Todo era demasiado obvio. Los susurros y risas cada vez que Rosé se acercaba para hacer algo. La tarjeta de cumpleaños. Se dio cuenta de todo rápidamente. A pesar de ello, no quería arruinar la sorpresa, así que actuó como la persona más sorprendida del mundo.

Era buena en eso. Después de los deseos de cumpleaños, besos y regalos, Rosé se sentó en el sofá con una copa de vino en la mano, mientras el resto de las personas (con las que solía trabajar) iban a charlar sobre un día de trabajo o cosas triviales. Su banda favorita estaba sonando en la radio; Coldplay.

"¿Entonces?" Lisa se dejó caer en el asiento junto a Rosé y sonrió.

"Gracias." Dijo con una pequeña sonrisa.

Lisa miró a su amiga con los ojos entrecerrados. "Lo sabía, no te sorprendió. Maldición"

"Es-"

"No te preocupes, tengo otra sorpresa para tí." Los labios de Lisa se convirtieron en una maléfica sonrisa.

Rosé tragó saliva y se preparó para lo que sea que Lisa tenía preparado para ella."¿Qué es?"

"Una cita a ciegas."

"¡¿QUÉ?!"

"Bueno, no es realmente una cita. Solo alguien con quien divertirte esta noche". Lisa guiñó un ojo y dio una palmada en el hombro a Rosé. "Ese es mi regalo."

"Lis-"

"Oh, tu cita está aquí." Lisa se puso de pie, pero Rosé tiró de ella hasta el sofá.

"No me interesa."

"Vamos, no seas amargada. Diviértete un poco." Lisa sonreía mientras sus ojos buscaban a alguien entre la multitud.

"¿A qué te refieres? No importa. ¿Dónde está él?" Rosé dejó su copa en la mesa más cercana, temiendo derramar el vino.

"Es ella."

"¿Qué?" Rosé preguntó de nuevo, asegurándose de no haber oído mal.

"No es él, es ella." Lisa rodó los ojos. "E-L-L-A."

"¡¿Ella?!" En ese momento muchas cosas sin sentido pasaron por la mente de Rosé. Era un plan de Lisa. Debió haberlo esperado. "Tengo muy poca experiencia con chicas. Sabes lo que pasó en la última cita a ciegas a la que me enviaste."

"No te preocupes. Hombres y mujeres, son todos iguales. Además, ella será buena para ti. Aprecia mi regalo Chaeng." Lisa se levantó del sofá y dio unas palmaditas en la cabeza a Rosé, luego saludó a alguien.

"¡PERO ES HUMANA!" Rosé gritó. Realmente deseaba poder desmayarse en ese momento.

"Aquí viene."

Frenéticamente, se puso de pie y buscó a quienquiera que se dirigiera a su dirección. Luego sus ojos se encontraron con los pies de la persona, luego con sus delgadas piernas, su perfecta cintura, pecho y, por último, sus ojos.

Esos ojos, esos labios, todo de ella. Por un segundo, Rosé pensó que realmente se iba a desmayar. Tal vez usar el término humano fue una equivocación.

Rosé se quedó boquiabierta y luego agarró a Lisa del brazo. "No, Lisa, es demasiado bonita. Puedes recuperar el regalo", susurró al oído de su amiga.

Lisa la ignoró y apartó la mano de Rosé de su brazo. "Oh, por favor. Mira, solo..- ¡Hey Jisoo! Me alegro de que puedas estar aquí." La mencionada sonrió y ambas se abrazaron. Rosé se quedó de pie torpemente detrás de Lisa.

"También me alegro de estar aquí." Dijo Jisoo de una manera tranquila después de soltarse del abrazo. Luego de hacer una observación cuidadosa, Rosé concluyó que el cabello morado definitivamente le sentaba mejor a Jisoo que a Lisa. Después se lo dirá a su amiga para fastidiarla. "Entonces...¿dónde está la persona que querrías que conociera?"

Cuando Lisa se dio la vuelta para presentar a Rosé, ella no estaba por ningún lado.

**

Es así que durante la última hora, Rosé se mantuvo escondida. No es que estuviera tímida por la presencia de Jisoo. Solo le recordaba a alguien que no quería en su mente en un momento así. Además sorprendentemente Lisa no había ido a buscarla y arrastrarla de regreso a la fiesta.

