⇝ the treasure is here
Hace dos años, JungKook necesitaba que alguien lo sostuviera a la vida y YoonGi (quien fue bueno haciéndolo cada que TaeHyung le rompía el corazón) lo hizo; mas ¿quién le sostendrá ahora que está enamorado de YoonGi y éste le deja una carta justo antes de marcharse?
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— ¡Oh, JungKook! ¡Tiempo sin verte!
El omega abre mucho los ojos al ver al hermoso y tierno alfa. ¿Qué hace allí?
— ¡JiMin Hyung! — dice en un susurro, sonriendo en grande cuando el alfa le estrecha en un abrazo y lo eleva por el aire aún si su baja estatura le dificulta un poco la tarea —. Hyung, ¿qué estás haciendo en Seúl? Creí que estabas en Taiwán.
JiMin niega con una sonrisa, bajando al omega al sentir el fuerte aroma al alfa de éste. Debe admitir, el jengibre no es de sus aromas favoritos.
— Me enviaron por trabajo hace año y medio, mas ahora definitivamente me quedaré en Seúl — le explica, mirando al menor como si aún no pudiese creer el que le tuviese frente a él.
JungKook se alejó de todo el mundo cuando TaeHyung le dejó hace dos años.
— Comprendo — JungKook asiente con una sonrisa, contento de tener a JiMin de vuelta en Seúl —. Me alegra mucho que te quedes, Hyung. Debemos cenar pronto.
— Lo haremos — JiMin le promete con una sonrisa, tomando una mano de el omega para besarle el dorso de ésta —. Háblame de ti, Kook. Hace muchísimo que no te veo. ¿Cómo va tu vida? ¿Hay un alfa nuevo por ahí? — le pregunta sin ningún tipo de tacto, señalando la marca nueva en el cuello del omega.
JungKook niega con una sonrisa, sus mejillas sonrojadas a más no poder ante la notable curiosidad del Hyung.
— No hay nadie en mi vida, JiMinnie . Es la marca de YoonGi Hyung — le explica con calma, decepcionando al alfa —. Me la dio cuando mi Alfa..., cuando rompió nuestro lazo. Mi bebé no podía quedarse sola.
Oh.
Cierto.
El alfa hace una mueca.
— Lo siento — JiMin susurra apenado, pues había olvidado aquel detalle.
— Está bien — JungKook le asegura —. YoonGi Hyung me ayudó a superarlo.
— Comprendo.
JungKook le sonríe, afianzado el débil agarre de sus manos para que JiMin no se sienta culpable. En verdad, JungKook ya ha superado a su antiguo Alfa y no hay nada de qué preocup...
— Hyung... ¿sabes algo de TaeHyung? —el omega le pregunta con cautela, no pudiendo controlarlo.
TaeHyung fue su Alfa por ocho años y, aunque en el fondo le guarde mucho rencor, una parte de sí aún necesita saber de él.
El alfa hace una mueca, sabiendo todo lo que está sucediendo con TaeHyung pues, además de ser compañeros en el trabajo, ahora son mejores amigos.
— Se casó hace poco con NamJoon, su Omega, y ahora están esperando a su primer hijo — le cuenta en un susurro. — TaeHyung está muy emocionado...
¡Oh!
JungKook se hace para atrás, aturdido con la información, herido en lo más profundo de su orgullo, enojado pues Kim TaeHyung está esperando feliz la llegada de otro cachorro mientras que a él le abandonó como un cobarde, sin ir a visitarlo siquiera un segundo, sin tener intención de conocer a su hija.
Oh, JungKook está muy enojado.
— Ah — murmura, soltando la mano de JiMin, quien le hace pucheros pues no le gusta la reacción que tiene o los sentimientos que trajo a él —. Ya veo.
— Kook, yo...
— Debería irme — JungKook susurra, intentando sonreír, mas sus labios se estiran en una mueca de desagrado —. YoonGi Hyung debe estar preocupado.
JiMin suspira, asintiendo. JungKook es y seguirá siendo JungKook: el precioso omega que se aleja de los demás hasta que su corazón vuelve a sanar.
— Sí, ve — cede. — Escríbeme cuando quieras reunirte para cenar — ruega.
— Lo haré.
