Me encontraba en el comedor, sentada en una de las mesas junto a Carl.

Desde que me había dicho que era su mejor amiga me sentía todavía más cómoda a su lado, era la persona con la que más tiempo pasaba, además de mi hermana.

Beth entró en la sala junto a Maggie, Glenn y Alba.

La rubia, quien llevaba a Judith en brazos se dirigió a buscar comida para la pequeña.

Comenzó a darle el biberon, pero se giró hacia nosotros con una mueca preocupada.

-Queda poca leche.

Maggie la miró y asintió con la cabeza.

-Glenn y yo iremos esta tarde a por más.

Glenn asintió ante sus palabras y yo me giré hacia ellos.

-¿Puedo ir con vosotros?

Recibí un codazo de Carl en las costillas nada más terminar mi pregunta.

-No, estás herida.

Suspiré frustrada.

-Ni si quiera me duele Glenn.

El nombrado bufó y miró a Maggie en busca de ayuda.

-Escucha Sara, Glenn y yo somos los recolectores y tu la cazadora, no intercambiamos papeles, no me gustaría ver a Glenn con la ballesta de Daryl.

Bufé frustrada, pero asentí dejándome caer en mi sitio y recibiendo unas palmadas por parte de Carl en la espalda.

La tarde pasó normal. Cuando Maggie y Glenn se fueron, Alba vino conmigo y nos pasamos toda la tarde hablando, como hacíamos antes de encontrarnos con el grupo.

-Sara, me da miedo, Glenn y Maggie ya deberían de haber vuelto.

Suspiré y ella acostó su cabeza en mi regazo causando que yo acariciara su cabello.

-No te preocupes por eso, enana, ambos son fuertes, ya verás como mañana están aquí.

Alba no pareció muy convencida, pero cerró los ojos y se durmió.

Suspiré mirando al techo, hoy sería una noche incómoda.

La mañana siguiente la pasé entera con mi hermana, ya que la pareja no había vuelto aún.

Estaba tranquila hablando con Alba hasta que de reojo vi a Rick arrastrando a una mujer con rastas.

Intercambié una mirada con Beth, que también estaba con nosotras.

-Alba, ve a la celda, yo ahora te sigo.

Beth acompañó a mi hermana a su celda y yo seguí a Rick hasta que ambos llegamos con Hershel.

-Está herida.

El anciano procedió a atenderla y el resto del grupo llegó a ver a la desconocida.

Carl llegó a mi lado cuestionandome que pasaba, a lo que yo me encogí de hombros.

Rick, ante nuestras miradas de curiosidad procedió a explicarse.

-La encontré intentando entrar, estaba rodeada de caminantes, pero traía ésto.

Nos mostró a todos una cesta con leche de bebé.

Inmediatamente sentí una presión en el pecho que me indicaba que algo no estaba bien.

-Está desmayada, cuando se despierte podremos interrogarla para saber que ha pasado.

Todos asentimos y nos fuimos dejando a Rick haciendo guardia solo.

No podía evitar estar muy preocupada. Si a Glenn o a Maggie les pasaba algo mi hermana estaría destrozada.

-¿Estás bien?

Me giré y vi a Carl detrás de mi.

-Si, solo estaba pensando.

Mi amigo me dedicó una sonrisa comprensiva y puso su mano en mi hombro.

-Ellos van a volver, somos una familia, aunque nos separemos nos volvemos a encontrar.

Le dediqué una sonrisa agradecida.

La idea de que nos habíamos cambiado los papeles y ahora era él quien me aconsejaba a mi me hizo soltar una pequeña risa.

-¿Qué ocurre?

-Nada, es que pareces yo.

Carl me miró con una sonrisa y soltó una pequeña carcajada.

-Y tú pareces yo.

La mujer de rastas se despertó al día siguiente y nos contó lo que había ocurrido.

-En resumen, un tipo llamado el gobernador a secuestrado a Glenn y a Maggie.

Dary intentaba mostrarse impasible, pero se le veía preocupado.

-Y probablemente los esté torturando ahora.

Michonne, ese era su nombre específico el resumen de Daryl.

-¿Glenn?...

Me giré para ver a mi hermana en la puerta de la sala con los ojos cristalizados.

A pesar de haberle dicho que no viniera se había colado a espiar.

-Alba...

No me dio tiempo a terminar cuando ella salió corriendo y yo tras ella.

Vi como se encerraba en los baños.

-Alba, por favor, ábreme.

-¡No! ¡Eres una mentirosa, me dijiste que ellos estarían bien!

Eso último que dijo me dolió, pero no me di tiempo a procesarlo, y sin importarme sentir los pasos del resto del grupo procedí a seguir intentando que mi hermana saliera.

-Alba, yo no puedo predecir el futuro, por favor, sal para poder hablar esto tranquilamente.

-¡No! ¡Vete, no quiero verte!

Hizo una pausa para tomar aire.

-¡Te odio!

Esas palabras cayeron en mi como un balde de agua fría, además fueron más duras porque las dijo en inglés, para que todos se enteraran.

Retrocedí un par de pasos sin atreverme a encarar al grupo o a volver a hablar con mi hermana.

Ella no podía odiarme, era la única familia que me quedaba, mi motivo para sobrevivir.

Sentí una mano en mi hombro y giré la cabeza para encontrarme con Daryl.

-Yo me encargo, tu descansa.

Aún en trance asentí y me retiré se allí con la mirada gacha.

Cuando llegué a mi celda pequeñas lágrimas se escaparon.

No sabía como manejar las emociones que estaba sintiendo ahora mismo.

Miedo, por mi hermana y por mis amigos ; tristeza, al pensar que ella me odiaba, y furia, no sabía bien por qué pero estaba enfadada.

-¿Puedo pasar?

No necesité alzar la mirada para saber que era Carl.

-No.

No quería hablar con nadie ahora mismo.

-Vale.

Me ignoró y entró a la celda sentándose a mi lado.

No dijo nada, simplemente se mantuvo a mi lado.

Después de cinco minutos me hice a la idea de que no se iría, y soltando un suspiro de rendición apoyé mi cabeza en su hombro, a lo que él apoyó la suya encima de la mía.

Y allí nos quedamos, sin hablar, pero con el sentimiento de que pasara lo que pasara no estaríamos solos.