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"¿De verdad Chaeng? Acobardándote en este momento." Lisa se burló y se cruzó de brazos mientras se inclinaba contra la puerta. Rosé tenía la espalda apoyada contra la encimera de la isla de la cocina, mientras seguía bebiendo su vino.

"Ya te lo dije no estoy interesada Lis. Lo siento. Ya sabes cómo soy con las fiestas." La ausencia de ruido en la habitación sólo podía significar que todos se habían ido del apartamento, así que Rosé asumió que ahora eran solo ellas dos.

Lisa le dedicó una sonrisa comprensiva. "Sé que conociste a Suzy en una fiesta, pero... no voy a dejar que te deprimas por ella."

"Dile a Jisoo que lo siento." Rosé sonrió ante la consideración de su amiga.

"Puedes ir a decírselo tú misma." Una media sonrisa se plasmó en el rostro de Lisa, uno de los muchos signos de sus pequeños juegos. "Está en la sala de estar, ve y reclama tu regalo."

"Te odio." Rosé quería discutir pero lo pensó mejor. A ese punto ya era inútil. "Y ella es una persona, no un regalo".

"Sé que me lo agradecerás." Dijo Lisa en un tono burlesco. "Adiós." Y en un abrir y cerrar de ojos, desapareció.

**

Le tomó unos 5 minutos reunir el valor para entrar a la sala de estar. Cuando lo hizo, Jisoo estaba mirando una pintura.
"¿Qué te parece?" Preguntó Rosé, tratando de ser cool.

Jisoo se dio la vuelta y se encontró con la mirada de Rosé. Jisoo sonrió, y fue en ese momento que la actitud cool de Rosé simplemente se esfumó. "¿Tú lo hiciste? Es hermoso."

"Gracias."

"¿Entonces, te dedicas a la pintura?"

"No...yo-yo-yo...soy escritora." Rosé quería chocarse contra un pared por haber tartamudeando. Era buena con las palabras, pero no mucho en el área verbal.

"Pintas y escribes...Es demasiado..." Una mirada reflexiva cayó sobre el rostro de Jisoo, tratando de pensar en una buena palabra.

"¿Cliché? Lo sé." Rosé se rió de una manera un tanto incómoda.

"No usaría esa palabra. Pero...si tú lo dices, está bien."

Entonces, el ambiente cayó en un silencio sofocante porque Rosé se quedó sin palabras, era un poco raro, siempre tenía cosas que decir. Así que se quedaron allí, a 5 metros de distancia entre sí, con sonrisas extrañas e incómodas en sus rostros.

"Voy a ser honesta contigo. No sé qué te dijo Lisa sobre mí o esta fiesta, lo que sea que haya sido, no estoy interesada. Lo siento. Es solo...una cosa personal. Tú pareces una buena persona y yo no lo soy, así que puedes irte ahora mismo."

"No soy una buena persona". Jisoo respondió y caminó hacia la estantería, Rosé tenía la boca abierta ante la inesperada respuesta. "Verás...Realmente no quería ir a tu fiesta, de hecho, en el momento en que Lisa me contó sobre la fiesta, no tenía interés alguno."

Se suponía que Rosé debía estar al menos un poco ofendida por las palabras de Jisoo, pero lo único que pasó fue que cayó en confusión. "¿Qué te hizo venir?"

"No tener nada mejor que hacer." Jisoo la miró brevemente, sonriendo un poco antes de sacar uno de los libros de la estantería.

"Entonces, ¿por qué sigues aquí?" Rosé comenzó a sentirse un poco molesta por la extraña, la chica era tan fluida con sus palabras y modales.

"Estoy bastante segura de que Lisa quería que estuviéramos juntas".

Rosé se rió nerviosamente y fingió no darse cuenta de lo que dijo Jisoo. "A Lisa le gusta complicar las cosas de una manera indirecta."

Jisoo volvió a dejar el libro y caminó hacia Rosé. La distancia entre ellas se desvaneció y Rosé pudo sentir el aliento caliente de Jisoo contra su oído. La proximidad entre la piel de Jisoo y la de ella la estaba volviendo loca.