Y, sin más, JungKook sale de la heladería sosteniendo su bolsa con fuerza, todo su ser sintiéndose enojado por recordar la forma en que su antiguo Alfa le dejó. ¿Y ahora TaeHyung espera un cachorrito como si fuese el primero, con emoción, como si nunca le hubiese abandonado como la rata y el cobarde que es? ¡Qué descarado!
JungKook lo odia tanto.
— ¡Regresé! — exclama al ingresar al apartamento, quitándose los zapatos antes de adentrarse en la cocina con el aroma a jengibre impregnado en todo el lugar. YoonGi está en casa —. ¡No sabes, Hyung! ¡Me encontré con JiMin Hyung en la heladería!
A JungKook no le molesta no recibir respuesta alguna, pues su Hyung es, extrañamente, un alfa muy callado al cual le gusta oírlo hablar hasta por los codos sin interrumpirlo ni una vez. Es jodidamente raro, pero a JungKook no puede gustarle más eso.
— Oficialmente se quedará en Seúl — le cuenta mientras se afloja el nudo de la corbata, relajando ambos hombros ahora que está nuevamente en casa y cerca de un alfa confiable —. Vamos a cenar en algún momento, aunque no hace falta que asistas si no quieres. Sé que Hyung no te agrada — Kook sigue diciendo, adentrándose en el comedor pues sabe que Min YoonGi está allí. Y no se equivoca. — Hola, Hyung — le dice, besándole la mejilla a modo de saludo —. ¿Quieres saber lo que Hyung dijo?
YoonGi se mantiene callado, mirando al lindo omega sin expresión alguna mientras éste camina por toda la sala, incapaz de mantenerse quieto pues se siente muy enojado, y cambia su ropa de trabajo por la ropa casual que Min YoonGi siempre le busca antes de que llegue a casa. Es un alfa muy atento.
— Él dijo que TaeHyung está casado con su nuevo Omega y ahora ambos esperan a su primer cachorrito — le cuenta con amargura, frunciendo el ceño mientras junta los juguetes de su cachorrita — ¿Puedes creerlo, Hyung? Me dejó como un cobarde diciéndome que no estaba preparado para hijos y ahora está felizmente esperando uno. ¿Qué tan descarado se puede ser?
JungKook guarda los juguetes de su hija en el baúl específico para eso y luego vuelve al comedor liberando feromonas enojadas mientras piensa una y otra vez en lo que JiMin le contó.
¿Cómo TaeHyung puede vivir tranquilo sabiendo que abandonó a su suerte a su omega y su hija?
¿Acaso no le pesa la consciencia por las noches?
— TaeHyung es un jodido idiota que realmente no merece... — JungKook detiene su despotricar al mirar por primera vez a YoonGi desde que llegó.
El alfa está serio como siempre, mas esta vez JungKook no encuentra ni siquiera un poco de tranquilidad en ese detalle. Por alguna razón, todo en YoonGi (su expresión, postura, aroma ligeramente agrio y aura) le hace sentirse pequeño, confundido, y no entiende qué puede estar pasando.
Y la carta sobre la mesa, en la cual reza «De: Min YoonGi. Para: Kook», hace que el omega sienta un vuelco en el corazón. Hace años, una carta así le rompió el corazón en miles de partes.
— Oh...
YoonGi desvía la mirada.
— Hyung... — JungKook susurra, pero nada sale de sus labios. Poco a poco, él cree entender lo que está sucediendo.
El omega trata de sonreír, intentando convencerse de que YoonGi no es así, nunca fue ni es como TaeHyung, mas tooodas sus convicciones acerca de lo buen y hermoso alfa que YoonGi es se vienen abajo ni bien le ve levantarse de la silla, nunca rompiendo con su profundo silencio y el contacto visual que altera al pobre Kook, para luego ir hacia la puerta principal, cogiendo un abrigo antes de salir por ésta.
Oh.
— Hyung... — Kook le llama, ahogado, pero ya es demasiado tarde.
JungKook traga seco, una parte muy ilusa de sí mismo deseando con todas sus fuerzas que el alfa vuelva a la casa con una sonrisa culpable, riendo bajo y diciendo que es una broma de muy mal gusto; pero JungKook sabe que no será así. YoonGi se ha ido y no va a regresar por mucho que el omega le suplique de rodillas a la Luna.
