la lejanía supo que era la principal, aquello lo paralizó por un momento, a continuación los ruidos de las cosas caerse y romperse le acompañó en gran medida con cientos de bruscos y rápidos pasos como para ser de una persona. Sintió su cuerpo tensarse, está vez fue más bruto consigo mismo y haciendo esfuerzos sobrehumanos intentó despegar su mano de la cuerda, no sabía porque pero sabía que tenía que huir de allí. La ansiedad que le daba la situación quedó en segundo lugar cuando zafó su mano de la telaraña pero pagando las consecuencias, parte de la piel se quedó en la tela y algunos hilos pegajosos aún unían la cuerda con la extremidad, casi chilla de dolor mientras veía la piel rosada y sensible expuesta.

Los pasos se escuchaban cada vez más cerca e ignoró su dolor ya que tenía toda la intención de irse de allí como fuera posible, fue entonces cuando le dio espalda a la telaraña avanzando con suerte unos pasos lejos de ella que dejó de escuchar los inquietantes sonidos, JungKook se quedó quieto, expectante a lo que pueda continuar, sin saber que detrás suyo la red comenzaba a maximizarse hasta ser del tamaño de una pared entera y un poco más.

Un fuerte rugido como el de un monstruo y una cuerda pegajosa que le golpeó la espalda le tiró de vuelta a la red, esta vez quedando de pies a cabeza pegado en ella, intentó moverse sin lograrlo, lo cual sólo lo desesperó un poco más.

La única vista que tenía era la del frente, estaba ciego con cualquier cosa que pudiera haber detrás suyo, escuchó de nuevo los pasos, esta vez más cercanos y a la vez más lentos, los escuchó detrás de él sintiendo una fuerte respiración, luego a su lado, los sonidos sonaban como pequeños tacos "tap, tap, tap" eran lentos pero sonaban muchos a la vez, y en cuánto el sonido llegó a estar frente a él visualizó mudo de la impresión y realmente preocupado cuando distinguió qué era, se trataba de una jodida viuda negra de dos metros con patas largas, afiladas y negras, podía ver los mil ojos que poseía pero que no mantuvo en vista por lo nervioso que le hacían sentir, los colmillos del arácnido se movían de vez en cuando botando un líquido que quemaba el suelo bajo suyo.

El menor intentó no moverse o hacer movimientos bruscos cuando caminó frente a él, aún así respirar se le hacía difícil y su cuerpo temblaba del temor a no saber qué esperar, se encontraba débil y vulnerable.

El arácnido decidió subirse a la red pasando por encima de JungKook, éste sintiendo como cada pata estuvo a centímetros de clavarse en su rostro, su cuerpo tiritaba ligeramente, su corazón seguramente era un caos manejado por los nervios. «No me gusta este sueño» pensó de repente sin ser realmente consciente de sus palabras.

Pudo sentir los ojos sobre él acompañado de un gruñido, los miles de ojos le observaban con una ira inexplicable, seguramente la araña tenía hambre, ahora mismo ella era un depredador. «¡Joder! Por favor no vengas hacía a mí...» rogó inútilmente.

La araña corrió hasta él provocando que la red se moviera cual trampolín despidiendo a Jeon muy lejos antes de ser comida de araña y quedándose con trozos de su ropa, el pelinegro no le importaba, se levantó rápidamente viendo está vez la araña que lo miraba con rojos ojos y dar un gran uso de sus ocho patas.

Fue así que no perdió tiempo y emprendió a huir buscando la salida dentro de su casa escuchando todos los pasos del arácnido detrás de él.

Iba pasando puerta tras puerta pero sólo lograba ver más y más habitaciones algunas sin saber si realmente estaban ahí, pero no importaba él sólo necesitaba correr lejos de la monstruosa araña, JungKook finalmente encontró la puerta de salida de su casa, y aumentando su velocidad alcanzó la perilla para pasar por la puerta, sin embargo apareció en el patio central frente a la gran telaraña.

JungKook quería gritar de frustración, fue entonces que la araña apareció, la cual lo empujó de vuelta a la pegajosa red, algunos hilos tomando vida propia pasaron alrededor de la boca hasta dejarlo amordazado y sin habla. El menor vio como la araña se acercaba a paso lento hasta quedar frente a él, cerró los ojos no queriendo ver lo que sea que se avecinaba.

—Eres comida de araña, ¿qué tal con eso? —abrió los ojos encontrando a TaeHyung en vez del arácnido, este le miraba con una sonrisa divertida y unos ojos tranquilos.

JungKook lo observó con los ojos en grandes quería decir algo pero la tela de araña no lo dejaba articular más que sonidos ahogados y desesperados. Sin embargo al momento de pestañear la horrenda imagen de la cara de la araña apareció de nuevo pero aún más cerca, JungKook gritó pero el sonido murió en su boca, la viuda negra extendió sus colmillos a la vez que un rugido sonaba dispuesta a lanzarse encima del pelinegro.

Antes de sentir como las patas se clavaban en su cuerpo a la vez que los colmillos y su veneno lo desintegraban, JungKook sintió tanta desesperación que despertó con un grito y algunas lágrimas en sus ojos, su corazón sonaba como un tambor a la vez que aún seguía la sensación de estar apunto de ser devorado por una araña. Le tomó unos diez minutos tranquilizarse, sorbió por la nariz y tomó aire botándolo lentamente.

Era una pesadilla.

—Admito que te ves bien cuando tienes miedo —escuchó a su costado, JungKook miró a TaeHyung incrédulo.

—Estabas ahí... —fue lo primero que se le ocurrió decir al ver el rostro ajeno.

—Seh, tu sueño se iba a tratar de cómo de alguna forma quedabas encerrado en tu casa como si fuera un laberinto sin salida, de nada, lo hice más interesante —dijo mientras se recostaba en el aire admirando sus largas uñas mientras que la otra mano descansaba detrás de su nuca.

—Momento, ¿¡tú hiciste eso!? —exclamó JungKook—. ¿¡Puedes controlar mis sueños!? 

—Puedo hacer más que eso —le guiñó un ojo—, pero sí.

La boca del menor se quedó en una perfecta "o" algo incrédulo, ¿qué tipo de fantasma era ese? ¿eso siquiera era normal? Si es que había una forma de clasificar normal a un fantasma, seguramente TaeHyung no entraría ni de broma.

Que no va a pasar nada por invocar a un fantasma, uy sí.

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[N/A]

(nota antigua 2019-2020)

hEllo,

yo no si el capítulo es aburrido o soy yo releyéndolo por octava vez verificando los errores.

Está historia llegó a 1K de votos im-
muchas gracias.

Read you soon.

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