"En realidad, es muy simple. Yo te quiero y tú me quieres." Susurró Jisoo. Fue muy... muy...sincero de su parte. Por alguna extraña razón, el acto encendió a Rosé.

Podía escuchar como el corazón le latía con fuerza, sentía la lujuria corriendo por sus venas cual si fuera adrenalina. Así que cuando todo sentido de 'autocontrol' fue arrojado por la ventana, Rosé besó a Jisoo mientras la empujaba contra la estantería. Jisoo gimió en la boca de Rosé ante el repentino dolor.

Cuando Jisoo deslizó su mano debajo de la camisa de Rosé, todos los movimientos se detuvieron. Rosé apartó su mano y negó con la cabeza; dio un paso hacia atrás y se mantuvo cabizbaja.

"Lo siento. Siento que me estoy aprovechando de ti. Deberías irte." De repente, un gran trueno se observó a través de la ventana, las luces de la habitación parpadearon por un segundo.

Jisoo se burló con incredulidad y se limpió los labios con el dorso de la mano, tomó su bolso y dejó el apartamento.

**

Pocos minutos después de que Jisoo se fuera, vino un fuerte aguacero. Viento a borbotones, hojas golpeando contra la ventana. A Rosé le encantaban las tormentas, por un momento eso la distrajo de la realidad. Luego recibió una llamada de Lisa.

"Esto es malo. ¿Por qué estás contestando? Deberías estar desnuda en la cama con una Jisoo desnuda a tu lado."

"Eres repugnante." Rosé separó momentáneamente el teléfono de su oído como si apestara o algo así.

"¿Dónde está? Le dije que la llevaría a casa si las cosas no funcionaban. Pero no he sabido nada de ella."

El agarre en el teléfono se apretó cuando cayó en cuenta de lo que había hecho. "Mierda." Echó a Jisoo del apartamento y estaba lloviendo.

"No confía en los taxis por la noche". Agregó Lisa, haciendo que su amiga se sintiera más culpable.

Rosé se mordió el labio inferior, preocupada por el bienestar de Jisoo. "Puede que yo...la haya echado del apartamento hace unos minutos". Abruptamente terminó la llamada y apagó el teléfono, escapando de la ira de Lisa.

Salió apresuradamente del apartamento y luego comprobó el pequeño lobby; no había rastro de Jisoo. Tomó un paraguas abandonado cerca de la puerta y salió bajo la lluvia.

Jisoo no estaba por ningún lado. Rosé supuso que ya se había ido, pero algo en su interior la instó a seguir buscándola.

Al otro lado de la calle, alguien estaba allí. Rosé entrecerró los ojos para ver a través de la fuerte lluvia. Vio a Jisoo. Afuera bajo la lluvia, sin nada cubriéndola. ¿Acaso está loca? Pensó Rosé.

Corrió hacia Jisoo. La chica jugueteaba con un encendedor, tratando de encender el cigarrillo bajo la lluvia. Era absurdo. Rosé quería preguntar por qué demonios haría eso bajo la lluvia, pero no lo hizo.

Después de darse por vencida, Jisoo se quejó de frustración y tiró el cigarrillo. Sus ojos estaban sorprendentemente rojos, había cabellos pegados a su frente y ropa pegada a su cuerpo. La evidencia de rímel corría por sus mejillas, como pintura diluida goteando sobre un lienzo, y Rosé quedó hipnotizada mirándola.

Se acercó y sostuvo el paraguas por encima de sus cabezas. Esta última miró hacia arriba y luego a la persona a su lado, desconcertada. Al darse cuenta de que era Rosé, Jisoo rodó los ojos y comenzó a alejarse.

Rosé agarró el brazo de Jisoo y tiró de ella hacia atrás, quedando bajo el paraguas nuevamente. Sus zapatos y sus mangas se estaban mojando.

"¡Oye!" Se quejó Jisoo.

Ignorándola, Rosé la arrastró de regreso al edificio. "Lo siento, ¿de acuerdo?" Quédate un rato hasta que disminuya la lluvia.

Colocó el paraguas en la posición correcta. "¿Y en qué estabas pensando? Estar bajo la lluvia así. Un poco más de tiempo y te hubiera dado hipotermia."