Nuevamente, un alfa al que él ama le ha abandonado a través de una carta.
¿Es que acaso el problema es él?
JungKook se ríe ante el pensamiento.
¡Por supuesto que el problema es él!
¡Él y su estúpido rencor hacia un alfa que le ha abandonado hace años, uno al que definitivamente ya no ama!
¡Él y su estúpida creencia de que YoonGi cumpliría su promesa de quedarse a su lado toda la vida!
¡Él y su estúpido miedo por no querer confesar sus sentimientos aún si ya ha pasado más de un año desde que se dio cuenta de lo enamorado que está de YoonGi!
¡Él y su jodido miedo cada que YeoJin, su hija, llama «Papi» a Min YoonGi!
¡Él y su jodida cobardía!
¡Él y su maldita existencia!
¡Él es el problema!
Joder, no es tan difícil de entender.
YoonGi se ha ido por su culpa.
Y él ni siquiera ha sido capaz de decirle que le ama, que le ama tanto que duele.
¿Acaso se puede ser más ridículo?
Probablemente no.
El omega finalmente rompe en llanto, abrazándose a sí mismo mientras sus manos tiemblan y su corazón poco a poco comienza a resquebrajarse, todo su ser cayendo en cuenta de que aquel alfa al que tanto ama le ha dejado y en esta ocasión el abandono le duele más que nunca.
YoonGi le ha dejado a través de una carta.
El alfa que ama, ése que le prometió quedarse a su lado siempre; ése que le entregó su marca sin esperar nada de él a cambio; ése que compró una casa (a la que ambos llaman «hogar») para que allí vivieran juntos y Kook no cargase solo con el cuidado de YeoJin; ése que por las noches duerme a su lado y le canta cuando tiene pesadillas; ése que todos los días sin falta al volver a casa le espera con ropa limpia y un abrazo cálido; ése que le halaga hasta el más mínimo movimiento que Kook haga; ése que juega con YeoJin hasta que la pequeña se duerme; ése que sonríe de oreja a oreja cuando la bebita le llama «Papi»; ése que le demuestra con gran orgullo lo hermoso que es ser su Alfa (incluso aunque sólo lo haga para que YeoJin crezca con el recuerdo de una familia estable y llena de amor); ése que le ha brindado una bella familia; ése por el que su lado animal todas las noches pide, definitivamente se fue.
Se fue y no va a volver.
¿Cómo YoonGi espera que JungKook siga con su vida luego de todo lo que han pasado? ¿Cómo seguir si YoonGi es todo lo que JungKook quiere?
— ¡Joder! — el omega exclama antes de arrodillarse frente a la silla en la cual el alfa estaba sentado, anhelando que el aroma a jengibre presente allí haga que no se sienta tan miserable, mas no lo consigue.
JungKook quiere a YoonGi, no esto.
— Alfa — llama a la nada, abrazándose a sí mismo en un desesperado intento de sostener su corazón pues ahora sin Min YoonGi allí ya no hay nadie que le sostenga. — Alfa, por favor — suplica.
'Por favor. Por favor. Por favor, vuelve.'
JungKook se siente morir ahora que definitivamente no hay nadie para él.
Quiere a su Alfa de vuelta.
'Por favor. Por favor. Por favor, vuelve.'
— Alfa — llama una vez más con la voz temblorosa y rota mientras se obliga a tomar la carta, su Omega chillando de dolor antes de siquiera empezar a leer aquellas palabras que...
«Querido Omega:
Primero que nada, por favor, intenta dejar de llorar y respira. Alfa necesita que estés tranquilo, cariño.»
JungKook se sorprende nuevamente ante lo mucho que YoonGi le conoce, mas no duda en obedecer, su Omega hallando consuelo en la forma en que el alfa se dirigió a él. Luego, JungKook decide seguir leyendo:
«Lo hiciste muy bien, Omega. Ahora sigamos.
Llevo mucho tiempo deseando darte esta carta, pero incluso ahora siento que no es lo correcto. Sin embargo, ya no puedo echarme para atrás, ¿sabes? Ya no puedo ocultarlo más.
