Decir que Felix quería ir de vacaciones a la playa con su familia en vez de quedarse solo en su casa, viendo una maratón de películas en la comodidad de su cama, era mentira. En realidad, ¡Él no quería ir a ningún lado! Pero ahora estaba siendo obligado por su familia a ir a un lugar donde no quería estar.

— ¡Lee Felix, prepara tus cosas ahora mismo! — gritó mamá Lee —. Cuanto más demores, menos tiempo tendrás para comer.

— ¡Pero mamá! No me gusta la playa, no me gusta el sol, ¡Mi rostro se quema!

— ¡Ay, no, Felix! Debes salir, pasas todo el tiempo encerrado en tu habitación. ¡Apenas sales a comer con nosotros!

— ¡Ustedes no entienden! Hoy se estrena una serie que llevo un mes esperando para ver. Déjenme aquí, ¡Vayan ustedes!

Con mucho esfuerzo, Felix fue obligado a meter sus cosas en una maleta y subir al coche. El viaje fue largo y tedioso, y Felix no dejaba de mirar por la ventana, suspirando de vez en cuando.

— ¿Cuánto falta para llegar? - preguntó Felix por décima vez.

— Apenas hemos salido del vecindario. Relájate, pondré tu música favorita — dijo papá Lee, tratando de aliviar la tensión.

— No quiero música, quiero estar en casa — replicó Felix.

Al llegar a la playa, Felix no pudo evitar tirar ciertos comentarios sarcásticos sobre la situación.

— ¡Genial, arena por todos lados! Justo lo que quería.

— Felix, mira el lado positivo. El mar está hermoso — dijo mamá Lee.

— Claro, si no te importa estar cubierto de sal y quemado por el sol.

Mientras caminaban hacia la orilla, un chico surfista apareció de repente, corriendo con su tabla bajo el brazo. Se detuvo justo delante de Felix, esbozando una amplia sonrisa.

— ¡Hey! Me llamo Chan. ¿Quieres aprender a surfear? — dijo el chico, sin perder su entusiasmo.

Felix lo miró de arriba a abajo con una expresión de desdén.

— No, gracias. Prefiero no ahogarme hoy — respondió con sarcasmo.

Chan no se desanimó y, en cambio, le guiñó un ojo.

— Oh, vamos, seguro que lo pasarás bien. Además, puedo asegurarte que tendrás la mejor compañía — dijo, sonriendo de manera coqueta.

Felix levantó una ceja, confundido por el tono del chico.

— Mira, no estoy aquí para hacer amigos, mucho menos para que un surfista me coquetee. Sólo quiero irme a casa — respondió de manera cortante.

Chan rió suavemente, sin perder su buen humor.

— Tranquilo, solo intento hacer que te diviertas un poco. Pero si cambias de opinión, estaré por aquí — dijo, haciendo un gesto hacia el mar.

A pesar de su negativa, algo en la actitud despreocupada de Chan hizo que Felix sintiera una pizca de curiosidad. Sin embargo, mantuvo su actitud gruñona mientras su familia instalaba las sombrillas y las toallas.

Más tarde, mientras Felix se sentaba solo, mirando con desdén las olas, Chan regresó, esta vez con dos bebidas frías.

— ¿Sediento? — preguntó, ofreciendo una bebida a Felix.

— ¿Qué parte de "déjame en paz" no entiendes? — respondió Felix, aunque tomó la bebida.

Chan sonrió y se sentó a su lado.

— Tal vez solo la parte en la que te ves demasiado bien enfadado — dijo Chan, guiñándole un ojo de nuevo.

Felix rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír ligeramente ante el comentario.

— Bueno, supongo que puedes quedarte, pero no esperes que me lance al mar contigo.

— No te preocupes. Podemos empezar con algo sencillo. ¿Qué tal una caminata por la orilla? — sugirió Chan.

Felix suspiró pero aceptó.

— Está bien, pero si intentas algo raro, me voy.

Chan rió.

— Prometido. Sólo quiero mostrarte que la playa no es tan mala.

Mientras caminaban juntos, Felix comenzó a relajarse, y aunque seguía siendo escéptico, no podía negar que la compañía de Chan estaba resultando más agradable de lo que esperaba.

Es mi primera historia, así que no prometo lo mejor 😓