"Me encanta la lluvia." Jisoo dijo sarcásticamente. Rosé la ignoró y apretó el botón del ascensor.

Al final, las dos regresaron al apartamento. El agua goteaba del abrigo de Jisoo, así que Rosé le ofreció un nuevo conjunto de ropa.

"¿Es enserio?" Jisoo sostuvo el suéter que decía 'Like a virgin'. "Además estos shorts son demasiado cortos".

"Úsalos o no uses nada." Rosé sonrió un poco ante la segunda opción.

"¿¡Dios mío, hablas enserio!?" Jisoo se veía seria y eso puso nerviosa a Rosé.

Jisoo retiró las mangas de su vestido de sus hombros, haciendo que este cayera al suelo. Parecía tranquila, serena y confiada.

Mientras que Rosé era todo lo opuesto, Jisoo estaba semidesnuda. Justo como Lisa quería que fuera.

Luego Jisoo comenzó a desabrochar su sostén. "ESPERA UN SEGUNDO." Rosé dijo rápidamente, siendo presa del pánico. "Tienes un gran cuerpo y pareces bastante segura de ello ¡Pero eso no te da el derecho de simplemente desnudarte frente a alguien!"

"Entonces vete" dijo Jisoo, sacudiendo la cabeza y luego se dándole la espalda a Rosé.

Después de salir del dormitorio para darle privacidad, Rosé suspiró exasperada y se mostró incrédula por cómo estaba Jisoo.

Pasaron los minutos y asumió que Jisoo había terminado. Abrió la puerta silenciosamente y se asomó, dentro se podían escuchar suaves sollozos. Jisoo estaba al pie de la cama, mirando algo, y sus hombros se levantaron y luego se desplomaron hacia abajo.

"¿Jisoo...?" dijo con cautela, insegura de lo que estaba pasando. No puede estar triste por un suéter, ¿verdad?, dijo Rosé para sí misma.

Al darse cuenta de que había otra compañía, Jisoo se recompuso y miró a ambos lados, como si buscara algo. Se puso de pie y sostuvo su ropa mojada. Rosé pudo notar que los ojos de Jisoo estaban llorosos.

"¿Dónde debería poner esto?" Preguntó casualmente. Rosé tomó torpemente la ropa y la colgó en algún lugar del baño.

Mientras arreglaba la ropa, pensó en cómo se veían esos shorts en Jisoo. Se maldijo a sí misma por pensar en eso. Tal vez debió darle unos pantalones largos en su lugar.

Jisoo apareció en la puerta del baño, apoyada contra el marco de la puerta con los brazos cruzados. Su cabello todavía estaba un poco húmedo, y aún así era hermosa. El suéter que le prestó era un poco grande, la hacía parecer como si no estuviera usando los shorts que le prestó. Diablos, no lleva nada debajo del short que le dí, recordó Rosé y comenzó a sonrojarse fuertemente ante aquel pensamiento.

Para mantener su mente recta, Rosé preguntó: "¿Estás bien? Estabas eh..."

"¿Viste eso?"

"Sí..."

"Uno de mis momentos patéticos. Llorando por alguien que no vino a verme, eso marcó nuestro final, finalmente me di cuenta. Así que vine aquí, con la esperanza de sacar todo de mi mente, y luego viniste con tu actitud caliente, pero demasiado fría al final."

Rosé la miró por un momento pero soltó una pequeña carcajada. Apreciaba la sorprendente honestidad. Jisoo le parecía más civilizada ahora.

"Tú eres la de actitud caliente y fría." Dijo y salió del baño, pasó por el dormitorio, y luego llegó a la cocina. Jisoo la siguió.

"¿Que se supone que significa eso?" Jisoo preguntó con genuina curiosidad y apoyó la espalda contra el mostrador, miró a su izquierda y vio a Rosé haciendo té."

"Lo eres, tanto física como emocionalmente." Rosé metió la bolsita de té en una de las dos tazas llenas de agua y sonrió para sí misma.

"Explícate."