Llevo diez años enamorado de ti.
Sí, así como lo lees. Diez.»
JungKook a congela en su lugar, todo su cuerpo perdiendo fuerzas mientras intenta procesar las palabras del alfa.
YoonGi le ama hace diez años.
YoonGi le ama como Kook lo hace.
Oh.
«Me enamoré de ti el día en que te vi en aquel centro comercial riendo y viendo tiendas de ropa junto a Jin, tu hermano. Estabas tan hermoso, Kook, que de inmediato supe que quería ser cercano a ti. Quería conocerte, salir a todos lados contigo, cortejarte y ser tu Alfa hasta la muerte, pero no contaba con que TaeHyung quisiera todo eso al igual que yo. No contaba con que te enamorarías de él y yo pasaría a ser el alfa que te consolaba cuando peleabas con tu verdadero Alfa, mas ni siquiera así dejé de amarte, Kook. Y créeme que lo intenté.
Intenté por años ser un amigo para ti, pero simplemente no puedo serlo. Quiero ser tu Alfa, Kook, y realmente me estoy esforzando por ser un alfa bueno para ti aún si en el fondo sé que jamás vas a amarme de esa forma. Porque soy YoonGi, el alfa que siempre te consoló. No YoonGi, el alfa del que eventualmente podrías enamorarte.
Yo sé que no podrías hacerlo, y créeme que no me enoja saberlo, mas debo confesarte mis sentimientos aún sabiendo que no seré correspondido porque temo hacer una locura.
Mi Alfa no es tan fuerte ante ti, Kook.
Lamento si el saber después de tanto tiempo que estoy muy enamorado de ti hace que te sientas incómodo a mi lado, pero, como dije antes, ya no puedo ni deseo ocultarlo.
También lamento si esta forma te parece cobarde. Quise decírtelo muchas veces, sobretodo en las noches que duermes abrazado a mi pecho, mas no quiero que creas que me estoy aprovechando de ti, de la situación en la que TaeHyung te puso, de la familia que formamos para YeoJinnie.
Jamás podría hacer algo así, Kook.
Te amo como a mi vida, mi amor, y jamás voy a faltar a la promesa que te hice aquella tarde, pero entenderé si decides que ya no puedo ser parte de tu vida, que debo dejar la casa e irme. Sólo... Por favor, no me alejes de YeoJin.
No me alejes de mi bebé.
De nuevo, lo lamento.
Te ama a ti y a nuestra niña,
Min YoonGi.»
YoonGi ama a su cachorrita.
YoonGi no va a romper su promesa.
YoonGi se ha ido a pesar de todo eso.
¿Por qué le ha abandonado? ¿Por qué le confesó todo eso si al final se iría y no le daría la oportunidad de replicar al respecto? ¿Por qué?
— Alfa — el omega le llama llorando.
¿Dónde está su Alfa?
JungKook no sabe ni siquiera dónde ir a buscarlo. Porque no conoce tanto al alfa como le gustaría. Porque ha dado más atención a su recuperación que al alfa del que se enamoró perdidamente y sin casi darse cuenta. Porque el alfa sólo se preocupa porque JungKook y YeoJin se encuentren bien y nunca le da señales de estar o sentirse mal.
Joder.
¿Qué clase de omega es?
'Alfa', le llama su lobo completamente herido, utilizando el lazo que los une, mas que JungKook nunca utilizó pues no quiere incomodar a YoonGi. 'Alfa, ¿dónde estás? ¿Por qué te fuiste, Alfa? Me abandonaste', le acusa, herido.
Alfa. Alfa. Alfa. ¿Dónde está su Alfa?
JungKook vuelve a llorar, abrazando la carta pues es lo único que YoonGi ha dejado para consolarlo y, a su vez, destruirlo, y luego se hace un bola en el suelo, rogando que todo eso sea...
El ruido de la puerta principal siendo abierta sumado a las carcajadas de su hija le sacan de sus pensamientos, del gran dolor que le rompe el corazón en mil pedazos, y el fuerte aroma del alfa por el que tanto llora le consuela de la forma más cálida, le abraza, le llena el corazón de tranquilidad, le confunde.
YoonGi ha vuelto.
— ¡Beso a papi! — exclama el alfa con una gran sonrisa que se convierte en una suave carcajada cuando YeoJin le besa la mejilla. — ¡Oh, cielo, gracias!
— ¡Besho a Yeonnie! — dice la bebé, y JungKook se siente morir de amor al oír las carcajadas contentas de la niña ante la incontable cantidad de veces en que el alfa le besa las mejillas —. ¡Ah, papi! ¡Muchos beshos! ¡Te amo!
— Papi también te ama mucho, cielo.
Oh, Luna.
JungKook se siente morir.
Y la enorme felicidad de YoonGi se ve interrumpida cuando ingresa a la sala con la pequeña abrazádole el cuello, y ve a JungKook en el suelo, sollozando de dolor. Dolor que Min YoonGi siente a través del lazo, como si fuese suyo.
Oh, Luna.
¿Qué le sucedió a su pequeño?
YoonGi observa a su alrededor en busca de señales de peligro, pero todo lo que notan sus ojos es la carta que el omega ha leído, esa donde el alfa dejó sus puros sentimientos al desnudo.
Joder.
¿A Kook le duele que YoonGi le ame? ¿Le decepciona, acaso? ¿Le enfada?
— Kook... — YoonGi le llama, asustado. — Omega, yo... Por favor, perdóname.
JungKook le hace pucheros, mas no es capaz de formular palabra alguna. Y es que JungKook no sabe realmente lo que quiere, debe o necesita decirle.
JungKook no esperaba que regresara.
— ¡Mami! — YeoJin exclama contenta, no notando lo que sucede con ambos adultos, mientras se retuerce entre los brazos de YoonGi para que le deje ir a un lado de JungKook —. ¡Mami, besho!
Una vez en el suelo, YeoJin corre a los brazos de JungKook, rodeándole con fuerza y ternura por el cuello antes de besarle las mejillas, restregando luego su cabecita en el pecho del omega ya que adora el suave aroma a coco que éste posee.
— Mami — murmura, extremadamente feliz, haciéndose aún más pequeña en los brazos de JungKook, quien sale de su trance para abrazar a su cachorrita con lentitud, liberando sus feromonas maternales de forma inconsciente.
— Hola, mi amor — Kook le susurra, tragándose las lágrimas mientras se esfuerza por sonreír para su pequeña —. Mami te extraño mucho hoy.
— Yo también, mami — YeoJin le hace un puchero, acariciándole la mejilla, antes de esconderse nuevamente en el hueco de su cuello. — Te amo, mami.
— Mami te ama mucho más, mi amor.
YeoJin le sonríe feliz, y por mucho que JungKook ame ver la sonrisa hermosa de su pequeña, sabe que debe hablar con YoonGi en privado.
— ¿Por qué no vas a tu habitación un segundo, mi amor? Mami te compró un dulce — Kook le susurra, cómplice, sintiendo los ojos aguados al recordar que YoonGi detesta cuando él permite que YeoJin coma algún dulce antes de cenar.
— Otay, mami.
Y YeoJin, tan obediente y buena como es, se va a su habitación tarareando.
Por fin, alfa y omega están a solas.
Oh.
— Omega — YoonGi le llama con la voz temblorosa, sintiendo los ojos llenos de lágrimas pues no sabe qué esperar o cómo reaccionar. Lo único que sale de su boca son disculpas. — Lamento que mis sentimientos te lastimen o...
JungKook solloza, puchereando.
— Eres un jodido idiota — masculla.
Y YoonGi finalmente rompe en llanto, comprendiendo que Jeon JungKook le va a echar de su vida, de su familia, de el hogar que tanto le costó construir.
Porque JungKook no le ama y aunque YoonGi ya lo sabía, no puede evitar...
— ¡Eres un idiota, Alfa! — JungKook explota, empujando al alfa con todas sus fuerza. — ¿Cómo puedes hacerme algo así? ¡Me asustaste, idiota! ¡Pensé que ibas a abandonarme, que no me querías, que harías lo mismo que él!
Oh.
YoonGi le observa entre confundido y herido, no sabiendo cómo reaccionar.
— ¿Qué?