"Estabas afuera bajo la fría lluvia. Te resististe cuando traté de ayudar. Luego, en el baño, me explicaste por qué estabas llorando. Una honestidad repentina. Así que ahora mismo eres como una persona completamente nueva."

Jisoo aceptó la bebida de Rosé y comenzó a soplar mientras escuchaba lo que la chica tenía que decir.

Rosé tomó una nueva bolsita de té y la puso en la segunda taza. El color del agua pronto se convirtió en un bronce oscuro transparente. Ella continuó, "Físicamente, llevas ese atuendo típico de una fría ciudad, pero debajo de esa capa de ropa, eres..." Las palabras fluyeron fácilmente ahora, de alguna manera fue mortificante para Rosé cuando se dio cuenta.

"Caliente." Añadió Jisoo y sonrió levemente. Rosé no pudo discutir porque puede que la chica se esté refiriendo al té o ella misma.

De cualquier manera, ambas opciones eran ciertas. "¿Eso es cosa de escritores? Analizar a la gente así." Rosé asintió tímidamente.

**

Las dos se acomodaron en la sala de estar y hablaron sobre Lisa. Cómo se conocieron o cuál fue su experiencia durante los pequeños juegos de Lisa. Se rieron, guardaron silencio en momentos en los que no tenían nada más que decir y luego continuaron hablando de Lisa. Era lo único que tenían en común hasta ese momento.

"Sabía quién eras, así que vine. Quiero decir, pude haber ido a otro lado". Jisoo confesó.

"Dijiste que no tenías interés."

"No. Dije que no tenía ningún interés en la fiesta, pero tan pronto como Lisa me habló de ti, tuve interés." Ella sonrió, era una sonrisa cálida. Rosé le devolvió la sonrisa.

"¿Quién es la persona que, ya sabes, te lastimó...?" Rosé abordó el tema con cuidado. Quería saberlo, pero sabía que no era asunto suyo. No pudo evitar sentir envidia de alguien que ni siquiera conocía.

"Prefiero no hablar de ella."

"Okey."

La conversación terminó y la electricidad se cortó. La tormenta era fuerte, provocó que todas las luces se apagaran.

**

"Cierra tus ojos." Dijo Jisoo. Mientras estaba ocupada poniendo algunas velas en una pequeña caja.

"Está oscuro de todos modos." Rosé se quejó, pero acabó cumpliendo. "¿Qué estás haciendo? No me vas a matar ¿verdad? Lo sabía. Nunca debí confíar en tí.

"Cállate y mantén los ojos cerrados." Jisoo sacó su encendedor y encendió las velas.

Colocó el pequeño proyecto frente a Rosé. "Abre tus ojos." Ella sonrió.
"No sabía que te gustaban este tipo de cosas". Rosé bromeó, recibiendo así un golpe en el brazo por parte de Jisoo.

"Me encantan los cumpleaños".

"¿Te gusta envejecer?"

"Dije que me encantan los cumpleaños, no envejecer, y yo que pensé que eras escritora." Jisoo se burló.

Ambas se miraron por un momento, estaban sentadas juntas en el suelo de madera. Definitivamente era más cómodo estar en medio de la oscuridad. Para ese momento la separación se sentía aterradora y sofocante para ambas. "Pide un deseo. No llegué a verte hacerlo."

"Conozco un deseo que podría suceder ahora." A Rosé se le ocurrió una idea y sonrió como si se hubiera ganado la lotería. "Tendrás que concedérmelo. Será un regalo tuyo para mí."

"Bien."

Un segundo después, Rosé apagó todas las velas y la habitación se volvió más oscura. Estuvieron en silencio hasta que Jisoo habló, "¿Cuál es el deseo?"

"Quiero que me beses."

"¿Ese es tu deseo?" Dijo Jisoo como si fuera la cosa menos impresionante que había escuchado.

Rosé respiró hondo y luego dijo: "Bésame. Olvídate de esa persona que te hizo sufrir. Quédate a pasar la noche y despierta a mi lado por la mañana. Ven a una cita conmigo, y hagamos lo mismo al día siguiente."

Jisoo se quedó quieta y callada por unos segundos. "Esos son muchos deseos."

"Es una cosa de escritores." De repente, las luces volvieron y los labios de Jisoo estaban sobre los de Rosé.