— ¡Me dejaste una carta y te fuiste al igual que él! ¡Me sentí morir, Hyung! —JungKook sigue diciendo, tirando de la camiseta del alfa mientras solloza e intenta sacar todos sus sentimientos a flote —. Me dejaste y yo no pude decir cuánto te amo, cuánto anhelo que me aceptes como tu Omega. ¡Alfa idiota!
YoonGi se hace para atrás, aturdido, y JungKook chilla asustado, creyendo que el alfa se irá de su vida. No quiere que YoonGi se vaya. Por favor, quiere que su Alfa se quede con él, así que lo abraza con fuerza, pegando el rostro al fuerte hombro de YoonGi mientras se deshace en sollozos y le suplica.
— ¡Por favor, no te vayas! ¡Por favor, Alfa! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Te juro que yo también te amo! ¡Por favor, no te vayas! ¡Te amo, Alfa! ¡Te amo! ¡Te...!
Las suplicas y confesiones del omega se ven abruptamente silenciadas en el momento exacto en que YoonGi toma su mentón con dulzura y presiona sus labios contra los de JungKook en un efímero pero muy dulce y suave beso, buscando que el omega detenga pues necesitan hablar de eso tranquilos.
— Respira — YoonGi susurra contra la boca del omega, besándole otra vez— Alfa te escucha, cariño, pero respira.
Oh.
JungKook lloriquea, haciéndole más pucheros.
— Alfa — su Omega le llama, tirando de la camiseta de YoonGi para fundirse y ser uno con él. — Alfa, no te vayas. Yo te amo muchísimo, Alfa. No me dejes.
Oh.
YoonGi le sonríe con los ojos aguados, sollozando en voz baja mientras mira a Kook con adoración y amor. Luego, niega lentamente con la cabeza.
— No me voy. No te dejo — le promete.
JungKook gimotea, haciéndose muy chiquito entre los brazos del alfa, y luego esconde el rostro en el hueco del cuello de YoonGi, impregnándose del fuerte aroma a jengibre que tanto ama.
— Alfa — susurra, mordisqueando la pálida piel de Min YoonGi, quien se estremece al sentir sus colmillos.
— Estoy aquí, Omega. Estoy contigo. No me voy — le promete, acariciando el cedoso cabello de JungKook —. Te amo como a mi vida. Los amo. Son mi vida, mi familia — le susurra contento, aún no pudiendo creer que tiene a el omega que tanto ama entre sus brazos y correspondiéndole.
— Tu familia — JungKook corresponde, permitiendo que el alfa le cargue por los muslos para estar aún más cerca de lo que ya lo están. — Soy tu Omega.
YoonGi siente su pecho lleno de amor y orgullo. Jeon JungKook es su Omega.
Oh, Luna, qué bien se siente.
— Soy tu Alfa — YoonGi le susurra al oído, besándole la mejilla —. Soy tu Alfa y no me iré. Te amo, mi vida.
JungKook lloriquea, incorporándose para atrapar los labios de YoonGi en un pequeño beso que busca relajar a ambos lobos, a ambos corazones que aún no pueden procesar lo que pasa.
Ellos se pertenecen.
— Te amo. Te amo. Te amo — el omega susurra entre beso y beso —. Lamento haber tardado tanto en confesarlo. Te amo. Quiero estar siempre a tu lado.
Oh.
YoonGi jadea, sollozando.
— No sabes cuán feliz me hace oír eso.
JungKook ríe, acariciándole la mejilla.
— Te amo.
— Y yo a ti, mi vida.
Y ambos se funden nuevamente en un dulce beso que se ve animado por Min YeoJin, la pequeñita que abraza a sus papis con fuerza mientras les susurra que los ama.
YoonGi y JungKook por fin están juntos, y aquella búsqueda del tesoro que se vio interrumpida por la huida de TaeHyung finalmente llega a su fin.
Ése es el fin: YoonGi sosteniendo a su familia con fuerza mientras se burla de JungKook por ser tan tonto como para creer que podría abandonarle.
— Sólo fui a buscar a Yeonie al jardín — le recuerda, besándole en el cuello —. Yo jamás les dejaré, cariño.
Y JungKook le cree, pues sabe que YoonGi es un alfa honorable.
Un alfa que nunca le miente.
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